5 de noviembre de 2016

Domingo 6 de noviembre de 2016. XXXII (32) TO C.

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com


Domingo 6 de Noviembre de 2016

                  Queridos hermanos:
Escuchamos en el evangelio de este domingo una palabra cargada de esperanza: nuestro Dios es un Dios de vivos. Nuestro Dios se relaciona con personas concretas (Abraham, Isaac, Jacob…). Nuestro Dios no está ausente de la historia. Ha penetrado la historia de forma irreversible. Para él todos están vivos. La respuesta dada a los saduceos, que no creían en la resurrección, anticipa lo que vivirá en su Pascua: su muerte y resurrección.
Toda la vida cristiana desde el Bautismo, es participar de la muerte y resurrección de Cristo, que es insertada en nuestros corazones como un germen. Como dice San Pablo: “su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios.” (Rm 6,10). Ya nuestro Bautismo nos hace participar de la vida de Dios. “Si vivimos, vivimos para el Señor; y si morimos, morimos para el Señor. Así que, ya vivamos ya muramos, del Señor somos. Porque Cristo murió y volvió a la vida para eso, para ser Señor de muertos y vivos.” (Rm 14,8-9).
Dios inmortal y eterno que quiere que todos los hombres conozcan y se relacionen con este Dios vivo.
Evitemos tener el espíritu que mueve a los saduceos: un espíritu de pensar que las cosas no cambian. Ellos ostentaban el poder en Israel. Eran una pequeña aristocracia. Al no creer en la resurrección pensaban que lo único que queda es el poder que ellos pueden ejercer. En definitiva creen en un Dios que no actúa en la historia, que es incapaz de intervenir ante la muerte. Si Dios no tiene poder sobre la muerte solamente cabe esperar en un Dios que premia con el poder y la riqueza en esta vida.
Pero nuestra fe cree en un Dios que interviene hasta el punto de cambiar el rumbo de la historia. No creemos solamente que la historia puede cambiar. Creemos que ya ha cambiado por la resurrección de Jesucristo. Y por eso tengamos el fuego de la zarza que arde sin consumirse para anunciar la victoria de Cristo sobre la muerte, la victoria del amor sobre el odio, la victoria de la cruz. La acción de Dios, por medio de Jesucristo, nos hace “hijos de Dios”, partícipes de la victoria sobre la muerte, “partícipes de la resurrección” ya en este mundo. La fe en el Dios vivo, en el Señor vivo y resucitado y la en el Señor y Dador de Vida “nos transforma interiormente” e ilumina toda nuestra vida terrena desde el principio hasta el final. Esta acción del Señor ensancha nuestro corazón pues hace de nuestro corazón morada de la Trinidad. Somos habitados por el Dios vivo para vivir para Él y con Él. (cf. Francisco. Lumen Fidei 21). Tras la muerte se vivirá de forma plena este “ya no pueden morir”. Por la fe se ha infundido en nosotros la vida inmortal. Difundamos y no callemos esta VIDA.
Jesús, vuestro párroco 
+   Lectura del santo evangelio según san Lucas 20, 27-38

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: — «Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella.»
Jesús les contestó: — «En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos.»
Palabra del Señor.
LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO
NO ES ALGO DEL PASADO.
“Algunas personas no se entregan a la misión, pues creen que nada puede cambiar y entonces para ellos es inútil esforzarse. Piensan así: «¿Para qué me voy a privar de mis comodidades y placeres si no voy a ver ningún resultado importante?». Con esa actitud se vuelve imposible ser misioneros. Tal actitud es precisamente una excusa maligna para quedarse encerrados en la comodidad, la flojera, la tristeza insatisfecha, el vacío egoísta. Se trata de una actitud autodestructiva porque «el hombre no puede vivir sin esperanza: su vida, condenada a la insignificancia, se volvería insoportable».
Si pensamos que las cosas no van a cambiar, recordemos que Jesucristo ha triunfado sobre el pecado y la muerte y está lleno de poder. Jesucristo verdaderamente vive. De otro modo, «si Cristo no resucitó, nuestra predicación está vacía» (1 Co 15,14). El Evangelio nos relata que cuando los primeros discípulos salieron a predicar, «el Señor colaboraba con ellos y confirmaba la Palabra» (Mc 16,20). Eso también sucede hoy. Se nos invita a descubrirlo, a vivirlo. Cristo resucitado y glorioso es la fuente profunda de nuestra esperanza, y no nos faltará su ayuda para cumplir la misión que nos encomienda.
Su resurrección no es algo del pasado; entraña una fuerza de vida que ha penetrado el mundo. Donde parece que todo ha muerto, por todas partes vuelven a aparecer los brotes de la resurrección. Es una fuerza imparable. Verdad que muchas veces parece que Dios no existiera: vemos injusticias, maldades, indiferencias y crueldades que no ceden. Pero también es cierto que en medio de la oscuridad siempre comienza a brotar algo nuevo, que tarde o temprano produce un fruto. En un campo arrasado vuelve a aparecer la vida, tozuda e invencible. Habrá muchas cosas negras, pero el bien siempre tiende a volver a brotar y a difundirse. Cada día en el mundo renace la belleza, que resucita transformada a través de las tormentas de la historia. Los valores tienden siempre a reaparecer de nuevas maneras, y de hecho el ser humano ha renacido muchas veces de lo que parecía irreversible. Ésa es la fuerza de la resurrección y cada evangelizador es un instrumento de ese dinamismo. (Francisco. Evangelii Gaudium 275-276). 
LA RESURRECCION DE CRISTO Y LA NUESTRA
Revelación progresiva de la Resurrección

993  Los fariseos (cf. Hch 23, 6) y muchos contemporáneos del Señor (cf. Jn 11, 24) esperaban la resurrección. Jesús la enseña firmemente. A los saduceos que la niegan responde: "Vosotros no conocéis ni las Escrituras ni el poder de Dios, vosotros estáis en el error" (Mc 12, 24). La fe en la resurrección descansa en la fe en Dios  que "no es un Dios de muertos sino de vivos" (Mc 12, 27).

994           Pero hay más: Jesús liga la fe en la resurrección a la fe en su propia persona: "Yo soy la resurrección y la vida" (Jn 11, 25). Es el mismo Jesús el que resucitará en el último día a quienes hayan creído en él. (cf. Jn 5, 24-25; 6, 40) y hayan comido su cuerpo y bebido su sangre (cf. Jn 6, 54). En su vida pública ofrece ya un signo y una prenda de la resurrección devolviendo la vida a algunos muertos (cf. Mc 5, 21-42; Lc 7, 11-17; Jn 11), anunciando así su propia Resurrección que, no obstante, será de otro orden. De este acontecimiento único, El habla como del "signo de Jonás" (Mt 12, 39), del signo del Templo (cf. Jn 2, 19-22): anuncia su Resurrección al tercer día después de su muerte (cf. Mc 10, 34).

995   Ser testigo de Cristo es ser "testigo de su Resurrección" (Hch 1, 22; cf. 4, 33), "haber comido y bebido con El después de su Resurrección de entre los muertos" (Hch 10, 41). La esperanza cristiana en la resurrección está totalmente marcada por los encuentros con Cristo resucitado. Nosotros resucitaremos como El, con El, por El.
996  Desde el principio, la fe cristiana en la resurrección ha encontrado incomprensiones y oposiciones (cf. Hch 17, 32; 1 Co 15, 12-13). "En ningún punto la fe cristiana encuentra más contradicción que en la resurrección de la carne" (San Agustín, psal. 88, 2, 5). Se acepta muy comúnmente que, después de la muerte, la vida de la persona humana continúa de una forma espiritual. Pero ¿cómo creer que este cuerpo tan manifiestamente mortal pueda resucitar a la vida eterna?

  Cómo resucitan los muertos

997   ¿Qué es resucitar? En la muerte, separación del alma y el cuerpo, el cuerpo del hombre cae en la corrupción, mientras que su alma va al encuentro con Dios, en espera de reunirse con su cuerpo glorificado. Dios en su omnipotencia dará definitivamente a nuestros cuerpos la vida incorruptible uniéndolos a nuestras almas, por la virtud de la Resurrección de Jesús.

998  ¿Quién resucitará? Todos los hombres que han muerto: "los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación" (Jn 5, 29; cf. Dn 12, 2).

999  ¿Cómo? Cristo resucitó con su propio cuerpo: "Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo" (Lc 24, 39); pero El no volvió a una vida terrenal. Del mismo modo, en El "todos resucitarán con su propio cuerpo, que tienen ahora" (Cc de Letrán IV: DS 801), pero este cuerpo será "transfigurado en cuerpo de gloria" (Flp 3, 21), en "cuerpo espiritual" (1 Co 15, 44):

       Pero dirá alguno: ¿cómo resucitan los muertos? ¿Con qué cuerpo vuelven a la vida? ¡Necio! Lo que tú siembras no revive si no muere. Y lo que tú siembras no es el cuerpo que va a brotar, sino un simple grano..., se siembra corrupción, resucita incorrupción; ... los muertos resucitarán incorruptibles. En efecto, es necesario que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este ser mortal se revista de inmortalidad (1 Cor 15,35-37. 42. 53).

1000  Este "cómo" sobrepasa nuestra  imaginación y nuestro entendimiento; no es accesible más que en la fe. Pero nuestra participación en la Eucaristía nos da ya un anticipo de la transfiguración de nuestro cuerpo por Cristo:

   Así como el pan que viene de la tierra, después de haber recibido la invocación de Dios, ya no es pan ordinario, sino Eucaristía, constituida por dos cosas, una terrena y otra celestial, así nuestros cuerpos que participan en la eucaristía ya no son corruptibles, ya que tienen la esperanza de la resurrección (San Ireneo de Lyon, haer. 4, 18, 4-5).

1001  ¿Cuándo? Sin duda en el "último día" (Jn 6, 39-40. 44. 54; 11, 24); "al fin del mundo" (LG 48). En efecto, la resurrección de los muertos está íntimamente asociada a la Parusía de Cristo:
  El Señor mismo, a la orden dada por la voz de un arcángel y por la trompeta de Dios, bajará del cielo, y los que murieron en Cristo  resucitarán en primer lugar (1 Ts 4, 16).
Señor Jesús, hijo de Dios vivo, hijo del Dios de vivos, que fuiste resucitado de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo, escucha nuestras súplicas por todos nuestros hermanos difuntos, perdona sus pecados, y afianza nuestra esperanza de que resucitarán y pues fueron asociados a tu Iglesia, a tu Cuerpo místico, durante su vida mortal, llévalos contigo a la patria de la Luz para que participen de la ciudadanía de los santos.
El 13 de noviembre se celebra el Día de la Iglesia Diocesana con el lema, “Somos una gran familia CONTIGO”.  Un año más, el secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia se invita a colaborar con nuestra parroquia; “en una parroquia fuimos bautizados y, por eso, pertenecemos a la familia de los hijos de Dios. Somos hermanos entre nosotros por el bautismo, hijos de un mismo Padre. Que este día nos acerque a sentirnos un poco más familia, un poco más parroquia”.
El domingo 16 de octubre fue canonizado José Sánchez del Río, el "niño cristero", que tenía 14 años cuando fue torturado y asesinado en febrero de 1928 en Sahuayo (Michoacán, México), durante la persecución anticatólica del régimen laicista de Plutarco Elías Calles. Entre las leyes emitidas estaba la prohibición de la confesión sacramental, la prohibición de la libertad de conciencia y de expresión (de prensa religiosa), la supresión de la vida religiosa, la incautación de los bienes eclesiásticos, la expulsión de los misioneros no mexicanos, la eliminación de cualquier expresión religiosa pública en la vestimenta, toque de campanas, la imposición de una educación laica, también en las escuelas… En ese contexto José Sánchez del Río, fue un verdadero testigo de la fe. Le dijo a su madre: "Mamá, nunca había sido tan fácil ganarse el cielo como ahora, y no quiero perder la ocasión". Cuando fue apresado escribe una carta a su madre: “Mi querida mamá: Fui hecho prisionero en combate en este día. Creo que voy a morir, pero no importa, mamá. Resígnate a la voluntad de Dios. No te preocupes por mi muerte... haz la voluntad de Dios, ten valor y mándame la bendición juntamente con la de mi padre...". La noche de su martirio le desollaron los pies con un cuchillo y lo hicieron caminar a golpes hasta el cementerio. Cuando comenzaron a apuñalarlo a cada puñalada gritaba: "¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!".
GASTOS RESTAURACIÓN   VIVIENDA PARROQUIAL
5.623,32 €
Se recaudaron:  1.015,00 €
de  diversos donativos
Falta pagar:     4.608,32
Donativos en BANKIA
(Paseo Germanías 82)
2038-6230-75-3000420970 

1. De lunes a viernes  se hace en la parroquia la oración matinal de Laudes en la Capilla de la Comunión. A las 9.30 h. se expondrá el Santísimo Sacramento y se rezará la oración de la mañana.
2. El martes 8 después de la misa se reunirá el Equipo de Pastoral de la Salud.
3. El miércoles 9 habrá reunión a la 17.30 h. con los padres de 3er curso de Jesús es el Señor.
4. El miércoles 9 a las 20.30 h. habrá formación de Liturgia.
5. El domingo 13 de noviembre a las 18:30 horas en la Catedral de Valencia el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares presidirá la clausura del Año del Santo Cáliz, celebrado en la archidiócesis de Valencia, y la del Año Jubilar de la Misericordia, convocado por el papa Francisco. 
6. La colecta del Domund 2016 asciende a 1.069 €.
7. La colecta a favor de Haití ha ascendido a 546 €.
    Del 7 al 13 de noviembre de 2016
    Lunes 7. San Jacinto Castañeda, pbro. y mr. 19.30 h.: En sufragio de: Rvdo. D. Jesús Martí Ballester; Mercedes Borrull Villanueva. 
    Martes 8. 19.30 h.: En sufragio de: Antonio Casanova; Mª Dolores Gómez Gassent. 
    Miércoles 9. Fiesta de la Dedicación de San Juan de Letrán. 19.30 h.: En sufragio de: Sin intención. 
    Jueves 10. San León Magno, Papa y Dr. 19.30 h.: Sin intención. 
    Viernes 11. San Martín de Tours Ob. 19.30 h.: Sin intención. 
    Sábado 12. Por la mañana: San Josafat, Ob. y  mr. Por la tarde: Domingo XXXIII del T.O. 18.00 h.: Con niños. Sin intención. 19.30 h.: En sufragio de: Dolores Puig Matoses. 21.00 h.: Sin intención. 
    Domingo 13. Domingo XXXIII del T.O. 10.00 h.: Sin intención. 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: Sin intención.
    A lo largo del año, en todas las misas, se reza por todos los difuntos. Algunas celebraciones incluyen una intención particular por algún difunto o por alguna necesidad. En muchas de las ocasiones se acompaña de una ofrenda para el sacerdote llamada estipendio. Les invitamos a solicitar en el despacho la celebración de intenciones particulares o misas en sufragio. Tengan en cuenta que ahora somos tres sacerdotes a su servicio en la parroquia.
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