25 de noviembre de 2016

Domingo 27 de noviembre de 2016. 1 ADV A

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com


Domingo 27 de Noviembre de 2016

               Queridos hermanos:
El Señor viene. No sabemos cuando vendrá. Por ello el tiempo de Adviento es una llamada a la vigilancia. El evangelio de este domingo hace una llamada a estar preparado, como lo estaríamos ante determinadas venidas: el diluvio, en el día a día de la vida ordinaria (el ejemplo de estar en el campo o moliendo) o la visita de un ladrón.
La imagen del diluvio en tiempos de Noé es estremecedora. Pues no se dieron cuenta del tiempo que vivían. Seguían haciendo lo mismo: “la gente comía y bebía y se casaba”. Todo como si no fuera a pasar nada. ¿Es que no se dieron cuenta de la construcción del arca?
En la vida ordinaria, en el trabajo de cada día, ocurre lo mismo. Pone Jesús ejemplos del trabajo. Dos hombres en el campo. Dos mujeres moliendo. Un trabajo sin vigilancia. El Señor puede venir en cualquier momento.
La última imagen, la del ladrón, es muy sugerente. Por un lado, dice Jesús que nuestra vigilancia ha de ser para evitar que el ladrón abra un boquete y robe. Por otro lado, Jesús se coloca como ese ladrón que puede llegar en cualquier hora.
Santa Teresa del Niño Jesús, en el mes de junio de 1997, tres meses antes de su muerte, habla del Señor como un ladrón al que espera. Curiosa imagen. En el cuaderno amarillo, que recoge sus últimas conversaciones, redactadas por la Madre Inés, dice así: “Se dice en el Evangelio que Dios vendrá como un ladrón. A mí vendrá a robarme con gran delicadeza. ¡Cómo me gustaría ayudar al Ladrón!” (9 de junio. 9.6.1). Y un poco más adelante dice: “No tengo miedo al Ladrón... Lo veo a lo lejos y me guardo muy bien de gritar: ¡Al ladrón! Al contrario, lo llamo diciéndole: ¡Por aquí, por aquí!” (9 de junio. 9.6.4)
No es muy común hablar de Jesús como el Buen Ladrón. Es más fácil decirle Buen Samaritano, Buen Pastor. ¿Pero llamarle ladrón? Hasta en veinte ocasiones usa Santa Teresita esta imagen. Ya le habían dicho que la enfermedad que sufría era grave. Ya hacía un año que había sufrido hemoptisis, vómitos de sangre. Ve cercana su muerte. Así decía en mayo de ese año: “No es «la muerte» quien vendrá a buscarme, será Dios. La muerte no es un fantasma ni un espectro horrible, como se la representa en las estampas. En el catecismo se dice que la «la muerte es la separación del alma y el cuerpo», ¡no es más que eso!”. (1 mayo. 1.5.1).
Podemos vivir la vida distraídos. Y entender la muerte, de un ser querido o la propia, como un robo. ¡Al ladrón! ¿Pero acaso no le pertenecemos? ¿No sería mejor nuestra actitud la del que le dice: ¡Ven! ¡Por aquí, por aquí!? Aprendiendo de Santa Teresita abrámosle un boquete. Ayudemos al Buen Ladrón para que entre en la casa, su casa, como su Dueño y Señor.
Jesús, vuestro párroco
Lectura del santo evangelio según san Mateo        24, 37-44

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre:
Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»
Palabra del Señor.
DEJÉMONOS ENCONTRAR POR JESÚS
“Dejémonos encontrar por Jesús «con la guardia baja, abiertos», para que Él pueda renovarnos desde lo profundo de nuestra alma. (…)
El camino que comenzamos en estos días, exhortó, es «un nuevo camino de Iglesia, un camino del pueblo de Dios, hacia la Navidad. Y caminamos al encuentro del Señor». La Navidad es, en efecto, un encuentro: no sólo «una celebración temporal o bien —indicó el Pontífice— un recuerdo de algo bonito. La Navidad es algo más. Nosotros vamos por este camino para encontrar al Señor». Por lo tanto, en el período de Adviento «caminamos para encontrarlo. Encontrarlo con el corazón, con la vida; encontrarlo vivo, como Él es; encontrarlo con fe». (…)  Cuando sólo nos limitamos a encontrar al Señor, subrayó, «somos nosotros —pero esto digámoslo entre comillas— los “dueños” de este encuentro». Cuando, en cambio, «nos dejamos encontrar por Él, es Él quien entra dentro de nosotros» y nos renueva completamente. «Esto es lo que significa que venga Cristo: rehacer todo de nuevo, rehacer el corazón, el alma, la vida, la esperanza, el camino».
En este período del año litúrgico, por lo tanto, estamos en camino para encontrar al Señor, pero también y sobre todo «para dejarnos encontrar por Él». Y debemos hacerlo con corazón abierto, «para que Él me encuentre, me diga lo que quiere decirme, que no es siempre lo que quiero que Él me diga». No olvidemos entonces que «Él es el Señor y me dirá lo que tiene para mí», para cada uno de nosotros, porque «el Señor no nos mira en conjunto, como a una masa: ¡no, no! Él nos mira uno por uno, a la cara, a los ojos, porque el amor no es un amor abstracto, sino un amor concreto. Persona por persona. El Señor, persona, me mira a mí, persona». He aquí por qué dejarnos encontrar por el Señor significa, en definitiva, «dejarse amar por el Señor».
(…) al inicio de la misa hemos pedido la gracia de hacer este camino con algunas actitudes que nos ayuden. La perseverancia en la oración: rezar más. La laboriosidad en la caridad fraterna: acercarnos un poco más a quienes tienen necesidad. Y la alegría en la alabanza al Señor». Por lo tanto, «comenzamos este camino con la oración, la caridad y la alabanza, a corazón abierto, para que el Señor nos encuentre». Pero «por favor, que nos encuentre con la guardia baja, abiertos». (Francisco. Lunes 2 de diciembre de 2013)
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“Hoy, hermanos, celebramos el comienzo del Adviento. Este apelativo, como el de casi todas las solemnidades, es familiar y conocido en todos los lugares. Sin embargo, no siempre se capta su sentido, pues los desgraciados hijos de Adán se despreocupan de los auténticos y saludables compromisos y van a la zaga de lo caduco y transitorio. ¿A quiénes se parecen los hombres de esta generación? ¿Con quiénes los compararemos, viendo que son incapaces de arrancarse de los consuelos terrenos y sensibles? Se parecen a los náufragos que zozobran en el mar. Fíjate cómo se agarran a lo poco que tienen. No sueltan por nada del mundo lo primero que llega a sus manos, sea lo que sea, aunque no sirva para nada. Son como raíces de grama o algo por el estilo. Si alguien se acerca a ellos para ayudarles, lo atenazan de tal modo que no pueden ni ofrecerles sus auxilios sin menoscabo de su salvación. Así se anegan en este inmenso mar; y perecen, miserables, afanándose en lo caduco y relegando los apoyos firmes, únicos remedios para salir a flote y salvarse. Se dice a propósito de la verdad, no de la vanidad: La conoceréis y os librará. Hermanos, a vosotros, como a los niños, Dios revela lo que ha ocultado a sabios y entendidos: los auténticos caminos de la salvación. Recapacitad en ellos con suma atención. Enfrascaos en el sentido de este adviento. Y, sobre todo, fijaos quién es el que viene, de dónde viene y a dónde viene; para qué, cuándo y por dónde viene. Tal curiosidad es encomiable y sana. La Iglesia universal no celebraría con tanta devoción este Adviento si no contuviera algún gran misterio.” (San Bernardo. Sermón I sobre el Adviento) 
El glorioso advenimiento de Cristo,
esperanza de Israel

673           Desde la Ascensión, el advenimiento de Cristo en la gloria es inminente (cf Ap 22, 20) aun cuando a nosotros no nos "toca conocer el tiempo y el momento que ha fijado el Padre con su autoridad" (Hch 1, 7; cf. Mc 13, 32). Este advenimiento escatológico se puede cumplir en cualquier momento (cf. Mt 24, 44: 1 Te 5, 2), aunque tal acontecimiento y la prueba final que le ha de preceder estén "retenidos" en las manos de Dios (cf. 2 Te 2, 3-12).

674           La Venida del Mesías glorioso, en un momento determinad o de la historia se vincula al reconocimiento del Mesías por "todo Israel" (Rm 11, 26; Mt 23, 39) del que "una parte está endurecida" (Rm 11, 25) en "la incredulidad" respecto a Jesús (Rm 11, 20). (...)  La entrada de "la plenitud de los judíos" (Rm 11, 12) en la salvación  mesiánica, a continuación de "la plenitud de los gentiles (Rm 11, 25; cf. Lc 21, 24), hará al Pueblo de Dios "llegar a la plenitud de Cristo" (Ef 4, 13) en la cual "Dios será todo en nosotros" (1 Co 15, 28).
La última prueba de la Iglesia

675  Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes (cf. Lc 18, 8; Mt 24, 12). La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra (cf. Lc 21, 12; Jn 15, 19-20) desvelará el "Misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne (cf. 2 Te 2, 4-12; 1Te 5, 2-3;2 Jn 7; 1  Jn 2, 18.22).

676  Esta impostura del Anticristo aparece esbozada ya en el mundo cada vez que se pretende llevar a cabo la esperanza mesiánica en la historia.

677  La Iglesia sólo entrará en la gloria del Reino a través de esta última Pascua en la que seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección (cf. Ap 19, 1-9). El Reino no se realizará, por tanto, mediante un triunfo histórico de la Iglesia (cf. Ap 13, 8) en forma de un proceso creciente, sino por una victoria de Dios sobre el último desencadenamiento del mal (cf. Ap 20, 7-10) que hará descender desde el Cielo a su Esposa (cf. Ap 21, 2-4). El triunfo de Dios sobre la rebelión del mal tomará la forma de Juicio final (cf. Ap 20, 12) después de la última sacudida cósmica de este mundo que pasa (cf. 2 P 3, 12-13).
Señor, Jesús, al comenzar este tiempo de Adviento, ponemos en ti nuestra confianza.

Despiértanos de nuestras perezas e indiferencias, de nuestra vida quejumbrosa y nuestras pasividades, no nos dejes ceder al espíritu mundano. Concédenos tus dones y consérvalos en nosotros.
Concédenos perseverar y preservar los dones que el Espíritu Santo nos ha dado, la vida nueva en el Espíritu que Tú nos das. Custodia en nosotros esta «savia» saludable de nuestra vida, de forma que todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, se conserve irreprensible e intachable. Porque somos débiles, nuestra naturaleza humana es frágil y tus dones de Dios están en vasijas de barro.
Ayúdanos a perseverar hasta el final, hasta el encuentro definitivo contigo. Pues tú eres fiel. Haznos fuertes en nuestra debilidad. Una debilidad que confía en Ti, nuestra Esperanza.
ORACIÓN COMUNITARIA
- Oración de la mañana: De lunes a viernes, a las 6.30 de la mañana y a las 9.30 de la mañana con Exposición del Santísimo Sacramento.
CELEBRACIÓN DEL PERDÓN
- Horario confesiones durante el tiempo de Adviento: Media hora antes de las misas.
- Celebración comunitaria del Perdón: la semana antes de la Navidad.
LIMOSNA PENITENCIAL
Durante el tiempo de adviento las limosnas y donativos penitenciales (fruto de la conversión y el Sacramento del Perdón), irán destinadas a Cáritas parroquial.

CAMPAÑA DEL BOTE O DEL KILO
En todas las misas del tiempo de Adviento, antes o después de la misa, se podrán ofrecer botes o kilos de alimentos no perecederos para el Economato Interparroquial
que serán depositados en una cesta en el templo.

Colecta del segundo domingo de mes
Será el 10-11 de diciembre. Prepare una buena aportación para los más necesitados.

BIENHECHORES DE CARIDAD
Aportación de una pequeña cantidad mensual (5 €) en suscripción bancaria a la cuenta de Bankia:
2038-6230-71-6000004245
El lunes 8 de diciembre es la Solemnidad de la Inmaculada Concepción. Para celebrar dignamente esta gran fiesta os invitamos a participar en estos dos actos:
- El jueves 8 de diciembre a las 5 de la tarde tendrá lugar una procesión por las calles del barrio Al finalizar la procesión realizaremos una pequeña oración a la Virgen María y una merienda. 
- El miércoles 7 de diciembre a las 21.00 h. se realizará la Vigilia arciprestal de la Inmaculada con jóvenes.
GASTOS RESTAURACIÓN VIVIENDA PARROQUIAL
5.623,32 €
Donativo de 70,90 €:
Se recaudaron:  1.145,90 €
Falta pagar:     4.477,42 €
Donativos en BANKIA (Paseo Germanías 82)
2038-6230-75-3000420970

1. El lunes 28 de noviembre a las 20.30 h. se reunirá el grupo de oración para rezar Vísperas. A la misma hora se reunirá la comisión arciprestal de catequistas en los locales nuevos.
2. El jueves 1 de diciembre (primer jueves de mes) en la Capilla de la Comunión habrá Adoración Eucarística después de la misa de 19.30 h.
3. El 2 de diciembre será la visita ordinaria de enfermos. A las 6 de la tarde habrá celebración del Perdón con los niños de Anatolé. Y comenzará la convivencia de los jóvenes que se confirman el próximo 11 de diciembre. Estos jóvenes serán presentados en la parroquia el próximo domingo 4 de diciembre en la misa de 11.30 h.
4. EXCURSIÓN CON LAS FAMILIAS. El martes 6 de diciembre tendrá lugar la excursión de los niños de la catequesis, de Anatolé y de sus padres y los que lo deseen al Santuario de la Virgen de Agres.
Del 28 de noviembre al 4 de diciembre de 2016
Lunes 28.  19.30 h.: Sin intención. 
Martes 29. 19.30 h.: En sufragio de: Rosendo Roche; Alberta Martínez Pocoví. 
Miércoles 30. Fiesta de San Andrés, apóstol. 19.30 h.: En sufragio de: Víctor Ferragut. 
Jueves 1. 19.30 h.: En sufragio de: Petra Martínez e Isabel Terrades. 
Viernes 2. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Ferrer-Puig. 
Sábado 3. Por la mañana: San Francisco Javier, pbro. Por la tarde: Segundo Domingo de Adviento. 18.00 h.: Con niños. Sin intención. 19.30 h.: Sin intención. 21.00 h.: En sufragio de: Sagrario Domenech. 
Domingo 4. Segundo Domingo de Adviento. 10.00 h.: Sin intención. 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: Sin intención.
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19 de noviembre de 2016

Domingo 20 de noviembre de 2016. 34 CRISTO REY C.

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com


Domingo 20 de Noviembre de 2016

                  Queridos hermanos:
Hermoso colofón al año de la Misericordia el evangelio de este domingo. Jesucristo es el Rey de la Misericordia. Jesús en la cruz hace brillar su poder y su fuerza en la misericordia.
Ante las autoridades, ante los soldados y ante uno de los malhechores manifiesta su misericordia. Pues le piden que se salve. ¿Cómo puede ser que sea Dios, que esté en la cruz y no se salve? No entendían la misericordia de Dios.
Jesús no responde mal hacia los que le insultan y se burlan. No los condena. Al contrario, espera, ama y confía que reciban su amor paciente y crucificado. Jesús ofrece desde la cruz su amor a todos. También a los que se excluyen de su amor.
Con más claridad aparece su misericordia en la respuesta dada al buen ladrón. Éste supo robar la misericordia ofrecida por Jesús a todos. Este ladrón es modelo de conversión y testigo de la misericordia de Dios. Y un gran teólogo. Veamos:
1. La gracia actúa en él de tal forma que se convierte en defensor y abogado de Jesús ante las ofensas que recibe Jesús del otro malhechor. “¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio?”
2. Invoca la importancia del temor de Dios a la hora de hablar o actuar.
3. Además acepta su propia condena: “lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos.”
4. Confiesa como inocente a Jesús crucificado, y así el ladrón pasa de reo a juez que dicta sentencia: “éste no ha faltado en nada.”
5. Se encomienda a Jesús con mucha confianza, llamándolo “Jesús”, que significa “Dios salva”.
6. Se encomienda a Jesús que está crucificado. Por tanto hace una implícita confesión en que resucitará. Pues no se confiaría a alguien que iba a morir si no creyera que tras la muerte y puede hacer algo por él.
7. Lo confiesa como rey al adjudicarle un reino: «Jesús, acuérdate de mi cuando llegues a tu reino.»
8. Espera que Jesús tenga buena memoria. Cosa que no deja de hacer la Iglesia al decir en tantas ocasiones en la Liturgia: “acuérdate…”.
9. Y se atreve a hacerle una audaz petición de que le deje un pequeño sitio en su reino.
La respuesta de Jesús no se hace esperar:
«Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.»
Es curioso que este primer santo canonizado por el mismo Jesús no sea muy conocido. Pero ciertamente debe ser un poderoso intercesor ante las personas que se encuentran perdidas, excluidas, heridas, descartadas. Jesús, Rey misericordioso, haznos testigos de tu misericordia.
Jesús, vuestro párroco
+   Lectura del santo evangelio     según san Lucas                 23, 35-43

