28 de abril de 2017

Domingo 30 de abril de 2017. 3 PAS A

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com

Domingo 30 de Abril de 2017



    Queridos hermanos: 
Teniendo de fondo la escena de los discípulos llamados de Emaús y la presencia escondida de Jesús como un peregrino, lancemos unas preguntas:
¿Qué es lo que hace que una persona gaste su tiempo buscando las ovejas perdidas, errantes, desesperanzadas? ¿Qué es lo que hace aparentar ser uno más, uno de esos peregrinos que habían ido a la Pascua, siendo que era el protagonista de la Pascua? ¿Qué es lo que hace abajarse y parecer idiota ante las grandilocuencias de los que explican las cosas con su poca luz? ¿Qué es lo que hace escuchar, escuchar sinsentidos, escuchar cerrazones, escuchar justificaciones…? ¿Qué es lo que hace armarse de paciencia para introducir el sentido correcto de la vida, de la muerte, de los acontecimientos tal como lo muestran las Escrituras, en aquellos que habían estado con él, que tenían oídos para oír, pero no habían escuchado? ¿Qué es lo que hace que no les imponga su presencia cuando ya está anocheciendo? ¿Qué es lo que hace que espere a que le pidan quedarse con ellos para hacerlo? ¿Qué es lo que hace quedarse con ellos y comer con ellos reproduciendo los gestos de la última cena? ¿Qué es lo que hace que desaparezca cuando ya le han reconocido y podrían venir los agasajos?
Sin duda, en todas las respuestas podemos decir: el amor. El amor puro, verdadero, entregado. El amor que quiere darnos. Y también en ese comportamiento lleno de misericordia, paciencia, instrucción podemos descubrir el sentido de su vida y el sentido de la vida de todo hombre: que todo hombre se parezca a Jesús. Ya explicaba a sus discípulos, cuando buscaban el primer puesto, que había venido no a ser servido sino a servir y dar la vida en rescate por muchos (cf. Mt 20, 28). Ser siervo. Este es el sentido de su vida y de su muerte. Y resucitado sigue siendo siervo que busca a la oveja, que espera, instruye, se entrega. Siervo de Dios y de los hombres hasta la muerte de cruz para liberarnos de otra servidumbre: la del pecado y la muerte. Esta es la respuesta a estas preguntas. Y esta es la clave para conocer la propia vocación, la vocación de cada persona. “¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?» Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.” 
“La muerte redentora de Jesús cumple, en particular, la profecía del Siervo doliente (cf. Is 53, 7-8)… Después de su Resurrección dio esta interpretación de las Escrituras a los discípulos de Emaús (cf. Lc 24, 25-27), luego a los propios apóstoles (cf. Lc 24, 44-45).” (Catecismo nº 601)
Jesús comportándose así revela quienes somos, a qué estamos llamados y qué es y ha de hacer la Iglesia.

Jesús, vuestro párroco
Lectura del santo evangelio según san Lucas        24, 13-35

Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: - «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?»
Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: - «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?»
Él les preguntó: - «¿Qué?»
Ellos le contestaron: - «Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron.»
Entonces Jesús les dijo: - « ¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?»
Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.
Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: - «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída.» Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció.
Ellos comentaron: - «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: - «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón. »
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Palabra del Señor.

JESÚS EXPLICÓ EL SENTIDO
DE SU MUERTE A SUS DISCÍPULOS
601           Este designio divino de salvación a través de la muerte del "Siervo, el Justo" (Is 53, 11;cf. Hch 3, 14) había sido anunciado antes en la Escritura como un misterio de redención universal, es decir, de rescate que libera a los hombres de la esclavitud del pecado (cf. Is 53, 11-12; Jn 8, 34-36). ... La muerte redentora de Jesús cumple, en particular, la profecía del Siervo doliente (cf. Is 53, 7-8 y Hch 8, 32-35). Jesús mismo presentó el sentido de su vida y de su muerte a la luz del Siervo doliente (cf. Mt 20, 28). Después de su Resurrección dio esta interpretación de las Escrituras a los discípulos de Emaús (cf. Lc 24, 25-27), luego a los propios apóstoles (cf. Lc 24, 44-45).

EL EVANGELIO COMENTADO POR EL PAPA

“Es verdad, somos viandantes, pero no errantes. En camino, pero sabemos adonde vamos. Los errantes no lo saben. Somos peregrinos, pero no vagabundos, como decía san Juan Pablo II.
Los dos discípulos de Emaús al ir eran errantes, no sabían dónde acabarían, pero a la vuelta no. Al regresar eran testigos de la esperanza que es Cristo. Porque lo habían encontrado a Él, al Viandante Resucitado. Este Jesús es el Viandante Resucitado que camina con nosotros. Jesús está aquí hoy, está aquí entre nosotros. Está aquí en su Palabra, está aquí en el altar, camina con nosotros, es el Viandante Resucitado.
También nosotros podemos llegar a ser «viandantes resucitados», si su Palabra caldea nuestro corazón, y su Eucaristía nos abre los ojos a la fe y nos nutre de esperanza y de caridad. También nosotros podemos caminar al lado de los hermanos y hermanas que están tristes y desesperados, y caldear su corazón con el Evangelio, y partir con ellos el pan de la fraternidad.” (Francisco. Homilía. 4 de mayo de 2014)
*****************************************************************
“El Evangelio de este domingo, que es el tercer domingo de Pascua, es el de los discípulos de Emaús (cf. Lc 24, 13-35). Estos eran dos discípulos de Jesús, los cuales, tras su muerte y pasado el sábado, dejan Jerusalén y regresan, tristes y abatidos, hacia su aldea, llamada precisamente Emaús. A lo largo del camino Jesús resucitado se les acercó, pero ellos no lo reconocieron. Viéndoles así tristes, les ayudó primero a comprender que la pasión y la muerte del Mesías estaban previstas en el designio de Dios y anunciadas en las Sagradas Escrituras; y así vuelve a encender un fuego de esperanza en sus corazones.
Entonces, los dos discípulos percibieron una extraordinaria atracción hacia ese hombre misterioso, y lo invitaron a permanecer con ellos esa tarde. Jesús aceptó y entró con ellos en la casa. Y cuando, estando en la mesa, bendijo el pan y lo partió, ellos lo reconocieron, pero Él desapareció de su vista, dejándolos llenos de estupor. Tras ser iluminados por la Palabra, habían reconocido a Jesús resucitado al partir el pan, nuevo signo de su presencia. E inmediatamente sintieron la necesidad de regresar a Jerusalén, para referir a los demás discípulos esta experiencia, que habían encontrado a Jesús vivo y lo habían reconocido en ese gesto de la fracción del pan.
El camino de Emaús se convierte así en símbolo de nuestro camino de fe: las Escrituras y la Eucaristía son los elementos indispensables para el encuentro con el Señor. También nosotros llegamos a menudo a la misa dominical con nuestras preocupaciones, nuestras dificultades y desilusiones... La vida a veces nos hiere y nos marchamos tristes, hacia nuestro «Emaús», dando la espalda al proyecto de Dios. Nos alejamos de Dios. Pero nos acoge la Liturgia de la Palabra: Jesús nos explica las Escrituras y vuelve a encender en nuestros corazones el calor de la fe y de la esperanza, y en la Comunión nos da fuerza. Palabra de Dios, Eucaristía. Leer cada día un pasaje del Evangelio. Recordadlo bien: leer cada día un pasaje del Evangelio, y los domingos ir a recibir la comunión, recibir a Jesús. Así sucedió con los discípulos de Emaús: acogieron la Palabra; compartieron la fracción del pan, y, de tristes y derrotados como se sentían, pasaron a estar alegres. Siempre, queridos hermanos y hermanas, la Palabra de Dios y la Eucaristía nos llenan de alegría. Recordadlo bien. Cuando estés triste, toma la Palabra de Dios. Cuando estés decaído, toma la Palabra de Dios y ve a la misa del domingo a recibir la comunión, a participar del misterio de Jesús. Palabra de Dios, Eucaristía: nos llenan de alegría.
Por intercesión de María santísima, recemos a fin de que cada cristiano, reviviendo la experiencia de los discípulos de Emaús, especialmente en la misa dominical, redescubra la gracia del encuentro transformador con el Señor, con el Señor resucitado, que está siempre con nosotros. Siempre hay una Palabra de Dios que nos da la orientación después de nuestras dispersiones; y a través de nuestros cansancios y decepciones hay siempre un Pan partido que nos hace ir adelante en el camino.” (Francisco. Regina Coeli. 4 de mayo de 2014)

Señor Jesús, que en los discípulos de Emaús te muestras cercano a todo hombre que camina abatido y desesperanzado.
Señor Jesús, creador de todas las cosas, que aceptas con humildad la invitación que te hace la Iglesia de quedarte con nosotros como huésped, siendo tú el anfitrión del banquete de la vida.
Señor Jesús, Camino que peregrina con nosotros, Verdad que hace arder los corazones, Vida que es reconocida al partirse, al darse, concédenos acogerte en nuestro corazón en tu palabra que nos enciende en la caridad, en la Eucaristía donde te partes por nosotros, y enséñanos a acogerte en todos los peregrinos que necesitan amor, comida, bebida, vestido, acogida, visita. Pues acogiéndolos a ellos te acogemos a ti. Y así llegar junto con todos los peregrinos y necesitados contigo al lugar donde no habrá hambre, ni sed, ni desnudez, ni enfermedad, ni peregrinación, ni fatiga, ni dolor. (cf. San Agustín. Sermón 236)

84 Peregrinación Diocesana a Lourdes. Del 28 de junio al 2 de julio. En autocar, tren o avión. Organizada por la Hospitalidad Valenciana de Nuestra Señora de Lourdes. Presidida por nuestro arzobispo, el Cardenal D. Antonio Cañizares.
Aproximadamente peregrinan alrededor de 1200 personas, entre enfermos y/o discapacitados, personal voluntario (enfermeras, brancardiers, personal sanitario, sacerdotes, scouts, etc.) y peregrinos.
El Sr. Arzobispo, preside y acompaña a sus fieles durante los 5 días que dura la Peregrinación.
El viaje se realiza en tres medios de transporte, avión, autocar y tren (éste realiza el trayecto Valencia-Huesca, y desde allí nos trasladamos a Lourdes en autocar)
El personal voluntario, se ofrece para colaborar en todo lo que necesiten los enfermos y/o discapacitados que forman parte de la peregrinación, dividiéndose en los distintos servicios, en función de las tareas a realizar y que sean necesarias. Como por ejemplo: levantar y asear a los enfermos, ayudarles a la hora de la comida, ayudarles a desplazarse por el recinto etc.
“Cuando se habla de Lourdes, a todos nos viene a la cabeza la palabra SERVICIO. Hay que estar dispuesto para realizar tanto el Servicio más importante como el más humilde y escondido.

El 11 de mayo concluye el plazo de inscripción.
Interesados contactar con: Elena: 675724509. D. Rafael Sala: 609852297. 
La Parroquia celebrará la Pascua del enfermo el 6º domingo de Pascua, el sábado 20 de mayo en la misa de 18.00 h. Habrá celebración comunitaria de la unción de enfermos. Por ello invitamos a los fieles a comunicarnos acerca de aquellas personas que por enfermedad grave, por ancianidad con limitación severa, o limitación acelerada fruto de una enfermedad, pudieran recibir este hermoso sacramento.

GASTOS RESTAURACIÓN VIVIENDA PARROQUIAL
5.623,32 €
Dos donativos: 30 €
Se recaudaron:  3.920,90 
Falta pagar:     1.702,42  €
Donativos en BANKIA
ES83-2038-6230-75-3000420970
 
1. La colecta del Viernes Santo para los Santos Lugares fue de 438 €.
2. Fiesta en honor del Beato Andrés Hibernón:  el domingo 30 de abril. Misa solemne a las 11.30 h. Solemne procesión a las 20.00 h.
3. El jueves 4 de mayo, primer jueves de mes, después de la misa vespertina, habrá Adoración Eucarística.
4. Para ayudar a la misión que los Cooperadores Veritatis tienen en Perú dónde está destinado Juan Carlos Picornell, puede hacerlo haciendo un ingreso en la siguiente cuenta:
Bankia: ES78-2038-6243-83-6000014068 / Concepto "PERU"
Durante varios domingos se realizarán encuentros de oración y predicación de la Buena Noticia llamados Misión en las Plazas con el Papa Francisco. Se realiza esta misión en las principales ciudades de Europa.

Es una reunión festiva, de oración y de anuncio del Evangelio durante una hora.
Nos dice San Pablo que la fe viene por el oído. Pero ¿qué es lo que hemos de escuchar para tener fe? Dice San Pablo que Dios ha querido salvar a los creyentes por medio del Kerygma, la necedad de la predicación. 
Tu vida puede cambiar. Se puede ser feliz en este mundo. Puedes salir de la rutina, del desánimo, de la tristeza, de tus pecados. Cristo ha resucitado. La losa del pasado, la losa del rencor, la losa de la debilidad propia o ajena, la losa de los propios pecados ha sido retirada y Cristo ha salido del sepulcro resucitado y la muerte ya no tiene poder sobre él. Te invitamos.
Del 1 al 7 de mayo de 2017
Lunes 1. San José Obrero. 19.30 h.: En sufragio de: Víctor Ferragut. 
Martes 2. San Atanasio, Obispo y Doctor. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Ferrer-Puig. 
Miércoles 3. Fiesta de los santos Felipe y Santiago. 19.30 h.: Sin intención. 
Jueves 4. 19.30 h.: Sin intención. 
Viernes 5. 19.30 h.: Sin intención. 
Sábado 6. Por la tarde: DOMINGO CUARTO DE PASCUA. 18.00 h.: Con niños. Sin intención. 19.30 h.: Sin intención. 21.00 h.: Sin intención. 
Domingo 7. DOMINGO CUARTO DE PASCUA. 10.00 h.: Sin intención. 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: Sin intención.
      -----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Puedes descargar la Hoja Parroquial:

Hoja parroquial en formato pdf


También puedes descargar la hoja parroquial escaneando la siguiente imagen con la app "tipatag" para dispositivos IOS.



12 de abril de 2017

Domingo 16 de abril de 2017. 1 Domingo de Resurreción A

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com

Domingo 16 de Abril de 2017

EL SANTO FRENAZO    
              Queridos hermanos:
En estos días santos vemos las consecuencias del miedo en los discípulos: niegan y abandonan a Jesús. Huyen, se esconden… Las mujeres, en cambio, acompañan a Jesús hasta el Calvario, miran desde lejos su crucifixión y muerte (cf. Mt 27,55-56), permanecen sentadas frente al sepulcro (cf. Mt 27, 61). Y el primer día de la semana solo acuden a ver el sepulcro (cf. Mt 28,1), a diferencia de los otros evangelistas que nos dicen que fueron a ungir el cuerpo de Jesús.
El miedo nos deja la sensación de desprotección, de impotencia. Nos paraliza. Decía el Papa Francisco: “El miedo es una actitud que nos hace daño. Nos debilita, nos empequeñece. También nos paraliza”. Una persona que tiene miedo “no hace nada, no sabe qué hacer”. Está concentrada en sí misma, para que “no le pase algo malo”. Y “el miedo te lleva a un egocentrismo egoísta y te paraliza”. “Un cristiano miedoso es una persona que no ha entendido el mensaje de Jesús. (Francisco. Meditación diaria. 5-15.2015).
Este miedo se ve en los discípulos: paralizados, ensimismados. No saben qué hacer. Las mujeres, en cambio, “fueron a ver”. Un ángel del cielo nos dice lo que buscaban: “sé que buscáis a Jesús, el crucificado.” (cf. Mt 28, 5). Fueron a buscar al amor de su alma. (cf. Ct 1,5). Lo buscarán hasta que puedan asirse a él, no soltarlo, como la esposa del Cantar de los Cantares. (Cf. Ct 3, 1-4). Lo buscarán, aun cuando puedan recibir algún golpe o paliza en la búsqueda del amado. (cf. Ct 5,6-7).
No ha resucitado y lo buscan. ¿Por qué? Porque fueron amadas por Jesús. Están heridas de amor. Enfermas de amor. (Cf. Ct 5,8). Y la única medicina es Jesús, aunque esté muerto y sepultado. Por ello le seguían donde fuera y le servían. (cf. Mt 27, 55). Este evangelio nos presenta el genio femenino. Una mujer amada es fiel hasta el final. Y si busca al Amado estando difunto, ¿qué no hará la mujer cuando sepa que ha resucitado? Es entonces cuando reciben el anuncio del ángel que les dice: “Ha resucitado, como había dicho.” (Mt 28,6). Si el amor hace salir y buscar, el solo anuncio de que el Amado está vivo hace correr, da pies ligeros: “se marcharon a toda prisa del sepulcro”, “corrieron a anunciarlo”. El miedo paraliza, el amor busca, la alegría de la resurrección hace correr. Y entonces… santo frenazo. Jesús les sale al encuentro. “Alegraos… No tengáis miedo… id a comunicar.” Ellas frenan, pues a quien buscan es a Él, al Amado, y se acercan, y se postran, y le abrazan, y luego van.
Necesitamos empaparnos del genio femenino y parecernos a estas santas mujeres en el amor, la búsqueda, la alegría, la valentía, la comunicación, pero sobre todo, el santo frenazo de pararnos con el Amado y dejar que nos llene de su VIDA.
Jesús, vuestro párroco
Lectura del santo evangelio según san Mateo        28, 1-10

En la madrugada del sábado, al alborear el primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. Y de pronto tembló fuertemente la tierra, pues un ángel del Señor, bajando del cielo y acercándose, corrió la piedra y se sentó encima. Su aspecto era de relámpago y su vestido blanco como la nieve; los centinelas temblaron de miedo y quedaron como muertos. El ángel habló a las mujeres: - «Vosotras, no temáis; ya sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí. Ha resucitado, como había dicho. Venid a ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discípulos: "Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis." Mirad, os lo he anunciado.»
Ellas se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos.
De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo:
- «Alegraos.» Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies.
Jesús les dijo: - «No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.»
Palabra del Señor.


La Misericordia de nuestro Dios es infinita e inefable y expresamos el dinamismo de este misterio como una Misericordia «siempre más grande», una Misericordia en camino, una Misericordia que cada día busca el modo de dar un paso adelante, un pasito más allá, avanzando sobre las tierras de nadie, en las que reinaba la indiferencia y la violencia.
Y así fue la dinámica del buen Samaritano que «practicó la misericordia» (Lc 10,37): se conmovió, se acercó al
herido, vendó sus heridas, lo llevó a la posada, se quedó esa noche y prometió volver a pagar lo que se gastara de más. Esta es la dinámica de la Misericordia, que enlaza un pequeño gesto con otro, y sin maltratar ninguna fragilidad, se extiende un poquito más en la ayuda y el amor. Cada uno de nosotros, mirando su propia vida con la mirada buena de Dios, puede hacer un ejercicio con la memoria y descubrir cómo ha practicado el Señor su misericordia para con nosotros, cómo ha sido mucho más misericordioso de lo que creíamos y, así, animarnos a desear y a pedirle que dé un pasito más, que se muestre mucho más misericordioso en el futuro. «Muéstranos Señor tu misericordia» (Sal 85,8). Esta manera paradójica de rezar a un Dios siempre más misericordioso ayuda a romper esos moldes estrechos en los que tantas veces encasillamos la sobreabundancia de su Corazón. Nos hace bien salir de nuestros encierros, porque lo propio del Corazón de Dios es desbordarse de misericordia, desparramarse, derrochando su ternura, de manera tal que siempre sobre, ya que el Señor prefiere que se pierda algo antes de que falte una gota, que muchas semillas se la coman los pájaros antes de que se deje de sembrar una sola, ya que todas son capaces de portar fruto abundante, el 30, el 60 y hasta el ciento por uno. (Francisco. Homilía en la Misa Crismal. Jueves Santo, 24 de marzo de 2016)

“Los gestos hablan más que las imágenes y las palabras. Los gestos. Hay, en esta Palabra de Dios que hemos leídos, dos gestos: Jesús que sirve, que lava los pies. Él, que era el jefe, lava los pies a los demás, a los suyos, a los más pequeños. El segundo gesto: Judas que se dirige a los enemigos de Jesús, a los que no quieren la paz con Jesús, para recoger el dinero con el que lo traicionó, las 30 monedas. Dos gestos. (…) Pero detrás de ese gesto, como detrás de Judas, estaban otros. Detrás de Judas estaban los que dieron el dinero para que Jesús fuese entregado. (…) Dos gestos: por una parte Jesús lava los pies, mientras Judas vende a Jesús por dinero.” (Francisco. C.A.R.A. Auxilium. Castelnuovo di Porto (Roma). Jueves Santo, 24 de marzo de 2016)
Oh Cruz de Cristo, símbolo del amor divino y de la injusticia humana, icono del supremo sacrificio por amor y del extremo egoísmo por necedad, instrumento de muerte y vía de resurrección, signo de la obediencia y emblema de la traición, patíbulo de la persecución y estandarte de la victoria.

(…) Oh Cruz de Cristo, imagen del amor sin límite y vía de la Resurrección, aún hoy te seguimos viendo en las personas buenas y justas que hacen el bien sin buscar el aplauso o la admiración de los demás.
Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en los ministros fieles y humildes que alumbran la oscuridad de nuestra vida, como candelas que se consumen gratuitamente para iluminar la vida de los últimos.
Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en el rostro de las religiosas y consagrados –los buenos samaritanos– que lo dejan todo para vendar, en el silencio evangélico, las llagas de la pobreza y de la injusticia.
Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en los misericordiosos que encuentran en la misericordia la expresión más alta de la justicia y de la fe.
Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en las personas sencillas que viven con gozo su fe en las cosas ordinarias y en el fiel cumplimiento de los mandamientos.
Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en los arrepentidos que, desde la profundidad de la miseria de sus pecados, saben gritar: Señor acuérdate de mí cuando estés en tu reino.
Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en los beatos y en los santos que saben atravesar la oscuridad de la noche de la fe sin perder la confianza en ti y sin pretender entender tu silencio misterioso.
Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en las familias que viven con fidelidad y fecundidad su vocación matrimonial.
Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en los voluntarios que socorren generosamente a los necesitados y maltratados.
Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en los perseguidos por su fe que con su sufrimiento siguen dando testimonio auténtico de Jesús y del Evangelio.
Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en los soñadores que viven con un corazón de niños y trabajan cada día para hacer que el mundo sea un lugar mejor, más humano y más justo.
En ti, Cruz Santa, vemos a Dios que ama hasta el extremo, y vemos el odio que domina y ciega el corazón y la mente de los que prefieren las tinieblas a la luz.
Oh Cruz de Cristo, Arca de Noé que salvó a la humanidad del diluvio del pecado, líbranos del mal y del maligno. Oh Trono de David y sello de la Alianza divina y eterna, despiértanos de las seducciones de la vanidad. Oh grito de amor, suscita en nosotros el deseo de Dios, del bien y de la luz.
Oh Cruz de Cristo, enséñanos que el alba del sol es más fuerte que la oscuridad de la noche. Oh Cruz de Cristo, enséñanos que la aparente victoria del mal se desvanece ante la tumba vacía y frente a la certeza de la Resurrección y del amor de Dios, que nada lo podrá derrotar u oscurecer o debilitar. Amén. (Palabras del Papa Francisco en el Vía Crucis del Coliseo el 25-3-2016).
«Pedro fue corriendo al sepulcro» (Lc 24,12). ¿Qué pensamientos bullían en la mente y en el corazón de Pedro mientras corría? El Evangelio nos dice que los Once, y Pedro entre ellos, no creyeron el testimonio de las mujeres, su anuncio pascual. Es más, «lo tomaron por un delirio» (v.11). En el corazón de Pedro había por tanto duda, junto a muchos sentimientos negativos: la tristeza por la muerte del Maestro amado y la desilusión por haberlo negado tres veces durante la Pasión.

Hay en cambio un detalle que marca un cambio: Pedro, después de haber escuchado a las mujeres y de no haberlas creído, «sin embargo, se levantó» (v.12). No se quedó sentado a pensar, no se encerró en casa como los demás. No se dejó atrapar por la densa atmósfera de aquellos días, ni dominar por sus dudas; no se dejó hundir por los remordimientos, el miedo y las continuas habladurías que no llevan a nada. Buscó a Jesús, no a sí mismo. Prefirió la vía del encuentro y de la confianza y, tal como estaba, se levantó y corrió hacia el sepulcro, de dónde regresó «admirándose de lo sucedido» (v.12). Este fue el comienzo de la «resurrección» de Pedro, la resurrección de su corazón. Sin ceder a la tristeza o a la oscuridad, se abrió a la voz de la esperanza: dejó que la luz de Dios entrara en su corazón sin apagarla.
También las mujeres, que habían salido muy temprano por la mañana para realizar una obra de misericordia, para llevar los aromas a la tumba, tuvieron la misma experiencia. Estaban «despavoridas y mirando al suelo», pero se impresionaron cuando oyeron las palabras del ángel: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?» (v.5).
Al igual que Pedro y las mujeres, tampoco nosotros encontraremos la vida si permanecemos tristes y sin esperanza y encerrados en nosotros mismos. Abramos en cambio al Señor nuestros sepulcros sellados ―cada uno de nosotros los conoce― , para que Jesús entre y lo llene de vida; llevémosle las piedras del rencor y las losas del pasado, las rocas pesadas de las debilidades y de las caídas. Él desea venir y tomarnos de la mano, para sacarnos de la angustia. Pero la primera piedra que debemos remover esta noche es ésta: la falta de esperanza que nos encierra en nosotros mismos. Que el Señor nos libre de esta terrible trampa de ser cristianos sin esperanza, que viven como si el Señor no hubiera resucitado y nuestros problemas fueran el centro de la vida.
Continuamente vemos, y veremos, problemas cerca de nosotros y dentro de nosotros. Siempre los habrá, pero en esta noche hay que iluminar esos problemas con la luz del Resucitado, en cierto modo hay que «evangelizarlos». Evangelizar los problemas. No permitamos que la oscuridad y los miedos atraigan la mirada del alma y se apoderen del corazón, sino escuchemos las palabras del Ángel: el Señor «no está aquí. Ha resucitado» (v.6); Él es nuestra mayor alegría, siempre está a nuestro lado y nunca nos defraudará.
Este es el fundamento de la esperanza, que no es simple optimismo, y ni siquiera una actitud psicológica o una hermosa invitación a tener ánimo. La esperanza cristiana es un don que Dios nos da si salimos de nosotros mismos y nos abrimos a él.” (Francisco. Homilía Vigilia Pascual. 26-3-2016).
 Ayuda a las necesidades que aparecen en la cruz de la entrada.

Anterior recaudación 28-3-2017: 730 €.
Recaudado hasta el 4-4-2017: 240 €.
Total recaudación: 970 €.

GASTOS RESTAURACIÓN VIVIENDA PARROQUIAL
5.623,32 €
Ocho donativos: 1.340 €
Se recaudaron:  3.890,90 
Falta pagar:     1.732,42  €
Donativos en BANKIA
ES83-2038-6230-75-3000420970
 
1. ORDENACIÓN SACERDOTAL: El sábado 22 de abril a las 19.00 h. en la Iglesia del Temple de Valencia será ordenado presbítero por el arzobispo de Valencia D. Antonio Cañizares el diácono Juan Carlos Picornell, CVMD, feligrés de nuestra parroquia, junto a su hermano de congregación Matteo. Recemos por él. Su Primera Misa será al día siguiente, domingo 23 de abril a las 11.30 h. en nuestra parroquia de San Francisco de Borja de Gandía.
2. Durante la semana de la octava de Pascua se interrumpen las oraciones matinales de Laudes a las 9.30 h. Continuarán el martes 25 de abril.
Del 17 al 23 de abril de 2017
Lunes 17. Octava de Pascua.  19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Peiró-Camarena. 
Martes 18. Octava de Pascua. 19.30 h.: En sufragio de: Rvdo. D. Bernardino Buendía; Isabel Terrades y Petri Martínez. 
Miércoles 19. Octava de Pascua. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Vidal—Martínez. 
Jueves 20. Octava de Pascua. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Espí-Sanchis. 
Viernes 21. Octava de Pascua. 19.30 h.: En sufragio de: los cristianos perseguidos difuntos. 
Sábado 22. Octava de Pascua. Por la tarde: Segundo domingo de Pascua o de la Divina Misericordia. 18.00 h.: Con niños. Sin intención. 19.30 h.: Sin intención.
Domingo 23. Segundo domingo de Pascua o de la Divina Misericordia. 10.00 h.: Sin intención. 11.30 h.: Pro Pópulo. PRIMERA MISA DE D. JUAN CARLOS PICORNELL MORANT. 19.30 h.: En sufragio de: José Antonio Cabanilles.
Lunes 24. Fiesta de San Vicente Ferrer. Propio Diocesano. 19.30 h.: Sin intención.
      -----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Puedes descargar la Hoja Parroquial:

Hoja parroquial en formato pdf


También puedes descargar la hoja parroquial escaneando la siguiente imagen con la app "tipatag" para dispositivos IOS.