3 de junio de 2020

Reflexiones sobre la Palabra. Migaja 74

“¡Ánimo! Que soy yo; no temáis” (74)

No les queda vino…. sin avinagrar

 

Queridos hermanos:

 

Hoy, como en los tiempos de las Bodas de Caná, resuenan las palabras de la Virgen María a su Hijo Jesús con el deseo de adelantar la hora de Jesús: “No les queda vino”. Hoy podríamos poner en labios de la Virgen esta expresión: “No les queda vino… sin avinagrar”. Y junto a esto escuchar: “Haced lo que él os diga” (ver Juan 2, 1-11).

 

Y es que hemos dado oxígeno a la idolatría, hemos dejado un resquicio al diablo, hemos dejado un poco de lado la vigilancia: No dejéis resquicio al diablo, pues ronda buscando por donde entrar a la botella de vino (ver Efesios 4, 26-27 y 1 Pedro 5, 6-11). Y apenas nos hemos dado cuenta de ese lento proceso de desánimo, apatía espiritual y pérdida de celo.

 

¿Cómo evitar que el oxígeno, que se ha colado por el resquicio dejado al diablo, alimente la bacteria del individualismo y entremos en un proceso de avinagramiento?

 

Los síntomas de la pérdida del fervor y de la alegría, de la aspereza en el trato y la falta de caridad nos acercan a la necesidad del vino en nuestra sociedad, es decir, la necesidad del vino nuevo del Espíritu Santo. Hoy más que nunca hacen falta “Evangelizadores con Espíritu”.

 

Así lo explicaba el Papa Francisco:

 

“Evangelizadores con Espíritu quiere decir evangelizadores que oran y trabajan. (…)  Sin momentos detenidos de adoración, de encuentro orante con la Palabra, de diálogo sincero con el Señor, las tareas fácilmente se vacían de sentido, nos debilitamos por el cansancio y las dificultades, y el fervor se apaga. La Iglesia necesita imperiosamente el pulmón de la oración, y me alegra enormemente que se multipliquen en todas las instituciones eclesiales los grupos de oración, de intercesión, de lectura orante de la Palabra, las adoraciones perpetuas de la Eucaristía.” (Evangelii Gaudium nº 262).

 

El Papa nos dice que son necesarias Marta y María desde la primacía de la oración. Es el Ora et Labora de San Benito.

 

María, en el Cenáculo, anima a los discípulos a pedir el Espíritu Santo y se reúne a orar con ellos (ver Hechos de los apóstoles 1, 12-14). María hoy también te anima a ti a pedir el Espíritu Santo. Para hacer lo que Jesús dice. Y dice dos cosas en la escena de Caná: Llenar las tinajas de agua y sacarla fuera. Esa tinaja eres tú. Ese vino, la gracia sacramental, la gracia del Espíritu Santo, además de llenar tu vida ha de ser sacado fuera para que tantos puedan decir que el mejor vino el Señor lo reservó para el final.

 

Jesús, vuestro párroco

 

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