En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo:
— «A otros ha salvado; que se salve a si mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.»
Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo:
— «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.»
Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: «Éste es el rey de los judíos.»
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo:
— «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.»
Pero el otro lo increpaba:
— «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada.»
Y decía:
— «Jesús, acuérdate de mi cuando llegues a tu reino.»
Jesús le respondió:
— «Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.»
Palabra del Señor.
EL EVANGELIO COMENTADO
POR EL PAPA FRANCISCO
“Las palabras que Jesús pronuncia durante su Pasión encuentran su culminación en el perdón.
Jesús perdona: «Padre, perdónales porque no saben lo que hacen» (Lc 23, 34). No sólo son palabras, porque se convierten en un acto concreto en el perdón ofrecido al «buen ladrón», que estaba junto a Él. San Lucas escribe sobre dos delincuentes crucificados con Jesús, los cuales se dirigen a Él con actitudes opuestas.
El primero le insulta, como le insultaba toda la gente, ahí, como hacen los jefes del pueblo, pero este pobre hombre, llevado por la desesperación dice: «¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti mismo y a nosotros!» (Lc 23, 39). Este grito atestigua la angustia del hombre ante el misterio de la muerte y la trágica conciencia de que sólo Dios puede ser la respuesta liberadora: por eso es impensable que el Mesías, el enviado de Dios, pueda estar en la cruz sin hacer nada para salvarse. Y no entendían esto. No entendían el misterio del sacrificio de Jesús. Y en cambio, Jesús nos ha salvado permaneciendo en la cruz. Todos nosotros sabemos que no es fácil «permanecer en la cruz», en nuestras pequeñas cruces de cada día. Él en esta gran cruz, con este gran sufrimiento, ha permanecido así y les ha salvado; nos ha mostrado su omnipotencia y ahí nos ha perdonado. Ahí se cumple su donación de amor y surge para siempre nuestra salvación. Muriendo en la cruz, inocente entre dos criminales, Él testimonia que la salvación de Dios puede llegar a cualquier hombre en cualquier condición, incluso en la más negativa y dolorosa. La salvación de Dios es para todos, nadie excluido. Es un regalo para todos. (…) La Iglesia no es solamente para los buenos o para aquellos que parecen buenos o se creen buenos; la Iglesia es para todos, y además preferiblemente para los malos, porque la Iglesia es misericordia. Y este tiempo de gracia y de misericordia nos hace recordar que ¡nada nos puede separar del amor de Cristo! (cf. Rm 8, 39). A quien está postrado en una cama de hospital, a quien vive encerrado en una prisión, a los que están atrapados por las guerras, yo digo: mirad el Crucifijo; Dios está con vosotros, permanece con vosotros en la cruz y a todos se ofrece como Salvador, a todos nosotros. A vosotros que sufrís tanto digo, Jesús ha sido crucificado por vosotros, por nosotros, por todos. Dejad que la fuerza del Evangelio entre en vuestros corazones y os consuele, os dé esperanza y la íntima certeza de que nadie está excluido de su perdón. Pero vosotros podéis preguntarme: «Pero Padre dígame ¿El que ha hecho las cosas más malas durante la vida, tiene la posibilidad de ser perdonado?» — «¡Sí! Sí: ninguno está excluido del perdón de Dios. Solamente tiene que acercarse arrepentido a Jesús y con ganas de ser abrazado por Él».
Este era el primer delincuente. El otro es el llamado «buen ladrón». Sus palabras son un maravilloso modelo de arrepentimiento, una catequesis concentrada para aprender a pedir perdón a Jesús. Primero, él se dirige a su compañero: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena?» (Lc 23, 40). Así pone de relieve el punto de partida del arrepentimiento: el temor a Dios. Pero no el miedo a Dios, no: el temor filial de Dios. No es el miedo, sino ese respeto que se debe a Dios porque Él es Dios. Es un respeto filial porque Él es Padre. El buen ladrón recuerda la actitud fundamental que abre a la confianza en Dios: la conciencia de su omnipotencia y de su infinita bondad. Este es el respeto confiado que ayuda a dejar espacio a Dios y a encomendarse a su misericordia, incluso en la oscuridad más densa.
Después, declara la inocencia de Jesús y confiesa abiertamente su propia culpa: «Y nosotros con razón porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio éste nada malo ha hecho» (Lc 23, 41). Jesús está ahí en la cruz para estar con los culpables: a través de esta cercanía, Él les ofrece la salvación. Lo cual es un escándalo para los jefes y para el primer ladrón, para los que estaban ahí y se burlaban de Jesús, sin embargo esto es el fundamento de su fe. Y así el buen ladrón se convierte en testigo de la Gracia; ha ocurrido lo impensable: Dios me ha amado hasta tal punto que ha muerto en la cruz por mí. La fe misma de este hombre es fruto de la gracia de Cristo: sus ojos contemplan en el Crucificado el amor de Dios por él, pobre pecador. Es verdad, era ladrón, era un ladrón, había robado toda su vida. Pero al final, arrepentido de lo que había hecho, mirando a Jesús tan bueno y misericordioso logró robarse el cielo: ¡éste es un buen ladrón!
El buen ladrón se dirige directamente a Jesús, pidiendo su ayuda: «Jesús acuérdate de mí cuando vengas con tu reino» (Lc 23,42). Le llama por nombre, «Jesús», con confianza, y así confiesa lo que este nombre indica: «el Señor salva», esto significa el nombre de «Jesús». Ese hombre pide a Jesús que se acuerde de él. ¡Cuánta ternura en esta expresión, cuánta humanidad! Es la necesidad del ser humano de no ser abandonado, de que Dios le esté siempre cerca. De esta manera un condenado a muerte se convierte en modelo del cristiano que confía en Jesús.
Un condenado a muerte es un modelo para nosotros, un modelo para un hombre, para un cristiano que confía en Jesús; y también un modelo de la Iglesia que en la liturgia tantas veces invoca al Señor diciendo: «Acuérdate… Acuérdate… Acuérdate de tu amor…».
Mientras el buen ladrón habla del futuro: «cuando vengas con tu reino», la respuesta de Jesús no se hace esperar; habla en presente: dice «hoy estarás conmigo en el Paraíso» (v. 43). En la hora de la cruz, la salvación de Cristo llega a su culmen; y su promesa al buen ladrón revela el cumplimiento de su misión: es decir, salvar a los pecadores.”
(Francisco. Audiencia. 28-9-2016).
Jesús rey desde la cruz
440 “El verdadero sentido de su realeza no se ha manifestado más que desde lo alto de la Cruz (cf. Jn 19, 19-22; Lc 23, 39-43)”.

EL JUICIO PARTICULAR TRAS LA MUERTE
1021         La muerte pone fin a la vida del hombre como tiempo abierto a la aceptación o rechazo de la gracia divina manifestada en Cristo (cf. 2 Tm 1, 9-10). El Nuevo Testamento habla del juicio principalmente en la perspectiva del encuentro final con Cristo en su segunda venida; pero también asegura reiteradamente la existencia de la retribución inmediata después de la muerte de cada uno como consecuencia de sus obras y de su fe. La parábola del pobre Lázaro (cf. Lc 16, 22) y la palabra de Cristo en la Cruz al buen ladrón (cf. Lc 23, 43), así como otros textos del Nuevo Testamento (cf. 2 Co 5,8; Flp 1, 23; Hb 9, 27; 12, 23) hablan de un último destino del alma (cf. Mt 16, 26) que puede ser diferente para unos y para otros.

AMA HASTA EN SUS ÚLTIMAS PALABRAS EN LA CRUZ
2605  Cuando llega la hora de realizar el plan amoroso del Padre, Jesús deja entrever la profundidad insondable de su plegaria filial, no solo antes de entregarse libremente ("Abbá ...no mi voluntad, sino la tuya": Lc 22, 42), sino hasta en sus últimas palabras en la Cruz, donde orar y entregarse son una sola cosa: "Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen" (Lc 23, 34); "Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso" (Lc 24,43); "Mujer, ahí tienes a tu Hijo" - "Ahí tienes a tu madre" (Jn 19, 26-27); "Tengo sed" (Jn 19, 28); "¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?" (Mc 15, 34; cf Sal 22, 2); "Todo está cumplido" (Jn 19, 30); "Padre, en tus manos pongo mi espíritu" (Lc 23, 46), hasta ese "fuerte grito" cuando expira entregando el espíritu (cf Mc 15, 37; Jn 19, 30b).

JESÚS ESCUCHA LA ORACIÓN
2616  La oración a Jesús ya ha sido escuchada por él durante su ministerio, a través de los signos que anticipan el poder de su muerte y de su resurrección: Jesús escucha la oración de fe expresada en palabras (el leproso: cf Mc 1, 40-41; Jairo: cf Mc 5, 36; la cananea: cf Mc 7, 29; el buen ladrón: cf Lc 23, 39-43).
Ayuda a la Iglesia Necesitada ha presentado su Informe anual sobre la libertad religiosa en el mundo. Sus conclusiones son que el islam radical es la principal amenaza contra ella.
En estos dos últimos años, uno de cada cinco países del mundo ha sufrido ataques islamistas radicales. Los efectos de este «hiperextremismo islamista» en Oriente Medio están provocando la eliminación de toda forma de diversidad religiosa, con la pretensión de imponer estados monoconfesionales en toda la región.
La segunda conclusión es que la religión cristiana es la más perseguida: 334 millones de cristianos viven en países donde se les persigue y y 60 millones en países donde se les discrimina. De cada cuatro personas perseguidas por su religión en el mundo, tres son cristianas.
El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, clausuró el pasado domingo el Año Jubilar del Santo Cáliz de la Misericordia en la diócesis de Valencia en la que ha anunciado cuatro "signos permanentes" como “fruto” de este Año Santo.

1. La diócesis dedicará una casa-hogar para ancianos con hijos discapacitados, “gracias a las limosnas y diferentes peregrinaciones en el Año Santo”;
2. Abrirá dos albergues “para la sanación de chicos y chicas con problemas de drogadicciones, acompañados por los miembros de la Comunidad del Cenáculo de la madre Elvira”;
3. La diócesis destinará el diez por ciento de los presupuestos a “los pobres más pobres”,
4. Todos los colegios diocesanos “abrirán sus puertas en los periodos vacacionales para, además de atender pedagógicamente, dar alimento a niños en edad escolar, y otras iniciativas que se llevarán a cabo para atender a refugiados, excluidos y perseguidos”.
GASTOS RESTAURACIÓN   VIVIENDA PARROQUIAL
5.623,32 €
Donativo de 30 €: 
Se recaudaron:  1.045,00 € 
Falta pagar:     4.578,32 €
Donativos en BANKIA  (Paseo Germanías 82)
2038-6230-75-3000420970

1. El lunes 21 de noviembre a las 20.30 h. tendrá lugar la reunión con los padres de los jóvenes que se confirmarán el próximo 11 de diciembre en la parroquia.
2. El martes 22 de noviembre la parroquia celebrará Santa Cecilia. Con este motivo asistirá a la celebración de la misa de 19.30 h. la Asociación músico-vocal Santa Cecilia de Gandía.
3. El martes 22 de noviembre a las 20.30 h. se reunirá el Equipo de Pastoral de la Salud.
4. El miércoles 23 de noviembre a las 17.30 h. se reunirá el Equipo de Cáritas.
5. El sábado 26 de noviembre a las 11.00 h. en el Seminario de Moncada tendrán lugar los ministerios de lectorado y acolitado. Recemos por los seminaristas.
6. El sábado 26 de noviembre en la misa de 18.00 h. recibirán el salmo 112 los niños de 3º de Jesús es el Señor.
7. Colecta Día de la Iglesia Diocesana: 333 €.
8. Puede usted colaborar con la Ciudad de la Esperanza (CIDES) con la compra de un turrón solidario. En el despacho parroquial.
9. TIENE A SU DISPOSICIÓN EL EVANGELIO 2017 Y LIBRETAS PARA APUNTES.
10. Ya está a la venta el Calendario 2017. Ayúdenos a difundirlo. Es una pequeña campaña económica que realiza la parroquia para sufragar los muchos gastos que ocasiona la hipoteca y el crédito.
11. Se clausura este domingo 20 de noviembre el Jubileo del año de la misericordia que estamos seguros producirá abundantes frutos en la Iglesia y en el mundo.
12. De lunes a viernes a las 9.30 h. se hace en la la Capilla de la Comunión de la parroquia la oración matinal de Laudes con exposición del Santísimo Sacramento
13. COMIENZA EL ADVIENTO. El sábado 26 de noviembre, con las primeras vísperas, comienza el Tiempo de Adviento. Tienen a su disposición en la Parroquia las velas de la  corona de Adviento.
Del 21 al 27 de noviembre de 2016
Lunes 21. Presentación de la Santísima Virgen. 19.30 h.: Sin intención. 
Martes 22. Santa Cecilia Vg. y mr. 19.30 h.: En sufragio de: Alberta Martínez Pocovi. 
Miércoles 23. San Clemente, Papa y mr. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Montblanch-Jiménez y Clemente Jesús Serrano Serrano; José Antonio Cabanilles. 
Jueves 24. San Andrés Dunc-Lac y comp. mr. 19.30 h.: Sin intención. 
Viernes 25. Santa Catalina de Alejandría Vg. y mr. 19.30 h.: En sufragio de: Rvdo. D. José Pascual Moscardó Cerdá; Carlos García Pellicer. 
Sábado 26. Por la tarde: PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO. 18.00 h.: Con niños. Sin intención. 19.30 h.: Sin intención. 21.00 h.: Sin intención. 
Domingo 27. PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO. 10.00 h.: Sin intención. 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: Sin intención.
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