30 de agosto de 2014

Domingo 31 de agosto de 2014. XXII T.O.A.


Parroquia de Sant Francesc de Borja


Email de la parroquia: sfb500@gmail.com
Domingo 31 de agosto de 2014

                  
Queridos hermanos:
El que quiera venirse conmigo, que se niegue a si mismo, que cargue con su cruz y me siga.” (Mt 16, 25) El camino de la santidad pasa por la cruz. Hay que desconfiar de un Cristianismo sin cruz: esa doctrina o predicación es falsa. No hay Cristo sin cruz, pero también en las cruz está Cristo: en todas ellas encontramos a Cristo, al Resucitado que nos da un sentido para vivirlas. En este sentido nos dice Sta. Teresa Benedicta de la Cruz: “Contempla al Señor que ante ti cuelga del madero, porque ha sido obediente hasta la muerte de Cruz. Él vino al mundo no para hacer su voluntad, sino la del Padre. Si quieres ser la esposa del Crucificado debes renunciar totalmente a tu voluntad y no tener más aspiración que la de cumplir la voluntad de Dios. Frente a ti el Redentor pende de la Cruz despojado y desnudo, porque ha escogido la pobreza. Quienquiera seguirlo debe renunciar a toda posesión terrena. Ponte delante del Señor que cuelga de la Cruz, con corazón quebrantado; Él ha vertido la sangre de su corazón con el fin de ganar el tuyo. Para poder imitarle en la santa castidad, tu corazón ha de vivir libre de toda aspiración terrena; Jesús crucificado debe ser el objeto de toda tu tendencia, de todo tu deseo, de todo tu pensamiento.
S. Pio de Pietrelcina dirá también acerca de la cruz: “La cruz es el único camino de salvación para los hombres y deben recorrerlo hasta el fondo sobre todo los que han sido llamados a una realización más íntima y perfecta de los misterios de Cristo. «El grano de trigo no da fruto si no sufre, descomponiéndose; así las almas necesitan la prueba del dolor para quedar purificadas». «Para llegar a nuestro último fin es preciso seguir al jefe divino, el cual no quiere llevar al alma por ninguna otra senda que no sea la que él recorrió, es decir, la de la abnegación y la cruz». El segundo motivo por el que se debe abrazar la cruz es porque Cristo caminó siempre con ella y sólo seremos dignos de él en la medida en que lo sigamos, participando de sus dolores. Vivir con Cristo en la cruz es el ideal más sublime de todo cristiano. Nunca subimos solos a ella. Cristo siempre camina delante de nosotros llevando su cruz y la nuestra, y guiando nuestros pasos, a menudo inciertos y vacilantes. Jesús no abandonará jamás a quien por su amor avanza cargado con su cruz y el alma atribulada no lo olvidará nunca; más aún, este pensamiento consolador le dará cada vez más fuerza para perseverar.” 
Arturo vuestro vicario
Lectura del santo evangelio según san Mateo       16, 21-27
En aquel tiempo, empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: - «¡No lo permita Dios, Señor!  Eso no puede pasarte.» Jesús se volvió y dijo a Pedro: - «Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios.» Entonces dijo Jesús a sus discípulos:
- «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a si mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, sí arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta.»

Palabra del Señor.

LA SANTIDAD CRISTIANA
2012         "Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman...a los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a ésos también los llamó; y a los que llamó, a ésos también los justificó; a los que justificó, a esos también los glorificó" (Rm 8,28-30).
2013         "Todos los fieles, de cualquier estado o régimen de vida, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad" (LG 40). Todos son llamados a la santidad: "Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto" (Mt 5,48):
Para alcanzar esta perfección, los creyentes han de emplear sus fuerzas, según la medida del don de Cristo, para entregarse totalmente a la gloria de Dios y al servicio del prójimo. Lo harán siguiendo las huellas de Cristo, haciéndose conformes a su imagen, y siendo obedientes en todo a la voluntad del Padre. De esta manera, la santidad del Pueblo de Dios producirá frutos abundantes, como lo muestra claramente en la historia de la Iglesia la vida de los santos (LG 40).
2014 El progreso espiritual tiende a la unión cada vez más íntima con Cristo. Esta unión se llama "mística", porque participa en el misterio de Cristo mediante los sacramentos -"los santos misterios"- y, en él, en el misterio de la Santa Trinidad. Dios nos llama a todos a esta unión íntima con él, aunque gracias especiales o signos extraordinarios de esta vida mística sean concedidos solamente a algunos para así manifestar el don gratuito hecho a todos.
2015 El camino de la perfección pasa por la cruz. No hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual (cf 2 Tm 4). El progreso espiritual implica la ascesis y la mortificación que conducen gradualmente a vivir en la paz y el gozo de las bienaventuranzas:
El que asciende no cesa nunca de ir de comienzo en comienzo mediante comienzos que no tienen fin. Jamás el que asciende deja de desear lo que ya conoce (S. Gregorio de Nisa, hom. in Cant. 8).

