4 de abril de 2020

Reflexiones sobre la Palabra. Migajas 15

“¡Ánimo! Que soy yo; no temáis” (15)


Esperando contra toda esperanza


Queridos hermanos:

Esperando contra toda esperanza. Así vivió Noé en el arca al ver pasar un mes tras otro.
Así vivió Abraham. Esperando contra toda esperanza. Y la llegada del Señor le encontró a Abraham esperando, 24 años después de recibir la promesa. Estaba Abraham en lo más caluroso del día esperando. Y tres hombres se le presentaron, los acogió y preparó un banquete durante el cual le dijeron que al año tendría un hijo. (Cf. Génesis 18, 1-15). En esos hombres acogió a Dios mismo.
Aunque las esperanzas puestas en los propios planes se desvanezcan (Job 17,11), no desaparece la verdadera esperanza, que es “Cristo Jesús, esperanza nuestra” (1 Timoteo 1,1).
Escuchemos la Palabra de Dios que renueva en nosotros “la esperanza de la gloria” (Colosenses 1,27) que es Cristo, y no cedamos a la pereza a la hora de leer o escuchar la Palabra de Dios; no cedamos a la incredulidad. Estamos recluidos en casa, pero no hagamos vacaciones de fe, esperanza y caridad.
Y así podamos estar en vela cuando venga el final de esta travesía en el arca de esta vida y llegue nuestro Esposo (cf. Mateo 24, 37-44). Como San Pablo, esto es lo que os deseo: “que el Dios de la esperanza os colme de alegría y de paz viviendo vuestra fe, para que desbordéis de esperanza por la fuerza del Espíritu Santo” (Romanos 15,13).
Jesús, vuestro párroco

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