27 de diciembre de 2019

Domingo 29 de diciembre de 2019. SDA FAMILIA 2019 A

   
             Queridos hermanos:
Celebramos este domingo la Fiesta de la Sagrada Familia. El Hijo de Dios se ha hecho hombre, ha nacido de María, y naciendo humilde en una cueva se ha identificado con los más pequeños y vulnerables. No ha venido con un “kit” de supervivencia ni con un manual de uso “cómo tratar al Hijo de Dios encarnado 1ª y única edición”. Su fragilidad ha hecho sacar lo mejor de María y José. María llevaba unos pañales en previsión del nacimiento de su Hijo. José está alerta para proteger a María y a Jesús. Y está pronto para trasladar a la familia a donde indica el ángel del Señor: a Egipto.
La vida de María, José y Jesús nos ilumina y hace descubrir que la familia es el lugar donde se protege la fragilidad.
Todos los cristianos, sobre todo los padres de familia, también los hermanos, también los hijos con sus padres, estamos llamados a “cuidar a los más frágiles de la tierra” (cf. Francisco. Evangelii Gaudium 209). La familia es un lugar donde se puede esperar y acoger a todos, especialmente a los lentos, débiles o menos dotados para que puedan abrirse camino en la vida. (cf. Idem). En la familia se cuida del otro aunque eso aparentemente no nos aporte beneficios tangibles e inmediatos.
Y la comunidad cristiana también queda iluminada por la vida de las familias. Pues se convierte en una familia de familias, que no excluye a ninguna cuando no entra dentro de las estructuras que la misma parroquia ofrece. Pensemos, por ejemplo, en los sin techo, los toxicodependientes, los ancianos cada vez más solos y abandonados, los migrantes, etc. (Idem nº 210). La Iglesia está llamada a ser madre de todos. Qué hermosa una parroquia abierta a diversas realidades eclesiales, que no ofrece un solo color, que supera la desconfianza enfermiza e integra a los diferentes, que ofrece espacios a la relación y favorece el reconocimiento del otro. (cf. Idem nº 210).
Nuestras familias tanto más crecerán en el amor concreto y tierno al otro cuanto más descubran lo que une a la familia: Jesucristo, el verbo hecho carne, visible y palpable en la Eucaristía. En cada Eucaristía recibimos a Jesucristo, que hizo de la Familia de José y María modelo de familias. La Eucaristía es el Sacramento que hace de nuestra familia una familia semejante a la Sagrada Familia, con docilidad al impulso del Espíritu Santo, con iniciativas para el bien, con capacidad de superar las dificultades ayudados por la gracia, con humildad y reconocimiento en el trato, donde aparecen las palabras “gracias, perdona, te quiero, te espero, me fio de ti, por favor, permiso”, donde aparece la bendición y donde se espera lo mejor del otro. Miremos a la Sagrada Familia de Nazaret y pidamos ser como ella.
Jesús, vuestro párroco
+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 2, 13-15.19-23

Cuando se retiraron los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
«Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».
José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta:
«De Egipto llamé a mi hijo».
Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto  y le dijo:
«Levántate, coge al niño y a su madre y vuelve a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño».
Se levantó, tomó al niño y a su madre y volvió a la tierra de Israel. Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes tuvo miedo de ir allá. Y avisado en sueños se retiró a Galilea y se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo dicho por medio de los profetas, que se llamaría nazareno.
Palabra del Señor.



                  El Misterio de Navidad


525           Jesús nació en la humildad de un establo, de una familia pobre (cf. Lc 2, 6-7); unos sencillos pastores son los primeros testigos del acontecimiento. En esta pobreza se manifiesta la gloria del cielo (cf. Lc 2, 8-20). La Iglesia no se cansa de cantar la gloria de esta noche.


526           "Hacerse niño" con relación a Dios es la condición para entrar en el Reino (cf. Mt 18, 3-4); para eso es necesario abajarse (cf. Mt 23, 12), hacerse pequeño; más todavía: es necesario "nacer de lo alto" (Jn 3,7), "nacer de Dios" (Jn 1, 13) para "hacerse hijos de Dios" (Jn 1, 12). El Misterio de Navidad se realiza en nosotros cuando Cristo "toma forma" en nosotros (Ga 4, 19). Navidad es el Misterio de este "admirable intercambio": “O admirable intercambio! El Creador del género humano, tomando cuerpo y alma, nace de una virgen y, hecho hombre sin concurso de varón, nos da parte en su divinidad” (LH, antífona de la octava de Navidad).

530 La Huida a Egipto y la matanza de los inocentes (cf. Mt 2, 13-18) manifiestan la oposición de las tinieblas a la luz: "Vino a su Casa, y los suyos no lo recibieron"(Jn 1, 11). Toda la vida de Cristo estará bajo el signo de la persecución. Los suyos la comparten con él (cf. Jn 15, 20). Su vuelta de Egipto (cf. Mt 2, 15) recuerda el Éxodo (cf. Os 11, 1) y presenta a  Jesús como el liberador definitivo.
EL EVANGELIO COMENTADO POR EL PAPA

“En este primer domingo después de Navidad, la Liturgia nos invita a celebrar la fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret. En efecto, cada belén nos muestra a Jesús junto a la Virgen y a san José, en la cueva de Belén. Dios quiso nacer en una familia humana, quiso tener una madre y un padre, como nosotros.
Y hoy el Evangelio nos presenta a la Sagrada Familia por el camino doloroso del destierro, en busca de refugio en Egipto. José, María y Jesús experimentan la condición dramática de los refugiados, marcada por miedo, incertidumbre, incomodidades (cf. Mt 2, 13-15.19-23). Lamentablemente, en nuestros días, millones de familias pueden reconocerse en esta triste realidad. Casi cada día la televisión y los periódicos dan noticias de refugiados que huyen del hambre, de la guerra, de otros peligros graves, en busca de seguridad y de una vida digna para sí mismos y para sus familias.
En tierras lejanas, incluso cuando encuentran trabajo, no siempre los refugiados y los inmigrantes encuentran auténtica acogida, respeto, aprecio por los valores que llevan consigo. Sus legítimas expectativas chocan con situaciones complejas y dificultades que a veces parecen insuperables. Por ello, mientras fijamos la mirada en la Sagrada Familia de Nazaret en el momento en que se ve obligada a huir, pensemos en el drama de los inmigrantes y refugiados que son víctimas del rechazo y de la explotación, que son víctimas de la trata de personas y del trabajo esclavo. Pero pensemos también en los demás «exiliados»: yo les llamaría «exiliados ocultos», esos exiliados que pueden encontrarse en el seno de las familias mismas: los ancianos, por ejemplo, que a veces son tratados como presencias que estorban. Muchas veces pienso que un signo para saber cómo va una familia es ver cómo se tratan en ella a los niños y a los ancianos.
Jesús quiso pertenecer a una familia que experimentó estas dificultades, para que nadie se sienta excluido de la cercanía amorosa de Dios. La huida a Egipto causada por las amenazas de Herodes nos muestra que Dios está allí donde el hombre está en peligro, allí donde el hombre sufre, allí donde huye, donde experimenta el rechazo y el abandono; pero Dios está también allí donde el hombre sueña, espera volver a su patria en libertad, proyecta y elige en favor de la vida y la dignidad suya y de sus familiares.
Hoy, nuestra mirada a la Sagrada Familia se deja atraer también por la sencillez de la vida que ella lleva en Nazaret. Es un ejemplo que hace mucho bien a nuestras familias, les ayuda a convertirse cada vez más en una comunidad de amor y de reconciliación, donde se experimenta la ternura, la ayuda mutua y el perdón recíproco. Recordemos las tres palabras clave para vivir en paz y alegría en la familia: permiso, gracias, perdón. Cuando en una familia no se es entrometido y se pide «permiso», cuando en una familia no se es egoísta y se aprende a decir «gracias», y cuando en una familia uno se da cuenta que hizo algo malo y sabe pedir «perdón», en esa familia hay paz y hay alegría. Recordemos estas tres palabras. Pero las podemos repetir todos juntos: permiso, gracias, perdón. (Todos: permiso, gracias, perdón) Desearía alentar también a las familias a tomar conciencia de la importancia que tienen en la Iglesia y en la sociedad. El anuncio del Evangelio, en efecto, pasa ante todo a través de las familias, para llegar luego a los diversos ámbitos de la vida cotidiana.
Invoquemos con fervor a María santísima, la Madre de Jesús y Madre nuestra, y a san José, su esposo. Pidámosle a ellos que iluminen, conforten y guíen a cada familia del mundo, para que puedan realizar con dignidad y serenidad la misión que Dios les ha confiado.” (Francisco. Ángelus. 29-12-2013).

San José juega un papel muy importante en la vida de Jesús y de María. Él es el custodio que nunca se cansa de proteger a su familia. Cuando Dios le advirtió de la amenaza de Herodes, no dudó en ponerse en camino y emigrar a Egipto (cf. Mt 2,13-15). Y una vez pasado el peligro, trajo a la familia de vuelta a Nazaret, donde fue el primer educador de Jesús niño y adolescente” (Francisco. Carta Apostólica Admirabile Signum nº 7).
Señor Jesús, te damos gracias por nuestros padres que nos han transmitido la fe de forma sencilla a través de la vida eclesial, del bautismo, la Eucaristía dominical, la oración sencilla en familia, la bendición de la mesa, la ayuda al necesitado, el montaje del belén… Concédenos la gracia y la alegría de transmitir a los hijos y a los nietos la misma experiencia: la de mostrar de muchas maneras que nos amas, que estás cerca de cada uno de nosotros, sea cual sea su situación o condición. Que todo en nuestra familia hable de tu amor. Hasta el perdón mutuo, cuando nos hemos ofendido.
Abre nuestro corazón al asombro y al agradecimiento de saber que Tú, estás siempre con nosotros, que nosotros estamos contigo. (Oración inspirada en Francisco. Carta Apostólica Admirabile Signum nº 10).
El PAJE DE SS.MM. LOS REYES DE ORIENTE nos invita a llevarle una carta en la que pidamos aquellos deseos que no se pueden comprar con dinero, aquellos deseos que no podemos alcanzar con nuestras fuerzas, lo que solo Dios puede realizar. Porque para Dios no hay nada imposible.
Nos invita a hacer la carta con nuestros hijos pidiendo que Dios reine en nuestros corazones, en nuestros matrimonios, en nuestras familias, en nuestra ciudad. Y a escribir pidiendo lo que necesitan vuestros hijos, lo que necesitáis vosotros como padres, por vuestra familia, por las personas necesitadas.
Estas cartas el paje las llevará a los monasterios de clausura. El Paje de SS. MM. Nos espera para recibir estas cartas el jueves 2 de enero a las 17.30 h. en la sala grande de los locales nuevos.





Coste total del 1er ventanal: 880 €.
Esta semana ha habido un donativo de 100 €:
355 + 100 € = 455 €.
Gracias por tu colaboración. Donativos en BANKIA
ES83-2038-6230-7530-0042-0970 
1. Tiene a su disposición el Calendario 2020. También puede adquirir EL EVANGELIO 2020 Y LIBRETAS PARA APUNTES.
2. La Revista Callejeros de la Fe nº 6 puede retirarla en despacho o sacristía.
3. Los sacerdotes de la parroquia os deseamos una Feliz y Santo Año Nuevo 2020.
Del 30 de diciembre al 5 de enero de 2020
Lunes 30. Octava de la Navidad. 19.30 h.: Sin intención.
Martes 31. Por la mañana : San Silvestre I, Papa. Por la tarde: SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA MADRE DE DIOS.
18.00 h.: Con niños. En sufragio de: Rvdo. D. Juan Bautista Martínez Chiralt.
19.30 h.: En sufragio de: Juanita Saez; Salvador Escrivá Morant.
Miércoles 1. SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA MADRE DE DIOS. 10.00 h.: Sin intención.
11.30 h.: Pro Pópulo.
19.30 h.: Sin intención.
Jueves 2. San Basilio el Grande y San Gregorio Nacianceno, obispos y doctores. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Ferrer-Puig.
Viernes 3. Santísimo Nombre de Jesús. 19.30 h.: En sufragio de: Rogelio Roselló.
Sábado 4. Por la tarde: SEGUNDO DOMINGO DE NAVIDAD.
18.00 h.: Con niños. En sufragio de: Dif. Fam. García -Estruch,
19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Escrivá -Morant.
Domingo 5. SEGUNDO DOMINGO DE NAVIDAD.
10.00 h.: Sin intención.
11.30 h.: Pro Pópulo.
Domingo 5. Por la tarde: SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR.
19.30 h.: Sin intención.
20.30 h. Llegada de SS.MM los Reyes de Oriente.
Lunes 6. SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR.
10.00 h.: Sin intención.
11.30 h.: Pro Pópulo.
19.30 h.: Sin intención.
A lo largo del año, en todas las misas, se reza por todos los difuntos. Algunas celebraciones incluyen una intención particular por algún difunto o por alguna necesidad. En muchas de las ocasiones se acompaña de una ofrenda para el sacerdote llamada estipendio. Les invitamos a solicitar en el despacho la celebración de intenciones particulares o misas en sufragio.
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Puedes descargar la Hoja Parroquial:

21 de diciembre de 2019

Domingo 22 de diciembre de 2019. 4 ADV A

   
                  Queridos hermanos:
San José. ¡Qué hermosa la obra que Dios ha hecho en esta persona! Gracias Señor por San José. Gracias, San José, por ser dócil al mandato del Señor por medio del ángel.
Recientemente ha salido un documento de la Conferencia Episcopal Española llamado «Sembradores de esperanza. Acoger, proteger y acompañar en la etapa final de esta vida», con motivo del debate social sobre la eutanasia, el suicidio asistido y la muerte digna.
San José recibe este mandato: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo.»
Y se convierte en modelo de esperanza, modelo de acogida, modelo de protección de la vida, de la mujer, de la familia, del niño no nacido. Diríamos, parafraseando el documento, que San José es sembrador de esperanza, misionero del Evangelio de la vida y promotor de la cultura de la vida y de la civilización del amor.
San José se convierte en custodio de la persona. No instrumentaliza a María en función de sus intereses personales o proyectos preconcebidos. Acoge a María como es y la acoge conforme el proyecto de Dios. El Señor reorienta en San José su esperanza. Si primero repudia en secreto, tras el anuncio del ángel, acoge. Por eso San José es modelo del que acoge a la persona sin reducirla a un objeto, sin reducirla a algo que se pueda usar o utilizar y cuando no me aporta o me sirve desecharlo: “cuando la vida ya no sirve (…) se la descarta sin tantos reparos, como en el caso de los enfermos, los enfermos terminales, de los ancianos abandonados y sin atenciones, o de los niños asesinados antes de nacer». (cf. Discurso Papa Francisco ante el Parlamento Europeo el 25 de noviembre de 2014, citado en el documento de la CEE). Como San José, estamos llamados “a no abandonar nunca a los que sufren, no rendirse nunca, sino cuidar y amar para dar esperanza. Porque la eutanasia y el suicidio asistido son una derrota para todos” (cf. Papa Francisco. Tuit del mes de junio de 2019)
San José será el promotor de una cultura de la vida y del encuentro, del amor y la verdadera compasión.
Encomendemos a la protección de san José nuestras familias, nuestros familiares. También a los médicos, a los profesionales de la salud, voluntarios y tantas personas que colaboran en la pastoral de la salud y de la familia, y a todos los que sufren en su cuerpo o en su espíritu. Que San José, junto con la Virgen María, Salud de los enfermos, Consuelo de los afligidos y Auxilio de los cristianos, nos acompañen siempre en la tarea apasionada de acoger, proteger y acompañar toda vida humana.
Jesús, vuestro párroco
+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 1, 18-24

La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
  «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por medio del profeta:
«Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrán por nombre Emmanuel,
que significa “Dios-con-nosotros”».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.
Palabra del Señor.
La acción del Espíritu Santo
recayó sobre María y José

“La acción del Espíritu Santo recayó sobre los dos. Siendo, dice, un hombre justo. Justo era el varón, justa la mujer. El Espíritu Santo, que reposaba en la justicia de ambos, a ambos les dio el hijo. Pero en el sexo al que correspondía dar a luz obró lo que al nacer sería también para el marido. Así, pues, el ángel ordena a los dos que impongan el nombre al niño, con lo que se manifiesta que ambos tienen autoridad paterna. (…)

Se dice también a María: “He aquí que vas a concebir un hijo y le pondrás por nombre Jesús”: Y a José: “José, hijo de David, no temas recibir a María como tu esposa, porque lo que en ella ha nacido es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús: él salvará a su pueblo de todos sus pecados”. Se afirma también: Y le dio a luz un hijo, con lo que se le reconoce como padre, no por obra de la carne, sino por la del amor. Así es como él es padre. (…)¿Cómo es que era padre? Porque su paternidad era tanto más auténtica cuanto más casta. Ciertamente era considerado como padre de nuestro Señor Jesucristo, pero de otra manera. (…)

El Señor no nació de la sangre de José, aunque así se pensase; sin embargo, a la piedad y caridad de José le nació de la Virgen María un hijo, Hijo a la vez de Dios”. (San Agustín. Sermón 51)

¿Cómo ejerce san José la custodia del Redentor?

“Hemos escuchado en el Evangelio que “José hizo lo que el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer” (Mt 1,24). En estas palabras se encierra ya la misión que Dios confía a José, la de ser custos, custodio. Custodio ¿de quién? De María y Jesús; pero es una custodia que se alarga luego a la Iglesia, como ha señalado el beato Juan Pablo II: “Al igual que cuidó amorosamente a María y se dedicó con gozoso empeño a la educación de Jesucristo, también custodia y protege su cuerpo místico, la Iglesia, de la que la Virgen Santa es figura y modelo” (Exhort. ap. Redemptoris Custos, 1). ¿Cómo ejerce José esta custodia? Con discreción, con humildad, en silencio, pero con una presencia constante y una fidelidad y total, aun cuando no comprende. Desde su matrimonio con María hasta el episodio de Jesús en el Templo de Jerusalén a los doce años, acompaña en todo momento con esmero y amor. Está junto a María, su esposa, tanto en los momentos serenos de la vida como los difíciles, en el viaje a Belén para el censo y en las horas temblorosas y gozosas del parto; en el momento dramático de la huida a Egipto y en la afanosa búsqueda de su hijo en el Templo; y después en la vida cotidiana en la casa de Nazaret, en el taller donde enseñó el oficio a Jesús. ¿Cómo vive José su vocación como custodio de María, de Jesús, de la Iglesia? Con la atención constante a Dios, abierto a sus signos, disponible a su proyecto, y no tanto al propio. (…) José es “custodio” porque sabe escuchar a Dios, se deja guiar por su voluntad, y precisamente por eso es más sensible aún a las personas que se le han confiado, sabe cómo leer con realismo los acontecimientos, está atento a lo que le rodea, y sabe tomar las decisiones más sensatas.
En él, queridos amigos, vemos cómo se responde a la llamada de Dios, con disponibilidad, con prontitud; pero vemos también cuál es el centro de la vocación cristiana: Cristo. Guardemos a Cristo en nuestra vida, para guardar a los demás, salvaguardar la creación. Pero la vocación de custodiar no sólo nos atañe a nosotros, los cristianos, sino que tiene una dimensión que antecede y que es simplemente humana, corresponde a todos. Es custodiar toda la creación, la belleza de la creación, como se nos dice en el libro del Génesis y como nos muestra san Francisco de Asís: es tener respeto por todas las criaturas de Dios y por el entorno en el que vivimos.
Es custodiar a la gente, el preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón. Es preocuparse uno del otro en la familia: los cónyuges se guardan recíprocamente y luego, como padres, cuidan de los hijos, y con el tiempo, también los hijos se convertirán en cuidadores de sus padres. Es vivir con sinceridad las amistades, que son un recíproco protegerse en la confianza, en el respeto y en el bien. En el fondo, todo está confiado a la custodia del hombre, y es una responsabilidad que nos afecta a todos. Sed custodios de los dones de Dios. (...)  Pero, para “custodiar”, también tenemos que cuidar de nosotros mismos. Recordemos que el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida. Custodiar quiere decir entonces vigilar sobre nuestros sentimientos, nuestro corazón, porque ahí es de donde salen las intenciones buenas y malas: las que construyen y las que destruyen. No debemos tener miedo de la bondad, más aún, ni siquiera de la ternura.
Y aquí añado entonces una ulterior anotación: el preocuparse, el custodiar, requiere bondad, pide ser vivido con ternura. En los Evangelios, san José aparece como un hombre fuerte y valiente, trabajador, pero en su alma se percibe una gran ternura, que no es la virtud de los débiles, sino más bien todo lo contrario: denota fortaleza de ánimo y capacidad de atención, de compasión, de verdadera apertura al otro, de amor. No debemos tener miedo de la bondad, de la ternura. (Francisco. Homilía en la Misa inaugural de su pontificado. 19-3-2013).
Oración a la Sagrada Familia
“Jesús, María y José en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret, haz también de nuestras familias lugar de comunión y cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret, que nunca más haya en las familias episodios de violencia, de cerrazón y división; que quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret, haz tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios. Jesús, María y José, escuchad, acoged nuestra súplica. Amén.” (Francisco. Amoris Laetitiae 325)


«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé».
Noé es figura de Jesucristo. Pero también es figura de San José. San José recibe el encargo del ángel de acoger a María embarazada del Verbo por obra del Espíritu Santo. Y Noé, igual que San José, acogieron a aquellos que se les había encomendado, cuidándolos, alimentándolos, protegiéndolos. Noé es cuidador de la familia y de todo lo creado. Acogió todo tipo de animales en el arca. José acogerá a Jesús, primogénito de la Nueva creación y a María, Madre del Cristo Total, pues es Madre de Dios y Madre de la Iglesia, que acogerá en su seno a todas las gentes. Noé se convirtió en pregonero de la justicia (cf. 2 P 2,5) y San José en pregonero de la maternidad virginal de María y de su Hijo nuestro Salvador, Jesús, que salvará al pueblo de sus pecados. Por eso el papel de San José es insustituible, importantísimo. ¡Tanta responsabilidad fue dejada en manos de un hombre! Un hombre que hace presente el consuelo de Dios, pues no dejará sola a la mujer y al niño. San José cuidará de la familia y de la Nueva Eva y del nuevo Adán. Pongamos también nuestra familia bajo la fiel custodia e intercesión de San José. Nuestra arca estará en buenas manos.
Organizado por Cáritas interparroquial, como conclusión de los actos con motivo de su 50 aniversario, se ofrece un encuentro de Familias el sábado 28 de diciembre con el siguiente programa:

• 9:00 Encuentro en la plaza del Ayuntamiento - Colegiata.
• 9:30 Pasacalles por Gandía, recogiendo a las familias de las parroquias en los lugares indicados. Nuestra parroquia ha de acudir a la plaza de Cristo Rey, donde está el Instituto Ausias March.
• 10:45 Llegada al final del recorrido. Acogida. Momento de oración.
• 11:30-12:45 Charlas simultáneas (escoger una)
- La familia, santuario de la vida, escuela de sufrimiento, lugar de la belleza. Ponente: Julio Tudela
- Nuevos retos familiares en la era digital: tecnoadicciones y tecnopornografia. (Catedra Scholas Occurrentes de la UCV). Ponente: Yolanda Ruiz
• 13:00-14:15 Charlas simultáneas (escoger una)
- La ingeniería social al servicio de un nuevo concepto de naturaleza y de persona. Ponente: Enrique Burguete
- Proyecto Raquel. Testimonios sobre el aborto.
14:30 Comida fraterna a compartir.
15:45 Actividades en familia.
17:00 Fin de la Jornada
Encontrarán folletos en la mesita de entrada.
Coste total del 1er ventanal: 880 €.
Esta semana no ha habido donativos para el ventanal
355 €.
Gracias por tu colaboración. Donativos en BANKIA
ES83-2038-6230-7530-0042-0970
1. Ya tiene a su disposición el Calendario 2020. También puede adquirir EL EVANGELIO 2020 Y LIBRETAS PARA APUNTES.
2. La Revista Callejeros de la Fe ya puede retirarla en despacho o sacristía.
3. Los sacerdotes de la parroquia os deseamos una Feliz y Santa Navidad.
Del 23 al 29 de diciembre de 2019
Lunes 23. San Juan de Kety. 19.30 h.: En sufragio de: José Antonio Cabanilles; Dif. Fam. Cremades-Moscardó-Tobar.
Martes 24. Por la tarde:
SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR.
18.00 h.: MISA DE LA VIGILIA. Con niños.
19.30 h.: MISA DE LA VIGILIA.
24.00 h.: MISA DE MEDIANOCHE.
Miércoles 25. SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR.
10.00 h.: MISA DE LA AURORA.
11.30 h.: MISA DEL DÍA. Pro Pópulo.
19.30 h.: MISA DEL DÍA.
Jueves 26. FIESTA DE SAN ESTEBAN, PROTOMÁRTIR. 19.30 h.: En sufragio de: Francisco Rodríguez.
Viernes 27. FIESTA DE SAN JUAN, APÓSTOL Y EVANGELISTA. 19.30 h.: Sin intención.
Sábado 28. FIESTA DE LOS SANTOS INOCENTES, MÁRTIRES.
12.30 h.: Bodas de Oro: Emilio García y Mª Carmen Villanueva.
Por la tarde. FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA.
18.00 h.: Con niños. Sin intención.
19.30 h.: En sufragio de: Rosendo Roche.
21.00 h.: Sin intención.
Domingo 29. FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA.
10.00 h.: Sin intención.
11.30 h.: Pro Pópulo.
19.30 h.: Sin intención.


A lo largo del año, en todas las misas, se reza por todos los difuntos. Algunas celebraciones incluyen una intención particular por algún difunto o por alguna necesidad. En muchas de las ocasiones se acompaña de una ofrenda para el sacerdote llamada estipendio. Les invitamos a solicitar en el despacho la celebración de intenciones particulares o misas en sufragio.
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Puedes descargar la Hoja Parroquial: