28 de enero de 2012

Domingo 29 de enero – 3 TO B 2012

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com

Domingo 29 de enero de 2012.

Queridos hermanos:

El Evangelio de esta semana nos presenta el pasaje bíblico en el que Jesús, enseñando en la sinagoga de Cafarnaún, la gente, al escucharle, se quedaba admirada porque hablaba como quien tiene autoridad. Acto seguido el evangelista nos presenta la curación de Jesús a un endemoniado en la misma sinagoga. Todo esto nos habla del poder de la palabra de Cristo, el Señor. Este poder viene confirmado por las obras que El realizaba: expulsaba los demonios, calmaba tempestades, volvía el corazón de los publicanos hacia el Padre, etc.

Si recordamos el texto del Evangelio según S. Marcos, en el que Jesús se les aparece a los Once estando en la mesa, a estos les dice: “A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes, en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.” (Mc 16, 17). Pues bien, en este pasaje vemos la misión que Jesús confía a su Iglesia: es el “sacramento universal de salvación; estando sentado a la derecha del Padre, actúa sin cesar en el mundo para conducir a los hombres a la Iglesia y, por medio de ella, unirlos a sí más estrechamente y para hacerlos partícipes de su vida gloriosa alimentándolos con su cuerpo y sangre.” (LG 48).

Los signos que enumera el Evangelio de S. Marcos se hacen patentes en nuestra sociedad, y más concretamente en la Iglesia: “a los que crean”, es decir a los que escuchan la palabra de Dios, su fe aumentará. “Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.”: aquí Cristo está hablando del sacramento de la Unción de enfermos. La Iglesia en este mundo es portadora de un mensaje nuevo, una buena noticia, que escuchábamos en el Evangelio de la semana pasada: ¡Cristo, muerto y resucitado! Al hacerse hombre ha enriquecido a la humanidad con los bienes eternos, y al resucitar nos ha abierto las puertas del cielo y dado vida eterna.

Demos gracias a Dios porque, por su palabra, se continúa la obra santificadora de Cristo en el mundo. Él sigue reconciliando al hombre con Dios. Abramos las puertas de nuestro corazón a Cristo para que el bien triunfe sobre el mal, el amor sobre el odio. María, madre de la Iglesia, intercede por nosotros.

Arturo, vuestro vicario

+ Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 21-28

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba cono los escribas, sino con autoridad. Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: —«¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.» Jesús lo increpó: — «Cállate y sal de él.» El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen» Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.

Palabra del Señor.

“¡Oh divino Redentor, que has amado a la Iglesia y por ella te has entregado a Ti mismo, para santificarla y hacerla comparecer ante Ti resplandeciente de gloria, haz que brille sobre ella tu rostro santo! Haz que tu Iglesia una en tu caridad, santa en la participación de tu misma santidad, sea en el mundo de hoy estandarte de salvación para los hombres, centro de unidad de todos los corazones, inspiradora de santos propósitos a favor de una renovación general y arrolladora. Haz que sus hijos, superando cualquier división o indignidad, la honren siempre y en todas partes. Que todos los hombres que aún no están dentro de ella, mirándola, te encuentren a Ti, camino, verdad y vida, y que en Ti sean enderezados al Padre en la unidad del Espíritu Santo.” (Pablo VI, 17-11-1963)

“Mas tú considera, te ruego, la prudencia del Señor y cómo sabe variar para utilidad de sus oyentes, pasando de los milagros a los discursos y de éstos nuevamente a los milagros. Porque fue así que, antes de subir al monte, había curado a muchos, como abriendo camino a sus palabras, y ahora, después de todo aquel largo razonamiento, otra vez vuelve a los milagros, confirmando los dichos con los hechos. Enseñaba Él como quien tiene autoridad. Pues bien, por que nadie pudiera pensar que aquel modo de enseñanza era pura altanería y arrogancia, eso mismo hacía en sus obras, curando como quien tiene autoridad. Así, ya no tenían derecho a escandalizarse de oírle enseñar con autoridad, pues con autoridad también obra los milagros: Bajado, en efecto, que hubo del monte, le fueron siguiendo grandes muchedumbres, y se acercó un leproso, diciéndole: Señor, si quieres, puedes limpiarme.” (S. Juan Crisóstomo, homilía 25)