“Áspero es el camino que el hombre se hizo, pero está ya pisado por Cristo en su regreso al Padre. Pues ¿quién no quiere ir hacia la exaltación? A todos agrada la altura, pero la humildad es el peldaño para alcanzarla. ¿Por qué pones tu pie más allá de ti mismo? Quieres caer, no subir. Comienza por el peldaño y lograrás subir. Este peldaño de la humildad no querían subirlo los dos discípulos, que decían: Señor, ordena que en tu reino uno de nosotros se siente a tu derecha y otro a tu izquierda. Buscaban la altura, mas no veían el peldaño. Pero el Señor se lo mostró. ¿Qué les respondió? ¿Podéis beber el cáliz que he de beber yo? Los que buscáis la cima más alta, ¿podéis beber el cáliz de la humildad? Por eso no dice simplemente: Niegúese a sí mismo y -sígame, sino que añade: Tome su cruz y sígame. ¿Qué significa Tome su cruz? Soporte lo que le es molesto. Esta es la forma de seguirme. Cuando comience a seguirme en mis costumbres y preceptos, tendrá muchos contradictores, muchos que le pondrán obstáculos, que le disuadan, y esto de entre los que figuran como compañeros de viaje de Cristo. Al lado de Cristo caminaban quienes prohibían clamar a los ciegos. Si quieres seguirle, pon en la cruz tanto las alabanzas como las caricias o cualquier clase de prohibiciones; toléralos, sopórtalos y no sucumbas. Parece que en estas palabras del Señor se exhorta al martirio. En caso de persecución, ¿no debe despreciarse todo por Cristo? Se ama el mundo, pero antepóngase aquel por quien fue hecho el mundo. Grande es el mundo, pero mayor aquel por quien fue hecho el mundo. Hermoso es el mundo, pero más hermoso aquel por quien fue hecho el mundo. Suave es el mundo, pero más suave aquel por quien fue hecho el mundo. Malo es el mundo, pero bueno aquel por quien fue hecho el mundo. ¿Cómo puedo justificar y explicar lo que acabo de decir? Dios me ayude. ¿Qué he dicho? ¿Qué habéis aplaudido?' Tal es la cuestión, pero lo cierto es que ya habéis aplaudido. ¿Cómo es que el mundo es malo siendo bueno quien ha hecho el mundo? ¿No hizo Dios todas las cosas y eran todas buenas? ¿No atestigua la Escritura que Dios hizo buenas cada una de las cosas al decir: Y vio Dios que era bueno? Y abarcando todo, como conclusión, así se dice que hizo Dios todas las cosas: He aquí que eran buenas en extremo.” (S. Agustín, Sermón 96)
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“El divino Maestro y Modelo de toda perfección, el Señor Jesús, predicó a todos y cada uno de sus discípulos, cualquiera que fuese su condición, la santidad de vida, de la que El es iniciador y consumador: «Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto» (Mt 5, 48). Envió a todos el Espíritu Santo para que los mueva interiormente a amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas (cf. Mt 12,30) y a amarse mutuamente como Cristo les amó (cf. Jn 13,34; 15,12). Los seguidores de Cristo, llamados por Dios no en razón de sus obras, sino en virtud del designio y gracia divinos y justificados en el Señor Jesús, han sido hechos por el bautismo, sacramento de la fe, verdaderos hijos de Dios y partícipes de la divina naturaleza, y, por lo mismo, realmente santos. En consecuencia, es necesario que con la ayuda de Dios conserven y perfeccionen en su vida la santificación que recibieron. El Apóstol les amonesta a vivir «como conviene a los santos» (Ef 5, 3) y que como «elegidos de Dios, santos y amados, se revistan de entrañas de misericordia, benignidad, humildad, modestia, paciencia» (Col 3, 12) y produzcan los frutos del Espíritu para la santificación (cf. Ga 5, 22; Rm 6, 22). Pero como todos caemos en muchas faltas (cf. St 3,2), continuamente necesitamos la misericordia de Dios y todos los días debemos orar: «Perdónanos nuestras deudas» (Mt 6, 12).” (Lumen gentium 40)
¡Oh Virgen naciente, esperanza y aurora de la salvación para todo el mundo!, vuelve benigna tu mirada maternal hacia todos nosotros, reunidos aquí para celebrar y proclamar tus glorias. ¡ Oh Virgen clemente, que siempre has abierto tu corazón maternal a las invocaciones de la humanidad, a veces lacerada por el desamor y hasta, desgraciadamente, por el odio y la guerra! enséñanos a crecer, todos juntos, según las enseñanzas de tu Hijo, en la unidad y en la paz, para ser dignos hijos del único Padre celestial. (S. Juan Pablo II)
Mis queridos diocesanos, queridos hermanos y amigos: El Santo Padre, Papa Francisco, en su gran benignidad, me ha nombrado Arzobispo, siervo y servidor vuestro desde ahora, de la Iglesia que peregrina en Valencia, mi queridísima diócesis de Valencia a la que he querido, quiero y querré con toda mi alma, a la que estoy y estaré eternamente agradecido. Esta Iglesia, a la que tantísimo le debo y nunca pagaré cuanto de ella he recibido, ahora se me da y recibo como gran regalo, inmerecido regalo, para que como el Señor la ame y me entregue a ella enteramente hasta la muerte, la sirva y guíe como pastor “según el corazón de Dios”. Servirla sin reserva alguna, darme a ella enteramente como pastor es un grandísimo honor que se me concede a mí, el último de sus hijos. [...]
Me pongo en camino y emprendo esta andadura de servicio, en el nombre del Señor y confiado completamente en su palabra: es la hora de la confianza y de la esperanza que no defraudan. Espero, con la gracia y el auxilio de Dios y con vuestra generosa ayuda, cumplir fielmente el ministerio apostólico que el Papa me encomienda. Mi mayor, mi más constante y empeñado servicio no será otro que este: el servicio de la fe, inseparable del servicio de la caridad para con todos, con predilección por los pobres. Así contribuiré a alentar la esperanza, de la que, a veces, andamos tan necesitados y escasos.
No quiero saber otra cosa ni ser portador de otra realidad, como san Pablo, que Cristo, y éste crucificado. No tengo otra riqueza ni otra palabra que ésta: ¡Jesucristo!, y ésta, con el auxilio de la gracia, no dejaré de vivirla, ni de anunciarla, y comunicarla, no la dejaré morir. En Él sólo tenemos la salvación, la piedra angular y roca sobre la que edificar sólidamente, sólo en Él tenemos y está nuestro futuro, el futuro del hombre, la esperanza grande y firme que nadie nos puede arrebatar, debilitar o adormecer. En Él, en su rostro “humano y llagado”, crucificado, se nos ha dado Dios, Dios con nosotros, Dios con los hombres, Dios que lo ha apostado todo por el hombre, inseparable del hombre, que no abandona a los hombres ni jamás los ha dejado en la estacada. [...]
Acabo levantando el corazón lleno de esperanza a la que es Madre de la Iglesia, que se llamó a sí misma Esclava del Señor, la Santísima Virgen de los Desamparados. Con confianza filial pongo en sus manos y en su corazón las mejores ilusiones de mi servicio pastoral, mientras pido a Dios que os bendiga copiosamente y os enriquezca con toda suerte de bienes espirituales y celestiales en Cristo Jesús. Rezad por mí, lo necesito y suplico humildemente.
Los ataques del grupo terrorista ISIL en Irak han provocado la estampida de los 3 mil cristianos de Mosul. Por eso, Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) ha concedido una primera ayuda de emergencia por 100 mil euros para los cristianos que han huido como consecuencia de los ataques de comienzos de junio. Puedes colaborar en estas cuentas:
La Caixa: ES21 2100 2415 42 0200140293
Popular: ES12 0075 0080 17 0601667548
Santander: ES74 0049 2674 59 2814342966
Bankia: ES87 2038 1115 24 6000703295

1. El viernes 5, a partir de las 10 h., estará la visita a los enfermos de la parroquia. Rogamos si tienen algún familiar, amigo o vecino enfermo lo comuniquen a D. Jesús o a D. Arturo para administrarles los debidos sacramentos.
Del 1 al 7 de septiembre de 2014
    Lunes 1. BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DE LOS ÁNGELES DEL PUIG. 19.30 h.: En sufragio de Elisa y difuntos familia. 
    Martes 2. 19.30 h.: En sufragio de los difuntos de la familia Ferrer—Puig.  
    Miércoles 3. S. Gregorio Magno, Papa y Doctor de la Iglesia. 19.30 h.: En sufragio de Rogelio Roselló. 
    Jueves 4. S. Agustín. 19.30 h.: En sufragio de Octavio Monllor Colomina, y Vicenta Peiró Castella.  
    Viernes 5. Martirio de S. Juan Bautista. 19.30 h.: En sufragio de Benjamín Aparici Sanz. 
    Sábado 6. XXIII T.O. 19.30 h.: En sufragio de los difuntos de la familia García– Estruch. 21.00 h.: En sufragio de Vicente Cabrera y Asunción Romero. 
    Domingo 7. XXIII T.O. 11.00 h. Pro Pópulo. 19.30 h.: sin intención.



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    23 de agosto de 2014

    Domingo 24 de agosto de 2014. XXI T.O. A.


    Parroquia de Sant Francesc de Borja


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    Domingo 24 de agosto de 2014

                      
    Queridos hermanos:
    Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.” (Mt 16, 16) Esta confesión de fe, que es la fe de la Iglesia que se ha ido transmitiendo de generación en generación es un don que viene de lo alto: “¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.” (Mt 16, 17) Este don, gracia no es entregado a un grupo específico de personas sino a todos los bautizados. El día que nuestros padres nos llevaron a la Iglesia para ser bautizados les preguntaron: “¿Qué pedís a la Iglesia para N.?” (Ritual del bautismo) Y a esta pregunta se podía responder con las siguientes contestaciones: el bautismo, la fe o la vida eterna. A partir de ese momento la Iglesia, es decir la comunidad de todos los bautizados (pero de un modo especial los padres), se comprometía a educarnos en la fe por convertirse en madre y maestra.
    Pero, ¿cómo crecemos en la fe?, ¿cuáles son los signos, las pruebas de nuestro crecimiento? ”La fe, como hemos dicho, se presenta como un camino, una vía a recorrer, que se abre en el encuentro con el Dios vivo. Por eso, a la luz de la fe, de la confianza total en el Dios Salvador, el decálogo adquiere su verdad más profunda, contenida en las palabras que introducen los diez mandamientos: « Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto » (Ex 20,2). El decálogo no es un conjunto de preceptos negativos, sino indicaciones concretas para salir del desierto del « yo » autorreferencial, cerrado en sí mismo, y entrar en diálogo con Dios, dejándose abrazar por su misericordia para ser portador de su misericordia. Así, la fe confiesa el amor de Dios, origen y fundamento de todo, se deja llevar por este amor para caminar hacia la plenitud de la comunión con Dios. El decálogo es el camino de la gratitud, de la respuesta de amor, que es posible porque, en la fe, nos hemos abierto a la experiencia del amor transformante de Dios por nosotros. Y este camino recibe una nueva luz en la enseñanza de Jesús, en el Discurso de la Montaña (cf. Mt 5-7).” (Francisco I, Lumen fidei 46)
    Virgen María, madre de la Iglesia y madre nuestra, tú que estuviste con tu Hijo hasta el momento de su muerte intercede por nosotros para que permanezcamos en él cuando se apague la luz de la fe.
    Arturo vuestro vicario
    Lectura del santo evangelio según san Mateo    16, 13-20
    En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: - «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» Ellos contestaron: - «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.» Él les preguntó: - «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»  Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
                     - «Tú eres el Meslas, el Hijo de Dios vivo.»
    Jesús le respondió: -«¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.»
    Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.

    Palabra del Señor.

    LAS CARACTERISTICAS DE LA FE
    La fe es una gracia
    153  Cuando San Pedro confiesa que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo, Jesús le declara que esta revelación no le ha venido "de la carne y de la sangre, sino de mi Padre que está en los cielos" (Mt 16,17; cf. Ga 1,15; Mt 11,25). La fe es un don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por él, "Para dar esta respuesta de la fe es necesaria la gracia de Dios, que se adelanta y nos ayuda, junto con el auxilio interior del Espíritu Santo, que mueve el corazón, lo dirige a Dios, abre los ojos del espíritu y concede `a todos gusto en aceptar y creer la verdad'" (DV 5).
    La fe es un acto humano
    154 Sólo es posible creer por la gracia y los auxilios interiores del Espíritu Santo. Pero no es menos cierto que creer es un acto auténticamente humano. No es contrario ni a la libertad ni a la inteligencia del hombre depositar la confianza en Dios y adherirse a las verdades por él reveladas. Ya en las relaciones humanas no es contrario a nuestra propia dignidad creer lo que otras personas nos dicen sobre ellas mismas y sobre sus intenciones, y prestar confianza a sus promesas (como, por ejemplo, cuando un hombre y una mujer se casan), para entrar así en comunión mutua. Por ello, es todavía menos contrario a nuestra dignidad "presentar por la fe la sumisión plena de nuestra inteligencia y de nuestra voluntad al Dios que revela" (Cc. Vaticano I: DS 3008) y entrar así en comunión íntima con El.
    155 En la fe, la inteligencia y la voluntad humanas cooperan con la gracia divina: "Creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por imperio de la voluntad movida por Dios mediante la gracia" (S. Tomás de A., s.th. 2-2, 2,9; cf. Cc. Vaticano I: DS 3010).

    “En el evangelio de hoy (cf. Mt 16, 13-20), vemos representados como dos modos distintos de conocer a Cristo. El primero consistiría en un conocimiento externo, caracterizado por la opinión corriente. A la pregunta de Jesús: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?», los discípulos responden: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas». Es decir, se considera a Cristo como un personaje religioso más de los ya conocidos. Después, dirigiéndose personalmente a los discípulos, Jesús les pregunta: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Pedro responde con lo que es la primera confesión de fe: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo». La fe va más allá de los simples datos empíricos o históricos, y es capaz de captar el misterio de la persona de Cristo en su profundidad. Pero la fe no es fruto del esfuerzo humano, de su razón, sino que es un don de Dios: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos». Tiene su origen en la iniciativa de Dios, que nos desvela su intimidad y nos invita a participar de su misma vida divina. La fe no proporciona solo alguna información sobre la identidad de Cristo, sino que supone una relación personal con Él, la adhesión de toda la persona, con su inteligencia, voluntad y sentimientos, a la manifestación que Dios hace de sí mismo. Así, la pregunta de Jesús: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?», en el fondo está impulsando a los discípulos a tomar una decisión personal en relación a Él. Fe y seguimiento de Cristo están estrechamente relacionados. Y, puesto que supone seguir al Maestro, la fe tiene que consolidarse y crecer, hacerse más profunda y madura, a medida que se intensifica y fortalece la relación con Jesús, la intimidad con Él. También Pedro y los demás apóstoles tuvieron que avanzar por este camino, hasta que el encuentro con el Señor resucitado les abrió los ojos a una fe plena. [...] En su respuesta a la confesión de Pedro, Jesús habla de la Iglesia: «Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia». ¿Qué significa esto? Jesús construye la Iglesia sobre la roca de la fe de Pedro, que confiesa la divinidad de Cristo. Sí, la Iglesia no es una simple institución humana, como otra cualquiera, sino que está estrechamente unida a Dios. El mismo Cristo se refiere a ella como «su» Iglesia. No se puede separar a Cristo de la Iglesia, como no se puede separar la cabeza del cuerpo (cf. 1Co 12,12). La Iglesia no vive de sí misma, sino del Señor. Él está presente en medio de ella, y le da vida, alimento y fortaleza. Queridos jóvenes, permitidme que, como Sucesor de Pedro, os invite a fortalecer esta fe que se nos ha transmitido desde los Apóstoles, a poner a Cristo, el Hijo de Dios, en el centro de vuestra vida. Pero permitidme también que os recuerde que seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. No se puede seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir «por su cuenta» o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una imagen falsa de Él. Tener fe es apoyarse en la fe de tus hermanos, y que tu fe sirva igualmente de apoyo para la de otros. Os pido, queridos amigos, que améis a la Iglesia, que os ha engendrado en la fe, que os ha ayudado a conocer mejor a Cristo, que os ha hecho descubrir la belleza de su amor. Para el crecimiento de vuestra amistad con Cristo es fundamental reconocer la importancia de vuestra gozosa inserción en las parroquias, comunidades y movimientos, así como la participación en la Eucaristía de cada domingo, la recepción frecuente del sacramento del perdón, y el cultivo de la oración y meditación de la Palabra de Dios.” (Benedicto XVI, Homilía con ocasión de la JMJ Madrid 21 agosto 2011)
    ¡Madre, ayuda nuestra fe! Abre nuestro oído a la Palabra, para que reconozcamos la voz de Dios y su llamada. Aviva en nosotros el deseo de seguir sus pasos, saliendo de nuestra tierra y confiando en su promesa. Ayúdanos a dejarnos tocar por su amor, para que podamos tocarlo en la fe. Ayúdanos a fiarnos plenamente de él, a creer en su amor, sobre todo en los momentos de tribulación y de cruz, cuando nuestra fe es llamada a crecer y a madurar. Siembra en nuestra fe la alegría del Resucitado. Recuérdanos que quien cree no está nunca solo. (Francisco I, Lumen fidei)
    En el aeropuerto, en una breve ceremonia, el Santo Padre se ha saludado con evidente afecto al cardenal Andrew Yeom Soo-jung, arzobispo de Seúl, y a los obispos de las 16 diócesis de Corea del Sur. Estaba también allí el primer ministro surcoreano, Chung Hong-Won y otras autoridades locales. La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, en cambio vio al Papa en la catedral de Myeong-dong, donde el Pontífice celebró la misa por la reconciliación y la paz entre el norte y el sur. En el quinto y último día de su viaje apostólico, el papa Francisco encontró en el edificio de la vieja curia, a los líderes coreanos de distintas confesiones y religiones. El Santo Padre saludó a cada uno de ellos y dirigió unas breves palabras a todos los presentes. El motivo de la visita fue la VI Jornada de la Juventud Asiática (JJA), que contó con la participación de 4 mil jóvenes coreanos y otros 2 mil provenientes de 22 países. El Santo Padre se reunió con ellos por primera vez en el Santuario de Solmoe, donde les habló de la vocación, del Padre misericordioso y rezó con ellos por la unidad e Corea. La VI Jornada Asiática de la Juventud concluyó con la misa del Papa en el castillo de Haemi, en la que invitó a los jóvenes a dar testimonio de su fe al mundo. Otro de los momentos principales del viaje apostólico fue en la Puerta de Gwanghwamun en Seúl, donde fue  la beatificación de Paul Yun Ji-Chung y de 123 compañeros mártires. Además de la santa misa en el estadio World Cup Stadium, en la ciudad de Daejon, a la que participaron unas 50 mil personas que acogieron al Santo Padre con gran entusiasmo. Allí Francisco, rezó además la oración del ángelus y exhortó a los presentes a ser “heraldos gozosos del alba de un mundo de paz”. También tuvo mucha reprecusión la visita del Pontífice al Centro "House of Hope", en en Kkottongna, donde abrazó a enfermos y discapacitados.
    No faltaron gestos que llamaron la atención, como cuando el Santo Padre bajó del papamóvil para saludar a los familiares de las víctimas del ferry Sewol; o cuando el Pontífice renunció al helicóptero que le tenía que llevarle desde Seúl hasta Daejeon y prefirió viajar en tren, que resultó ser de alta velocidad; y cuando hizo detener su auto para rezar en silencio delante del cementerio para niños abortados. También es la primera vez que un pontífice vuela sobre territorio de China continental, al haber obtenido de Pekín la autorización, que en cambio le había sido negada a Juan Pablo II, y que podrían abrir perspectivas concretas de diálogo con el régimen existente.
    Los ataques del grupo terrorista ISIL en Irak han provocado la estampida de los 3 mil cristianos de Mosul. Por eso, Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) ha concedido una primera ayuda de emergencia por 100 mil euros para los cristianos que han huido como consecuencia de los ataques de comienzos de junio. Puedes colaborar en estas cuentas:
    La Caixa: ES21 2100 2415 42 0200140293
    Popular: ES12 0075 0080 17 0601667548
    Santander: ES74 0049 2674 59 2814342966
    Bankia: ES87 2038 1115 24 6000703295

    1. El martes 26 de agosto estará la acogida de la Virgen peregrina, María Reina de la Paz en la parroquia de Cristo Rey a partir de las 18,45 h. Esta celebración constará de diferentes partes: en primer lugar estará el Rosario por las intenciones de la Virgen; a continuación la Eucaristía; después se dará el mensaje de la Reina de la Paz (las 5 piedras) y Consagración a su Corazón Inmaculado. Como conclusión del acto estará la Adoración al Santísimo y la bendición. Durante toda la celebración habrán confesiones. Es un momento importante para unirnos todos los que formamos el Arciprestazgo de Gandía para unirnos a la oración de nuestra Madre la Virgen.
    Del 25 al 31 de agosto de 2014
      Lunes 25. 19.30 h.: En sufragio de Elisa y difuntos familia. 
      Martes 26. Sta. Teresa de Jesús Jornet e Ibars, Virgen. 19.30 h.: sin intención.  
      Miércoles 27. Sta. Mónica. 19.30 h.: sin intención. 
      Jueves 28. S. Agustín. 19.30 h.: En sufragio de Elisa y difuntos familia.  
      Viernes 29. Martirio de S. Juan Bautista. 19.30 h.: En sufragio de Rosendo Roche. 
      Sábado 30. XXII T.O. 19.30 h.: En sufragio de Víctor Ferragut. 21.00 h.: En sufragio de Joaquín y Martín Escrivá, y Rosita Peiró; Francisco Antonio Serrano Bertó. 
      Domingo 31. XXII T.O. 11.00 h. Pro Pópulo. 19.30 h.: sin intención.

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      16 de agosto de 2014

      Domingo 17 de agosto de 2014. XX TO A.


      Parroquia de Sant Francesc de Borja


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      Domingo 17 de agosto de 2014

                        
                        Queridos hermanos:
      “Eres cananea, de casta y de cuna. Por tu origen y tu nacimiento eres del país de Canaán. Tu padre era amorreo y tu madre hitita”. (Ez 16,3). Esto recuerda el profeta Ezequiel al pueblo de Israel. Y no viene mal que recordemos nuestro origen, que recordemos de donde hemos salido, que recordemos nuestros pecados y la inmensa misericordia de nuestro Dios que, saliendo de las fronteras de Israel, se ha acercado a las regiones lejanas de Tiro y Sidón. Nosotros éramos extranjeros, enemigos de Dios (cf. 1,21) extraños a la fe, “a las alianzas de la Promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Mas ahora, en Cristo Jesús, vosotros, los que en otro tiempo estabais lejos, habéis llegado a estar cerca por la sangre de Cristo”. (Ef 2,12-13). Hemos llegado a ser “conciudadanos de los santos y familiares de Dios”. (Ef 2,19). Dios, rico en misericordia por el grande amor con que nos amó, (Ef 2,4), tuvo compasión de nosotros.
      Es importante no olvidar nuestro origen. No vaya a ser que nos creamos con derechos adquiridos por nosotros mismos y no por la entrañable misericordia de nuestro Dios.
      E igual que este recuerdo puede llevarnos a la humildad, miremos el ejemplo de esta mujer cananea para llevarnos a la fe perseverante y audaz. En su humildad no teme considerarse perra. En su confianza insiste a pesar de los rechazos repetidos de Jesús. En su perseverancia pide unas migajas que le son concedidas.
      "Mujer, ¡qué grande es tu fe!". Jesús señala a esta humilde mujer como ejemplo de  fe indómita. Su insistencia en invocar la intervención de Cristo es para nosotros un  estímulo a no desalentarnos jamás y a no desesperar ni siquiera en medio de las  pruebas más duras de la vida. El Señor no cierra los ojos ante las necesidades de  sus hijos y, si a veces parece insensible a sus peticiones, es sólo para ponerlos a  prueba y templar su fe”. (Benedicto XVI. Ángelus. 14 de agosto de 2005)
      Jesús, vuestro párroco
      Lectura del santo evangelio según san Mateo      15, 21-28

      En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón.
      Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle:
      - «Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David.  Mi hija tiene un demonio muy malo.»
      Él no le respondió nada.  Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: - «Atiéndela, que viene detrás gritando.»
      Él les contestó: - «Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.»
      Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: -«Señor, socórreme.» Él le contestó: - «No está bien echar a los perros el pan de los hijos.» Pero ella repuso: - «Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.»
      Jesús le respondió: - «Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.»
      En aquel momento quedó curada su hija.
      Palabra del Señor.

      2610         Del mismo modo que Jesús ora al Padre y le da gracias antes de recibir sus dones, nos enseña esta audacia filial: "todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido" (Mc 11, 24). Tal es la fuerza de la oración, "todo es posible para quien cree" (Mc 9, 23), con una fe "que no duda" (Mt 21, 22). Tanto como Jesús se entristece por la "falta de fe" de los de Nazaret (Mc 6, 6) y la "poca fe" de sus discípulos (Mt 8, 26), así se admira ante la "gran fe" del centurión romano (cf Mt 8, 10) y de la cananea (cf Mt 15, 28).

      “El Señor quiere que tomemos ejemplo de fe y de perseverancia en esta pagana cananea. (…) No está bien tomar el pan de los hijos y dárselo a los perros. Pero ella replicó: Sí Señor. (Mt 15,26). Así es, soy una perra, lo confieso, pero el perro no descansa hasta que encuentra la presa. Tampoco yo descansaré hasta que la consiga; que soy una perra, Señor, y tú necesitas de los perros, pues tú viniste de cazador al mundo, y has de enviar a él pescadores y después cazadores, como lo prometiste por tu profeta (Jr 16,16). Como cazadores, los predicadores futuros necesitan de estos perros para cobrar la caza. Porque entonces, en los últimos tiempos, habrá grandes pecadores y con mi ejemplo muchos se salvarán: al ver que yo con mi constancia obtuve de ti la compasión, ellos también insistirán y la obtendrán. (…) ¡Oh Mujer, grande es tu fe! (Mt 15,28), o sea, tu confianza. (…) Humíllate, pues, a los pies del Señor, y reconoce que eres pecador. Di tú también: Sí Señor: confieso que soy un perro, y que muchas veces te he ladrado, blasfemado tu nombre y protestado airadamente de tus latigazos. Soy perro, porque más de una vez he desgarrado con mis dientes el buen nombre y la vida de tus hijos, murmurando de ellos y difamándolos. Soy perro que he vuelto al vómito (2Pe 2,21), porque he pecado, lo que vomitaba por la confesión lo volvía a comer, reincidiendo en las mismas torpezas que había confesado. Soy un perro, lo confieso: pero también los cachorros comen de las migajas de sus amos. (Mt 15,27). No te pido pan; no pido aquellas delicias de tus hijos, aquellos goces, aquellos consuelos espirituales y aquellos saboreos de cielo. No pido otra cosa que las migajas de la contricción, de la confesión, del vaciamiento, de la corrección y de la humillación: esas cinco migajas te pido. Éstas son migajas en comparación de otras cosas, Señor, con esas me contento. No te pido delicias, sino lágrimas. ¡Ay de aquellos que viven en pecado y tienen la desvergüenza de sentarse con los hijos a la mesa de su amo, cuando debían, como perrillos, apañar las migas a sus pies! Están llenos de porquería, ¿y van a sentarse a comer alimentos espirituales? No es del agrado divino esa soberbia de los pecadores. Ahora bien, si perseveras largo tiempo pidiendo con humildad, te dirá: ¡Oh, mujer, grande es tu fe!” (Santo Tomás de Villanueva. Conción 97).

      DE LAS SEQUEDADES QUE NOS VIENEN EN LA MEDITACIÓN

      “Filotea, si te acontece que no encuentras gusto ni consuelo en la meditación, te conjuro que no te turbes, sino que, antes bien, abras la puerta a las oraciones vocales: quéjate de ti misma a Nuestro Señor; confiesa tu indignidad, pídele que te ayude, besa su imagen, si la tienes en la mano, dile estas palabras de Jacob: «No, Señor, no te dejaré, si antes no me das tu bendición»; o las de la Cananea: «Sí, Señor, soy un perro.. pero los perros comen las migajas de la mesa de sus dueños». Otra vez, toma un libro en la mano y léelo con atención, hasta que tu espíritu se despierte y vuelva en sí: estimula, alguna vez tu corazón mediante alguna actitud o movimiento de devoción exterior, como postrarte en tierra, juntar las manos sobre el pecho, abrazar el crucifijo: todo ello si estás en algún lugar a solas.
      Y, si después de todo esto, todavía no te sientes consolada, por grande que sea tu sequedad, no te aflijas, sino sigue en devota actitud, delante de Dios. ¡Cuántos cortesanos hay, que van cien veces al año a la cámara de su príncipe, sin ninguna esperanza de hablarle, únicamente para ser vistos y rendirle homenaje! De esta manera, amada Filotea, hemos de ir a la oración, pura y simplemente para cumplir con nuestro deber y dar testimonio de nuestra fidelidad. Y, si la divina Majestad se digna hablarnos y conversar con nosotros con sus santas inspiraciones y consuelos interiores, esto será ciertamente, para nosotros, un gran honor y motivo de gran gozo, pero, si no quiere hacernos esta gracia, sino que quiere dejarnos allí, sin decirnos palabra, como si no nos viese o no estuviésemos en su presencia, no nos hemos de retirar, sino, que al contrario, hemos de permanecer allí, delante de esta soberana bondad, en actitud devota y tranquila; y entonces, infaliblemente, Él se complacerá en nuestra paciencia y tendrá en cuenta nuestra asiduidad y perseverancia, y, otra vez, cuando volvamos a su presencia, nos hará mercedes y conversará con nosotros con sus consolaciones, haciéndonos ver la amenidad de la santa oración. Pero, si no lo hace, estemos, empero, contentos, Filotea, pues harto honor es estar cerca de Él y en su presencia. (San Francisco de Sales. Introducción a la Vida Devota.2,9)
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      “Impresiona de manera particular el episodio de la mujer cananea que no cesaba de pedir a ayuda de Jesús para su hija “atormentada cruelmente por un demonio”. Cuando la cananea se postró delante de Jesús para implorar su ayuda, El le respondió: “No es bueno tomar el pan de los hijos y arrojarlo a os perrillos” (Era una referencia a la diversidad étnica entre israelitas y cananeos que Jesús, Hijo de David, no podía ignorar en su comportamiento práctico, pero a la que alude con finalidad metodológica para provocar la fe). Y he aquí que la mujer llega intuitivamente a un acto insólito de fe y de humildad. Y dice: “Cierto, Señor, pero también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores”. Ante esta respuesta tan humilde, elegante y confiada, Jesús replica: “¡Mujer, grande es tu fe! Hágase contigo como tú quieres” (Cfr. Mt 15, 21-28). Es un suceso difícil de olvidar, sobre todo si se piensa en los innumerables “cananeos” de todo tiempo, país, color y condición social que tienden su mano para pedir comprensión y ayuda en sus necesidades! Nótese cómo en la narración evangélica se pone continuamente de relieve el hecho de que Jesús, cuando “ve la fe”, realiza el milagro. (San Juan Pablo II. Catequesis del 16 de diciembre de 1987)
      Señor Jesús: nosotros éramos gentiles, no pertenecíamos al pueblo de Israel, no éramos de las ovejas perdidas, sino de otro redil todavía no reunido. Éramos perros que no merecíamos se nos echase el pan de los hijos. Pero a estos perros enviaste, Señor, misioneros, perros transformados en corderos tuyos, que nos trajeron migajas. Migajas que tú multiplicaste, en hogazas se convirtieron. Señor, sin merecerlo te acercaste a nosotros y nos hiciste sentar en la mesa de los hijos. Que seamos como la cananea que, reconociéndose perra que come las migajas que caen de la mesa de los hijos, mereció ser llamada mujer de gran fe. Haznos pequeños. Que la humildad produzca en nosotros los frutos de la fe al reconocer tanto don inmerecido. Gracias, Señor.
      Del 13 al 18 de agosto el Papa visitará Corea con diversos actos entre los que destaca el encuentro con los jóvenes, la beatificación de más de 120 mártires y una visita al gran hospicio de Kkottongnae en que rezará en el Jardín de los Niños Abortados
      Es un centro de acogida de enfermos en Kkottongnae, creado en 1976 por el sacerdote coreano John Oh, fundador de la Congregación Kkottongnae Hermanos y Hermanas de Jesús, quien se inspiró al ver a un mendigo, Choi Gwi Dong (fallecido en 1990), alimentar a otros 18 mendigos enfermos a pesar de su discapacidad física.
      Este lugar es la instalación de bienestar creada por la Iglesia en Corea y sirve a personas sin hogar, discapacitados y alcohólicos. Actualmente tiene capacidad para atender a unas 5.000 personas. En la zona trasera de este centro se encuentra el llamado Jardín de los Niños Abortados, donde se aprecian las cruces de los bebés no nacidos alrededor de una estatua de la Sagrada Familia.
      La visita del Papa no es una visita política, sino apostólica. El principal objetivo del viaje es presidir la VI Jornada de la Juventud Asiática, en la que se espera que miles de jóvenes católicos de todo el continente se acerquen a la ciudad de Daejeon para escuchar el mensaje del Santo Padre. El Papa Francisco tendrá distintos encuentros con los jóvenes, que comenzarán con una misa en el Estadio de la Copa del Mundo en Daejeon el día de la solemnidad de la Asunción. El lema de la jornada será “Jovenes de Asia ¡despertad! La gloria de los mártires brilla sobre vosotros.” Fuertemente vinculado a los sucesos actuales en Irak, el martirio es el tema principal del a VI Jornada, pues es uno de los fundamentos de la fortaleza de la fe de los católicos de Corea. Los lugares donde se llevarán acabo los encuentros lo testifican, uno es el Santuario de los Mártires de Haemi, y otro el Santuario de Solmoe, lugar por donde entró el catolicismo a Corea, y hogar de casi la mitad de los mártires que serán beatificados por el Papa en esta visita.
      Francisco, que visita el país asiático después de Juan Pablo II, que lo hizo en 1984 y 1989, acudirá el sábado, 16 de agosto, a Gwanghwamun para la beatificación de Paul Yun Ji-Chung y otros 123 mártires, asesinados por su fe en 1791 con la llegada del cristianismo a Corea.
      El Papa destacará entonces como en este país, en el que los católicos son el 10 por ciento de la población, se vive una Iglesia dinámica con cien mil bautizos de adultos cada año.

      Los ataques del grupo terrorista ISIL en Irak han provocado la estampida de los 3 mil cristianos de Mosul. Por eso, Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) ha concedido una primera ayuda de emergencia por 100 mil euros para los cristianos que han huido como consecuencia de los ataques de comienzos de junio. Puedes colaborar en estas cuentas:
      La Caixa: ES21 2100 2415 42 0200140293
      Popular: ES12 0075 0080 17 0601667548
      Santander: ES74 0049 2674 59 2814342966
      Bankia: ES87 2038 1115 24 6000703295
      Colabora con los hospitales de Sierra Leona y Liberia para frenar el ébola:


      ES 2100496096472016061967
      Del 18 al 24 de agosto de 2014
        Lunes 18.  Beato Nicolás Factor, pbro. 19.30 h.: En sufragio de: Elisa y Dif. Fam.
        Martes 19. San Juan Eudes, pbro. 19.30 h.: Sin intención.
        Miércoles 20. San Bernardo, Abad y Doctor. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Espí—Sanchis.
        Jueves 21. San Pío X, Papa. 19.30 h.: Sin intención.
        Viernes 22. Santa María Virgen, Reina. 19.30 h.: Sin intención.
        Sábado 23. Por la mañana: Santa Rosa de Lima. Por la tarde: Domingo XXI del T.O.
        19.30 h.: En sufragio de: José Antonio Cabanilles.
        21.00 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Peiró—Ferrer
        Domingo 24. Domingo XXI del T.O.
        11.00 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: Sin intención.

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