31 de agosto de 2013

Domingo 1 de Septiembre de 2013 - XXII TO C

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com

Domingo 1 de Septiembre de 2013  
Queridos hermanos: 
El Evangelio de este domingo nos presenta tres momentos distintos: la entrada de Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer. En esa entrada Jesús cura en sábado a un hombre aquejado de hidropesía. Esta escena no aparece en el evangelio de este domingo por razones de brevedad. En segundo lugar la elección de los puestos en el convite. En tercer lugar la elección de las personas a las que invitar al convite. 
Todo esto unido a dos miradas muy distintas: la de los fariseos que espían a Jesús. La de Jesús que observa en el convite lo que pasa en la realidad de la vida: la búsqueda del primer puesto y la exclusión de los marginados. El camino de salida de esta situación: la humildad “todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.» Y la bienaventuranza: “dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.»
Dios es humilde. En todo lo que hace, en la creación y en la historia de la salvación, ha ido revelando su humildad. Es el modo de actuar de Dios. Es el modo de actuar del Hijo de Dios, desde la encarnación, su nacimiento, su vida oculta en Egipto y Nazaret, su ministerio público, su pasión y muerte. Y tras su resurrección, por medio del humilde Espíritu Santo, sigue manifestándose a los humildes, a los pobres, a los que buscan con sincero corazón a los que invita a su banquete. Invita a personas con diversas pobrezas o limitaciones (lisiados, cojos, ciegos...).
Ciertamente, es verdad que el hombre es pobre, pues nace desnudo y se va sin nada. Y es limitado por circunstancias o pecados propios o ajenos. En el camino de su vida debe descubrir esta gran verdad. También es verdad que el hombre es un invitado a un banquete que Dios ha preparado para los pobres. “No sólo ha sido llamado a la existencia como todas las demás criaturas del mundo visible, sino que desde el primer momento de su existencia y para todo el tiempo de su vida terrena, ha sido invitado; invitado a un “banquete”, o sea, a la intimidad y comunión con el mismo Dios, más allá del ámbito de esta existencia terrena”. (Bto. Juan Pablo II. Ángelus 31-VIII-1980). Si así hemos sido amados, siendo invitados en nuestras pobrezas y limitaciones, acerquémonos a la bienaventuranza de amar así a nuestros hermanos sin esperar paga. Si el Reino de Dios es de los pobres, serán ellos los que nos acojan en el cielo.
Jesús, vuestro párroco

 
+   Lectura del santo evangelio según san Lucas 14, 1. 7-14

Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso esta parábola:
— «Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: “Cédele el puesto a éste.”
Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto.
Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga:
“Amigo, sube más arriba.” Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»
Y dijo al que lo había invitado:
— «Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.»

Palabra del Señor.
LA HUMILDAD
2546 "Bienaventurados los pobres en el espíritu" (Mt 5,3). Las bienaventuranzas revelan un orden de felicidad y de gracia, de belleza y de paz. Jesús celebra la alegría de los pobres de quienes es ya el Reino (Lc 6,20):
El Verbo llama "pobreza en el Espíritu" a la humildad voluntaria de un espíritu humano y su renuncia; el Apóstol nos da como ejemplo la pobreza de Dios cuando dice: "Se hizo pobre por nosotros" (2 Co 8,9) (S. Gregorio de Nisa, beat, 1).

2547 El Señor se lamenta de los ricos porque encuentran su consuelo en la abundancia de bienes (Lc 6,24). "El orgulloso busca el poder terreno, mientras el pobre en espíritu busca el Reino de los Cielos" (S. Agustín, serm. Dom. 1,1). El abandono en la Providencia del Padre del Cielo libera de la inquietud por el mañana (cf Mt 6,25-34). La confianza en Dios dispone a la bienaventuranza de los pobres: ellos verán a Dios.

LA ORACIÓN CAMINO DE HUMILDAD
2559 "La oración es la elevación del alma a Dios o la petición a Dios de bienes convenientes" (San Juan Damasceno, f. o. 3, 24). ¿Desde dónde hablamos cuando oramos?  ¿Desde la altura de nuestro orgullo y de nuestra propia voluntad, o desde "lo más profundo" (Sal 130, 14) de un corazón humilde y contrito? El que se humilla es ensalzado (cf Lc 18, 9-14). La humildad es la base de la oración. "Nosotros no sabemos pedir como conviene" (Rom 8, 26). La humildad es una disposición necesaria para recibir gratuitamente el don de la oración: el hombre es un mendigo de Dios (cf San Agustín, serm 56, 6, 9).

2631 La humildad confiada nos devuelve a la luz de la comunión con el Padre y su Hijo Jesucristo, y de los unos con los otros (cf 1 Jn 1, 7-2, 2): entonces "cuanto pidamos lo recibimos de El" (1 Jn 3, 22). 

LA ADORACIÓN, CAMINO DE HUMILDAD
2097 Adorar a Dios es reconocer, en el respeto y la sumisión absoluta, la "nada de la criatura", que sólo existe por Dios. Adorar a Dios es alabarlo, exaltarle y humillarse a sí mismo, como hace María en el Magnificat, confesando con gratitud que él ha hecho grandes cosas y que su nombre es santo (cf Lc 1,46-49). La adoración del Dios único libera al hombre del repliegue sobre sí mismo, de la esclavitud del pecado y de la idolatría del mundo.

2628 La adoración es la primera actitud del hombre que se reconoce criatura ante su Creador. Exalta la grandeza del Señor que nos ha hecho (cf Sal 95, 1-6) y la omnipotencia del Salvador que nos libera del mal. Es la acción de humillar el espíritu ante el "Rey de la gloria" (Sal 14, 9-10) y el silencio respetuoso en presencia de Dios "siempre mayor" (S. Agustín, Sal. 62, 16). La adoración de Dios tres veces santo y soberanamente amable nos llena de humildad y da seguridad a nuestras súplicas.


 Cada hombre es un invitado 
“La liturgia de hoy -y sobre todo el Evangelio- nos dice a cada uno, a cada hombre, que es “invitado”. A lo largo de la historia se ha tratado de distintos modos -y se trata actualmente- de expresar la verdad sobre el hombre, y de una respuesta a esta pregunta: ¿Quién es el hombre? Cristo llama al hombre “el invitado” y lo manifiesta directamente en algunas parábolas e indirectamente en todo el Evangelio. El hombre es un “invitado” por Dios. No sólo ha sido llamado a la existencia como todas las demás criaturas del mundo visible, sino que desde el primer momento de su existencia y para todo el tiempo de su vida terrena, ha sido invitado; invitado a un “banquete”, o sea, a la intimidad y comunión con el mismo Dios, más allá del ámbito de esta existencia terrena. 
Esta invitación es decisiva por lo que respecta a la dimensión cabal de la vida humana. 
Al aceptar el hecho de ser “invitado”, el hombre vuelve a encontrar la verdad plena sobre sí. Y descubre asimismo su puesto justo entre los demás hombres. En esto consiste el significado fundamental de la humildad de que habla Cristo en el Evangelio de hoy, cuando recomienda a los invitados a la “boda” que no ocupen el primer puesto, sino el último, en espera del puesto definitivo que les señalará el amo. "En esta parábola está oculto un principio fundamental, o sea, que para descubrir que ser hombre significa ser invitado, es necesario dejarse guiar por la humildad. El juicio desatinado sobre sí mismo ofusca en el hombre lo que está inscrito profundamente en su humildad, es decir el misterio de la invitación que viene de Dios. En la oración que rezaremos dentro de poco se repetirán las palabras de María de Nazaret: “Ecce ancilla Domini, fiat mihi secundum verbum tuum”. Que estas palabras nos ayuden siempre a volver a descubrir continuamente esta verdad que cada uno de nosotros está “invitado” en Jesucristo. Y nos ayuden a responder a esta invitación que nos hace Dios, en la que se sintetiza la justa dignidad del hombre”. (Bto. Juan Pablo II. Ángelus 31-VIII-1980) 

SEGUIR EL CAMINO DE LA HUMILDAD
"Cuanto más grande seas, tanto más debes humillarte, y ante el Señor hallarás gracia, pues grande es el poderío del Señor, y por los humildes es glorificado", nos dice el pasaje del Sirácida ( Si 3, 18-20); y Jesús, en el evangelio, después de la parábola de los invitados a las bodas, concluye: "Todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado" ( Lc 14, 11). Esta perspectiva que nos indican las Escrituras choca fuertemente hoy con la cultura y la sensibilidad del hombre contemporáneo. Al humilde se le considera un abandonista, un derrotado, uno que no tiene nada que decir al mundo. Y, en cambio, este es el camino real, y no sólo porque la humildad es una gran virtud humana, sino, en primer lugar, porque constituye el modo de actuar de Dios mismo. Es el camino que eligió Cristo, el mediador de la nueva Alianza, el cual, "actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz" ( Flp 2, 8). Queridos jóvenes, (…) no sigáis el camino del orgullo, sino el de la humildad. Id contra corriente: no escuchéis las voces interesadas y persuasivas que hoy, desde muchas partes, proponen modelos de vida marcados por la arrogancia y la violencia, por la prepotencia y el éxito a toda costa, por el aparecer y el tener, en detrimento del ser. (…) el camino de la humildad no es un camino de renuncia, sino de valentía. No es resultado de una derrota, sino de una victoria del amor sobre el egoísmo y de la gracia sobre el pecado. Siguiendo a Cristo e imitando a María, debemos tener la valentía de la humildad; debemos encomendarnos humildemente al Señor, porque sólo así podremos llegar a ser instrumentos dóciles en sus manos, y le permitiremos hacer en nosotros grandes cosas. En María y en los santos el Señor obró grandes prodigios”. (Benedicto XVI. Homilía 2-9-2007).
“¡Salve, reina sabiduría!, el Señor te salve con tu hermana la santa pura sencillez. ¡Señora santa pobreza!, el Señor te salve con tu hermana la santa humildad. ¡Señora santa caridad!, el Señor te salve con tu hermana la santa obediencia. ¡Santísimas virtudes!, a todas os salve el Señor, de quien venís y procedéis.
No hay absolutamente ningún hombre en el mundo entero que pueda tener una de vosotras si antes él no muere. El que tiene una y no ofende a las otras, las tiene todas. Y el que ofende a una, no tiene ninguna y a todas ofende (cf. Sant 2,10). Y cada una confunde a los vicios y pecados.
La santa sabiduría confunde a Satanás y todas sus malicias. La pura santa sencillez confunde a toda la sabiduría de este mundo (cf. 1 Cor 2,6) y a la sabiduría del cuerpo. La santa pobreza confunde a la codicia y avaricia y cuidados de este siglo. La santa humildad confunde a la soberbia y a todos los hombres que hay en el mundo, e igualmente a todas las cosas que hay en el mundo. La santa caridad confunde a todas las tentaciones diabólicas y carnales y a todos los temores carnales (cf. 1 Jn 4, 18). La santa obediencia confunde a todas las voluntades corporales y carnales, y tiene mortificado su cuerpo para obedecer al espíritu y para obedecer a su hermano, y está sujeto y sometido a todos los hombres que hay en el mundo, y no únicamente a solos los hombres, sino también a todas las bestias y fieras, para que puedan hacer de él todo lo que quieran, en la medida en que les fuere dado desde arriba por el Señor (cf. Jn 19,11). (San Francisco de Asís. Saludo a las Virtudes).
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“Bienaventurados los pacíficos, porque serán llamados hijos de Dios (Mt 5,9). El siervo de Dios no puede conocer cuánta paciencia y humildad tiene en sí, mientras todo le suceda a su satisfacción. Pero cuando venga el tiempo en que aquellos que deberían causarle satisfacción, le hagan lo contrario, cuanta paciencia y humildad tenga entonces, tanta tiene y no más”. (San Francisco de Asís. Admoniciones, 13,1-2).
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“No hay humildad tan grande como la de Cristo, quien siendo Dios quiso hacerse hombre, siendo Señor quiso tomar la condición de esclavo sometiéndose incluso a la muerte, según se dice en Flp 2, y llegó a bajar al infierno. Por eso mereció ser ensalzado hasta el cielo, hasta el solio de Dios, porque el camino al encumbramiento es la humildad: "El que se humilla será enaltecido" (Lc 14,11). (Santo Tomás de Aquino. Escritos catequísticos. Cap. 6).

Señor Jesús, que nos has mostrado el camino de la verdadera humanidad al hacerte pobre por nosotros, en la humildad de la encarnación, del nacimiento en el seno de una familia pobre y en la pobreza del establo, de la precariedad de una familia que tiene que emigrar a Egipto y vivir más tarde la sencillez de la vida ordinaria en el silencio y el trabajo de Nazaret;
Señor Jesús, que nos has enseñado el camino de la Vida al enseñarnos en las bienaventuranzas la dicha de los pobres en el espíritu, la alegría de los pobres de quienes es ya el Reino
Señor Jesús, que nos has mostrado el camino contrario al viejo Adán, que escaló por vías de soberbia, al abajarte a ser uno de tantos, siervo humilde, obediente hasta la muerte de cruz; y al resucitar nos has enseñado que el que se humilla será enaltecido;
Señor Jesús, que has mostrado también la humildad de Dios quedándote, por nuestra salvación escondido bajo una pequeña forma de pan;
¡Oh admirable celsitud y asombrosa condescendencia! ¡Oh humildad sublime! ¡Oh sublimidad humilde!
Concede a tu Iglesia, y a cuantos enseñas el camino de la pobreza, contemplar tu humildad, ensalzar tu pobreza y vivir conforme a este caminito: humillaos también vosotros para que seáis ensalzados por él (cf. 1 Pe 5,6; Sant 4,10), reconociéndonos invitados tuyos al banquete de la vida presente y, por los sacramentos, sobre todo la Eucaristía, de la Vida Futura.
Danos tratar a nuestros hermanos con la misma consideración con que nos tratas. Otórganos caridad y sabiduría, paciencia y humildad, pobreza con alegría, quietud y meditación, temor de Dios, misericordia y discreción. (cf. San Francisco de Asís. Carta a toda la Orden 27-28 y Admoniciones 27,1-6).

24 de agosto de 2013

Domingo 25 de agosto. XXI TO 2013 C.

HOJA
PARROQUIAL
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Domingo 25 de Agosto 2013  
Queridos hermanos:
Con el pasaje evangélico de esta semana Jesús insiste en la necesidad del arrepentimiento: no basta con comer y beber ocasionalmente con Jesús, si no que hay que participar con su vida, cuyo símbolo es la comunión de mesa con los humildes: “convertíos y creed en el Evangelio” (Mc 1, 15). Pero la conversión no es sólo una obra humana: “es el movimiento del "corazón contrito" (Sal 51,19), atraído y movido por la gracia (cf Jn 6,44; 12,32) a responder al amor misericordioso de Dios que nos ha amado primero (cf 1 Jn 4,10). De ello da testimonio la conversión de S. Pedro tras la triple negación de su Maestro. La mirada de infinita misericordia de Jesús provoca las lágrimas del arrepentimiento (Lc 22,61) y, tras la resurrección del Señor, la triple afirmación de su amor hacia él (cf Jn 21,15-17). La segunda conversión tiene también una dimensión comunitaria. Esto aparece en la llamada del Señor a toda la Iglesia: "¡Arrepiéntete!" (Ap 2,5.16).” (CEC 1428)
“Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.” La Iglesia está necesitada de una purificación constante, por eso busca sin cesar la penitencia y la renovación en todos sus miembros. “Ya en tiempos de los profetas era significativo que acentuasen el tema de la misericordia debido a los pecados del pueblo, en conexión con la imagen incisiva del amor por parte de Dios. El Señor ama a Israel con el amor de una peculiar elección, semejante al amor de un esposo, y por esto perdona sus culpas e incluso sus infidelidades y traiciones. En la predicación de los profetas la misericordia significa una potencia especial del amor, que prevalece sobre el pecado y la infidelidad del pueblo elegido. En este amplio contexto «social», la misericordia aparece como elemento correlativo de la experiencia interior de las personas en particular, que versan en estado de culpa o padecen toda clase de sufrimientos y desventuras. Tanto el mal físico como el mal moral o pecado hacen que los hijos e hijas de Israel se dirijan al Señor recurriendo a su misericordia. Así lo hace David, con la conciencia de la gravedad de su culpa.” (Bto. Juan Pablo II, Dives in misericordia)

María, madre nuestra, aunque si nuestro amor se olvidase, tú no te olvides de nosotros.

Arturo vuestro vicario
 
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 13, 22-30

En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando. Uno le preguntó: — «Señor, ¿serán pocos los que se salven?» Jesús les dijo: — «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo: “Señor, ábrenos”; y él os replicará: “No sé quiénes sois.” Entonces comenzaréis a decir. “Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas.” Pero él os replicará: “No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados.”
Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.»

Palabra del Señor.

Padre de bondad, Tú que eres fiel a tus promesas de generación en generación, ayúdanos a ser fieles a tu Hijo Jesucristo, para que junto con María y los santos podamos seguirle con mayor entrega y servicio. Tú que nos has prometido participar en el banquete del reino de los cielos ayúdanos, por tu infinita misericordia y los meritos de la Virgen participar de las alegrías eternas.
«Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Con estas palabras, Jesús se dirige a cada uno de ustedes diciendo: «Qué bonito ha sido participar en la Jornada Mundial de la Juventud, vivir la fe junto a jóvenes venidos de los cuatro ángulos de la tierra, pero ahora tú debes ir y transmitir esta experiencia a los demás». Jesús te llama a ser discípulo en misión. A la luz de la palabra de Dios que hemos escuchado, ¿qué nos dice hoy el Señor? ¿qué nos dice hoy el Señor? Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir.
1. Vayan. En estos días aquí en Río, han podido experimentar la belleza de encontrar a Jesús y de encontrarlo juntos, han sentido la alegría de la fe. Pero la experiencia de este encuentro no puede quedar encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de su comunidad. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde. La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos conozcan, amen y profesen a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia (cf. Rm 10,9).
Pero ¡cuidado! Jesús no ha dicho: si quieren, si tienen tiempo vayan, sino que dijo: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, también a ti; es un mandato que no nace de la voluntad de dominio, de la voluntad de poder, sino de la fuerza del amor, del hecho que Jesús ha venido antes a nosotros y nos ha dado, no nos dio algo de sí, sino se nos dio todo él, él ha dado su vida para salvarnos y mostrarnos el amor y la misericordia de Dios. Jesús no nos trata como a esclavos, sino como a personas libres, amigos, hermanos; y no sólo nos envía, sino que nos acompaña, está siempre a nuestro lado en esta misión de amor.
¿Adónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía a todos. El evangelio no es para algunos sino para todos. No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente. El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor.
En particular, quisiera que este mandato de Cristo: «Vayan», resonara en ustedes jóvenes de la Iglesia en América Latina, comprometidos en la misión continental promovida por los obispos. Brasil, América Latina, el mundo tiene necesidad de Cristo. San Pablo dice: «¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!» (1 Co 9,16). Este continente ha recibido el anuncio del evangelio, que ha marcado su camino y ha dado mucho fruto. Ahora este anuncio se os ha confiado también a ustedes, para que resuene con renovada fuerza. La Iglesia necesita de ustedes, del entusiasmo, la creatividad y la alegría que les caracteriza. Un gran apóstol de Brasil, el beato José de Anchieta, se marchó a misionar cuando tenía sólo diecinueve años. ¿Saben cuál es el mejor medio para evangelizar a los jóvenes? Otro joven. ¡Éste es el camino que ha de ser recorrido por ustedes!

2. Sin miedo. Puede que alguno piense: «No tengo ninguna preparación especial, ¿cómo puedo ir y anunciar el evangelio?». Querido amigo, tu miedo no se diferencia mucho del de Jeremías, escuchamos en la lectura recién, cuando fue llamado por Dios para ser profeta: «¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que sólo soy un niño». También Dios les dice a ustedes lo que le dijo a Jeremías: «No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte» (Jr 1,6.8). Él está con nosotros.
«No tengan miedo». Cuando vamos a anunciar a Cristo, es él mismo el que va por delante y nos guía. Al enviar a sus discípulos en misión, ha prometido: «Yo estoy con ustedes todos los días» (Mt 28,20). Y esto es verdad también para nosotros. Jesús no nos deja solos, nunca deja solo a nadie. Nos acompaña siempre.
3. La última palabra: para servir. Al comienzo del salmo que hemos proclamado están estas palabras: «Canten al Señor un cántico nuevo» (95,1). ¿Cuál es este cántico nuevo? No son palabras, no es una melodía, sino que es el canto de su vida, es dejar que nuestra vida se identifique con la de Jesús, es tener sus sentimientos, sus pensamientos, sus acciones. Y la vida de Jesús es una vida para los demás, la vida de Jesús es una vida para los demás. Es una vida de servicio.
Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir. Vayan, sin miedo, para servir. Siguiendo estas tres palabras experimentarán que quien evangeliza es evangelizado, quien transmite la alegría de la fe, recibe más alegría. Queridos jóvenes, cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del evangelio. En la primera lectura, cuando Dios envía al profeta Jeremías, le da el poder para «arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para reedificar y plantar» (Jr 1,10). También es así para ustedes. Llevar el evangelio es llevar la fuerza de Dios para arrancar y arrasar el mal y la violencia; para destruir y demoler las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio; para edificar un mundo nuevo. Queridos jóvenes: Jesucristo cuenta con ustedes. La Iglesia cuenta con ustedes. El Papa cuenta con ustedes. Que María, Madre de Jesús y Madre nuestra, los acompañe siempre con su ternura: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Amén. (Eucaristía clausura JMJ Río de Janeiro 2013).

Gracias.. Gracias.. por estar hoy aquí, por haber venido… Gracias a los que están adentro y muchas gracias a los que están afuera. A los 30 mil, que me dicen que hay afuera. Desde acá los saludo; están bajo la lluvia... Gracias por el gesto de acercarse... Quisiera decir una cosa: ¿qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud? Espero lío. Que acá adentro va a haber lío, va a haber. Que acá en Río va a haber lío, va a haber. Pero quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera… Quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos.

Las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir; si no salen se convierten en una ONG, y la Iglesia no puede ser una ONG. Que me perdonen los Obispos y los curas, si algunos después le arman lío a ustedes, pero.. Es el consejo. Y gracias por lo que puedan hacer.

Miren, yo pienso que, en este momento, esta civilización mundial se pasó de rosca, se pasó de rosca, porque es tal el culto que ha hecho al dios dinero, que estamos presenciando una filosofía y una praxis de exclusión de los dos polos de la vida que son las promesas de los pueblos. Exclusión de los ancianos, por supuesto, porque uno podría pensar que podría haber una especie de eutanasia escondida; es decir, no se cuida a los ancianos; pero también está la eutanasia cultural: no se les deja hablar, no se les deja actuar. Y exclusión de los jóvenes. El porcentaje que hay de jóvenes sin trabajo, sin empleo, es muy alto, y es una generación que no tiene la experiencia de la dignidad ganada por el trabajo. O sea, esta civilización nos ha llevado a excluir las dos puntas, que son el futuro nuestro. Entonces, los jóvenes: tienen que salir, tienen que hacerse valer; los jóvenes tienen que salir a luchar por los valores, a luchar por esos valores; y los viejos abran la boca, los ancianos abran la boca y enséñennos; transmítannos la sabiduría de los pueblos. En el pueblo argentino, yo se los pido de corazón a los ancianos: no claudiquen de ser la reserva cultural de nuestro pueblo que trasmite la justicia, que trasmite la historia, que trasmite los valores, que trasmite la memoria del pueblo. Y ustedes, por favor, no se metan contra los viejos; déjenlos hablar, escúchenlos, y lleven adelante. Pero sepan, sepan que, en este momento, ustedes, los jóvenes, y los ancianos, están condenados al mismo destino: exclusión; no se dejen excluir. ¿Está claro? Por eso, creo que tienen que trabajar. Y la fe en Jesucristo no es broma, es algo muy serio. Es un escándalo que Dios haya venido a hacerse uno de nosotros; es un escándalo, y que haya muerto en la Cruz, es un escándalo: El escándalo de la Cruz. La Cruz sigue siendo escándalo, pero es el único camino seguro: el de la Cruz, el de Jesús, la encarnación de Jesús. Por favor, no licuen la fe en Jesucristo. Hay licuado de naranja, hay licuado de manzana, hay licuado de banana, pero, por favor, no tomen licuado de fe. La fe es entera, no se licua. Es la fe en Jesús. Es la fe en el Hijo de Dios hecho hombre, que me amó y murió por mí. Entonces: Hagan lío; cuiden los extremos del pueblo, que son los ancianos y los jóvenes; no se dejen excluir, y que no excluyan a los ancianos. Segundo: no licuen la fe en Jesucristo. Se lo pido de corazón. Bueno, les agradezco ya esta cercanía. Me da pena que estén enjaulados. Pero, les digo una cosa: Yo, por momentos, siento: ¡Qué feo que es estar enjaulados! Se lo confieso de corazón… Pero, veremos… Los comprendo. Y me hubiera gustado estar más cerca de ustedes, pero comprendo que, por razón de orden, no se puede. Gracias por acercarse; gracias por rezar por mí; se lo pido de corazón, necesito, necesito de la oración de ustedes, necesito mucho. Gracias por eso… Y, bueno, les voy a dar la Bendición y después vamos a bendecir la imagen de la Virgen, que va a recorrer toda la República… y la cruz de San Francisco, que van a recorrer ‘misionariamente’. Pero no se olviden: Hagan lío; cuiden los dos extremos de la vida, los dos extremos de la historia de los pueblos, que son los ancianos y los jóvenes, y no licuen la fe. (Encuentro con los jóvenes argentinos en la catedral de San Sebastián)

 
Del 26 al 1 de septiembre de 2013

Lunes 26. Sta. Teresa de Jesús Jornet. 19.30 h.: En sufragio de Enrique Oria Aranda. 
 Martes 27. Sta. Mónica. 19.30 h.: sin intención.   
Miércoles 28. S. Agustín. 19.30 h.: sin intención.  
Jueves 29. Martirio de S. Juan Bautista. 19.30 h.: En sufragio de Rosendo Roche y José Prefasi. 
Viernes 30. 19.30 h.: sin intención.  
Sábado 31. XXII T.O. 19.30 h.: En sufragio de Víctor Ferragut, y Fco. Antonio Serrano Bertó. 21.00 h.: sin intención.  
Domingo 1. XXII T.O. 12.00 h. Pro Pópulo. Bautizo.

Hoja Parroquial en formato pdf

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17 de agosto de 2013

Domingo 18 de agosto de 2013. XX TO 2013 C.

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
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Domingo 18 de Agosto 2013  

                Queridos hermanos: 
El anuncio de la buena Noticia siempre ha traído división, persecución, incomprensiones, etc. Las lecturas del domingo de hoy ponen de relieve esta realidad: la persecución contra el profeta Jeremías (primera lectura); la muerte del Señor; la persecución de los primeros cristianos hasta nuestros días, pone de manifiesto la entrega total de la persona a la causa de Cristo. “¡Cuántos ejemplos se podrían poner para ilustrar este dato! Pienso ante todo en el testimonio de los mártires. El mártir, en efecto, es el testigo más auténtico de la verdad sobre la existencia. Él sabe que ha hallado en el encuentro con Jesucristo la verdad sobre su vida y nada ni nadie podrá arrebatarle jamás esta certeza. Ni el sufrimiento ni la muerte violenta lo harán apartar de la adhesión a la verdad que ha descubierto en su encuentro con Cristo. Por eso el testimonio de los mártires atrae, es aceptado, escuchado y seguido hasta en nuestros días. Ésta es la razón por la cual nos fiamos de su palabra: se percibe en ellos la evidencia de un amor que no tiene necesidad de largas argumentaciones para convencer, desde el momento en que habla a cada uno de lo que él ya percibe en su interior como verdadero y buscado desde tanto tiempo. En definitiva, el mártir suscita en nosotros una gran confianza, porque dice lo que nosotros ya sentimos y hace evidente lo que también quisiéramos tener la fuerza de expresar” (Bto. Juan Pablo II, Fides et ratio).
 Por su parte, S. Ambrosio dijo: “Muchos me persiguen y me afligen: pero no me he apartado de tus mandamientos (Sal 119, 157). Los peores perseguidores no son los que se manifiestan como tales, sino aquellos que no se ven. ¡Y de éstos hay muchos! Pues del mismo modo que un rey perseguidor ordenaba muchos mandatos de acosamiento y los hostigadores se desparramaban por todas las provincias y ciudades, el diablo lanza a muchos de sus ministros, para que persigan a todas las almas, no sólo por fuera sino también por dentro. De estas persecuciones se dijo: todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo, sufrirán persecución (2Tm 3, 12). El Apóstol escribió todos; no exceptuó ninguno.”
María, reina de los mártires, tú que eres la llena de gracia, intercede por nosotros para que tu hijo nos inflame con su amor eterno.
Arturo vuestro vicario
 
+   Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 49-53

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla!
¿Pensáis que be venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»
Palabra del Señor.
Madre Aparecida, tal como vos un día,
así hoy me siento yo delante de ti y de mi Dios, que nos propone para la vida una misión cuyos contornos y límites desconocemos, cuyas exigencias apenas vislumbramos. Pero en nuestra fe de que para Dios nada es imposible, tú, Madre, no dudaste y yo tampoco puedo dudar. 
'He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra’, de igual manera Madre, como tú, yo abrazo mi misión, coloco mi vida en vuestras manos, para que vayamos tú, Madre y tu Hijo, a caminar juntos, creer juntos, luchar juntos, vencer como siempre juntos; caminantes, tú y tu Hijo.
‘Mujer he aquí a tu hijo, hijo he aquí a tu Madre’. Madre Aparecida, un día llevaste a tu Hijo al templo para consagrarlo al Padre, para que fuese completamente disponible para la misión, llévame al mismo Padre, conságrame a Él con todo lo que soy y con todo lo que tengo, aquí estoy, envíame. Madre de Aparecida, pongo en vuestras manos, para que la eleves ante el Padre, a nuestra juventud, vuestra juventud, la Jornada Mundial de la Juventud, cuánta fuerza, cuánta vida, cuánto dinamismo que brota y explota y que puede estar al servicio de la vida de la humanidad. Padre, acoge y santifica a tu juventud. Finalmente Madre, te pedimos permanecer aquí siempre, acogiendo a vuestros hijos y a vuestras hijas peregrinos, pero también ven con nosotros, estate siempre a nuestro lado y acompaña nuestra misión, a la familia grande de los devotos, principalmente cuanto más nos pesa la cruz sustenta nuestra esperanza y nuestra fe: Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida. Amén". (Oración antes de la Misa en el Santuario de Ntra. Sra. de Aparecida. 24 de julio de 2013)
                       EN LA VIGILIA DE ORACIÓN:
SER CAMPO DE FE, DONDE SE SIEMBRA, SE ENTRENA Y SE CONSTRUYE
Queridos jóvenes, Mirándolos a ustedes en este momento, me hace recordar a la historia de San Francisco de Asís, que mirando al crucifijo escucha la voz que le dice: “Francisco, repara mi casa”. Y el joven Francisco responde con prontitud y generosidad a esta llamada del Señor: “repara mi casa”. Pero, ¿qué casa? se trataba de ponerse al servicio de la Iglesia, amándola y trabajando para que en ella se reflejara cada vez más el rostro de Cristo. También hoy el Señor sigue necesitando a los jóvenes para su Iglesia. Queridos jóvenes, el Señor los necesita. También hoy, llama a cada uno de ustedes a seguirlo en su Iglesia y a ser misioneros.No al montón. A ti, a ti, a ti, a cada uno. ... tuvimos que cancelar por el mal tiempo la realización de esta vigilia en el Campo Fidei en Guaratiba, ¿no estaría el Señor queriendo decirnos que el verdadero campo de la fe, el verdadero Campo Fidei no es un lugar geográfico, sino que somos nosotros? Sí, es verdad, cada uno de nosotros, cada uno de ustedes, yo, todos. Y ser discípulo misionero significa saber que somos el campo de la fe de Dios. Por eso, a partir de la imagen del Campo de la Fe, pensé en tres imágenes que nos pueden ayudar a entender mejor lo que significa ser un discípulo misionero: la primera, el campo como lugar donde se siembra; la segunda, el campo como lugar de entrenamiento; y la tercera, el campo como obra en construcción. 
a). Cuando aceptamos la Palabra de Dios, entonces somos el Campo de la Fe. Por favor, dejen que Dios y su Palabra, entren en su vida. Dejen entrar la simiente de la Palabra de Dios. Dejen que germine, dejen que crezca. ¡Dios hace todo, pero ustedes déjenlo hacer! Dejen que Él trabaje en ese crecimiento.
b). Jesús nos pide que le sigamos toda la vida, nos pide que seamos sus discípulos, que «juguemos en su equipo». A la mayoría de ustedes les gusta el deporte. Aquí, en Brasil, como en otros países, el fútbol es una pasión nacional ¿Sí o no? Pues bien, ¿qué hace un jugador cuando se le llama para formar parte de un equipo? Tiene que entrenarse y entrenarse mucho. … ¡Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo! Nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda, una vida feliz, y también un futuro con él que no tendrá fin, allá en la vida eterna. Pero nos pide que paguemos la entrada. La entrada es que nos entrenemos para «estar en forma», para afrontar sin miedo todas las situaciones de la vida, dando testimonio de nuestra fe. … Estos son los entrenamientos para seguir a Jesús: La oración, los sacramentos y la ayuda a los demás. El servicio a los demás.
c). Cuando nuestro corazón es una tierra buena que recibe la Palabra de Dios, cuando «se suda la camiseta», tratando de vivir como cristianos, experimentamos algo grande: nunca estamos solos, formamos parte de una familia de hermanos que recorren el mismo camino: somos parte de la Iglesia; … Somos parte de la Iglesia. Más aún, nos convertimos en constructores de la Iglesia y protagonistas de la historia. Chicos y chicas, por favor, no se metan en la cola de la historia, ¡sean protagonistas! ¡Jueguen para adelante! ¡Pateen adelante! ¡Construyan un mundo mejor! ¡Un mundo de hermanos, un mundo de justicia, de amor, de paz, de fraternidad, de solidaridad! ¡Juéguenla adelante siempre! … Jesús nos pide que su Iglesia sea tan grande que pueda alojar a toda la humanidad, que sea la casa de todos. Jesús me dice a mí, a vos, a cada uno: «Vayan, y hagan discípulos a todas las naciones»
Sigo las noticias del mundo y veo que en tantos jóvenes, en muchas partes del mundo han salido por las calles para expresar el deseo de una civilización más justa y fraterna. Los jóvenes en la calle. Son jóvenes que quieren ser protagonistas del cambio. Por favor, no dejen que otros sean los protagonistas los cambios. ¡Ustedes son los que tienen el futuro! Por ustedes entra el futuro en el mundo. A ustedes también les pido que sean protagonistas de este cambio. Sigan superando la apatía y ofreciendo una respuesta cristiana a las inquietudes sociales y políticas que se van planteando en diversas partes del mundo. Les pido que sean constructores del futuro. Que se metan en el trabajo por un mundo mejor. Queridos jóvenes, por favor ¡no balconeen en la vida! ¡Métanse en ella! ¡Jesús no se quedó en el balcón, se metió! ¡No balconeen la vida, métanse en ella como hizo Jesús! Sin embargo, queda una pregunta: ¿Por dónde empezamos? ¿A quién le pedimos que empiece esto? Una vez le preguntaron a la Madre Teresa qué era lo que debía cambiar en la Iglesia, y para empezar, ¿por qué pared de la Iglesia empezamos? ¿Por dónde hay que empezar?: ‘Por vos y por mí’, contestó ella. Tenía garra esta mujer. Sabía por dónde había que empezar. Yo también, hoy, le robo la palabra a la Madre Teresa, y te digo ¿empezamos?, ¿por dónde? Por vos y por mí. Cada uno en silencio, otra vez, pregúntese si ¿tengo que empezar por mí? ¿Por dónde empiezo? Cada uno abra su corazón para que Jesús le diga por dónde empiezo. (Discurso en la Vigilia de Oración en Copacabana. 27-7-2013).


