22 de febrero de 2019

Domingo 24 de febrero de 2019. 7 TO C.

Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com
            Queridos hermanos:
“Como vuestro Padre”. Así hemos de amar. “Como vuestro Padre”. “Como Jesús”. Este es el punto de diferencia. El amor al enemigo. «A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian.
¿Cómo es posible amar a los enemigos?
En primer lugar: MIRAR AL PADRE. Dice el Papa Francisco: «Jesús nos dice dos cosas: primero, mirar al Padre. Nuestro Padre es Dios: hace salir el sol sobre malos y buenos; hace llover sobre justos e injustos. Su amor es para todos. Y Jesús concluye con este consejo: “Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial”». Por lo tanto, la indicación de Jesús consiste en imitar al Padre en «la perfección del amor. Él perdona a sus enemigos. Hace todo por perdonarles.” (Meditaciones matutinas. Martes 18 de junio de 2013).
En segundo lugar: pedir al Señor ilumine nuestra vida para que descubramos que nosotros somos enemigos de Jesús en tantas ocasiones de nuestra vida y Jesús nos ha amado y el Padre nos ha esperado y el Espíritu santo nos ha perdonado setenta veces siete.
En tercer lugar: ORAR UNIDOS A JESÚS. Sin estar unidos a Jesús, como el sarmiento en la Vid, no podemos dar este fruto. La mirada al Padre, la unión íntima con Jesús, nos hace tener en nosotros la misma savia que corre por las venas de Jesús, por las venas de los mártires y santos de toda la Historia de la Iglesia que han sido perseguidos y humillados desde fuera o desde dentro de la Iglesia.
En cuarto lugar: ORAR POR LOS ENEMIGOS. Y otra cosa que podemos hacer para vivir en este amor es orar. “Jesús nos dice: rezad, rezad por vuestros enemigos». La oración hace milagros; y esto vale no sólo cuando tenemos enemigos; sino también cuando percibimos alguna antipatía, «alguna pequeña enemistad.” (Idem).
En quinto lugar: imitar a tantos hermanos nuestros que han pasado por la gran tribulación y han blanqueado sus vestiduras en la sangre del cordero. «Pensemos en el siglo pasado, los pobres cristianos rusos que por el simple hecho de ser cristianos eran mandados a Siberia a morir de frío… «Pensemos en Auschwitz y en otros campos de concentración: ellos debían rezar por ese dictador que quería la raza pura y mataba sin escrúpulo y rezar para que Dios les bendijera, ¡a todos estos! Y muchos lo hicieron». De ahí la invitación que sacude las conciencias: «Rezar por aquel que está a punto de matarte, que busca matarte, destruirte...». (Francisco. Meditaciones matutinas. Martes 19 de junio de 2018).
Pidamos esta gracia para ser en verdad hijos de Dios Padre.
Jesús, vuestro párroco
Lectura del santo Evangelio según San Lucas                 6, 27-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian.
Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien solo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo.
Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.
Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos.
Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».

Palabra del Señor.
AMAR A LOS ENEMIGOS

1825         Cristo murió por amor a nosotros cuando éramos todavía enemigos (cf Rm 5,10). El Señor nos pide que amemos como él hasta nuestros enemigos (cf Mt 5,44), que nos hagamos prójimos del más lejano (cf Lc 10,27-37), que amemos a los niños (cf Mc 9,37) y a los pobres como a él mismo (cf Mt 25,40.45).

1932         El deber de hacerse prójimo de otro y de servirle activamente se hace más acuciante todavía cuando éste está más necesitado en cualquier sector de la vida humana. "Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis" (Mt 25,40).

1933  Este deber se extiende a los que no piensan ni actúan como nosotros. La enseñanza de Cristo exige incluso el perdón de las ofensas. Extiende el mandamiento del amor que es el de la nueva ley a todos los enemigos (cf Mt 5,43-44). La liberación en el espíritu del evangelio es incompatible con el odio al enemigo en cuanto persona, pero no con el odio al mal que hace en cuanto enemigo.
2262  En el Sermón de la Montaña, el Señor recuerda el precepto: "No matarás" (Mt 5,21), y añade el rechazo absoluto de la ira, del odio y de la venganza. Más aún, Cristo exige a sus discípulos presentar la otra mejilla (cf Mt 5,22-39), amar a los enemigos (cf Mt 5,44). El mismo no se defendió y dijo a Pedro que guardase la espada en la vaina (cf Mt 26,52).

2647  La oración de intercesión consiste en una petición en favor de otro. No conoce fronteras y se extiende hasta los enemigos.
EL EVANGELIO COMENTADO POR EL PAPA

Amar a nuestros enemigos, a quienes nos persiguen y nos hacen sufrir, es difícil; ni siquiera es un «buen negocio». Sin embargo es el camino indicado y recorrido por Jesús para nuestra salvación. (…) «También nosotros, todos nosotros, tenemos enemigos, todos. Algunos enemigos débiles, algunos fuertes. También nosotros muchas veces nos convertimos en enemigos de otros; no les queremos. Jesús nos dice que debemos amar a los enemigos».
«Jesús nos dice dos cosas: primero, mirar al Padre. Nuestro Padre es Dios: hace salir el sol sobre malos y buenos; hace llover sobre justos e injustos. Su amor es para todos. Y Jesús concluye con este consejo: “Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial”». Por lo tanto, la indicación de Jesús consiste en imitar al Padre en «la perfección del amor. Él perdona a sus enemigos. Hace todo por perdonarles. Pensemos en la ternura con la que Jesús recibe a Judas en el huerto de los Olivos», cuando entre los discípulos se pensaba en la venganza.
«Jesús nos pide amar a los enemigos. ¿Cómo se puede hacer? Jesús nos dice: rezad, rezad por vuestros enemigos». La oración hace milagros; y esto vale no sólo cuando tenemos enemigos; sino también cuando percibimos alguna antipatía, «alguna pequeña enemistad».
Es cierto: «el amor a los enemigos nos empobrece, nos hace pobres, como Jesús, quien, cuando vino, se abajó hasta hacerse pobre». Tal vez no es un «buen negocio», o al menos no lo es según la lógica del mundo. Sin embargo «es el camino que recorrió Dios, el camino que recorrió Jesús» hasta conquistarnos la gracia que nos ha hecho ricos. (Francisco. Meditaciones matutinas. Martes 18 de junio de 2013).
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El siglo pasado, ¿cuántos cristianos, enviados a los gulag rusos o a los campos de concentración nazis rezaron por quien quería asesinarlos? «Muchos lo hicieron». Y se trata de ejemplos muy altos que tocan las conciencias de cada uno, porque llegar a «amar» a los propios enemigos, a quien quiere destruirte es, de todos modos, «difícil de entender»: solamente «la palabra de Jesús» puede explicarlo.
«Cuando, esta mañana rezaba sobre este texto, no encontraba el camino para hacer la prédica. Y pensé: “Pero Jesús tiene ideas que nosotros no podemos entender y no podemos recibir”».
El Papa intentó así descifrar el razonamiento que, humanamente, sería espontáneo e inmediato llevar adelante: «Es cierto, nosotros debemos perdonar a los enemigos: esto lo entendemos, el perdón, porque lo decimos todo los días en el Padre Nuestro; pedimos perdón como nosotros perdonamos: es una condición... Y nosotros perdonamos también para ser perdonados». Es una condición «no fácil» sino, incluso «con un poco de dificultad», practicable: «tragamos el orgullo y avanzamos».
Una fatiga que consideramos poder afrontar incluso considerando el paso sucesivo: «rezar por los demás: rezar por aquellos que nos dan dificultad, que tienen un modo de ser agresivo en familia. Y rezar por aquellos que nos ponen a prueba: también esto es difícil, pero lo hacemos. O al menos, muchas veces conseguimos hacerlo». Pero es el nivel superior el que parece incomprensible: «rezar por aquellos que quieren destruirme, los enemigos, para que Dios los bendiga: esto es verdaderamente difícil de entender».
Difícil, pero no imposible: «Pensemos en el siglo pasado, los pobres cristianos rusos que por el simple hecho de ser cristianos eran mandados a Siberia a morir de frío: y ¿ellos debían rezar por el gobernante verdugo que los mandaba allí? ¿Por qué? Y muchos lo hicieron: rezaron». Y de nuevo: «Pensemos en Auschwitz y en otros campos de concentración: ellos debían rezar por ese dictador que quería la raza pura y mataba sin escrúpulo y rezar para que Dios les bendijera, ¡a todos estos! Y muchos lo hicieron». De ahí la invitación que sacude las conciencias: «Rezar por aquel que está a punto de matarte, que busca matarte, destruirte...».
«Hay dos oraciones que nos hacen entrar en esta lógica difícil de Jesús: la oración de Jesús por aquellos que lo mataban —“perdónales, padre”— y también los justifica: “No saben lo que hacen”. Perdón: pide perdón para ellos». Después está Esteban (Hch 7, 60) que «hace lo mismo en el momento del martirio: “Perdónales”». (…) Y después de esto, otro consejo: «Nos hará bien, hoy, pensar en un enemigo —creo que todos nosotros tenemos alguno— uno que nos ha hecho mal o que nos quiere hacer mal o que intenta hacer el mal». Después de ello, «recemos por él. Pidamos al Señor que nos dé la gracia de amarlo». Porque si «la oración “mafiosa” es: “Me las pagarás”», la oración cristiana es: «Señor, dales tu bendición y enséñame a amarlo». (Francisco. Meditaciones matutinas. Martes 19 de junio de 2018).
Señor Jesús, que nos amaste cuando éramos tus enemigos, que pediste al Padre en la cruz: “Perdónales, porque no saben lo que hacen”, concédenos la conversión del corazón para acoger tu amor, el Espíritu Santo, que perdone nuestros pecados y nos mueva a amar a nuestros enemigos, a hacer el bien a los que nos odian, a bendecir a los que nos maldicen, a orar por los que nos calumnian, a amar más al prójimo que nuestra fama o que la ofensa que nos haga, a amar más al prójimo que nuestros bienes, a amar más al prójimo que nuestro tiempo, a ser misericordiosos, a no juzgar, a no condenar, a perdonar, a dar, como tu Padre, como tú.
Señor Jesús, concédenos estar unidos a ti por la oración para amar como Tú.
MEMORIA DE CÁRITAS PARROQUIAL
El Equipo de Cáritas parroquial está formado por 18 voluntarios, 9 hombres y 9 mujeres, 8 de ellos tienen más de 66 años. Tres de ellos incorporados este mismo curso 2018-2019.
A lo largo del año 2018 Cáritas de la parroquia de San Francisco de Borja atendió 32 familias, de las cuales 12 eran extranjeras, siendo los beneficiarios totales de la atención de Cáritas parroquial 81 personas, de ellas 28 menores de edad. 13 de estas personas atendidas habían venido por vez primera a Cáritas parroquial.
40 de esas personas eran menores de 30 años. Es decir, la mitad.
Las necesidades más demandadas son alimentación, gastos sanitarios, facilitación de empleo, ropa y calzado, así como ayudas para la vivienda, alquileres, suministros.
Entre las personas atendidas hay inmigrantes en situación irregular, personas que viven solas, parejas jóvenes con hijos, ancianos que han acogido a sus hijos y requieren una ayuda extra, personas con viviendas precarias y mujeres solas con hijos.
A lo largo del año 2018 se han recaudado 240 € por cuotas de socios, 2.189,47 € en concepto de Colectas mensuales del Segundo Domingo, 682,03 € de la colecta del Día de Caridad que fue destinada a Caritas Diocesana, 562,33 € de la colecta de Jueves Santo que fue destinada a Caritas interparroquial que este año está celebrando su 50 aniversario desde su fundación, 1.593,53 € en donativos diversos y unos 550 € en especie, en alimentos no perecederos, recogidos en las diversas campañas del bote o del kilo que organiza Cáritas parroquial a lo largo del año.
Estos ingresos han servido para ayudar en las necesidades antes expuestas con una cantidad de 5.596,51 €.
Agradecer a tantas personas su humilde colaboración. Animar a seguir esta noble tarea en el servicio de la caridad a los más necesitados. Pueden ayudarnos la palabras del papa Francisco a animar a colaborar sin miedo ofreciendo dinero, alimentos, o tiempo en la atención a los necesitados:

“Quien de verdad quiera dar gloria a Dios con su vida, quien realmente anhele santificarse para que su existencia glorifique al Santo, está llamado a obsesionarse, desgastarse y cansarse intentando vivir las obras de misericordia. Es lo que había comprendido muy bien santa Teresa de Calcuta: «Sí, tengo muchas debilidades humanas, muchas miserias humanas. […] Pero él baja y nos usa, a usted y a mí, para ser su amor y su compasión en el mundo, a pesar de nuestros pecados, a pesar de nuestras miserias y defectos. Él depende de nosotros para amar al mundo y demostrarle lo mucho que lo ama. Si nos ocupamos demasiado de nosotros mismos, no nos quedará tiempo para los demás»” (Francisco. Gaudete et Exultate 107).
  1. El Equipo de Pastoral de la Salud se reunirá el lunes 25 de febrero a las 10.15 h.
  2. Catequesis para jóvenes y adultos: Martes y jueves a las 8.30 noche, entrando en los locales nuevos por la calle Ciudad de Laval 30.
  3. Curso de formación sobre el despertar religioso: PARA PADRES, PROFESORES, CATEQUISTAS. Lunes 25 de febrero a las 20.15 h. en los locales nuevos de la parroquia de san Francisco de Borja de Gandía.
  4. El sábado 23 de febrero en la misa de 18.00 h. se hará la entrega de las Bienaventuranzas a los niños de segundo de Jesús es el Señor.
  5. Ya tiene a su disposición en la sacristía o el despacho el segundo número de la Revista “Callejeros de la Fe”.
Del 25 de febrero al 3 de marzo de 2019
Lunes 25.  19.30 h.: Sin intención.
Martes 26. 19.30 h.: Sin intención.
Miércoles 27. 19.30 h.: Sin intención.
Jueves 28. 19.30 h.: En sufragio de: Luis Borrull.
Viernes 1. 19.30 h.: En sufragio de: Rosendo Roche.
Sábado 2. Por la tarde: DOMINGO OCTAVO DEL TIEMPO ORDINARIO.
18.00 h.: Con niños. Sin intención.
19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Ferrer-Puig; Dif. Fam. Vidal –Escrivá.
21.00 h.: En sufragio de: Alberto Belda Serra.
Domingo 3. DOMINGO OCTAVO DEL TIEMPO ORDINARIO.
10.00 h.: Sin intención.
11.30 h.: Pro Pópulo.

  1. 19.30 h.: Sin intención.
A lo largo del año, en todas las misas, se reza por todos los difuntos. Algunas celebraciones incluyen una intención particular por algún difunto o por alguna necesidad. En muchas de las ocasiones se acompaña de una ofrenda para el sacerdote llamada estipendio. Les invitamos a solicitar en el despacho la celebración de intenciones particulares o misas en sufragio.
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Puedes descargar la Hoja Parroquial:

15 de febrero de 2019

Domingo 17 de febrero de 2019. 6 TO C.

Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com
             Queridos hermanos:
Dice el Papa Francisco: “El mundo nos propone…: el entretenimiento, el disfrute, la distracción, la diversión, y nos dice que eso es lo que hace buena la vida.” (Gaudete et Exultate nº 75). A su vez el mundo nos engaña colocando la seguridad de la propia existencia en las riquezas y que, cuando están en riesgo, la propia vida parece desmoronarse. (cf. Ídem nº 67). El mundo mira hacia otra parte “cuando hay problemas de enfermedad o de dolor en la familia o a su alrededor” escapando de las circunstancias que provocan el dolor o el sufrimiento, huyendo de la cruz. (cf. nº 75). El mundo propone una sociedad que excluye al débil, al necesitado, que excluye la cruz. Sus intereses son muchas veces mezquinos, donde todo es objeto de negocio para aumentar los ingresos o mantenerse en el poder. (cf. nº 78). El mundo nos propone sumergirnos en una oscura mediocridad a través de una vida cómoda poniendo a los cristianos el cartel de “no molestar”. (cf. nº 90). El mundo hace del cristianismo “algo mal visto, sospechado, ridiculizado”. (cf. nº 91). ¡Cuántos niños y jóvenes cristianos son ridiculizados en clase con total impunidad del profesor ocasionando en muchos de ellos el silencio por miedo a ser señalado por los compañeros!
Pero eso es lo que nos propone el mundo. Jesús nos propone otro camino, que además lleva a la vida eterna, a la felicidad aquí. No solamente nos lleva a la eterna bienaventuranza en la vida futura.  “Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.” “Aunque las palabras de Jesús puedan parecernos poéticas, sin embargo van muy a contracorriente con respecto a lo que es costumbre, a lo que se hace en la sociedad; y, si bien este mensaje de Jesús nos atrae, en realidad el mundo nos lleva hacia otro estilo de vida.” (cf. nº 65).
Hay que pedir al Señor que ilumine la “la verdad de nuestro corazón”. (cf. nº 67). Solamente hay dos caminos. Uno es Jesucristo, pobre, manso, humilde, hambriento, que llora, que es odiado… en tantos hermanos hoy. El otro camino es el del rico, satisfecho, saciado, burlón, perseguidor que ocasiona injusticias abundantes. Y tantas veces nos quedamos en una vía aparentemente intermedia, la vía del mediocre, con su silencio, arrastrados por la corriente, anestesiados, sin gozo, sin testimonio, sin plenitud, instalados en una falsa seguridad.  Los cristianos son “seres que cuestionan a la sociedad con su vida, personas que molestan”. (cf. nº 90). “El Señor lo pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada.” (cf. nº 1).   
Jesús, vuestro párroco
+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas                 6, 17. 20-26

En aquel tiempo, Jesús bajó del monte con los Doce y se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les decía: «Bienaventurados los pobres,
porque vuestro es el reino de Dios.
Bienaventurados los que ahora tenéis hambre,
             porque quedaréis saciados.
Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.
Pero ¡ay de vosotros, los ricos,
  porque ya habéis recibido vuestro consuelo!
¡Ay de vosotros, los que estáis saciados,
  porque tendréis hambre!
¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!
¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas.
Palabra del Señor.
LAS BIENAVENTURANZAS
CAMINO DE LA VIDA. LOS DOS CAMINOS

1696         El camino de Cristo "lleva a la vida", un camino contrario "lleva a la perdición" (Mt 7,13; cf Dt 30,15-20). La parábola evangélica de los dos caminos está siempre presente en la catequesis de la Iglesia. Significa la importancia de las decisiones morales para nuestra salvación. "Hay dos caminos, el uno de la vida, el otro de la muerte; pero entre los dos, una gran diferencia".

932 Sin el espíritu de las bienaventuranzas no se puede transformar este mundo y ofrecerlo a Dios"

1697 Las bienaventuranzas, único camino hacia la dicha eterna a la que aspira el corazón del hombre.

1717  Las bienaventuranzas dibujan el rostro de Jesucristo y describen su caridad; expresan la vocación de los fieles asociados a la gloria de su Pasión y de su Resurrección; iluminan las acciones y las actitudes características de la vida cristiana; son promesas paradójicas que sostienen la esperanza en las tribulaciones; anuncian a los discípulos las bendiciones y las recompensas ya incoadas; quedan inauguradas en la vida de la Virgen María y de todos los santos.

1718 Las bienaventuranzas responden al deseo natural de felicidad. Este deseo es de origen divino.
EL EVANGELIO COMENTADO POR EL PAPA
“Jesús explicó con toda sencillez qué es ser santos, y lo hizo cuando nos dejó las bienaventuranzas (cf. Mt 5,3- 12; Lc 6,20-23). Son como el carnet de identidad del cristiano. Así, si alguno de nosotros se plantea la pregunta: «¿Cómo se hace para llegar a ser un buen cristiano?», la respuesta es sencilla: es necesario hacer, cada uno a su modo, lo que dice Jesús en el sermón de las bienaventuranzas. En ellas se dibuja el rostro del Maestro, que estamos llamados a transparentar en lo cotidiano de nuestras vidas. La palabra «feliz» o «bienaventurado», pasa a ser sinónimo de «santo», porque expresa que la persona que es fiel a Dios y vive su Palabra alcanza, en la entrega de sí, la verdadera dicha. Aunque las palabras de Jesús puedan parecernos poéticas, sin embargo van muy a contracorriente con respecto a lo que es costumbre, a lo que se hace en la sociedad; y, si bien este mensaje de Jesús nos atrae, en realidad el mundo nos lleva hacia otro estilo de vida. Las bienaventuranzas de ninguna manera son algo liviano o superficial; al contrario, ya que solo podemos vivirlas si el Espíritu Santo nos invade con toda su potencia y nos libera de la debilidad del egoísmo, de la comodidad, del orgullo. Volvamos a escuchar a Jesús, con todo el amor y el respeto que merece el Maestro. Permitámosle que nos golpee con sus palabras, que nos desafíe, que nos interpele a un cambio real de vida. 
Dichosos los pobres  
El Evangelio nos invita a reconocer la verdad de nuestro corazón, para ver dónde colocamos la seguridad de nuestra vida. Normalmente el rico se siente seguro con sus riquezas, y cree que cuando están en riesgo, todo el sentido de su vida en la tierra se desmorona. Jesús mismo nos lo dijo en la parábola del rico insensato, de ese hombre seguro que, como necio, no pensaba que podría morir ese mismo día (cf. Lc 12,16-21).
Las riquezas no te aseguran nada. Es más: cuando el corazón se siente rico, está tan satisfecho de sí mismo que no tiene espacio para la Palabra de Dios, para amar a los hermanos ni para gozar de las cosas más grandes de la vida. Así se priva de los mayores bienes. Por eso Jesús llama felices a los pobres de espíritu, que tienen el corazón pobre, donde puede entrar el Señor con su constante novedad. 
Esta pobreza de espíritu está muy relacionada con aquella «santa indiferencia» que proponía san Ignacio de Loyola, en la cual alcanzamos una hermosa libertad interior: «Es menester hacernos indiferentes a todas las cosas criadas, en todo lo que es concedido a la libertad de nuestro libre albedrío, y no le está prohibido; en tal manera, que no queramos de nuestra parte más salud que enfermedad, riqueza que pobreza, honor que deshonor, vida larga que corta, y por consiguiente en todo lo demás».
Lucas no habla de una pobreza «de espíritu» sino de ser «pobres» a secas (cf. Lc 6,20), y así nos invita también a una existencia austera y despojada. De ese modo, nos convoca a compartir la vida de los más necesitados, la vida que llevaron los Apóstoles, y en definitiva a configurarnos con Jesús, que «siendo rico se hizo pobre» (2 Co 8,9).” (Francisco. Gaudete et Exultate 63-70).
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El año litúrgico es un gran camino de fe, que la Iglesia realiza siempre precedida por la Virgen Madre María. En los domingos del tiempo ordinario, este itinerario está marcado este año por la lectura del Evangelio de san Lucas, que hoy nos acompaña "en un paraje llano" (Lc 6, 17), donde Jesús se detiene con los Doce y donde se reúne una multitud de otros discípulos y de gente llegada de todas partes para escucharlo. En ese marco se sitúa el anuncio de las "bienaventuranzas" (Lc 6, 20-26; cf. Mt 5, 1-12). Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, dice: "Dichosos los pobres... Dichosos los que ahora tenéis hambre... Dichosos los que lloráis... Dichosos vosotros cuando los hombres... proscriban vuestro nombre" por mi causa. ¿Por qué los proclama dichosos? Porque la justicia de Dios hará que sean saciados, que se alegren, que sean resarcidos de toda acusación falsa, en una palabra, porque ya desde ahora los acoge en su reino. Las bienaventuranzas se basan en el hecho de que existe una justicia divina, que enaltece a quien ha sido humillado injustamente y humilla a quien se ha enaltecido (cf. Lc 14, 11). De hecho, el evangelista san Lucas, después de los cuatro "dichosos vosotros", añade cuatro amonestaciones: "Ay de vosotros, los ricos... Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados... Ay de vosotros, los que ahora reís" y "Ay si todo el mundo habla bien de vosotros", porque, como afirma Jesús, la situación se invertirá, los últimos serán primeros y los primeros últimos" (cf. Lc 13, 30).
Esta justicia y esta bienaventuranza se realizan en el "reino de los cielos" o "reino de Dios", que tendrá su cumplimiento al final de los tiempos, pero que ya está presente en la historia. Donde los pobres son consolados y admitidos al banquete de la vida, allí se manifiesta la justicia de Dios. Esta es la tarea que los discípulos del Señor están llamados a realizar también en la sociedad actual. (…)El Evangelio de Cristo responde positivamente a la sed de justicia del hombre, pero de modo inesperado y sorprendente. Jesús no propone una revolución de tipo social y político, sino la del amor, que ya ha realizado con su cruz y su resurrección. En ellas se fundan las bienaventuranzas, que proponen el nuevo horizonte de justicia, inaugurado por la Pascua, gracias al cual podemos ser justos y construir un mundo mejor.
Queridos amigos, dirijámonos ahora a la Virgen María. Todas las generaciones la proclaman "dichosa", porque creyó en la buena noticia que el Señor le anunció (cf. Lc 1, 45.48). (Benedicto XVI. Ángelus. 14-2-2010).
Señor Jesús, que nos has dejado tu rostro dibujado en las bienaventuranzas, que te has mostrado pobre en tu nacimiento, en tu vida y en tu muerte, que has sido hambriento del amor del Padre y de nuestro amor para darnos a Ti mismo como Pan Vivo, que has llorado nuestra incomprensión e indiferencia, que has llorado nuestra dureza y nuestros pecados, que has llorado con nosotros en nuestros sufrimientos y enfermedades, que has sido odiado, excluido, insultado, proscrito. Tú, Santo y feliz Jesucristo, danos un corazón manso y humilde como el tuyo.
Me gustaría animar a todos los enfermos, a las personas que sufren, a los médicos, enfermeras, familiares y a los voluntarios a que vean en María, Salud de los enfermos, a aquella que es para todos los seres humanos garante de la ternura del amor de Dios y modelo de abandono a su voluntad; y a que siempre encuentren en la fe, alimentada por la Palabra y los Sacramentos, la fuerza para amar a Dios y a los hermanos en la experiencia también de la enfermedad.
Como santa Bernadette estamos bajo la mirada de María. La humilde muchacha de Lourdes cuenta que la Virgen, a la que llamaba «la hermosa Señora», la miraba como se mira a una persona. Estas sencillas palabras describen la plenitud de una relación. Bernadette, pobre, analfabeta y enferma, se siente mirada por María como persona. La hermosa Señora le habla con gran respeto, sin lástima. Esto nos recuerda que cada paciente es y será siempre un ser humano, y debe ser tratado en consecuencia. Los enfermos, como las personas que tienen una discapacidad incluso muy grave, tienen una dignidad inalienable y una misión en la vida y nunca se convierten en simples objetos, aunque a veces puedan parecer meramente pasivos, pero en realidad nunca es así.
Bernadette, después de haber estado en la Gruta y gracias a la oración, transforma su fragilidad en apoyo para los demás, gracias al amor se hace capaz de enriquecer a su prójimo y, sobre todo, de ofrecer su vida por la salvación de la humanidad. El hecho de que la hermosa Señora le pida que rece por los pecadores, nos recuerda que los enfermos, los que sufren, no sólo llevan consigo el deseo de curarse, sino también el de vivir la propia vida de modo cristiano, llegando a darla como verdaderos discípulos misioneros de Cristo. A Bernadette, María le dio la vocación de servir a los enfermos y la llamó para que se hiciera Hermana de la Caridad, una misión que ella cumplió de una manera tan alta que se convirtió en un modelo para todos los agentes sanitarios. Pidamos pues a la Inmaculada Concepción la gracia de saber siempre ver al enfermo como a una persona que, ciertamente, necesita ayuda, a veces incluso para las cosas más básicas, pero que también lleva consigo un don que compartir con los demás.
La mirada de María, Consoladora de los afligidos, ilumina el rostro de la Iglesia en su compromiso diario en favor de los necesitados y los que sufren. (Francisco. Mensaje Jornada Mundial del enfermo de 2017).
  1. Colecta Manos Unidas: 812 €
  2. INFANCIA MISIONERA: Total recaudado hasta el momento: 246 €.
  3. Curso de formación sobre el despertar religioso: PARA PADRES, PROFESORES, CATEQUISTAS. Los lunes del mes de febrero, (18, 25), en los locales nuevos de la parroquia de san Francisco de Borja de Gandía. NO TE LO PIERDAS.
  4. Catequesis para jóvenes y adultos: Martes y jueves a las 8.30 noche, entrando en los locales nuevos por la calle Ciudad de Laval 30.
  5. SEMANA DEL ENFERMO: El domingo 17 de febrero a las 17.00 h. pasaremos una película teniendo como fondo la temática de la salud.
  6. El miércoles 20 de febrero a las 17.30 h. reunión del Equipo de Cáritas.
  7. El sábado 23 de febrero en la misa de 18.00 h. se hará la entrega del shemá a los niños de primero de Jesús es el Señor.
Del 18 al 24 de febrero  de 2019
Lunes 18.  19.30 h.: Sin intención.
Martes 19. 19.30 h.: Sin intención.
Miércoles 20. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Espí—Sanchis; Jesús Lloret Escrivá.
Jueves 21. San Pedro Damiani, obispo y doctor. 19.30 h.: En sufragio de: Vicente Peiró García.
Viernes 22. Fiesta de la Cátedra del apóstol San Pedro. 19.30 h.: En sufragio de: Asunción Borrull; Rvdo. Ismael Fos Santamaría.
Sábado 23. Por la mañana: San Policarpo, obispo y mártir. Por la tarde: DOMINGO SÉPTIMO DEL TIEMPO ORDINARIO.
18.00 h.: Con niños. Sin intención.
19.30 h.: En sufragio de: José Antonio Cabanilles; Ángela Todolí.
21.00 h.: Sin intención.
Domingo 24. DOMINGO SÉPTIMO DEL TIEMPO ORDINARIO.
10.00 h.: Sin intención.
11.30 h.: Pro Pópulo.
19.30 h.: Sin intención.
A lo largo del año, en todas las misas, se reza por todos los difuntos. Algunas celebraciones incluyen una intención particular por algún difunto o por alguna necesidad. Les invitamos a solicitar en el despacho la celebración de intenciones particulares o misas en sufragio.
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9 de febrero de 2019

Domingo 10 de febrero de 2019. 5 TO C.

Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com
               Queridos hermanos:
En este Evangelio San Lucas nos relata el amor y la misericordia que manifiesta Jesús, en primer lugar con la gente que “se agolpaba en torno a él para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret ” (v.1). Es esta una misión que la Iglesia sigue realizando: predicar la Palabra de Dios. Pero también hacerlo ofreciendo anchuras, lugares amplios, que llevan a contemplar la inmensidad, el horizonte, lo ancho, largo, profundo y elevado del amor de Dios (cf. Ef 3,18). Quien haya contemplado el lago de Genesaret en Galilea sabrá de lo que hablo. La Palabra de Jesucristo y la acción de su misericordia, ensancha el corazón y dilata el horizonte de vida.
En segundo lugar se ofrece la posibilidad de que Jesús suba a la barca de nuestra vida. (v. 3). Tantas veces rutinaria, llena de fracasos, insuficiencias, limitaciones, que no espera mucho de la vida más que el día a día, el “ir tirando”, el vivir arrastras. Trabajo, casa, casa, trabajo y alguna diversión de cuando en cuando. Sin aspirar a más. Dejemos a Jesús que suba a nuestra casa, a nuestra vida, a nuestro corazón y allí se siente y nos enseñe.
En tercer lugar viene la invitación a una aventura imposible y fuera de toda lógica: «Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca» (v. 4). Vienen de una experiencia de fracaso: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada» (v. 5). Es aquí donde el Señor suscita la confianza en Él. Basta que lo diga de Palabra y se hará. La fe viene dada con la Palabra de Jesús. La respuesta de Simón es modélica para nosotros: «por tu palabra, echaré las redes» (v. 5). Y desborda, sobreabunda, asombra: «hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse» (v. 6).
Y se produce el encuentro entre el pecador y la misericordia de Dios manifestada en Jesús. El lugar privilegiado para el encuentro con Jesucristo son los propios pecados. (cf. Francisco. Meditaciones diarias. 4 -9-2014). Ante tanta persona triste y sola, dejémonos alcanzar por la palabra, presencia, obra de Jesús, para llegar a ser colaboradores de su misericordia. Como dice el Papa Francisco en la carta Misericordia et Misera: ““La misericordia suscita alegría porque el corazón se abre a la esperanza de una vida nueva (…) Experimentar la misericordia produce alegría” (nº 3). “Soy amado, luego existo; he sido perdonado, entonces renazco a una vida nueva; he sido «misericordiado», entonces me convierto en instrumento de misericordia” (nº 16).
Yo también soy testigo de esto. También he sido pescado de la muerte y convertido en pescador de hombres.
Jesús, vuestro párroco
+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas                 5, 1-11

En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a él para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes.
Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:
«Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca».
Respondió Simón y dijo:
«Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».
Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:
«Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador».
Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Y Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres». Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
Palabra del Señor.
SANTIDAD DE DIOS QUE LLAMA
Y PEQUEÑEZ DE LOS LLAMADOS

208 Ante la presencia atrayente y misteriosa de Dios, el hombre descubre su pequeñez. Ante la zarza ardiente, Moisés se quita las sandalias y se cubre el rostro (cf. Ex 3,5-6) delante de la Santidad Divina. Ante la gloria del Dios tres veces santo, Isaías exclama: "¡Ay de mí, que estoy perdido, pues soy un hombre de labios impuros!" (Is 6,5). Ante los signos divinos que Jesús realiza, Pedro exclama: "Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador" (Lc 5,8). Pero porque Dios es santo, puede perdonar al hombre que se descubre pecador delante de él.

551  Desde el comienzo de su vida pública Jesús eligió unos hombres en número de doce para estar con él y participar en su misión (cf. Mc 3, 13-19); les hizo partícipes de su autoridad "y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar" (Lc 9, 2). Ellos permanecen para siempre permanecen asociados al Reino de Cristo porque por medio de ellos dirige su Iglesia.
EL EVANGELIO COMENTADO POR EL PAPA
El Evangelio de este domingo cuenta —en la redacción de san Lucas— la llamada de los primeros discípulos de Jesús (Lc 5, 1-11). El hecho tiene lugar en un contexto de vida cotidiana: hay algunos pescadores sobre la orilla del mar de Galilea, los cuales, después de una noche de trabajo sin pescar nada, están lavando y organizando las redes. Jesús sube a la barca de uno de ellos, la de Simón, llamado Pedro, le pide separarse un poco de la orilla y se pone a predicar la Palabra de Dios a la gente que se había reunido en gran número. Cuando terminó de hablar, le dice a Pedro que se adentre en el mar para echar las redes. Simón ya había conocido a Jesús y había experimentado el poder prodigioso de su palabra, por lo que le contestó: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes» (v. 5). Y su fe no se ve decepcionada: de hecho, las redes se llenaron de tal cantidad de peces que casi se rompían (cf. v. 6).
Frente a este evento extraordinario, los pescadores se asombraron. Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: «Señor, apártate de mí, que soy un pecador» (v. 8). Ese signo prodigioso le convenció de que Jesús no es sólo un maestro formidable, cuya palabra es verdadera y poderosa, sino que Él es el Señor, es la manifestación de Dios. Y esta cercana presencia despierta en Pedro un fuerte sentido de la propia mezquindad e indignidad. Desde un punto de vista humano, piensa que debe haber distancia entre el pecador y el Santo. En verdad, precisamente su condición de pecador requiere que el Señor no se aleje de él, de la misma forma en la que un médico no se puede alejar de quien está enfermo.
La respuesta de Jesús a Simón Pedro es tranquilizadora y decidida: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres» (v. 10). Y de nuevo el pescador de Galilea, poniendo su confianza en esta palabra, deja todo y sigue a Aquel que se ha convertido en su Maestro y Señor. Y así hicieron también Santiago y Juan, compañeros de trabajo de Simón. Esta es la lógica que guía la misión de Jesús y la misión de la Iglesia: ir a buscar, «pescar» a los hombres y las mujeres, no para hacer proselitismo, sino para restituir a todos la plena dignidad y libertad, mediante el perdón de los pecados. Esto es lo esencial del cristianismo: difundir el amor regenerante y gratuito de Dios, con actitud de acogida y de misericordia hacia todos, para que cada uno puede encontrar la ternura de Dios y tener plenitud de vida. (…)
El Evangelio de hoy nos interpela: ¿sabemos fiarnos verdaderamente de la palabra del Señor? ¿O nos dejamos desanimar por nuestros fracasos? En este Año Santo de la Misericordia estamos llamados a confortar a cuantos se sienten pecadores e indignos frente al Señor y abatidos por los propios errores, diciéndoles las mismas palabras de Jesús: «No temas». Es más grande la misericordia del Padre que tus pecados. ¡Es más grande, no temas! Que la Virgen María nos ayude a comprender cada vez más que ser discípulos significa poner nuestros pies en las huellas dejadas por el Maestro: son las huellas de la gracia divina que regenera vida para todos. (Francisco. Ángelus. 7-2-2016).
Manos Unidas celebra este año su 60 aniversario. Recordamos con gratitud el gran esfuerzo realizado a lo largo de todo este tiempo por tantas personas, mujeres y hombres, para que los derechos humanos se hagan realidad, especialmente en la humanidad más pobre y vulnerable. Pero somos conscientes de que los discursos sobre los derechos humanos no se corresponden con la realidad de millones de personas que, siendo formalmente considerados como “sujetos de derechos”, en la práctica, no pueden acceder a ellos, incluso a los más elementales como el derecho a la alimentación. Por eso, Manos Unidas sitúa su 60 aniversario dentro del marco de un trienio “Promoviendo los derechos con hechos”, en el que pretendemos, de cara al futuro, abordar el reto de que lo escrito en los textos legales sea real en la vida de las personas y que millones de seres humanos, hermanos nuestros, puedan disfrutar de esos derechos que expresan la dignidad y la igualdad en las que creemos firmemente. En estos momentos, las cifras de la pobreza son escandalosas: 1300 millones de seres humanos, según la ONU. Y los principales rostros de la pobreza siguen siendo los mismos: rostros de niños y niñas; de jóvenes desempleados; de indígenas y campesinos expulsados de sus territorios; de trabajadores mal retribuidos; de marginados y hacinados urbanos, de ancianos excluidos de la sociedad del progreso y, sobre todo, rostros de mujeres. Ante este drama, no “nos podemos quedar tranquilos por haber hecho frente a las emergencias y a las situaciones desesperadas de los menesterosos. Todos estamos llamados a ir más allá. Podemos y debemos hacerlo mejor con los desvalidos” (Mensaje del Papa Francisco a la FAO 2018).
En Manos Unidas, creemos que la actual situación de pobreza y hambre en el mundo es la mayor demostración de la falta de reconocimiento de los derechos humanos. Por eso, para responder a ese llamamiento del Papa de “pasar a la acción, de modo que desaparezca totalmente el flagelo del hambre” nos proponemos, junto con las comunidades del Sur, abordar el “derecho al desarrollo” que constituye el marco necesario para que todos podamos llevar una vida digna. En esta tarea, las mujeres ocuparán un lugar destacado. Siendo agentes imprescindibles en el desarrollo humano de las personas más desfavorecidas, las mujeres se constituyen, sin embargo, en los rostros más atropellados en su dignidad. Su vida discurre dentro de unas condiciones que bien pueden considerarse como una violación generalizada de sus derechos porque, como bien dice nuestra Campaña de este año: “un tercio de las mujeres del siglo XXI no son como te las imaginas: ni independientes, ni seguras, ni con voz”. (Revista Manos Unidas).

El miércoles 13 de febrero celebraremos la Fiesta de la Virgen de Lourdes y la Jornada Mundial del enfermo. No la celebraremos el 11 de febrero.
Con este motivo realizaremos los siguientes actos:
1. A las 18.30 h. Exposición del Santísimo Sacramento.
2. A las 19.00 h. Santo Rosario. Y Reserva del Santísimo.
3. A las 19.30 h. Celebración de la Eucaristía en la Fiesta de la Virgen de Lourdes.
4. Después de la Misa charla a cargo del Dr. Amadeo Fons, acerca de la Eutanasia con el título: “Consideraciones en torno al final de la vida”.
5. El domingo 17 de febrero a las 17.00 h. pasaremos una película teniendo como fondo la temática de la salud.
  1. INFANCIA MISIONERA: Colecta 26 de enero: 95 €. Monedas de 1, 2, 5 céntimos: 106 €. Total recaudado hasta el momento: 201 €.
  2. Charla organizada por Cáritas: “La mujer, doble víctima de la pobreza, a cargo de Natalia Peiró, secretaria general de Cáritas española. Viernes 15 de febrero a las 19.30 h. en la Casa de la Cultura de Gandia.
  3. Curso de formación sobre el despertar religioso: PARA PADRES, PROFESORES, CATEQUISTAS. Los lunes del mes de febrero, (11, 18, 25), en los locales nuevos de la parroquia de san Francisco de Borja de Gandia. NO TE LO PIERDAS.
  4. El Equipo de Pastoral de la Salud se reunirá el lunes 11 de febrero a las 10.15 para ultimar los detalles de la Semana del enfermo.
  5. El sábado 16 de febrero en la misa de 18.00 h. se hará la entrega del Credo a los niños de tercero de Jesús es el Señor.
  6. Catequesis para jóvenes y adultos: Martes y jueves a las 8.30 noche, entrando en los locales nuevos por la calle Ciudad de Laval 30.
Del 11 al 17 de febrero  de 2019
Lunes 11. 19.30 h.: Sin intención.
Martes 12. 19.30 h.: En sufragio de: Dolores Puig Matoses.
Miércoles 13. Nuestra Señora de Lourdes. Jornada Mundial del Enfermo. 19.30 h.: Pidiendo por los enfermos.
Jueves 14. Fiesta de los santos Cirilo, monje y Metodio, obispo, patronos de Europa. 19.30 h.: Sin intención.
Viernes 15. 19.30 h.: Sin intención.
Sábado 16. Por la tarde: DOMINGO SEXTO DEL TIEMPO ORDINARIO.
18.00 h.: Con niños. Sin intención. 19.30 h.: Sin intención. 21.00 h.: Sin intención.
Domingo 17. DOMINGO SEXTO DEL TIEMPO ORDINARIO.
10.00 h.: Sin intención. 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: Sin intención.
A lo largo del año, en todas las misas, se reza por todos los difuntos. Algunas celebraciones incluyen una intención particular por algún difunto o por alguna necesidad. Les invitamos a solicitar en el despacho la celebración de intenciones particulares o misas en sufragio.
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Puedes descargar la Hoja Parroquial: