30 de noviembre de 2019

1 de diciembre de 2019. 1 ADV A.

   
                 Queridos hermanos:
Comenzamos el tiempo de Adviento. Empezamos esperando a Jesús, se venida en el hoy y su venida definitiva. Poniendo medios para despertar el corazón: oración, vigilias, retiros, lectura espiritual… todo lo que ayude al corazón a despertar, a estar preparados a la venida del Señor.
¡Ven! Es el grito que más resuena en este tiempo y en el tiempo de la Iglesia hasta la venida de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo. “Dios mío, ven en mi auxilio. Señor date prisa en socorrerme”. Así comienzan la Liturgia de las Horas de la Iglesia. Son dos frases sacadas del salmo 69 (68), 2 y del salmo 40 (39), 14. Ayuda a preparar el corazón a la oración. Presentándose ante el Señor como mendigo de su presencia y de su ayuda. Bien puede ayudarnos en este tiempo de Adviento. Decía Juan Casiano:
    “Si queréis que el pensamiento de Dios more sin cesar en vosotros, debéis proponer continuamente a vuestra mirada interior esta fórmula de devoción: Dios mío ven en mi auxilio; Señor, date prisa en socorrerme. No sin razón ha sido preferido este versículo a todos los de la Escritura. Contiene en cifra todos los sentimientos que puede tener la naturaleza humana. Se adapta felizmente a todos los estados, y ayuda a mantenerse firme ante las tentaciones que nos solicitan.
   En efecto, entraña la invocación hecha a Dios para sortear los peligros, la humildad de una sincera confesión, la vigilancia de un alma siempre alerta y penetrada de un temor perseverante, la consideración de nuestra fragilidad. Hace brotar asimismo la esperanza consoladora de ser atendidos y una fe ciega en la bondad divina, siempre pronta a socorrernos. Quien recurre sin cesar a su protector, adquiere la seguridad de que le asiste a todas horas. Viene a ser como la voz del amor urgente, de la caridad acendrada; es como la explicación del alma cuya mirada se posa medrosa sobre las asechanzas que la rodean, que tiembla frente a los enemigos que la asedian día y noche, y de quienes sabe que no puede librarse sin el auxilio de aquel que invoca…” (Juan Casiano, Colaciones, X,10).
Jesús, vuestro párroco
+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 24, 37-44

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.
En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».

Palabra del Señor.
estad en vela, porque no sabéis
qué día vendrá vuestro Señor.

2730         Cuando Jesús insiste en la vigilancia, es siempre en relación a El, a su Venida, al último día y al "hoy". El esposo viene en mitad de la noche; la luz que no debe apagarse es la de la fe.

2849   La vigilancia del corazón es recordada con insistencia en comunión con la suya (cf Mc 13, 9. 23. 33-37; 14, 38; Lc 12, 35-40). La vigilancia es "guarda del corazón", y Jesús pide al Padre que "nos guarde en su Nombre" (Jn 17, 11). El Espíritu Santo trata de despertarnos continuamente a esta vigilancia (cf 1 Co 16, 13; Col 4, 2; 1 Ts 5, 6; 1 P 5, 8). Esta petición adquiere todo su sentido dramático referida a la tentación final de nuestro combate en la tierra; pide la perseverancia final. "Mira que vengo como ladrón. Dichoso el que esté en vela" (Ap 16, 15).

2612  En Jesús "el Reino de Dios está próximo", llama a la conversión y a la fe pero también a la vigilancia. En la oración, el discípulo espera atento a aquél que "es y que viene", en el recuerdo de su primera venida en la humildad de la carne, y en la esperanza de su segundo advenimiento en la gloria (cf Mc 13; Lc 21, 34-36). En comunión con su Maestro, la oración de los discípulos es un combate, y velando en la oración es como no se cae en la tentación (cf Lc 22, 40. 46).

2772   La Eucaristía y el Padrenuestro están orientados hacia la venida del Señor, "¡hasta que venga!" (1 Co. 11, 26).
EL EVANGELIO COMENTADO POR EL PAPA
“Hoy en la Iglesia inicia un nuevo año litúrgico, es decir, un nuevo camino de fe del pueblo de Dios. Y como siempre iniciamos con el Adviento. La página del Evangelio (cf. Mt 24, 37-44) nos presenta uno de los temas más sugestivos del tiempo de Adviento: la visita del Señor a la humanidad. La primera visita —lo sabemos todos— se produjo con la Encarnación, el nacimiento de Jesús en la gruta de Belén; la segunda sucede en el presente: el Señor nos visita continuamente cada día, camina a nuestro lado y es una presencia de consolación; y para concluir estará la tercera y última visita, que profesamos cada vez que recitamos el Credo: «De nuevo vendrá en la gloria para juzgar a vivos y a muertos». El Señor hoy nos habla de esta última visita suya, la que sucederá al final de los tiempos y nos dice dónde llegará nuestro camino.
La palabra de Dios hace resaltar el contraste entre el desarrollarse normal de las cosas, la rutina cotidiana y la venida repentina del Señor. Dice Jesús: «Como en los días que precedieron al diluvio, comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en el que entró Noé en el arca, y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrasó a todos» (vv. 38-39): así dice Jesús. Siempre nos impresiona pensar en las horas que preceden a una gran calamidad: todos están tranquilos, hacen las cosas de siempre sin darse cuenta que su vida está apunto de ser alterada. El Evangelio, ciertamente no quiere darnos miedo, sino abrir nuestro horizonte a la dimensión ulterior, más grande, que por una parte relativiza las cosas de cada día pero al mismo tiempo las hace preciosas, decisivas. La relación con el Dios que viene a visitarnos da a cada gesto, a cada cosa una luz diversa, una profundidad, un valor simbólico.
Desde esta perspectiva llega también una invitación a la sobriedad, a no ser dominados por las cosas de este mundo, por las realidades materiales, sino más bien a gobernarlas. Si por el contrario nos dejamos condicionar y dominar por ellas, no podemos percibir que hay algo mucho más importante: nuestro encuentro final con el Señor, y esto es importante. Ese, ese encuentro. Y las cosas de cada día deben tener ese horizonte, deben ser dirigidas a ese horizonte. Este encuentro con el Señor que viene por nosotros. En aquel momento, como dice el Evangelio, «estarán dos en el campo: uno es tomado, el otro dejado» (v. 40). Es una invitación a la vigilancia, porque no sabiendo cuando Él vendrá, es necesario estar preparados siempre para partir.
En este tiempo de Adviento estamos llamados a ensanchar los horizontes de nuestro corazón, a dejarnos sorprender por la vida que se presenta cada día con sus novedades. Para hacer esto es necesario aprender a no depender de nuestras seguridades, de nuestros esquemas consolidados, porque el Señor viene a la hora que no nos imaginamos. Viene para presentarnos una dimensión más hermosa y más grande.
Que Nuestra Señora, Virgen del Adviento, nos ayude a no considerarnos propietarios de nuestra vida, a no oponer resistencia cuando el Señor viene para cambiarla, sino a estar preparados para dejarnos visitar por Él, huésped esperado y grato, aunque desarme nuestros planes.” (Francisco. 27 de noviembre de 2016).
Señor Jesús, Rey eterno que vienes a nosotros, al comenzar el Adviento concédenos ensanchar los horizontes de nuestro corazón, dejarnos sorprender por la vida que nos presentas cada día con sus novedades, sin depender de nuestras seguridades, de nuestros esquemas consolidados. Ven a la hora que el Padre haya determinado, que no te opongamos resistencia cuando vienes a cambiar nuestra vida, a desarmar nuestros planes, que estemos preparados para dejarnos visitar por Ti, huésped esperado y grato, nuestro esposo amado. Haz de nosotros alabanza vigilante de tu gloria.
Queremos, en fidelidad a la llamada de Dios, en esta hora de Dios, que es el tiempo que nos es dado vivir, queremos ser fieles a Dios, buscar, encontrar y cumplir su voluntad y su voluntad es que todos los hombres se sal ven y lleguen al conocimiento de la verdad. Queremos ser Iglesia, que como tú, anunciemos a Jesucristo, para que los hombres crean y vivan en cristo, con El y desde El y así alcancen vida eterna y se sientan queridos por Dios que se vuelca en derroche de amor en favor a los hombres. Sabemos que esto no es posible si no se lleva a cabo una renovación de nuestra Iglesia, de las personas que las formamos, de las instituciones. Y esta renovación es la vida interior, es la vida santa. Que nos conduzca por los caminos de la santidad, tus caminos. Sólo una Iglesia de santos podrá evangelizar nuestro mundo. (De la Homilía de D. Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia, en la misa inicio Sínodo. 15-10-2019).
«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé». Así comienza el Evangelio de este primero domingo de Adviento. La tierra está llena de maldad. Noé en cambio ha hallado gracia a los ojos de Dios, camina con Dios, y recibe el encargo de hacer un arca. Aunque en el relato bíblico Noé no dirige la palabra a ninguno de sus contemporáneos, relatos posteriores presentarán a Noé como aquel que les advierte de la catástrofe-diluvio que se acerca, les señala sus pecados, les anuncia la regeneración que se va a producir. Pero en vez de escucharle le trataron como un loco. Siguieron viviendo tranquilos sin darse cuenta de que su vida estaba a punto de perecer: “En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos”. Una invitación a no vivir la vida sin tener en cuenta al Señor y su venida. Una invitación a despertar, a estar atentos al momento que vivimos, a estar vigilantes ante la venida de nuestro esposo.
COMIENZA EL ADVIENTO. El sábado 30 de noviembre, con las primeras vísperas, comienza el Tiempo de Adviento. Se realizará la ORACIÓN COMUNITARIA de lunes a viernes, a las 6.30 de la mañana, excepto el viernes 6 de diciembre.
Les animamos a celebrar la Eucaristía diaria, a preparar su confesión y recibir el perdón de los pecados, a hacer oración, a preparar la corona de Adviento, preparar el Belén en casa… todo aquello que nos ponga en actitud de preparación, de espera, de esperanza.

El domingo 8 de diciembre es la Solemnidad de la Inmaculada Concepción. A las 5 de la tarde tendrá lugar una procesión por las calles del barrio Los niños sacarán a en andas la imagen de la Inmaculada Concepción. Al finalizar realizaremos una pequeña oración a la Virgen María y una merienda.
A su vez las parroquias de Gandía organizan dos Vigilias de la Inmaculada. A las 21.30 h. Una en la Iglesia del Beato para jóvenes y otra en las Clarisas para todos los públicos.

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235 €
Gracias por tu colaboración. Donativos en BANKIA
ES83-2038-6230-7530-0042-0970 
1. Ya tiene a su disposición el Calendario 2020. Ayúdenos a difundirlo. Es una pequeña campaña económica que realiza la parroquia para sufragar los muchos gastos que ocasiona la hipoteca y el crédito. Se deben todavía unos 170.000 €.
2. También puede adquirir EL EVANGELIO 2020 Y LIBRETAS PARA APUNTES, así como las velas de la Corona de Adviento.
3. La Revista Callejeros de la Fe ya puede retirarla en despacho o sacristía.
4. La parroquia ofrece una rifa de un jamón para ayudar a recaudar ingresos para atender a los necesitados de la parroquia. Es una campaña de Cáritas parroquial. Sustituye a la campaña del bote o del kilo. La colecta de Cáritas será el 7 y 8 de diciembre. En la colecta del mes de noviembre se recaudó 397,36 €

Con 114 personas apuntadas, te animamos a este curso para profesores, padres, catequistas educadores.
El curso es los lunes: 2, 9, 16 de diciembre y 13, 20 y 27 de enero; a las 20.15 h. es la acogida y a las 20.30 h. comienza la sesión en el templo parroquial.
Del 2 al 8 de diciembre de 2019
Lunes 2.  19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Ferrer - Puig; Alberto Belda Serra
Martes 3. San Francisco Javier, presbítero. 19.30 h.: En sufragio de: José y Nicomedes Peiró Bolta
Miércoles 4. Beato Francisco Galvez. San Juan Damasceno. 19.30 h.: Sin intención. 
Jueves 5. San Mauro, mártir. 19.30 h.: En sufragio de: Casimiro Domínguez Buendía; Lucía Colomina Gisbert; Rvdo. D. Francisco Albuixech Estarlich
Viernes 6. San Pedro Pascual, obispo y mártir. 19.30 h.: En sufragio de: José y Nicomedes Peiró Bolta
Sábado 7. Por la mañana: San Ambrosio, obispo.
Por la tarde: Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María. 18.00 h.: Con niños. En sufragio de: Fam. García - Estruch; Fam. Ojeda - Peiró. 19.30 h.: En sufragio de: José y Nicomedes Peiró Bolta. 21.00 h.: Sin intención.
Domingo 8. Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María. 10.00 h.: Sin intención. 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: En sufragio de: Antonio Casanova.

A lo largo del año, en todas las misas, se reza por todos los difuntos. Algunas celebraciones incluyen una intención particular por algún difunto o por alguna necesidad. En muchas de las ocasiones se acompaña de una ofrenda para el sacerdote llamada estipendio. Les invitamos a solicitar en el despacho la celebración de intenciones particulares o misas en sufragio.
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Puedes descargar la Hoja Parroquial:

22 de noviembre de 2019

Domingo 24 de noviembre de 2019.34 TO C.

   
                  Queridos hermanos:
¿Cómo reaccionarías en un contexto hostil? ¿Qué pensamientos, palabras u obras saldrían de ti? Hay dos personajes en este evangelio que van contracorriente, que van contra el influjo potente del entorno: Jesús y el ladrón arrepentido.
Jesús ha sido abandonado, condenado, insultado, maltratado, crucificado como un malhechor. Todo pinta el mismo color para los que están presentes en la crucifixión: el insulto. Insultar es dirigir palabras, expresiones o gestos ofensivos y humillantes. Junto con el insulto la distancia a la hora de socorrer, la provocación, la tentación, la blasfemia. Intervienen las autoridades, que con su ejemplo abren la puerta a que los demás puedan hacer lo mismo, el pueblo, los soldados, hasta uno de los malhechores crucificado con Jesús. Todos encuentran justificado el insultar de formas distintas a Jesús: haciendo muecas, burlándose, ofreciendo vinagre.
“Pero ante este ataque al propio modo de ser, Jesús no habla, no reacciona. No se defiende, no trata de convencer, no hace una apología de su realeza. Más bien sigue amando, perdona, vive el momento de la prueba según la voluntad del Padre, consciente de que el amor dará su fruto” (Francisco. Homilía. 20-11-2016). Jesús sigue la corriente de la gracia, de la voluntad llena de amor del Padre y ama y reina manteniendo su misericordia en este contexto hostil.
Por otro lado, el ladrón arrepentido tiene ante sí un contexto muy hostil para ponerse a defender como abogado a Jesús, insultado por todos. Quizá la respuesta mejor hubiera sido callar. Podría haberse dicho: “mal estamos, no vaya a irme peor; no está la situación como para que salga yo en defensa de éste”. Pero al contrario: sale en defensa de Jesús y hasta llega a pedirle que se apiade de él. Y la respuesta de Jesús, lejos de ser: “déjame en paz, iros todos al cuerno”, sigue siendo la de la misericordia y el ofrecimiento de su reinado: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”.
La influencia nefasta de Satanás (cf. Catecismo 394) y de los pecados de todos los hombres de toda la historia (cf. Catecismo 408) hace que todo el mundo yazca en poder del maligno (cf. 1 Jn 5,19; cf. 1 P 5,8; Catecismo 409). Somos fácilmente influenciables. Los insultos de las autoridades llevó a que el pueblo y luego los soldados y hasta uno de los malhechores insultara a Jesús. Por eso el buen o mal ejemplo de las autoridades, sus declaraciones, o leyes pueden influir positiva o negativamente en el pueblo. También los medios de comunicación (Catecismo 2493). El combate de la fe que se gana con la oración y la misericordia pueden influir en la marcha de la historia. La fidelidad al Señor y el amor al prójimo, como la levadura, llevan consigo la en un contexto hostil. Y así se extiende su Reino.
Jesús, vuestro párroco
+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 23, 35-43

En aquel tiempo, las autoridades y el pueblo hacían muecas a Jesús, diciendo:
«A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».
Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre y diciendo:
«Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».
Había encima un letrero:
«Este es el rey de los judíos».
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:
«¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».
Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:
«¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo.
Y decía:
«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».
Jesús le dijo:
«En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».
Palabra del Señor.
JESÚS, REY DESDE LA CRUZ
440   El verdadero sentido de su realeza no se ha manifestado más que desde lo alto de la Cruz (cf. Jn 19, 19-22; Lc 23, 39-43).

JESÚS, SEÑOR DE LA VIDA ETERNA

679   Cristo es Señor de la vida eterna. El pleno derecho de juzgar definitivamente las obras y los corazones de los hombres pertenece a Cristo como Redentor del mundo. "Adquirió" este derecho por su Cruz. El Padre también ha entregado "todo juicio al Hijo" (Jn 5, 22;cf. Jn 5, 27; Mt 25, 31; Hch 10, 42; 17, 31; 2 Tm 4, 1). Pues bien, el Hijo no ha venido para juzgar sino para salvar (cf. Jn 3,17) y para dar la vida que hay en él (cf. Jn 5, 26). Es por el rechazo de la gracia en esta vida por lo que cada uno se juzga ya a sí mismo  (cf. Jn 3, 18; 12, 48); es retribuido según sus obras (cf. 1 Co 3, 12- 15) y puede incluso condenarse eternamente al rechazar el Espíritu de amor (cf. Mt 12, 32; Hb 6, 4-6; 10, 26-31).

LA ORACIÓN INFLUYE EN LA MARCHA DE LA HISTORIA

2660   Es justo y bueno orar para que la venida del Reino de justicia y de paz influya en la marcha de la historia, pero también es importante amasar con la oración las humildes situaciones cotidianas. Todas las formas de oración pueden ser esa levadura con la que el Señor compara el Reino (cf Lc 13, 20-21).
EL EVANGELIO COMENTADO POR EL PAPA

“El Evangelio presenta la realeza de Jesús al culmen de su obra de salvación, y lo hace de una manera sorprendente. «El Mesías de Dios, el Elegido, el Rey» (Lc 23,35.37) se muestra sin poder y sin gloria: está en la cruz, donde parece más un vencido que un vencedor. Su realeza es paradójica: su trono es la cruz; su corona es de espinas; no tiene cetro, pero le ponen una caña en la mano; no viste suntuosamente, pero es privado de la túnica; no tiene anillos deslumbrantes en los dedos, pero sus manos están traspasadas por los clavos; no posee un tesoro, pero es vendido por treinta monedas.
Verdaderamente el reino de Jesús no es de este mundo (cf. Jn 18,36); pero justamente es aquí —nos dice el Apóstol Pablo en la segunda lectura—, donde encontramos la redención y el perdón (cf. Col 1,13-14). Porque la grandeza de su reino no es el poder según el mundo, sino el amor de Dios, un amor capaz de alcanzar y restaurar todas las cosas. Por este amor, Cristo se abajó hasta nosotros, vivió nuestra miseria humana, probó nuestra condición más ínfima: la injusticia, la traición, el abandono; experimentó la muerte, el sepulcro, los infiernos. De esta forma nuestro Rey fue incluso hasta los confines del Universo para abrazar y salvar a todo viviente. No nos ha condenado, ni siquiera conquistado, nunca ha violado nuestra libertad, sino que se ha abierto paso por medio del amor humilde que todo excusa, todo espera, todo soporta (cf. 1 Co 13,7). Sólo este amor ha vencido y sigue venciendo a nuestros grandes adversarios: el pecado, la muerte y el miedo.
Hoy queridos hermanos y hermanas, proclamamos está singular victoria, con la que Jesús se ha hecho el Rey de los siglos, el Señor de la historia: con la sola omnipotencia del amor, que es la naturaleza de Dios, su misma vida, y que no pasará nunca (cf. 1 Co 13,8). Compartimos con alegría la belleza de tener a Jesús como nuestro rey; su señorío de amor transforma el pecado en gracia, la muerte en resurrección, el miedo en confianza.
(…) Además de Jesús, aparecen tres figuras. (…) En primer lugar, el pueblo: el Evangelio dice que «estaba mirando» (Lc 23,35): ninguno dice una palabra, ninguno se acerca. El pueblo está lejos, observando qué sucede. Es el mismo pueblo que por sus propias necesidades se agolpaba entorno a Jesús, y ahora mantiene su distancia. Frente a las circunstancias de la vida o ante nuestras expectativas no cumplidas, también podemos tener la tentación de tomar distancia de la realeza de Jesús, de no aceptar totalmente el escándalo de su amor humilde, que inquieta nuestro «yo», que incomoda. Se prefiere permanecer en la ventana, estar a distancia, más bien que acercarse y hacerse próximo. Pero el pueblo santo, que tiene a Jesús como Rey, está llamado a seguir su camino de amor concreto; a preguntarse cada uno todos los días: «¿Qué me pide el amor? ¿A dónde me conduce? ¿Qué respuesta doy a Jesús con mi vida?».
 Hay un segundo grupo, que incluye diversos personajes: los jefes del pueblo, los soldados y un malhechor. Todos ellos se burlaban de Jesús. Le dirigen la misma provocación: «Sálvate a ti mismo» (cf. Lc 23,35.37.39). Es una tentación peor que la del pueblo. Aquí tientan a Jesús, como lo hizo el diablo al comienzo del Evangelio (cf. Lc 4,1-13), para que renuncie a reinar a la manera de Dios, pero que lo haga según la lógica del mundo: baje de la cruz y derrote a los enemigos. Si es Dios, que demuestre poder y superioridad. Esta tentación es un ataque directo al amor: «Sálvate a ti mismo» (vv. 37. 39); no a los otros, sino a ti mismo. Prevalga el yo con su fuerza, con su gloria, con su éxito. Es la tentación más terrible, la primera y la última del Evangelio. Pero ante este ataque al propio modo de ser, Jesús no habla, no reacciona. No se defiende, no trata de convencer, no hace una apología de su realeza. Más bien sigue amando, perdona, vive el momento de la prueba según la voluntad del Padre, consciente de que el amor dará su fruto. (…)
En el Evangelio aparece otro personaje, más cercano a Jesús, el malhechor que le ruega diciendo: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino» (v. 42). Esta persona, mirando simplemente a Jesús, creyó en su reino. Y no se encerró en sí mismo, sino que con sus errores, sus pecados y sus dificultades se dirigió a Jesús. Pidió ser recordado y experimentó la misericordia de Dios: «hoy estarás conmigo en el paraíso» (v. 43). Dios, apenas le damos la oportunidad, se acuerda de nosotros. Él está dispuesto a borrar por completo y para siempre el pecado, porque su memoria, no como la nuestra, olvida el mal realizado y no lleva cuenta de las ofensas sufridas. Dios no tiene memoria del pecado, sino de nosotros, de cada uno de nosotros, sus hijos amados. Y cree que es siempre posible volver a comenzar, levantarse de nuevo” (Francisco. Homilía. 20-11-2016).
Señor Jesús, que acogiéndote al Padre y fiel a tu misión, has permanecido en la cruz y, aun hoy, permaneces en la intercesión ante el Padre pidiendo perdón por nuestros pecados y justificándonos con tu sangre. Como el ladrón arrepentido ábrenos a la esperanza de recibir tu perdón y tu gracia. Con la gracia de tu Espíritu concédenos no cerrar nunca la puerta de la reconciliación y del perdón, el saber ir más allá del mal, el dar una nueva oportunidad a los demás, el saber esperar, saber perdonar, saber, amar como Tú.
EL EJEMPLO DE
SANTA TERESA DE JESÚS (III)

Viendo y escuchando a Santa Teresa, Teresa de Jesús, me vienen a la mente como dichas por ella, aquellas impresionantes palabras del Papa san Juan Pablo II, elegido Papa precisamente al día siguiente de la santa: "No tengáis miedo, abrid de par en par las puertas a Cristo. Abrid a su fuerza salvadora las fronteras de los Estados, los sistemas económicos y políticos, los vastos campos de la cultura, de la civilización, del desarrollo. No tengáis miedo. Cristo sabe lo que hay dentro del hombre. Sólo Él lo sabe. A menudo el hombre se siente invadido por la duda, que se transforma en desesperación. Permitid por tanto, os lo ruego, os lo imploro con humildad y confianza permitid a Cristo que hable al hombre". Llamemos a la conversión, a que los cristianos volvamos de verdad a Cristo, Y surgirá y se edificará una humanidad nueva.
Esto nos dijo el sucesor de Pedro, al que tan unida, como hija fiel de la Iglesia, estuvo santa Teresa; al que tanto quiso, por el que tanto rogó y al que tanto ayudó en vida. Y esto nos diría, nos dice también la santa: que escuchemos y obedezcamos al Papa Francisco que nos está urgiendo constantemente a evangelizar para la conversión personal, que es ahí donde radica la conversión pastoral. Ella, Teresa de Jesús, nos ruega que nos abramos a Cristo, que le acojamos, es lo mejor que puede decirnos y pedirnos santa Teresa. Que para esto, además, hemos convocado e iniciado este Sínodo diocesano. (De la Homilía de D. Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia, en la misa inicio Sínodo. 15-10-2019).








La parroquia ofrece una rifa de un jamón para ayudar a recaudar ingresos para atender a los necesitados de la parroquia. Es una campaña de Cáritas parroquial.
185 € + un donativo de 50 € para los ventanales:
235 €
Gracias por tu colaboración. Donativos en BANKIA
ES83-2038-6230-7530-0042-0970
1. El lunes 25 de noviembre a las 10,15 se reunirá el Equipo de Pastoral de la Salud.
2. COMIENZA EL ADVIENTO. El sábado 30 de noviembre, con las primeras vísperas, comienza el Tiempo de Adviento. Se realizará la ORACIÓN COMUNITARIA de lunes a viernes, a las 6.30 de la mañana.
3. En breve estará a la venta el Calendario 2020. Ayúdenos a difundirlo. Es una pequeña campaña económica que realiza la parroquia para sufragar los muchos gastos que ocasiona la hipoteca y el crédito. Se deben todavía unos 170.000 €.
4. YA ESTÁ A SU DISPOSICIÓN EL EVANGELIO 2020 Y LIBRETAS PARA APUNTES.
5. La Revista Callejeros de la Fe saldrá el próximo domingo.

Con 107 personas apuntadas, te animamos a este curso para profesores, padres, catequistas educadores.

El curso es los lunes: 25 de noviembre, 2, 9, 16 de diciembre y 13, 20 y 27 de enero; a las 20.15 h. es la acogida y a las 20.30 h. comienza la sesión en el templo parroquial.
Del 25 de noviembre al 1 de diciembre de 2019
Lunes 25. Santa catalina de Alejandría, virgen y mártir. 19.30 h.: en acción de gracias.  
Martes 26. 19.30 h.: En sufragio de: José y Nicomedes Peiró Bolta.  
Miércoles 27. Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. 19.30 h.: Sin intención. 
Jueves 28. 19.30 h.: En sufragio de: José y Nicomedes Peiró Bolta
Viernes 29. 19.30 h.: En sufragio de: Rosendo Roche.
Sábado 30. Por la mañana: Fiesta de San Andrés, apóstol.
Por la tarde: PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO.
18.00 h.: Con niños. En sufragio de: dif.fam. Ojeda - Peiró. 19.30 h.: En sufragio de: José y Nicomedes Peiró Bolta; Víctor Ferragut.  21.00 h.: Sin intención.
Domingo 1. PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO.
10.00 h.: En sufragio de: José y Nicomedes Peiró Bolta. 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: En sufragio de: dif.fam. Ferrer - Puig; Alberto Belda Serra.


A lo largo del año, en todas las misas, se reza por todos los difuntos. Algunas celebraciones incluyen una intención particular por algún difunto o por alguna necesidad. En muchas de las ocasiones se acompaña de una ofrenda para el sacerdote llamada estipendio. Les invitamos a solicitar en el despacho la celebración de intenciones particulares o misas en sufragio.
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Puedes descargar la Hoja Parroquial: