30 de noviembre de 2011

“Dos pasiones turban especialmente el alma: la lujuria y la cólera”, de Teófano el Recluso

Teófano el Recluso, Obispo de Vladimir y Tambov (1815-1894)

Teófano el Recluso, conocido en el mundo bajo el nombre de Georges Govorov, nació en Chernavks, cerca de Orlov, en la provincia central de Viatka. Su padre era sacerdote de parroquia y, como muchos hijos de sacerdote en la Rusia pre-revolucionaria, fue también destinado al sacerdocio y enviado a un seminario para realizar sus estudios. Las disposiciones de su carácter se hacían sentir ya en esa época. Sus maestros lo describen como atraído por la soledad, dulce y silencioso. Después del seminario, pasó cuatro años en la academia de teología de Kiev (1837- 1841). Es allí donde conoció la vida monástica gracias a la laura (monasterio griego) de Petcherky, cuna del monaquismo ruso, y se colocó bajo la dirección de uno de los starets de la comunidad, el Padre Parteno. Cuando obtuvo su diploma, Teófano pronunció los votos monásticos y fue ordenado sacerdote. Inteligente, amante del estudio, llegó a ser profesor en el seminario de Clonezt, y más tarde en la Academia de San Peters-burgo. Luego pasó siete años, de 1847 a 1854, en el Cercano Oriente, y particularmente en Palestina, donde sirvió en la Misión espiritual rusa. Aprovechó para adquirir un perfecto dominio de la lengua griega y se familiarizó con los Padres, conocimiento del que debía hacer buen uso más tarde.

De retorno a Rusia, es nombrado rector de la Academia de San Petersburgo. En 1859, fue promovido al Episcopado y sirvió como obispo, primero en Tambov y luego en Vladimir.

Sin embargo, Teófano se sentía mucho más atraído por una vida de oración y de soledad que por la existencia activa que exigía la adminsitración de una diócesis. Es así como en 1866, siete años después de su ordenación al Episcopado dimitió de su cargo, se retiró a un pequeño monasterio provincial, en Vyschen y permaneció allí hasta su muerte, que sobrevino veintiocho años más tarde. Al principio, tomaba parte en los servicios en la iglesia del monasterio pero, a partir de 1872, permaneció estrictamente enclaustrado, no saliendo jamás, no viendo a nadie, salvo a su confesor y al superior del monasterio. Vivía con la mayor simplicidad en dos piezas pobremente amuebladas mientras que, en su pequeña capilla doméstica, todo se reducía a lo esencial: no existía tampoco el Iconostasio. Después de su reclusión celebró la Divina Liturgia, en primer lugar los sábados y domingos, luego, durante los once últimos años de su vida, cada día. Hacía por sí mismo todo el servicio, sin ayuda de un acólito, sin lector para las respuestas y, según la palabra de un biógrafo, "totalmente solo, en silencio, celebrando con los ángeles".

Recluido, Teófano dividía su tiempo entre la oración y el trabajo literario: en particular, pasaba varias horas cada día respondiendo la vasta correspondencia que le llegaba desde todos los rincones de Rusia, principalmente de parte de las mujeres; para distraerse pintaba iconos y hacía un poco de carpintería. Su régimen era de lo más austero: por la mañana un vaso de té con pan; hacia las dos, un huevo (salvo los días de ayuno) y otro vaso de té; por la tarde, nuevamente té y pan.

Entre todos los autores monásticos que escribieron en Rusia, Teófano es probablemente el más cultivado. Cuando se retiró a Vychen, llevó una biblioteca bien provista, en la que se encontraban las obras de filósofos occidentales contemporáneos, pero que consistía, ante todo, en las obras de los Padres. Entre sus libros se encontraba toda la patrología de Migne. Su respeto por los Padres aparece evidenciado en todo lo que ha escrito: aunque las citas sean extremadamente raras, es siempre exactamente fiel a su enseñanza. El monumento visible que Teófano nos ha dejado de esos tres decenios pasados en la reclusión está constituido por una obra literaria sustancial. Preparó la edición en ruso de numerosas obras espirituales griegas y compuso varios volúmenes de comentarios sobre las Epístolas de Pablo; sin embargo, su principal herencia es su correspondencia, publicada parcialmente en diez volúmenes: es de allí de donde se han tomado los textos que acá se dan a conocer. El fue, además, quien publicó, después que el starets Paisij Velichkovsky lo hiciera en eslavo, una edición ampliada, esta vez en ruso, de "La Filocalia" (Amor de la Belleza), bajo el título "Dobrotoljubie" (Amor de la Bondad), 5 vol, 1876-1890.

A pesar de su formación intelectual, Teófano tenía un don particular para expresarse en un lenguaje vivo y directo. Escribía para responder a cuestiones prácticas y a problemas personales bien específicos; es por ello que lo hacía simplemente, en términos que pudieran penetrar directamente hasta el corazón de sus hijos espirituales, que no había conocido nunca, pero que sin embargo comprendía tan bien. Profundamente enraizado en las tradiciones del pasado, y, al mismo tiempo, gracias a su correspondencia, habiendo permanecido tan cercano a los problemas contemporáneos, representa lo que hay de mejor en la enseñanza ascética y espiritual de la Iglesia ortodoxa. Se ha dicho de él: "Es imposible comprender la Ortodoxia rusa a menos de conocer al célebre recluso". Extractos de "Arte de la Oración" Editorial Lumen


"Que el sol no se ponga sobre vuestra cólera. No deis lugar al diablo" (Ef. 5, 26-27). El diablo no tiene acceso al alma si ésta se cuida de las pasiones. Entonces, en efecto, ella es transparente y el diablo no puede verla. Pero cuando ella tolera que una pasión se despierte y lo consiente, ella se oscurece y el diablo la ve. Se acerca rápidamente y comienza a gobernarla. Dos pasiones turban especialmente el alma: la lujuria y la cólera. Cuando el demonio logra enredar a alguien en los hilos de la lujuria, lo deja a solas con sus tormentos, no se ocupa más, salvo tal vez para turbarlo un poco con la cólera. Pero si el hombre no se deja tomar por la lujuria, el demonio se apresura a incitarlo a la cólera y lo rodea de una multitud de cosas irritantes. Aquél que no discierne el engaño del tentador, se deja arrastrar por el enervamiento, permitiendo a la cólera dominarlo y así "da lugar al diablo". Por el contrario, aquél que domina inmediatamente en sí mismo todo asalto de la cólera, resiste al demonio y no le da ningún lugar. La cólera "da lugar al diablo" cuando se la considera como justa y como legítima la satisfacción que procura. Entonces el enemigo penetra en el alma y comienza a sugerir pensamientos de los cuales cada uno es más irritante que el anterior. El hombre resulta pronto inflamado, como si fuera todo de fuego. Es el fuego del infierno. El desdichado se imagina que arde de celo por la justicia, cuando, en realidad, no puede haber ninguna justicia en la cólera (Je. 1, 20). Esa es la forma de ilusión propia de la cólera; tal como existe otra forma de ilusión propia de la lujuria. Aquél que domina rápidamente la cólera disipa esa ilusión y rechaza al diablo como si le diera un buen golpe en el medio del pecho. ¿Y existe alguien que, después de haber extinguido en sí la cólera, y analizado lealmente todo el asunto, no descubre que su irritación descansaba sobre una equivocación? Pero el enemigo da al error la apariencia del buen derecho y hace semejante montaña con ello, que se podría creer que el universo entero va a derrumbarse si no obtenemos satisfacción.

Me decís que no podéis dejar de experimentar resentimiento y hostilidad. ¡Muy bien! Pero gastad vuestra agresividad contra el demonio, y no contra vuestro hermano. Dios nos ha dado la irascibilidad como una espada para traspasar al demonio y no para dañarnos mutuamente. Golpead al enemigo, exterminadlo, encaminaos sobre él tanto como queráis. Terminad vuestra victoria mostrándoos amables y buenos con vuestro prójimo. "Que yo pierda mi fortuna, mi honor y mi gloria; ese miembro de mí mismo me es más precioso que todo". Digamos esto los unos de los otros, y no hagamos daño a nuestra propia carne por un asunto de dinero o de fama.

27 de noviembre de 2011

Domingo 27 de noviembre. I ADV 11 B

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com

Domingo 27 de noviembre de 2011. 

EL DESCUIDO DE LA VIGILANCIA
                  Queridos hermanos:
Comienza el tiempo litúrgico de Adviento con las primeras Vísperas del domingo. Pero desde que Cristo subió al cielo, la Iglesia no ha dejado de esperar. El tiempo litúrgico de Adviento es una ayuda del Espíritu Santo, un despertador, para que mantengamos la vigilancia durante toda nuestra vida, en cualquier momento del año.
La semana pasada asistíamos a la entrada en un convento de Franciscanas Clarisas en Oliva de una mujer de 67 años. Soltera, con la vida aparentemente resuelta, podría haberse dejado llevar por la inercia de una vida piadosa y colaboradora en actividades parroquiales. ¿Para qué más? Pero “nadie puede olvidar que el Señor, como el dueño con los obreros de la viña, llama —en el sentido de hacer concreta y precisa su santa voluntad— a todas las horas de la vida: por eso la vigilancia, como atención solícita a la voz de Dios, es una actitud fundamental y permanente del discípulo. (Bto. Juan Pablo II. Christifideles Laici 58).
Necesitamos el Adviento. Recordemos que se durmieron las diez vírgenes. Y “a medianoche se oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!" (Mt 25,1-13). Esto es el Adviento: la voz de la Iglesia que, por la fuerza del Espíritu Santo, nos hace despertar. Y despertar para algo importante: la llegada del Esposo. “El Espíritu Santo trata de despertarnos continuamente a esta vigilancia” (Catecismo 2849).
Ante el descuido de la VIGILANCIA, el evangelio de este domingo nos invita a colocar en nuestra casa criados que lleven a cabo su tarea, como aquellos a los que se encomendó los talentos. Y también a colocar un centinela, un portero, que vigile la casa para permitir la entrada del Señor y no la del diablo. La vigilancia es "guarda del corazón", dice el Catecismo de la Iglesia Católica (nº 2849). La vigilancia es una actitud de disponibilidad: “disponibilidad para escuchar, disponibilidad para ponerse en camino”. (Benedicto XVI. Homilía 24-12-2005). La vigilancia es “permanecer despiertos para percibir llegada de Dios y estar preparados para ella” (Benedicto XVI. Homilía 24-12-2008).
Así, pues, hermanos, por bien de esta sociedad desesperanzada, despertad, velad.
Jesús, vuestro párroco

Lectura del santo evangelio según san Marcos 13, 33-37

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
— «Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento.
Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara.
Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos.
Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!»
Palabra del Señor.
Conociendo la furia del perverso demonio, necesitando tu gracia y el don de la vigilancia, al comenzar el tiempo de Adviento, te pedimos, Señor, que cada día podamos permanecer sobrios, que estemos despiertos demostrando nuestra continua vela y vigilancia en torno a nuestro tesoro espiritual, la casa que nos has encomendado, para que el enemigo de nuestra salvación no pueda encontrar ni un solo resquicio. ¡Marana tha! Ven, Señor, Jesús. (Oración inspirada en las catequesis bautismales de San Juan Crisóstomo 8,30)
“Nosotros hemos de despertar para que nos llegue el mensaje. Hemos de convertirnos en personas realmente vigilantes. ¿Qué significa esto? La diferencia entre uno que sueña y uno que está despierto consiste ante todo en que, quien sueña, está en un mundo muy particular. Con su yo, está encerrado en este mundo del sueño que, obviamente, es solamente suyo y no lo relaciona con los otros. Despertarse significa salir de dicho mundo particular del yo y entrar en la realidad común, en la verdad, que es la única que nos une a todos. El conflicto en el mundo, la imposibilidad de conciliación recíproca, es consecuencia del estar encerrados en nuestros propios intereses y en las opiniones personales, en nuestro minúsculo mundo privado. El egoísmo, tanto del grupo como el individual, nos tiene prisionero de nuestros intereses y deseos, que contrastan con la verdad y nos dividen unos de otros. Despertad, nos dice el Evangelio. Salid fuera para entrar en la gran verdad común, en la comunión del único Dios. Así, despertarse significa desarrollar la sensibilidad para con Dios; para los signos silenciosos con los que Él quiere guiarnos; para los múltiples indicios de su presencia.” (Benedicto XVI. Homilía 24-12-2009)
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“En la tradición del monacato sirio, los monjes se definían como «los que están de pie». Estar de pie equivalía a vigilancia. Lo que entonces se consideraba tarea de los monjes, con razón podemos verlo también como expresión de la misión sacerdotal y como interpretación correcta de las palabras del Deuteronomio: el sacerdote tiene la misión de velar. Debe estar en guardia ante las fuerzas amenazadoras del mal. Debe mantener despierto al mundo para Dios. Debe estar de pie frente a las corrientes del tiempo. De pie en la verdad. De pie en el compromiso por el bien.” (Benedicto XVI. 20-3-2008)
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“Cuando celebramos la venida del Señor con lecturas y cantos, reavivamos en nosotros los anhelos de los santos padres, a quienes Dios, mediante el Espíritu Santo, se dignó revelar la redención futura, que llevaría a cabo por su Hijo, encarnándose y muriendo por la salvación de los hombres. Incluso algunos de ellos gozaron en vida del carisma profético e intuyeron de antemano la encarnación de Cristo; y nos transmitieron en sus escritos sus gozos sentidos en el interior y el fuego de sus deseos. Después de su muerte pasaron a ser moradores de los infiernos, moradores de las tinieblas y sombras de muerte. Y nadie puede imaginarse ni expresar sus hondos anhelos de expectación hacia el único que podría soltarlos del yugo de la cautividad. (…) No hay hombre alguno que no baje al infierno antes de subir al cielo. (…) Porque distinguimos tres infiernos. El infierno de voracidad, donde el gusano nunca muere y el fuego no se apaga. Aquí no hay liberación posible. El infierno de la expiación, asignado a las almas que deben purificarse a raíz de su muerte. El infierno de aflicción, que es la pobreza voluntaria. Aquí los que renunciamos al mundo debemos afligir nuestras almas para curarlas; de tal modo que pasemos por la muerte al juicio y, mediante la muerte, alcancemos la vida. Penetra en este infierno el que renuncia a sus tendencias carnales y mortifica, por una adecuada penitencia, sus miembros terrenos, prefiriendo afligirse con el pueblo de Dios que con el placer instantáneo del pecado. Quien durante su vida se niegue a bajar a este infierno, tendrá que entrar en los otros dos, y a duras penas o nunca alcanzará la libertad. (…) ¡Dichoso infierno el de la pobreza, donde Cristo nació, se alimentó y transcurrió su vida mortal! Bajó hasta él, y no una sola vez, para sacar a los suyos; y además se entregó a sí mismo para librarnos de este perverso mundo presente, para separarnos de la multitud de condenados y reunirnos allí hasta que nos saque definitivamente.” (...) “La vigilancia suscita la disposición”.  (...) “el hombre necesita la vigilancia, para que no afloje por la tibieza o le desmorone la vanidad”.  (San Bernardo. Sermón octavo sobre el Adviento)
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“La oración de la noche tiene carácter escatológico, pues evoca la vigilancia recomendada por Jesús en la espera de su vuelta (cf. Mc 13,35-37)”. (Bto. Juan Pablo II, 4 –4-2001)

672 El tiempo presente, según el Señor, es el tiempo del Espíritu y del testimonio (cf Hch 1, 8), pero es también un tiempo marcado todavía por la "tristeza" (1 Co 7, 26) y la prueba del mal (cf. Ef 5, 16) que afecta también a la Iglesia (cf. 1 P 4, 17) e inaugura los combates de los últimos días (1 Jn 2, 18; 4, 3; 1 Tm 4, 1). Es un tiempo de espera y de vigilia (cf. Mt 25, 1-13; Mc 13, 33-37).

2849 La vigilancia del corazón es recordada con insistencia en comunión con la suya (cf Mc 13, 9. 23. 33-37; 14, 38; Lc 12, 35-40). La vigilancia es "guarda del corazón", y Jesús pide al Padre que "nos guarde en su Nombre" (Jn 17, 11). El Espíritu Santo trata de despertarnos continuamente a esta vigilancia (cf 1 Co 16, 13; Col 4, 2; 1 Ts 5, 6; 1 P 5, 8). Esta petición adquiere todo su sentido dramático referida a la tentación final de nuestro combate en la tierra; pide la perseverancia final. "Mira que vengo como ladrón. Dichoso el que esté en vela" (Ap 16, 15).

2612  En Jesús "el Reino de Dios está próximo", llama a la conversión y a la fe pero también a la vigilancia. En la oración, el discípulo espera atento a aquél que "es y que viene", en el recuerdo de su primera venida en la humildad de la carne, y en la esperanza de su segundo advenimiento en la gloria (cf Mc 13; Lc 21, 34-36). En comunión con su Maestro, la oración de los discípulos es un combate, y velando en la oración es como no se cae en la tentación (cf Lc 22, 40. 46).

2729  La dificultad habitual de la oración es la distracción. (...) La distracción descubre al que ora aquello a lo que su corazón está apegado. Esta toma de conciencia debe empujar al orante a ofrecerse al Señor para ser purificado. El combate se decide cuando se elige a quién se desea servir (cf Mt 6,21.24).

2730   Mirado positivamente, el combate contra el yo posesivo y dominador consiste en la vigilancia. Cuando Jesús insiste en la vigilancia, es siempre en relación a El, a su Venida, al último día y al "hoy". El esposo viene en mitad de la noche; la luz que no debe apagarse es la de la fe: "Dice de ti mi corazón: busca su rostro" (Sal 27, 8).

2754    Las dificultades principales en el ejercicio de la oración son la distracción y la sequedad. El remedio está en la fe, la conversión y la vigilancia del corazón.

Tienen a su disposición en el despacho parroquial el Evangelio 2012.
Les invitamos a colaborar con la Asociación de Padres de Discapacitados Psíquicos (Aspadis), con la compra de "turrón solidario" en el despacho parroquial.
Algunas actividades propias del tiempo de Adviento:
- Oración de la mañana: De lunes a viernes, (excepto del 6 al 8 de diciembre), a las 6.30 de la mañana y a las 9.30 de la mañana con exposición del Santísimo.
- Retiro de Adviento: Parroquial: sábado 3 de diciembre de 11.00 h. a 12.30 h. Arciprestal de catequistas: domingo 4 de diciembre de 16.30 h. a  20.00 h.
- Horario confesiones durante el tiempo de Adviento:
De lunes a sábado de 7.00 a 7.30 tarde. Domingos de 11.30 a 12.00 h.
- Durante el tiempo de Adviento el Equipo de Cáritas lanza la Campaña de recogida de alimentos.
Reuniones parroquiales:
1.   El domingo 27 de noviembre a las 5 de la tarde tendrá lugar la reunión de oración con la Palabra de Dios con los jóvenes de la parroquia.
2.   El lunes 28 a las 6 tarde habrá reunión con los padres de primero de la catequesis de infancia. A las 8.30 noche se reunirá el grupo del Itinerario Diocesano. Y a las 10 de la noche con los padres de la Catequesis del Buen Pastor.
3.  El miércoles 30 estará el Curso básico de voluntariado para agentes de Cáritas a las 18.30h. Ya por la noche, a las 21h, tendrá lugar la última sesión del curso sobre “La palabra de Dios según la Verbum Domini” en el Museu Casal Faller.
4.   El jueves 1 de diciembre a las 5 tarde se reunirá el Equipo de Cáritas. A las 8.30 noche habrá Adoración del Santísimo Sacramento.
5.   El viernes 2, por ser 1º viernes de mes, estará la visita ordinaria a los enfermos de la Parroquia a partir de las 10h. Si tienen algún familiar, amigo que quiera recibir los sacramentos – Eucaristía y Unción de enfermos– o que sea visitado por los miembros del Equipo de pastoral de la salud, comuníquenlo a D. Jesús o D. Arturo.
El viernes 2 y sábado 3 tendrá lugar la convivencia con los jóvenes de nuestra parroquia que se preparan a recibir el Sacramento de la Confirmación el próximo domingo 18 de diciembre.
El sábado 3 de diciembre en la misa de 6 tarde se entregará el salmo 112 a los niños de tercero de la catequesis de infancia.
Algunas colectas realizadas: Domund: 893 €. Iglesia Diocesana: 202 €
Donativos recibidos para los nuevos locales en la calle Ciudad de Laval:
Ingresados hasta el 18-11-2011: 51.360,66 €.
+ 400
Ingresados hasta el 25-11-2011:
51.760,66 €.
Colabore en la cuenta que la parroquia tiene en
BANCAJA (Paseo Germanías 82)
2077-0249-55-1101860850

Del 28 al 4 de diciembre de 2011
Lunes 28.  19.30 h.: sin intención.  
Martes 29. 19.30 h.: En sufragio de Rosendo Roche. 
Miércoles 30. 19.30 h.: sin intención.  
Jueves 1. 19.30 h.: sin intención.  
Viernes 2. 19.30 h.: En sufragio de los difuntos de familia Ferrer Puig.  
Sábado 3. II Adviento. 18.00 h.: Con niños. En sufragio de los difuntos de la familia García Estruch. 19.30 h.: En sufragio de Rogelio Roselló y Octavio Monllor. 21.00 h.: sin intención. 
Domingo 4. II Adviento. 12.00 h. Pro Pópulo.

19 de noviembre de 2011

Domingo 20 de Noviembre de 2011: Cristo, Rey del Universo

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Cristo, Rey del Universo
Domingo 20 de noviembre de 2011.
 

Entre el otro como un prójimo y el otro como Jesús

Queridos hermanos:

Dice el catecismo de la Iglesia católica, citando a la Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II, que “El respeto a la persona humana pasa por el respeto del principio: "que cada uno, sin ninguna excepción, debe considerar al prójimo como 'otro yo', cuidando, en primer lugar, de su vida y de los medios necesarios para vivirla dignamente" (GS 27,1).” (…) Se trata de “la caridad que ve en cada hombre un "prójimo", un hermano”. (nº 1931).

Ciertamente, atender a los hambrientos, sedientos, desnudos, forasteros, enfermos y encarcelados…, siguiendo este principio del que habla el catecismo, es algo grande, que fundamenta la justicia social e implica el reconocimiento de unos derechos “que se derivan de la dignidad de criatura” de la persona humana y cuyos “derechos son anteriores a la sociedad” (cf. Catecismo nº 1930). Podemos encontrar hoy entre estos pobres “al niño aún no nacido y al anciano que sufre o cercano a la muerte” (cf. Evangelium Vitae 87). El reconocimiento de esos derechos “fundan la legitimidad moral de toda autoridad: menospreciándolos o negándose a reconocerlos en su legislación positiva, una sociedad mina su propia legitimidad moral (cf PT 65)”. Buen criterio para decidir a quien votar.

Con todo el evangelio añade otro motivo para tratar a cada hombre, sobre todo al necesitado, como a un hermano: Cristo mismo “se identifica con los pobres de todas clases” (Catecismo 544), hasta el punto de que todo lo realizado a un pobre se le realiza a Él. Y todo lo que deja de hacerse a un pobre se le deja de hacer a él. Los pobres son nuestros banqueros donde depositar los talentos para que rindan intereses a favor nuestro, como decía el evangelio de la semana pasada. Ellos son nuestra provisión de aceite para esperar al esposo, como decía el evangelio de las diez vírgenes. Celebrar la Eucaristía y no tener en cuenta a los pobres es deshonrar la mesa del Señor. “La Eucaristía entraña un compromiso en favor de los pobres: Para recibir en la verdad el Cuerpo y la Sangre de Cristo entregados por nosotros debemos reconocer a Cristo en los más pobres, sus hermanos (cf Mt 25,40): ‘Has gustado la sangre del Señor y no reconoces a tu hermano. Deshonras esta mesa, no juzgando digno de compartir tu alimento al que ha sido juzgado digno de participar en esta mesa. Dios te ha liberado de todos los pecados y te ha invitado a ella. Y tú, aún así, no te has hecho más misericordioso’ (S. Juan Crisóstomo, hom. in 1 Co 27,4).” (Catecismo nº 1397).

Jesús, vuestro párroco

 


Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 31-46

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: - «Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones.

Él separará a unos de otros, corno un pastor separa las ovejas, de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.

Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme." Entonces los justos le contestarán:

"Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?". Y el rey les dirá: "Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis."

Palabra del Señor

IRRADIANDO A CRISTO

“Oh, amado Jesús, ayúdame a esparcir Tu fragancia por donde quiera que vaya. Inunda mi alma con Tu Espíritu y Vida. Penetra y posee todo mi ser tan completamente, que mi vida entera sea un resplandor de la Tuya. Brilla a través de mi y permanece tan dentro de mi, que cada alma con que me encuentre pueda sentir Tu presencia en la mía. ¡Permite que no me vean a mi sino solamente a Jesús! Quédate conmigo y empezaré a resplandecer como Tú, a brillar tanto que pueda ser una luz para los demás. La luz oh, Jesús, vendrá toda de Tí, nada de ella será mía; serás Tú quien resplandezca sobre los demás a través de mi. Brillando sobre quienes me rodean, permíteme alabarte como más te gusta. Permíteme predicarte sin predicar, no con palabras sino a través de mi ejemplo, a través de la fuerza atractiva, de la influencia armoniosa de todo lo que haga, de la inefable plenitud del amor que existe en mi corazón por Tí. Amen. (Oración que rezan las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa después de la misa cada día).

 

“No podemos engañarnos: es por el amor mutuo y, en particular, por la solicitud que manifestaremos a los que están en necesidad por lo que seremos reconocido como verdaderos discípulos de Cristo (cf. Jn 13, 35; Mt 25, 31-46). Este es el criterio que probará la autenticidad de nuestras celebraciones eucarísticas” (Juan Pablo II. Mane nobiscum Domine 28).


“El deber de acoger y servir la vida incumbe a todos y ha de manifestarse principalmente con la vida que se encuentra en condiciones de mayor debilidad. Es el mismo Cristo quien nos lo recuerda, pidiendo ser amado y servido en los hermanos probados por cualquier tipo de sufrimiento: hambrientos, sedientos, forasteros, desnudos, enfermos, encarcelados... Todo lo que se hace a uno de ellos se hace a Cristo mismo (cf. Mt 25, 31-46). (...) “Mediante la ayuda al hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado —como también al niño aún no nacido, al anciano que sufre o cercano a la muerte— tenemos la posibilidad de servir a Jesús, como El mismo dijo: «Cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis» (Mt 25, 40).” (Juan Pablo II. Evangelium Vitae nº 43.87)


“Amor a Dios y amor al prójimo se funden entre sí: en el más humilde encontramos a Jesús mismo y en Jesús encontramos a Dios.” (Benedicto XVI. Deus Cáritas Est 15).


OTROS TEXTOS PARA LA REFLEXIÓN

"Bajo sus múltiples formas -indigencia material, opresión injusta, enfermedades físicas o síquicas y, por último, la muerte- la miseria humana es el signo manifiesto de la debilidad congénita en que se encuentra el hombre tras el primer pecado y de la necesidad de salvación. Por ello, la miseria humana atrae la compasión de Cristo Salvador, que la ha querido cargar sobre sí e identificarse con los `más pequeños de sus hermanos'. También por ello, los oprimidos por la miseria son objeto de un amor de preferencia por parte de la Iglesia, que, desde los orígenes, y a pesar de los fallos de muchos de sus miembros, no ha cesado de trabajar para aliviarlos, defenderlos y liberarlos. Lo ha hecho mediante innumerables obras de beneficencia, que siempre y en todo lugar continúan siendo indispensables" (CDF, instr. "Libertatis conscientia" 68). (Catecismo 2448)

“Nadie puede afirmar que no es responsable de la suerte de su hermano (cf. Gn 4, 9; Lc 10, 29-37; Mt 25, 31-46).” (...) Es sabido que, especialmente en la sociedad moderna, se hallan muchas formas de pobreza no sólo económica, sino también cultural y religiosa. El amor de la Iglesia por los pobres, que es determinante y pertenece a su constante tradición, la impulsa a dirigirse al mundo en el cual, no obstante el progreso técnico-económico, la pobreza amenaza con alcanzar formas gigantescas. En los países occidentales existe la pobreza múltiple de los grupos marginados, de los ancianos y enfermos, de las víctimas del consumismo y, más aún, la de tantos prófugos y emigrados”. (Juan Pablo II. Centesimus Annus 51.57)

Jesucristo “es también figura de cada hombre, de cada niño, especialmente de cada criatura débil y amenazada, porque —como recuerda el Concilio— «el Hijo de Dios, con su encarnación, se ha unido, en cierto modo, con todo hombre».(Gaudium et Spes 22) Precisamente en la «carne» de cada hombre, Cristo continúa revelándose y entrando en comunión con nosotros, de modo que el rechazo de la vida del hombre, en sus diversas formas, es realmente rechazo de Cristo. Esta es la verdad fascinante, y al mismo tiempo exigente, que Cristo nos descubre y que su Iglesia continúa presentando incansablemente: «El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe» (Mt 18, 5); «En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis» (Mt 25, 40).” (Juan Pablo II. Evangelium Vitae nº 105)

Cuanto menos poseemos, más podemos dar. Parece imposible, pero no lo es. Esa es la lógica del amor." -Madre Teresa

La Oración dominical, el Padrenuestro, nos impulsa también a tener una responsabilidad efectiva hacia nuestros hermanos, especialmente los necesitados: “El drama del hambre en el mundo, llama a los cristianos que oran en verdad a una responsabilidad efectiva hacia sus hermanos, tanto en sus conductas personales como en su solidaridad con la familia humana. Esta petición de la Oración del Señor no puede ser aislada de las parábolas del pobre Lázaro (cf Lc 16, 19-31) y del juicio final (cf Mt 25, 31-46). (Catecismo nº 2831)


544 El Reino pertenece a los pobres y a los pequeños, es decir a los que lo acogen con un corazón humilde. Jesús fue enviado para "anunciar la Buena Nueva a los pobres" (Lc 4, 18; cf. 7, 22). Los declara bienaventurados porque de "ellos es el Reino de los cielos" (Mt 5, 3); a los "pequeños" es a quienes el Padre se ha dignado revelar las cosas que ha ocultado a los sabios y prudentes (cf. Mt 11, 25). Jesús, desde el pesebre hasta la cruz comparte la vida de los pobres; conoce el hambre (cf. Mc 2, 23-26; Mt 21,18), la sed (cf. Jn 4,6-7; 19,28) y la privación (cf. Lc 9, 58). Aún más: se identifica con los pobres de todas clases y hace del amor activo hacia ellos la condición para entrar en su Reino (cf. Mt 25, 31-46).

678 La actitud con respecto al prójimo revelará la acogida o el rechazo de la gracia y del amor divino (cf. Mt 5, 22; 7, 1-5). Jesús dirá en el último día: "Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis" (Mt 25, 40).

1033 Nuestro Señor nos advierte que estaremos separados de El si no omitimos socorrer las necesidades graves de los pobres y de los pequeños que son sus hermanos (cf. Mt 25, 31-46).

1373 "Cristo Jesús que murió, resucitó, que está a la derecha de Dios e intercede por nosotros" (Rm 8,34), está presente de múltiples maneras en su Iglesia (cf LG 48): en su Palabra, en la oración de su Iglesia, "allí donde dos o tres estén reunidos en mi nombre" (Mt 18,20), en los pobres, los enfermos, los presos (Mt 25,31-46), en los sacramentos de los que él es autor, en el sacrificio de la misa y en la persona del ministro. Pero, "sobre todo, (está presente) bajo las especies eucarísticas" (SC 7).

2443 Dios bendice a los que ayudan a los pobres y reprueba a los que se niegan a hacerlo: "a quien te pide da, al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda" (Mt 5,42). "Gratis lo recibisteis, dadlo gratis" (Mt 10,8). Jesucristo reconocerá a sus elegidos en lo que hayan hecho por los pobres (cf Mt 25,31-36).

2444 "El amor de la Iglesia por los pobres...pertenece a su constante tradición " (CA 57). Está inspirado en el Evangelio de las bienaventuranzas (cf Lc 6,20-22), en la pobreza de Jesús (cf Mt 8,20), y en su atención a los pobres (cf Mc 12,41-44). El amor a los pobres es también uno de los motivos del deber de trabajar, con el fin de "hacer partícipe al que se halle en necesidad" (Ef 4,28). No abarca sólo la pobreza material, sino también las numerosas formas de pobreza cultural y religiosa (cf CA 57).

2445 El amor a los pobres es incompatible con el amor desordenado de las riquezas o su uso egoísta.

2446 S. Juan Crisóstomo lo recuerda vigorosamente: "No hacer participar a los pobres de los propios bienes es robarles y quitarles la vida. Lo que tenemos no son nuestros bienes, sino los suyos" (Laz. 1,6). "Satisfacer ante todo las exigencias de la justicia, de modo que no se ofrezca como ayuda de caridad lo que ya se debe a título de justicia" (AA 8): ‘Cuando damos a los pobres las cosas indispensables no les hacemos liberalidades personales, sino que les devolvemos lo que es suyo. Más que realizar un acto de caridad, lo que hacemos es cumplir un deber de justicia’ (S. Gregorio Magno, past. 3,21).

2447 Las obras de misericordia son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales (cf. Is 58,6-7; Hb 13,3). Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras de misericordia espiritual, como perdonar y sufrir con paciencia. Las obras de misericordia corporal consisten especialmente en dar de comer al hambriento, dar techo a quien no lo tiene, vestir al desnudo, visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos (cf Mt 25,31-46). Entre estas obras, la limosna hecha a los pobres (cf Tb 4, 5-11; Si 17,22) es uno de los principales testimonios de la caridad fraterna; es también una práctica de justicia que agrada a Dios (cf Mt 6,2-4).

2449 El día en que su madre le reprendió por atender en la casa a pobres y enfermos, Santa Rosa de Lima le contestó: "cuando servimos a los pobres y a los enfermos, servimos a Jesús. No debemos cansarnos de ayudar a nuestro prójimo, porque en ellos servimos a Jesús".


Cada carisma es una palabra evangélica que el Espíritu Santo recuerda a su Iglesia (cf. Jn 14, 26). No en vano, la Vida Consagrada «nace de la escucha de la Palabra de Dios y acoge el Evangelio como su norma de vida. En este sentido, el vivir siguiendo a Cristo casto, pobre y obediente, se convierte en “exégesis” viva de la Palabra de Dios... De ella ha brotado cada carisma y de ella quiere ser expresión cada regla, dando origen a itinerarios de vida cristiana marcados por la radicalidad evangélica» (Exh. Apost. Verbum Domini, 83). (Encuentro con religiosas jóvenes, 19-08-2011)

 

1. Tienen a su disposición en el despacho parroquial el Evangelio 2012.

2. La Asociación de Padres de Discapacitados Psíquicos (Aspadis), fundada y dirigida por el sacerdote Vicente Aparicio, ha lanzado una campaña de venta de "turrón solidario" para recaudar fondos destinados a financiar la asociación "que este año ha visto reducida de forma considerable la ayuda que, todos los años, recibía de la Administración". Para colaborar podrán encontrar estos turrones en el despacho parroquial.

3. El lunes 21 de noviembre a las 10 de la mañana habrá reunión del Equipo de Pastoral de la Salud y a las 20.30 h. tendrá lugar la reunión con padres de los jóvenes que están en el segundo curso de confirmación y la reunión de formación del Grupo de Oración.

4. El miércoles 23 de noviembre a las 18.00 h. tendrá lugar la reunión con los padres de tercero de comunión y a las 20.30 h. el Curso de Liturgia.

5. Ese miércoles, los agentes de Cáritas tendrán el Curso Básico de voluntariado a las 18.30h. Ya por la noche, a las 20.30h. estará el curso de Liturgia. Ya por la noche se dará la 4ª ponencia sobre la Palabra de Dios según la Verbum Domini, organizada por la Junta Mayor de Hermandades por el profesor Juan M. Díaz Rodelas en el Museu Casal Faller a las 21h.

6. El viernes 25 y el sábado 26 de noviembre tendrá lugar la convivencia con los jóvenes de segundo curso de confirmación en El Preventorio. La hora de salida será a las 19.30h. y la llegada del sábado sobre las 18h. para la Misa de la parroquia.

7. El sábado 26 de noviembre será el Encuentro de Cáritas de Vicaría en Benissa para los pertenecientes al grupo de Cáritas parroquial, así como a los voluntarios.

8. El sábado por la tarde comienza el tiempo de Adviento. Los niños que asistan a las celebraciones de la Eucaristía dominical recibirán un material para ir trabajando el tiempo de Adviento en familia.

9. El domingo 27 de noviembre a las 5 de la tarde tendrá lugar la reunión de oración con la Palabra de Dios con los jóvenes de la parroquia.

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“En la Misa o Cena del Señor el pueblo de Dios es congregado bajo la presidencia del sacerdote, que actúa en la persona de Cristo, para celebrar el memorial del Señor o sacrificio eucarístico. De ahí que sea eminentemente válida, cuando se habla de la asamblea local de la santa Iglesia, aquella promesa de Cristo: “Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18, 20). Pues en la celebración de la Misa, en la cual se perpetúa el sacrificio de la cruz, Cristo está realmente presente en la misma asamblea congregada en su nombre, en la persona del ministro, en su palabra y ciertamente de una manera sustancial y permanente en las especies eucarísticas.” (OGMR 27)

Donativos recibidos para los nuevos locales en la calle Ciudad de Laval:
Ingresados hasta el 28-10-2011: 51.205,66 €.
+ 166
Ingresados hasta el 04-11-2011:
51.360,66 €.
Colabore en la cuenta que la parroquia tiene en
BANCAJA (Paseo Germanías 82)
2077-0249-55-1101860850

Del 14 al 20 de noviembre de 2011

Lunes 21. 19.30 h.: En sufragio de familia Espí Sanchis.

Martes 22. 19.30 h.: sin intención.

Miércoles 23. 19.30 h.: En sufragio de José Antonio Cabanilles, familia Montblach-Jiménez, Clemente Jesús Serrano Serrano.

Jueves 24. 19.30 h.: sin intención.

Viernes 25. 19.30 h.: sin intención.:

Sábado 26. I ADVIENTO.18.00 h.: Con niños. sin intención.

19.30 h.: En sufragio de Matías Díez Martín.

21.00 h.: sin intención. Domingo 27. I ADVIENTO.

12.00 h. Pro Pópulo