—————————————————————

“La infalibilidad del Magisterio de la Iglesia

Jesucristo quiso que el Magisterio de los Pastores, a quienes confió el ministerio de enseñar el Evangelio a todo su pueblo y a toda la familia humana, estuviese dotado del conveniente carisma de la infalibilidad en materia de fe y costumbres. Como este carisma no es fruto de nuevas revelaciones de las que gocen el sucesor de Pedro y el Colegio episcopal, no se les dispensa de la necesidad de escrutar con los medios apropiados el tesoro de la divina Revelación contenido en las Sagradas Escrituras, que nos enseña sin corrupción la verdad que Dios ha querido que fuese escrita para nuestra salvación, y contenido también en la viva Tradición apostólica. En el cumplimiento de su misión, los Pastores de la Iglesia gozan de la asistencia providencial del Espíritu Santo, que alcanza su cumbre cuando instruyen al Pueblo de Dios, de tal modo que transmiten una doctrina necesariamente libre de error, en virtud de las promesas de Cristo hechas a Pedro y a los demás apóstoles.” (Mysterium ecclesiae 3)

—————————————————

“La Iglesia está llamada y comprometida a ejercer este tipo de autoridad, que es servicio, y no la ejerce a título personal, sino en el nombre de Jesucristo, que recibió del Padre todo poder en el cielo y en la tierra (cf. Mt 28, 18). A través de los pastores de la Iglesia, en efecto, Cristo apacienta su rebaño: es él quien lo guía, lo protege y lo corrige, porque lo ama profundamente. Pero el Señor Jesús, Pastor supremo de nuestras almas, ha querido que el Colegio apostólico, hoy los obispos, en comunión con el Sucesor de Pedro, y los sacerdotes, sus colaboradores más valiosos, participen en esta misión suya de hacerse cargo del pueblo de Dios, de ser educadores en la fe, orientando, animando y sosteniendo a la comunidad cristiana o, como dice el Concilio, «procurando personalmente, o por medio de otros, que cada uno de los fieles sea conducido en el Espíritu Santo a cultivar su propia vocación según el Evangelio, a la caridad sincera y diligente y a la libertad con que Cristo nos liberó» (Presbyterorum ordinis, 6). Todo pastor, por tanto, es el medio a través del cual Cristo mismo ama a los hombres: mediante nuestro ministerio —queridos sacerdotes—, a través de nosotros, el Señor llega a las almas, las instruye, las custodia, las guía.” (Benedicto XVI, Audiencia general 26-05-2010)



La Iglesia, Madre y Maestra

2032 La Iglesia, "columna y fundamento de la verdad" (1 Tm 3,15), "recibió de los apóstoles este solemne mandato de Cristo de anunciar la verdad que nos salva" (LG 17). "Compete siempre y en todo lugar a la Iglesia proclamar los principios morales, incluso los referentes al orden social, así como dar su juicio sobre cualesquiera asuntos humanos, en la medida en que lo exijan los derechos fundamentales de la persona humana o la salvación de las almas" (CIC, can. 747,2).

2033 El magisterio de los pastores de la Iglesia en materia moral se ejerce ordinariamente en la catequesis y en la predicación, con la ayuda de las obras de los teólogos y de los autores espirituales. Así se ha trasmitido de generación en generación, bajo la dirección y vigilancia de los pastores, el "depósito" de la moral cristiana, compuesto de un conjunto característico de normas, de mandamientos y de virtudes que proceden de la fe en Cristo y están vivificados por la caridad. Esta catequesis ha tomado tradicionalmente como base, junto al Credo y el Padrenuestro, el Decálogo que enuncia los principios de la vida moral válidos para todos los hombres.

2034 El romano pontífice y los obispos como "maestros auténticos por estar dotados de la autoridad de Cristo... predican al pueblo que tienen confiado la fe que hay que creer y que hay que llevar a la práctica" (LG 25). El magisterio ordinario y universal del Papa y de los obispos en comunión con él enseña a los fieles la verdad que han de creer, la caridad que han de practicar, la bienaventuranza que han de esperar.

2035 El grado supremo de la participación en la autoridad de Cristo está asegurado por el carisma de la infalibilidad. Esta se extiende a todo el depósito de la revelación divina (cf LG 25); se extiende también a todos los elementos de doctrina, comprendida la moral, sin los cuales las verdades salvíficas de la fe no pueden ser guardadas, expuestas u observadas (cf CDF, decl. "Mysterium ecclesiae" 3).

2036 La autoridad del Magisterio se extiende también a los preceptos específicos de la ley natural, porque su observancia, exigida por el Creador, es necesaria para la salvación. Recordando las precripciones de la ley natural, el Magisterio de la Iglesia ejerce una parte esencial de su función profética de anunciar a los hombres lo que son en verdad y de recordarles lo que deben ser ante Dios (cf. DH 14).

- El lunes 30 de enero a las 20.00 h. en el Palacio Ducal de Gandía tendremos la primera sesión de formación de "Los lunes compartidos" de Cáritas, con el tema de DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA. El ponente es el delegado episcopal de Cáritas Diocesana: D. José Máximo Lledó.

- El lunes 30 de enero a las 20.30 h. estará la reunión del IDR.

- El lunes 30 de enero a las 20.30 h el grupo de oración rezará las Visperas.

- El martes 31 de enero a las 7 de la tarde se retransmitirá el Santo Rosario para Radio María desde nuestra parroquia.

- Catequesis para jóvenes y adultos en los locales parroquiales los martes y los viernes a las 9.30 de la noche.

- El miércoles 1 de febrero a las 20.00 h. en los locales nuevos de la Parroquia de San Francisco de Borja de Gandía tendrá lugar la preparación del Encuentro de Catequistas de la Vicaría VIII. Este encuentro será el sábado 18 de febrero en el Colegio Calderón del Grau.

- El mismo miércoles, a las 20.30 h. estará la 2ª sesión del Curso del lector.

- El jueves 2, por ser 1º jueves de mes, estará la adoración del Santísimo al terminar la Misa, a las 20.30h.

- El viernes 3 tendrá lugar la visita ordinaria a los enfermos de la Parroquia a partir de las 10 h. Avisar también de que si tienen o conocen de algún familiar o amigo enfermo, nos lo comuniquen, para ir a visitarle el Equipo de Pastoral de la salud o administrarle los sacramentos.

- El sábado 4, en la Misa de las 18 h., los niños de 2º de comunión tendrán la celebración de la entrega de las Bienaventuranzas.

 

Donativos recibidos para los nuevos locales en la calle Ciudad de Laval:
Ingresados hasta el 13-01-2012: 53.715,72 €.
+ 887 €
Ingresados hasta el 13-01-2012:
54.6025,72 €.
Colabore en la cuenta que la parroquia tiene en
BANCAJA (Paseo Germanías 82)
2077-0249-55-1101860850

Del 30 de enero al 5 de febrero de 2012

Lunes 30.  19.30 h.: En sufragio de Rosendo Roche y Luis Borrull.

Martes 31. S. Juan Bosco. 19.30 h.: Sin intención.

Miércoles 1. 19.30 h.: Sin intención.

Jueves 2. Presentación del Señor. 19.30 h.: En sufragio de difuntos familia Ferrer-Puig.

Viernes 3. 19.30 h.: En sufragio de Rogelio Roselló.

Sábado 4. 18.00 h.: Con niños. En sufragio de difuntos familia García Estruch. 19.30 h.: En sufragio de Vicenta Peiró Castella. 21.00 h.: En sufragio de Octavio Monllor Colomina.

Domingo 5. V T.O. 12.00 h. Pro Pópulo

 

21 de enero de 2012

Discurso de Benedicto XVI a los miembros del Camino Neocatecumenal (20-1-2012)


Discurso de Benedicto XVI a los miembros del Camino Neocatecumenal (20-1-2012)


Principio del formulario
viernes, 20 de enero de 2012
Queridos hermanos y hermanas: También este año tengo la alegría de poder reunirme con vosotros y compartir este momento de envío a la misión. Vaya un saludo especial a Kiko Argüello, a Carmen Hernández y al sacerdote Mario Pezzi, junto con un saludo cariñoso a todos vosotros, sacerdotes, seminaristas, familias, formadores y miembros del Camino Neocatecumenal. Vuestra presencia hoy es un testimonio visible de vuestro gozoso empeño de vivir la fe, en comunión con toda la Iglesia y con el Sucesor de Pedro, y de ser anunciadores valientes del Evangelio.
En el pasaje de San Mateo que hemos escuchado, los Apóstoles reciben un mandato preciso de Jesús: «Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos» (Mt 28, 19). Inicialmente habían dudado; en su corazón aún había incertidumbre, estupor ante el acontecimiento de la Resurrección. Y es el propio Jesús, el Resucitado –según subraya el Evangelista–, quien se acerca a ellos, hace que perciban su presencia y los envía a enseñar todo lo que les ha comunicado, dándoles una certeza que acompaña a todo anunciador de Cristo: «Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos» (Mt 28, 21). Son palabras que resuenan poderosamente en vuestro corazón. Habéis cantado Resurrexit, que expresa la fe en el Viviente, en aquél que, en un acto supremo de amor, venció al pecado y a la muerte y le da al hombre –nos da a nosotros– el fervor del amor de Dios, la esperanza de ser salvados, un futuro de eternidad.
Durante estos decenios de vida del Camino, uno de vuestros compromisos firmes ha sido el de proclamar a Cristo resucitado, el de responder a sus palabras con generosidad, abandonando a menudo seguridades personales y materiales, llegando incluso a dejar el propio país, afrontando situaciones nuevas y no siempre fáciles. Llevar a Cristo a los hombres y a los hombres a Cristo: esto es lo que anima toda obra evangelizadora. Vosotros lo realizáis en un camino que, a quien ya ha recibido el bautismo, le ayuda a redescubrir la belleza de la vida de fe, la alegría de ser cristiano. «Seguir a Cristo» exige la aventura personal de buscarlo, de caminar con él, pero siempre implica también salir de la cerrazón del yo, quebrar el individualismo que frecuentemente caracteriza a nuestro tiempo, para sustituir el egoísmo por la comunidad del hombre nuevo en Jesucristo. Y ello acontece en una relación profunda con él, en la escucha de su palabra, al recorrer el camino que nos ha indicado; pero acontece también, indisociablemente, al creer con su Iglesia, con los santos, en los que el verdadero rostro de la Esposa de Cristo se da siempre a conocer, una y otra vez.
Se trata, como sabemos, de un compromiso no siempre fácil. A veces estáis presentes en lugares en los que se precisa un primer anuncio del Evangelio, la missio ad gentes; a menudo os encontráis, en cambio, en áreas que, aún habiendo conocido a Cristo, se han vuelto indiferentes hacia la fe, pues el laicismo ha eclipsado en ellas el sentido de Dios y ensombrecido los valores cristianos. Allí, vuestro compromiso y vuestro testimonio han de ser como la levadura, que, con paciencia, respetando los tiempos, con sensus Ecclesiæ, hace que crezca toda la masa. La Iglesia ha reconocido en el Camino un don especial que el Espíritu Santo ha otorgado a nuestros tiempos, y la aprobación de sus Estatutos y de su Directorio catequético dan fe de ello. Os animo a aportar vuestra contribución original a la causa del Evangelio. En vuestra valiosa labor, buscad siempre una comunión profunda con la Sede Apostólica y con los pastores de las Iglesias particulares en las que estáis insertados: la unidad y la armonía del cuerpo eclesial constituyen un importante testimonio de Cristo y de su Evangelio en el mundo en que vivimos.
Queridas familias: La Iglesia os da las gracias; os necesita para la nueva evangelización. Es la familia una célula importante para la comunidad eclesial en la que se forma con vistas a la vida humana y cristiana. Veo con gran alegría a vuestros hijos, a tantos niños que os contemplan, queridos padres, y que contemplan vuestro ejemplo. Un centenar de familias van a salir camino de doce misiones ad gentes. Os invito a no tener miedo: quien lleva el Evangelio nunca está solo. Saludo con afecto a los sacerdotes y a los seminaristas: amad a Cristo y a la Iglesia, comunicad la alegría de haberlo encontrado y la belleza de haberle entregado todo. Saludo también a los itinerantes, a los responsables y a todas las comunidades del Camino. ¡Seguid siendo generosos con el Señor, que no dejará que os falte su consuelo!
Hace poco os ha sido leído el Decreto por el que se aprueban las celebraciones presentes en el Directorio catequético del Camino Neocatecumenal, que, sin ser estrictamente litúrgicas, forman parte del itinerario de crecimiento en la fe. Es un elemento más que os muestra cómo la Iglesia os acompaña con atención en un discernimiento paciente que comprende vuestra riqueza, pero que atiende también a la comunión y a la armonía de todo el Corpus Ecclesiæ.
Este hecho me brinda la ocasión de formular una breve reflexión sobre el valor de la liturgia. El Concilio Vaticano II la define como obra de Cristo sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia (cf. Sacrosanctum Concilium, n. 7). A primera vista, esto podría sonar extraño, ya que la obra de Cristo parece designar las acciones redentoras históricas de Jesús: su pasión, muerte y resurrección. ¿En qué sentido es, pues, la liturgia obra de Cristo? La pasión, la muerte y la resurrección de Jesús no son sólo acontecimientos históricos: alcanzan y penetran la historia, pero la trascienden y permanecen siempre presentes en el corazón de Cristo. En la acción litúrgica de la Iglesia está la presencia activa de Cristo resucitado, que hace presente y eficaz para nosotros hoy el mismo misterio pascual, por nuestra salvación; nos atrae a ese acto de la entrega de sí que en su corazón está siempre presente y nos permite participar de esa presencia del misterio pascual. Esta obra del Señor Jesús, que es el contenido auténtico de la liturgia –entrar en la presencia del misterio pascual–, es también obra de la Iglesia, que, al ser su cuerpo, es un único sujeto con Cristo –«Christus totus caput et corpus», según dice San Agustín–.Al celebrar los sacramentos, Cristo nos sumerge en el misterio pascual para hacernos pasar de la muerte a la vida, del pecado a la existencia nueva en Cristo.
Ello se aplica de especialísima manera a la celebración de la eucaristía, que, al ser la cumbre de la vida cristiana, es también el eje de su redescubrimiento, hacia el que tiende el Neocatecumenado. Como rezan vuestros Estatutos, «la Eucaristía es esencial al Neocatecumenado, en cuanto catecumenado postbautismal, vivido en pequeña comunidad» (art. 13 § 1). Precisamente con vistas a favorecer un nuevo acercamiento a la riqueza de la vida sacramental por parte de personas que se han alejado de la Iglesia o que no han recibido una formación adecuada, los neocatecumenales pueden celebrar la eucaristía dominical en la pequeña comunidad, tras las Primeras Vísperas del domingo, conforme a las disposiciones del obispo diocesano (cf. Estatutos, art. 13 § 2). Pero toda celebración eucarística es acción del único Cristo en unión de su única Iglesia, y está por lo tanto abierta a cuantos pertenecen a esa su Iglesia. Este carácter público de la santa eucaristía halla expresión en el hecho de que toda celebración de la santa misa es dirigida, en última instancia, por el obispo, en su calidad de miembro del Colegio Episcopal, como responsable de una determinada Iglesia local (cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, n. 26). La celebración en las pequeñas comunidades, regulada por los libros litúrgicos–que han de seguirse fielmente– y con las particularidades aprobadas en los Estatutos del Camino, tiene la función de ayudar a cuantos recorren el itinerario neocatecumenal a percibir la gracia de estar insertados en el misterio salvífico de Cristo, que hace posible un testimonio cristiano capaz de asumir incluso los rasgos de la radicalidad. Contemporáneamente, la maduración progresiva en la fe del individuo y de la pequeña comunidad debe favorecer su inserción en la vida de la gran comunidad eclesial, que tiene en la celebración litúrgica parroquial –en la cual y para la cual se realiza el Neocatecumenado (cf. Estatutos, art. 6)– su forma ordinaria. Pero también durante el camino importa no separarse de la comunidad parroquial precisamente en la celebración de la Eucaristía, que es el lugar auténtico de la unidad de todos, donde el Señor nos abraza en los diferentes estados de nuestra madurez espiritual y nos une en el único pan que hace de nosotros un solo cuerpo (cf. 1 Cor 10, 16s).
¡Ánimo! El Señor no deja de acompañaros, y yo también os aseguro mi oración y os doy las gracias por vuestras muchas señales de cercanía. Os pido que también os acordéis de mí en vuestras oraciones. Que la Santa Virgen os asista con su maternal mirada y que os sostenga mi bendición apostólica, que hago extensiva a todos los miembros del Camino.
¡Gracias!

20 de enero de 2012

Domingo 22 de enero. 2 TO 2012 B

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com

Domingo 22 de enero de 2012.
 
                  Queridos hermanos:
Jesús es el enviado por el Padre. Trae una Buena Noticia que darnos. Esa Buena Noticia es Él mismo. Él ha sido “el primero y el más grande evangelizador.” (Pablo VI. Evangelii Nuntiandi 7). Misionero itinerante de esta Buena Noticia por toda Galilea, comienza así su ministerio: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
En este ministerio, sus palabras van unidas a sus obras o signos y a su misma persona. Pero el signo por excelencia es la comunidad reunida en su nombre, evangelizada y evangelizadora, pescada y pescadora: “al centro de todo, el signo al que Él atribuye una gran importancia: los pequeños, los pobres son evangelizados, se convierten en discípulos suyos, se reúnen "en su nombre" en la gran comunidad de los que creen en El… Ellos constituyen una comunidad que es a la vez evangelizadora.”. (Pablo VI. Evangelii Nuntiandi 12-13). La finalidad del anuncio de la Buena Noticia es la formación de la Iglesia. Los primeros llamados son unos hermanos: Andrés y Simón; Santiago y Juan. Cuatro personas. Siempre existe - decía el Cardenal Joseph Ratzinger en una conferencia -, “la tentación de la impaciencia, la tentación de buscar inmediatamente el gran éxito, de buscar los grandes números. Y este no es el método de Dios. Para el reino de Dios … siempre es válida la parábola del grano de mostaza”. Y añadió: Hace algunos años leí la biografía de un óptimo sacerdote de nuestro siglo, Padre Didimo, párroco de Bassano del Grappa (Veneto). En sus palabras se encuentran palabras de oro, fruto de una vida de oración y de meditación. Sobre nuestro tema, Don Didimo dice, por ejemplo: "Jesús predicaba durante el día y de noche rezaba" Con esta breve reflexión quería decir: Jesús debía adquirir de Dios a los discípulos. Esto mismo es siempre válido. No podemos ganar nosotros los hombres. Debemos obtenerlos de Dios para Dios. Todos los métodos están vacíos si no tienen en su base la oración. La palabra del anuncio siempre debe recubrir una vida de oración”. (Jubileo de los catequistas 10-12-2000).
Con humildad, conversión diaria, con “una reforma continua del pensar y obrar orientada a una identificación con Cristo cada más intensa” (cf. Congregación para la Doctrina de la fe. Nota doctrinal acerca de algunos aspectos de la Evangelización, 2007, nº 9), con la oración, uniendo nuestros sufrimientos a los de Cristo, ayudemos a Jesús a adquirir discípulos para Él.
Jesús, vuestro párroco
+ Lectura del santo evangelio según San Marcos 1, 14-20

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:
—«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su her­mano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo Jesús les dijo:
—«Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Palabra del Señor.
Señor Jesús, que llamas a tu Iglesia a la renovación, a la conversión y a la reforma permanente.
Señor Jesús, que en el inicio de tu ministerio público, estableces el camino de la unidad de los cristianos en la Evangelización y en la conversión a Ti, nuestra Buena Noticia enviada por el Padre.
Iluminados y guiados por tu Santo Espíritu, danos a conocer las exclusiones que hieren la caridad fraterna, los rechazos que deben ser perdonados, la obstinación en la condena de los otros, el desprecio derivado de la presunción, para que abandonando con urgencia las sendas del pecado, creamos en el Evangelio y brote la acción de gracias por la obra que el Espíritu realiza en las otras Comunidades cristianas, por el descubrimiento de ejemplos de santidad, por la experiencia de las riquezas ilimitadas de la comunión de los santos, por el contacto con aspectos impensables de la caridad cristiana.
Señor Jesús, te pedimos concedas a tu Iglesia redescubrir “la urgencia y la belleza” de anunciarte para que llegue el Reino de Dios. (Oración inspirada en Ut Unum Sint nº 15-16 y Verbum Dómini nº 93)
“Jesús les dijo: «Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.» ¡Feliz cambio de pesca!: Jesús les pesca a ellos, para que a su vez ellos pesquen a otros pescadores. Primero se hacen peces para ser pescados por Cristo; después ellos mismos pescarán a otros. «Jesús les dice: Venid en pos de mi, y os haré pescadores de hombres».
Y al instante, dejando sus redes, le siguieron. «Y al instante». La fe verdadera no conoce intervalo; tan pronto se oye, cree, sigue, y se convierte en pescador. «Al instante, dejando las redes». Yo pienso que en las redes dejaron los pecados del mundo. «Y le siguieron». No era, en efecto, posible que, siguiendo a Jesús, conservaran las redes. (San Jerónimo. Comentario al Evangelio según San Marcos).
.......................................................
“Jesús en persona es la «Buena Nueva», como él mismo afirma al comienzo de su misión en la sinagoga de Nazaret, aplicándose las palabras de Isaías relativas al Ungido, enviado por el Espíritu del Señor (cf. Lc. 4, 14-21). Al ser él la «Buena Nueva», existe en Cristo plena identidad entre mensaje y mensajero, entre el decir, el actuar y el ser. Su fuerza, el secreto de la eficacia de su acción consiste en la identificación total con el mensaje que anuncia; proclama la «Buena Nueva» no sólo con lo que dice o hace, sino también con lo que es”. (Bto. Juan Pablo II. Redemptoris Missio 13)
.......................................................
La Iglesia llama a todos a esta conversión ... Hoy la llamada a la conversión, que los misioneros dirigen a los no cristianos, se pone en tela de juicio o pasa en silencio. Se ve en ella un acto de «proselitismo»; se dice que basta ayudar a los hombres a ser más hombres o más fieles a la propia religión; que basta formar comunidades capaces de trabajar por la justicia, la libertad, la paz, la solidaridad. Pero se olvida que toda persona tiene el derecho a escuchar la « Buena Nueva » de Dios que se revela y se da en Cristo, para realizar en plenitud la propia vocación. (Bto. Juan Pablo II. Redemptoris Missio, 46)
.......................................................
"Convertirse" significa: volver a pensar - poner en discusión el propio y el común modo de vivir; dejar entrar a Dios en los criterios de la propia vida; no juzgar más simplemente según las opiniones corrientes. Convertirse significa, por lo tanto, no vivir como viven todos, no hacer como hacen todos, no sentirse justificados en acciones dudosas, ambiguas, malvadas por el hecho que otros hacen lo mismo; comenzar a ver la propia vida con los ojos de Dios; buscar, por lo tanto, el bien, aún cuando es incómodo; no hacerlo pensando en el juicio de la mayoría, de los hombres, sino en el juicio de Dios - con otras palabras: buscar un nuevo estilo de vida, una vida nueva. (...) salir de la propia suficiencia, descubrir y aceptar la propia indigencia - indigencia de los otros y del Otro, de su perdón, de su amistad. La vida no convertida es autojustificación (yo no soy peor de los demás); la conversión es la humildad de confiarse al amor del Otro, amor que se vuelve medida y criterio de mi propia vida. Aquí debemos tener presente el aspecto social de la conversión. En efecto, la conversión es, ante todo, un acto muy personal y es personalización. (...) Anunciando la conversión también debemos ofrecer una comunidad de vida, un espacio común del nuevo estilo de vida. No se puede evangelizar sólo con las palabras; el Evangelio crea vida, crea comunidad de camino; una conversión puramente individual no tiene consistencia... (Card. Joseph Ratzinger. La Nueva Evangelización. Jubileo de los catequistas. 10-12-2000).

27. El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios; y Dios no cesa de atraer hacia sí al hombre hacia sí, y sólo en Dios encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar:

La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la comunión con Dios. El hombre es invitado al diálogo con Dios desde su nacimiento; pues no existe sino porque, creado por Dios por amor, es conservado siempre por amor; y no vive plenamente según la verdad si no reconoce libremente aquel amor y se entrega a su Creador (GS 19,1).

518. Todo lo que Jesús hizo, dijo y sufrió, tuvo como finalidad restablecer al hombre caído en su vocación primera.

541. "Después que Juan fue preso, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva" (Mc 1, 15). "Cristo, por tanto, para hacer la voluntad del Padre, inauguró en la tierra el Reino de los cielos" (LG 3). Pues bien, la voluntad del Padre es "elevar a los hombres a la participación de la vida divina" (LG 2). Lo hace reuniendo a los hombres en torno a su Hijo, Jesucristo. Esta reunión es la Iglesia, que es sobre la tierra "el germen y el comienzo de este Reino" (LG 5).

542. Cristo es el corazón mismo de esta reunión de los hombres como "familia de Dios". Los convoca en torno a él por su palabra, por sus señales que manifiestan el reino de Dios, por el envío de sus discípulos.

Durante cinco sesiones la Parroquia ofrece un Curso sobre el Ministerio del Lector que impartirá D. Arturo Monllor.
Sobre esto dice la Ordenación General del Misal Romano:
99. El lector es instituido para proclamar las lecturas de la sagrada Escritura, excepto el Evangelio. Puede también proponer las intenciones de la oración universal, y, a falta de salmista, proclamar el salmo responsorial. El lector tiene un ministerio propio en la celebración eucarística (cf. 194-198), ministerio que debe ejercer por sí mismo.
101. Si falta un lector instituido, desígnese otros laicos para proclamar las lecturas de la sagrada Escritura, con tal que sean verdaderamente idóneos para desempeñar este oficio y estén esmeradamente formados, de modo que los fieles, al escuchar las lecturas divinas, conciban en su corazón un suave y vivo amor a la sagrada Escritura. (OGMR)
1. El domingo 22 de enero es la Jornada de la Infancia misionera.
2. El mismo domingo a las 5 de la tarde será la reunión con jóvenes para orar con la Palabra de Dios.
3. El lunes 23 de enero a las 20.00 h. tendrá lugar la Formación Arciprestal de catequistas en los nuevos locales parroquiales sobre cuestiones de catequética fundamental.
4. El lunes 23 de enero a las 20.30 h. reunión de formación con el grupo de oración.
5. Catequesis para jóvenes y adultos en los locales parroquiales los martes y los viernes a las 9.30 de la noche.
6. El miércoles 25 de enero a las 20.30 h. comienza el Curso sobre el Ministerio del Lector que impartirá D. Arturo Monllor. Serán cinco sesiones. Invitar a todos los que ejercen este ministerio en la parroquia.
7. El jueves 26 de enero a las 5 de la tarde el Sr. Arzobispo bendecirá el Centro de Acogida de Transeúntes, una vez acabadas las obras. Es fruto de la celebración del V Centenario del nacimiento de San Francisco de Borja.
8. Del 27 al 31 de enero la segunda comunidad neocatecumenal peregrina a Roma y Loreto.
9. El sábado 28 de enero en la misa de 6 de la tarde se hará entrega del Decálogo a los niños.
Donativos recibidos para los nuevos locales en la calle Ciudad de Laval:
Ingresados hasta el 13-01-2012: 53.615,72 €.
+ 100 €
Ingresados hasta el 13-01-2012:
53.715,72 €.
Colabore en la cuenta que la parroquia tiene en
BANCAJA (Paseo Germanías 82)
2077-0249-55-1101860850

Del 23 al 29 de enero de 2012
Lunes 23. 19.30 h.: En sufragio de José Antonio Cabanilles.  
Martes 24. S. Francisco de Sales. 19.30 h.: En sufragio de José Diaz Fernández e Isabel Fernández. 
Miércoles 25. Conversión de S. Pablo. 19.30 h.: Sin intención. 
Jueves 26. Stos. Timoteo y Tito. 19.30 h.: Sin intención.  
Viernes 27. 19.30 h.: Sin intención.  
Sábado 28. IV T.O. 18.00 h.: Con niños. Sin intención. 19.30 h.: Sin intención. 21.00 h.: Sin intención.  
Domingo 29. IV T.O. 12.00 h. Pro Pópulo