VAYAN, 
SIN MIEDO,
PARA SERVIR
«Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Con estas palabras, ... Jesús te llama a ser discípulo en misión. A la luz de la palabra de Dios que hemos escuchado, ¿qué nos dice hoy el Señor? Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir.
a). Vayan. …la experiencia de este encuentro no puede quedar encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de su comunidad. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde. La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos conozcan, amen y profesen a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia (cf. Rm 10,9). Pero ¡cuidado! Jesús no ha dicho: si quieren, si tienen tiempo, sino: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, también a ti; es un mandato que no nace de la voluntad de dominio o de poder, sino de la fuerza del amor, del hecho que Jesús ha venido antes a nosotros y nos ha dado, no algo de sí, sino todo él, ha dado su vida para salvarnos y mostrarnos el amor y la misericordia de Dios. Jesús no nos trata como a esclavos, sino como a hombres libres, amigos, hermanos; y no sólo nos envía, sino que nos acompaña, está siempre a nuestro lado en esta misión de amor. ¿Adónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía a todos. … No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente. El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor. … Un gran apóstol de Brasil, el beato José de Anchieta, se marchó a misionar cuando tenía sólo diecinueve años. ¿Saben cuál es el mejor medio para evangelizar a los jóvenes? Otro joven. Éste es el camino que hay que recorrer.
b). «No tengan miedo». Cuando vamos a anunciar a Cristo, es él mismo el que va por delante y nos guía. Al enviar a sus discípulos en misión, ha prometido: «Yo estoy con ustedes todos los días» (Mt 28,20). Y esto es verdad también para nosotros. Jesús no nos deja solos, nunca les deja solos. Les acompaña siempre. Además Jesús no ha dicho: «Ve», sino «Vayan»: somos enviados juntos. Queridos jóvenes, sientan la compañía de toda la Iglesia, y también la comunión de los santos, en esta misión. Cuando juntos hacemos frente a los desafíos, entonces somos fuertes, descubrimos recursos que pensábamos que no teníamos. Jesús no ha llamado a los apóstoles a vivir aislados, los ha llamado a formar un grupo, una comunidad.
c). Para servir. San Pablo, en la lectura que hemos escuchado hace poco, decía: «Me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles» (1 Co 9,19). Para anunciar a Jesús, Pablo se ha hecho «esclavo de todos». Evangelizar es dar testimonio en primera persona del amor de Dios, es superar nuestros egoísmos, es servir inclinándose a lavar los pies de nuestros hermanos como hizo Jesús. Vayan, sin miedo, para servir. Siguiendo estas tres palabras experimentarán que quien evangeliza es evangelizado, quien transmite la alegría de la fe, recibe alegría. Queridos jóvenes, cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del evangelio. (Homilía Santa Misa ante casi 4 millones de jóvenes en la playa de Copacabana. 28-7-2013).
A LOS VOLUNTARIOS
“Hay quien dice que hoy el matrimonio está "pasado de moda"; ¿Está fuera de moda?, en la cultura de lo provisional, de lo relativo, muchos predican que lo importante es "disfrutar" el momento, que no vale la pena comprometerse para toda la vida, hacer opciones definitivas, "para siempre", porque no se sabe lo que pasará mañana. Yo, en cambio, les pido que sean revolucionarios, que vayan contracorriente; sí, en esto les pido que se rebelen contra esta cultura de lo provisional, que, en el fondo, cree que ustedes no son capaces de asumir responsabilidades, que no son capaces de amar verdaderamente. Yo tengo confianza en ustedes, jóvenes, y pido por ustedes. Atrévanse a "ir contracorriente". También tenga la valentía a ser felices. El Señor llama a algunos al sacerdocio, a entregarse totalmente a Él, para amar a todos con el corazón del Buen Pastor. A otros los llama a servir a los demás en la vida religiosa: en los monasterios, dedicándose a la oración por el bien del mundo, en los diversos sectores del apostolado, gastándose por todos, especialmente por los más necesitados. Nunca olvidaré aquel 21 de septiembre –tenía 17 años- cuando, después de haber entrado en la iglesia de San José de Flores para confesarme, sentí por primera vez que Dios me llamaba. ¡No tengan miedo a lo que Dios pide! Vale la pena decir "sí" a Dios. ¡En Él está la alegría! (Discurso a los voluntarios de la JMJ. 28-7-2013) 
 
Del 19 al 25 de agosto de 2013
Lunes 19. 19.30 h.: En sufragio de Antonio Segura Miñarro. 
Martes 20. 19.30 h.: En sufragio de los difuntos de la familia Espí—Sanchis. 
Miércoles 21. 19.30 h.: sin intención. 
Jueves 22. 19.30 h.: sin intención. 
Viernes 23. 19.30 h.: En sufragio de José Antonio Cabanilles. 
Sábado 24. XXI T.O. 19.30 h.: sin intención. 21.00 h.: sin intención. 
Domingo 25. XXI T.O. 12.00 h. Pro Pópulo


Hoja Parroquial en formato pdf

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10 de agosto de 2013

Domingo 11 de agosto de 2013. 19 TO 2013 C.

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com

Domingo 11 de Agosto de Julio de 2013  

                 Queridos hermanos:
En la hermosísima Semana de la Juventud que ha tenido lugar en Río de Janeiro el Papa Francisco nos ha dejado palabras estupendas. Invitándonos a poner fe, esperanza y caridad en nuestra vida decía: “Cuando se prepara un buen plato y ves que falta la sal, "pones" sal; si falta el aceite, "pones" aceite… "Poner", es decir, añadir, echar..."pon fe" y tu vida tendrá un sabor nuevo, tendrá una brújula que te indicará la dirección; "pon esperanza" y cada día de tu vida estará iluminado y tu horizonte no será ya oscuro, sino luminoso; "pon amor" y tu existencia será como una casa construida sobre la roca, tu camino será gozoso, porque encontrarás tantos amigos que caminan contigo.” (Homilía en la Fiesta de acogida. 25-7-2013).
Jesús, en el Evangelio de este domingo, nos invita a poner fe, esperanza y caridad teniéndolo a Él como el esposo, el centro de atención de nuestras miradas.
Como pequeño rebaño de la Iglesia, nos invita a no tener miedo, pues Él es nuestro Pastor. La confianza es lo contrario del miedo. Confianza también en el Padre que quiere darnos su Reino.
Nos invita también a tenerlo a Él como nuestro Tesoro, nuestro Sumo Bien, donde poner el corazón. Nos invita a vender los bienes, utilizándolos de tal forma que nos hagan ricos ante Dios por medio de la caridad, hacernos bolsas-talegas que no nos impidan seguir a Cristo.
Nos invita a la esperanza de su venida, con la ceñida cintura de la sobriedad y la lámpara encendida de la fe que espera y ama.
Nos invita a tenerlo como Señor y a nosotros como administradores de sus bienes para repartir a los demás las raciones de su bondad, alegría, fidelidad que antes ha sembrado en nosotros. Nos invita Jesús a ponerle como centro de nuestra fe, esperanza y caridad, sin pensar que esto no va con nosotros, balconeando la vida. Con palabras del Papa: “la posición del discípulo misionero no es una posición de centro sino de periferias: vive tensionado hacia las periferias… incluso las de la eternidad en el encuentro con Jesucristo. En el anuncio evangélico, hablar de "periferias existenciales" des-centra, y habitualmente tenemos miedo a salir del centro. El discípulo-misionero es un des-centrado: el centro es Jesucristo, que convoca y envía. El discípulo es enviado a las periferias existenciales. (Discurso al Comité Coordinador del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM. 28-7-2013)
Jesús, vuestro párroco
 
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 32-40
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: — «No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino.
Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos talegas que no se echen a perder, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón. Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»
Palabra del Señor.
“Oh María Santísima, de los méritos
de nuestro Señor Jesucristo
en tu querida imagen de Aparecida,
alcanza numerosos beneficios
sobre todo a Brasil.
Yo, aunque indigno de pertenecer al número de tus hijos e hijas, pero lleno de deseo de participar de los beneficios de tu misericordia, postrado a tus pies consagro mi entendimiento
para que siempre piense en el amor que mereces.
Te consagro mi lengua
para que siempre te alabe y propague tu devoción.
Te consagro mi corazón para que,
después de Dios, te ame sobre todas las cosas.
Recíbeme, Oh Reina incomparable.
Tú, que en Cristo crucificado eres nuestra Madre
en el dichoso número de tus hijos e hijas,
recíbeme bajo tu protección.
Socórreme en todas mis necesidades espirituales y temporales, sobre todo en la hora de mi muerte.
Bendíceme oh celestial cooperadora;
y con tu poderosa intercesión,
fortaléceme en mi flaqueza a fin de que
te sirva fielmente en esta vida
y después pueda alabarte, amarte
y darte gracias en el cielo por toda la eternidad”.
(Oración frente a la imagen mariana en el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida, Patrona de Brasil, para consagrar su pontificado a la protección de la Madre de Dios. 24 de julio 2013)

                       PIDE PERMISO PARA ENTRAR AL CORAZÓN DE BRASIL

“He aprendido que, para tener acceso al pueblo brasileño, hay que entrar por el portal de su inmenso corazón; permítanme, pues, que llame suavemente a esa puerta. Pido permiso para entrar y pasar esta semana con ustedes. No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso que se me ha dado: Jesucristo. Vengo en su nombre para alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón; y deseo que llegue a todos y a cada uno mi saludo: «La paz de Cristo esté con ustedes»” (Discurso en el Palacio de Guanabara donde se celebró la ceremonia oficial de bienvenida el 22-7-2013)

A LOS JÓVENES ADICTOS A LAS DROGAS
“Dios ha querido que, después del Santuario de Nuestra Señora de Aparecida, mis pasos se encaminaran hacia un santuario particular del sufrimiento humano, como es el Hospital San Francisco de Asís. Es bien conocida la conversión de su santo Patrón: el joven Francisco abandona las riquezas y comodidades del mundo para hacerse pobre entre los pobres; se da cuenta de que la verdadera riqueza y lo que da la auténtica alegría no son las cosas, el tener, los ídolos del mundo, sino el seguir a Cristo y servir a los demás; pero quizás es menos conocido el momento en que todo esto se hizo concreto en su vida: fue cuando abrazó a un leproso. Aquel hermano que sufría, marginado, era «mediador de la luz (...) para san Francisco de Asís» (cf. Carta enc. Lumen fidei, 57), porque en cada hermano y hermana en dificultad abrazamos la carne de Cristo que sufre. …
Abrazar. Todos hemos de aprender a abrazar a los necesitados, como San Francisco. Hay muchas situaciones en Brasil, en el mundo, que necesitan atención, cuidado, amor, como la lucha contra la dependencia química. … Pero abrazar no es suficiente. Tendamos la mano a quien se encuentra en dificultad, al que ha caído en el abismo de la dependencia, tal vez sin saber cómo, y decirle: «Puedes levantarte, puedes remontar; te costará, pero puedes conseguirlo si de verdad lo quieres». Queridos amigos, yo diría a cada uno de ustedes, pero especialmente a tantos otros que no han tenido el valor de emprender el mismo camino: «Tú eres el protagonista de la subida, ésta es la condición indispensable. Encontrarás la mano tendida de quien te quiere ayudar, pero nadie puede subir por ti». Pero nunca están solos. La Iglesia y muchas personas están con ustedes.... No se dejen robar la esperanza. Pero también quiero decir: No robemos la esperanza, más aún, hagámonos todos portadores de esperanza.” (Discurso en el Hospital San Francisco de Asís de la Providencia en Río de Janeiro, donde se recuperan jóvenes adictos a las drogas. 24-7-2013)

A LOS HABITANTES DE UNA FAVELA
“Es bello estar aquí con ustedes. Ya desde el principio, al programar la visita a Brasil, mi deseo era poder visitar todos los barrios de esta nación. Habría querido llamar a cada puerta, decir «buenos días», pedir un vaso de agua fresca, tomar un «cafezinho», hablar como amigo de casa, escuchar el corazón de cada uno, de los padres, los hijos, los abuelos... Pero Brasil, ¡es tan grande! Y no se puede llamar a todas las puertas. Así que elegí venir aquí, a visitar vuestra Comunidad, que hoy representa a todos los barrios de Brasil…. Me gustaría hacer un llamamiento a quienes tienen más recursos, a los poderes públicos y a todos los hombres de buena voluntad comprometidos en la justicia social: que no se cansen de trabajar por un mundo más justo y más solidario. Nadie puede permanecer indiferente ante las desigualdades que aún existen en el mundo. Que cada uno, según sus posibilidades y responsabilidades, ofrezca su contribución para poner fin a tantas injusticias sociales. No es la cultura del egoísmo, del individualismo, que muchas veces regula nuestra sociedad, la que construye y lleva a un mundo más habitable, sino la cultura de la solidaridad; no ver en el otro un competidor o un número, sino un hermano....sólo cuando se es capaz de compartir, llega la verdadera riqueza; todo lo que se comparte se multiplica. La medida de la grandeza de una sociedad está determinada por la forma en que trata a quien está más necesitado, a quien no tiene más que su pobreza.” (Discurso en la comunidad de Varginha, favela pacificada de Rio de Janeiro. 25-7-2013).

 A LOS JÓVENES ARGENTINOS: ESPERO LÍO
“Quisiera decir una cosa. ¿Qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud? Espero lío. Que acá dentro va a haber lío va a haber, que acá en Río va a haber lío va a haber, pero quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos, las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir, sino salen se convierten en una ONG ¡y la Iglesia no puede ser una ONG!... hagan lío, cuiden los dos extremos de la vida, los dos extremos de la historia de los pueblos que son los ancianos y los jóvenes, y no licúen la fe". (Discurso improvisado a decenas de miles de jóvenes argentinos en la Catedral de San Sebastián. 25-7-2013)


PON FE
“¿Qué podemos hacer? "Bota fé – Pon fe". La cruz de la Jornada Mundial de la Juventud ha gritado estas palabras a lo largo de su peregrinación por Brasil. ¿Qué significa "Pon fe"? Cuando se prepara un buen plato y ves que falta la sal, "pones" sal; si falta el aceite, "pones" aceite… "Poner", es decir, añadir, echar. Lo mismo pasa en nuestra vida, queridos jóvenes: si queremos que tenga realmente sentido y sea plena, como ustedes desean y merecen, les digo a cada uno y a cada una de ustedes: "pon fe" y tu vida tendrá un sabor nuevo, tendrá una brújula que te indicará la dirección; "pon esperanza" y cada día de tu vida estará iluminado y tu horizonte no será ya oscuro, sino luminoso; "pon amor" y tu existencia será como una casa construida sobre la roca, tu camino será gozoso, porque encontrarás tantos amigos que caminan contigo. ¡Pon fe, pon esperanza, pon amor! Pero, ¿quién puede darnos esto? En el Evangelio hemos escuchado la respuesta: Cristo. "Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle". … ¡"Pon a Cristo" en tu vida, pon tu confianza en él y no quedarás defraudado! Miren, queridos amigos, la fe lleva a cabo en nuestra vida una revolución que podríamos llamar copernicana, porque nos quita del centro y pone en él a Dios; la fe nos inunda de su amor que nos da seguridad, fuerza, esperanza. Aparentemente no cambia nada, pero, en lo más profundo de nosotros mismos, todo cambia. (Homilía tras la lectura del Evangelio de la Transfiguración (Lc 9,28-36) en la Fiesta de acogida de los jóvenes en la Playa de Copacabana. 25-7-2013).

SER COMO EL CIRENEO
“Muchos rostros han acompañado a Jesús en su camino al Calvario: Pilato, el Cireneo, María, las mujeres… También nosotros podemos ser para los demás como Pilato, que no tiene la valentía de ir contracorriente para salvar la vida de Jesús y se lava las manos. Queridos amigos, la Cruz de Cristo nos enseña a ser como el Cireneo, que ayuda a Jesús a llevar aquel madero pesado, como María y las otras mujeres, que no tienen miedo de acompañar a Jesús hasta el final, con amor, con ternura. Y tú, ¿Cómo quién eres? ¿Cómo Pilato, como el Cireneo, como María? Jesús te está mirando ahora y te dice ¿Me quieres ayudar a llevar la cruz?” (Discurso en el Vía Crucis en Copacabana. 26-7-2013).

EDUCAR A LOS JÓVENES EN LA MISIÓN
Y PROMOVER LA CULTURA DEL ENCUENTRO
“Quisiera reflexionar con vosotros sobre tres aspectos de nuestra vocación: llamados por Dios, llamados a anunciar el Evangelio, llamados a promover la cultura del encuentro. … No es la creatividad pastoral, no son los encuentros o las planificaciones lo que aseguran los frutos, sino el ser fieles a Jesús, que nos dice con insistencia: «Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes» (Jn 15,4). Y sabemos muy bien lo que eso significa: contemplarlo, adorarlo y abrazarlo, especialmente a través de nuestra fidelidad a la vida de oración, en nuestro encuentro cotidiano con él en la Eucaristía y en las personas más necesitadas. El «permanecer» con Cristo no es aislarse, sino un permanecer para ir al encuentro de los otros. … Ayudemos a nuestros jóvenes a redescubrir el valor y la alegría de la fe, la alegría de ser amados personalmente por Dios, que ha dado a su Hijo Jesús por nuestra salvación. Eduquémoslos a la misión, a salir, a ponerse en marcha. Así ha hecho Jesús con sus discípulos: no los mantuvo pegados a él como una gallina con sus polluelos; los envió. No podemos quedarnos enclaustrados en la parroquia, en nuestra comunidad, cuando tantas personas están esperando el Evangelio”. (Homilía a los obispos, sacerdotes, religiosos y seminaristas en la Catedral de Río. 27-8-2013).


La semana que viene ofreceremos la segunda parte de este Especial JMJ Río 2013.
 
Del 12 al 18 de agosto de 2013
Lunes 12. 19.30 h.: En sufragio de: Rvdo. D. Eduardo Margarit y Rvdo. D. Leoncio Alpuente. 
Martes 13. San Hipólito y San Ponciano. 19.30 h.: En sufragio de: Agrimiro Domínguez Buendía. 
Miércoles 14. San Maximiliano Mª Kolbe. 19.30 h.: Misa de la Vigilia de la Asunción de Ntra. Sra. Sin intención. 21.30: Vigilia de la Asunción. En sufragio de: Asunción Ferrando Gracia. 
Jueves 15. Asunción de Ntra. Sra. 12.00 h.: Pro Pópulo. 
Viernes 16. 19.30 h.: Sin intención. 
Sábado 17. XX T.O. 19.30 h.: En sufragio de: 21.00 h.: En sufragio de: José Martínez Aparisi; Encarna Llorca. 
Domingo 18. XX T.O. 12.00 h. Pro Pópulo