6 de marzo de 2020

Domingo 8 de marzo de 2020. 2 CUA A

   
                 Queridos hermanos:
La semana pasada en el primer domingo de cuaresma estábamos en el monte de las Tentaciones, en el monte de la cuarentena. Ya Jesús había proclamado el amor que el Padre tiene a todos los hombres, justos e injustos, en el monte de las Bienaventuranzas.
Este domingo estamos en el monte de la Transfiguración. Y nos estamos preparando para subir al monte de la agonía (el Monte de los Olivos) y al monte de su Pasión (el Monte Calvario), donde muera nuestro hombre viejo y renazca una nueva creatura. Todos estos montes son anticipos del monte de la ascensión, donde nuestra carne será glorificada en la resurrección, unidos a Jesús resucitado. El monte es el “lugar de máxima cercanía de Dios” (Benedicto XVI. Jesús de Nazaret. Pág. 123).
La semana pasada el diablo llevó a Jesús a un monte donde le enseñó los “reinos del mundo y su gloria”. La tentación de convertir el monte en un lugar donde subir sin bajar. En un lugar de huida de la realidad, de escapar del monte de los Olivos o del monte Calvario. Jesús nos enseña que para subir a ese monte de la Ascensión y de su resurrección es necesario pasar por los otros dos: de la agonía y su pasión en cruz. Y por eso debe bajar.
San Pedro, siguiendo su impulso natural de preservar al Maestro de la muerte que había anunciado unos días antes, le habla de quedarse: «Señor, ¡qué bueno es que estemos aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» Quedémonos, pues en este monte. Pero este monte de la Transfiguración trae la Revelación que hace Jesús de su gloria, acompañado de Moisés y de Elías Y además  “consolida la fe en el corazón de los discípulos, les prepara al drama de la Cruz y anticipa la gloria de la resurrección.” (San Juan Pablo II. Vita Consacrata 15). Consolida, prepara y anticipa. En este monte somos iluminados por el Sol de la Caridad de Cristo; vestidos con la vestidura blanca de los resucitados, que nos lleva a proclamar lo bien que se está con el Señor, a gustar y ver lo bueno que es el Señor; nos lleva a dejarnos envolver por el abrazo de la nube luminosa, esto es, del Espíritu Santo; a que resuene en nuestros oídos y corazones la Palabra del Padre que nos invita a escuchar a su Hijo. Desde esta experiencia que consolida la fe, prepara para la cruz y anticipa la gloria de la resurrección no temamos bajar de la montaña a nuestra vida diaria con Jesús solo, siempre con Él. Estamos llamados a ser uno con Jesús, a ser uno con la Luz. Para ello bajemos el monte, bajemos de nuestro orgullo y suficiencia de vida, carguemos con la cruz y escuchemos la Palabra de Jesús que nos purifica para ser luz con Él.
Jesús, vuestro párroco
+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 17, 1-9

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y subió con ellos aparte a un monte alto.
Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.
De repente se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.
Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús:
«Señor, ¡qué bueno es que estemos aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y una voz desde la nube decía:
«Éste es mi Hijo, el amado, en quien me complazco. Escuchadlo.»
Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto.
Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo:
«Levantaos, no temáis.»
Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:
«No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
Palabra del Señor.
La Transfiguración
554   A partir del día en que Pedro confesó que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo, el Maestro "comenzó a mostrar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén, y sufrir ... y ser condenado a muerte y resucitar al tercer día" (Mt 16, 21): Pedro rechazó este anuncio (cf. Mt 16, 22-23), los otros no lo comprendieron mejor (cf. Mt 17, 23; Lc 9, 45). En este contexto se sitúa el episodio misterioso de la Transfiguración de Jesús (cf. Mt 17, 1-8: 2 P 1, 16-18), sobre una montaña, ante tres testigos elegidos por él: Pedro, Santiago y Juan. El rostro y los vestidos de Jesús se pusieron fulgurantes como la luz, Moisés y Elías aparecieron y le "hablaban de su partida, que estaba para cumplirse en Jerusalén" (Lc 9, 31). Una nube les cubrió y se oyó una voz desde el cielo que decía: "Este es mi Hijo, mi elegido; escuchadle" (Lc 9, 35).

555   Por un instante, Jesús muestra su gloria divina, confirmando así la confesión de Pedro. Muestra también que para "entrar en su gloria" (Lc 24, 26), es necesario pasar por la Cruz en Jerusalén. Moisés y Elías habían visto la gloria de Dios en la Montaña; la Ley y los profetas habían anunciado los sufrimientos del Mesías (cf. Lc 24, 27). La Pasión de Jesús es la voluntad por excelencia del Padre: el Hijo actúa como siervo de Dios (cf. Is 42, 1). La nube indica la presencia del Espíritu Santo.

556 En el umbral de la vida pública se sitúa el Bautismo; en el de la Pascua, la Transfiguración. Por el bautismo de Jesús "fue manifestado el misterio de la primera regeneración": nuestro bautismo; la Transfiguración "es el sacramento de la segunda regeneración": nuestra propia resurrección (Santo Tomás, s.th. 3, 45, 4, ad 2). Desde ahora nosotros participamos en la Resurrección del Señor por el Espíritu Santo que actúa en los sacramentos del Cuerpo de Cristo. La Transfiguración nos concede una visión anticipada de la gloriosa venida de Cristo "el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo" (Flp 3, 21). Pero ella nos recuerda también que "es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios" (Hch 14, 22):
Pedro no había comprendido eso cuando deseaba vivir con Cristo en la montaña (cf. Lc 9, 33). Te ha reservado eso, oh Pedro, para después de la muerte. Pero ahora, él mismo dice: Desciende para penar en la tierra, para servir en la tierra, para ser despreciado y crucificado en la tierra. La Vida desciende para hacerse matar; el Pan desciende para tener hambre; el Camino desciende para fatigarse andando; la Fuente desciende para sentir la sed; y tú, ¿vas a negarte a sufrir? (S. Agustín, serm. 78, 6).

568 La Transfiguración de Cristo tiene por finalidad fortalecer la fe de los Apóstoles ante la proximidad de la Pasión: la subida a un "monte alto" prepara la subida al Calvario. Cristo, Cabeza de la Iglesia, manifiesta lo que su cuerpo contiene e irradia en los sacramentos: "la esperanza de la gloria" (Col 1, 27).
EL EVANGELIO COMENTADO POR EL PAPA

El Evangelio de este segundo domingo de Cuaresma nos presenta la narración de la Transfiguración de Jesús (cf. Mateo 17, 1-9). Se lleva aparte a tres apóstoles: Pedro, Santiago y Juan, Él subió con ellos a un monte alto, y allí ocurrió este singular fenómeno: el rostro de Jesús «se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz» (v. 2). De tal manera el Señor hizo resplandecer en su misma persona la gloria divina que se podía percibir con la fe en su predicación y en sus gestos milagrosos. Y la transfiguración es acompañada, en el monte, con la aparición de Moisés y de Elías, «que conversaban con él» (v. 3).
La “luminosidad” que caracteriza este evento extraordinario simboliza el objetivo: iluminar las mentes y los corazones de los discípulos para que puedan comprender claramente quién es su Maestro. Es un destello de luz que se abre de repente sobre el misterio de Jesús e ilumina toda su persona y toda su historia.
Ya en marcha hacia Jerusalén, donde deberá padecer la condena a muerte por crucifixión, Jesús quiere preparar a los suyos para este escándalo —el escándalo de la cruz—, para este escándalo demasiado fuerte para su fe y, al mismo tiempo, preanunciar su resurrección, manifestándose como el Mesías, el Hijo de Dios. Y Jesús les prepara para ese momento triste y de tanto dolor. En efecto, Jesús estaba demostrando ser un Mesías diverso respecto a lo que se esperaba, a lo que ellos imaginaban sobre el Mesías, como fuese el Mesías: no un rey potente y glorioso, sino un siervo humilde y desarmado; no un señor de gran riqueza, signo de bendición, sino un hombre pobre que no tiene donde apoyar su cabeza; no un patriarca con numerosa descendencia, sino un célibe sin casa ni nido. Es de verdad una revelación de Dios invertida, y el signo más desconcertante de esta escandalosa inversión es la cruz. Pero precisamente a través de la cruz Jesús alcanzará la gloriosa resurrección, que será definitiva, no como esta transfiguración que duró un momento, un instante.
Jesús transfigurado sobre el monte Tabor quiso mostrar a sus discípulos su gloria no para evitarles pasar a través de la cruz, sino para indicar a dónde lleva la cruz. Quien muere con Cristo, con Cristo resurgirá. Y la cruz es la puerta de la resurrección. Quien lucha junto a Él, con Él triunfará. Este es el mensaje de esperanza que la cruz de Jesús contiene, exhortando a la fortaleza en nuestra existencia. La Cruz cristiana no es un ornamento de la casa o un adorno para llevar puesto, la cruz cristiana es un llamamiento al amor con el cual Jesús se sacrificó para salvar a la humanidad del mal y del pecado. En este tiempo de Cuaresma, contemplamos con devoción la imagen del crucifijo, Jesús en la cruz: ese es el símbolo de la fe cristiana, es el emblema de Jesús, muerto y resucitado por nosotros. Hagamos que la cruz marque las etapas de nuestro itinerario cuaresmal para comprender cada vez más la gravedad del pecado y el valor del sacrificio con el cual el Redentor nos ha salvado a todos nosotros. La Virgen Santa supo contemplar la gloria de Jesús escondida en su humanidad. Nos ayude a estar con Él en la oración silenciosa, a dejarnos iluminar por su presencia, para llevar en el corazón, a través de las noches más oscuras, un reflejo de su gloria. (Francisco. Ángelus. 12-marzo-2017).

ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS
POR LA MUJER
Señor Jesús, damos contigo gracias al Padre por todas la mujeres y por cada una: por las madres, las hermanas, las esposas; por las mujeres consagradas a Dios en la virginidad, por las mujeres dedicadas a tantos y tantos seres humanos que esperan el amor gratuito de otra persona; por las mujeres que velan por el ser humano en la familia, la cual es el signo fundamental de la comunidad humana; por las mujeres que trabajan profesionalmente, mujeres cargadas a veces con una gran responsabilidad social; por las mujeres " perfectas " y por las mujeres " débiles".
Gracias Señor por todas ellas, tal como salieron de tu corazón en toda la belleza y riqueza de su femineidad, tal como han sido abrazadas por tu amor eterno; tal como, junto con los hombres, peregrinan en esta tierra que es la patria de la familia humana, que a veces se transforma en “un valle de lágrimas”. Tal como asumen, juntamente con el hombre, la responsabilidad común por el destino de la humanidad, en las necesidades de cada día y según aquel destino definitivo que los seres humanos tienen en Ti. Te pedimos, Señor, que las mujeres sean reconocidas debidamente, valorizadas, para que redunden en común beneficio de la Iglesia y de la humanidad, y se descubran a sí mismas en el misterio de tu amor.
(Inspirado en San Juan Pablo II. Mulieris Dignitatem nº 31)
ALGUNAS FRASES EN TORNO
A LA
EUTANASIA

1.
“Yo pido la eutanasia para mí y no se la impongo a nadie”
La eutanasia se presenta como un acto individual sin ninguna repercusión social.

En realidad, la ley tiene verdadera capacidad para imponer. La legalización de la eutanasia precipitaría graves consecuencias sociales. Los más débiles estarían más desamparados; los ancianos y los enfermos se verían arrastrados a pensar que son menos dignos y valiosos; algunos incluso podrían ser fácilmente eliminados sin su consentimiento y se introduciría un factor de desconfianza en la familia y en los profesionales de la medicina.

2
“Mi vida es mía y hago con ella lo que me da la gana”
Cierta cultura actual considera al hombre como el único actor de su vida.

La vida es nuestra, pero no está a nuestra disposición como si fuera una finca o una cuenta bancaria. Curiosamente se afirma la autonomía personal para poder acabar con es autonomía.
La vida es digna porque tiene su origen y destino en Dios. El carácter trascendente de la vida, como el de la libertad, se muestra en que no podemos renunciar dignamente a ninguna de las dos.
Fuente: Conferencia Episcopal Española.
¿DÓNDE ESTÁ

TU HERMANO?
Queremos invitar a la comunidad parroquial a ser custodios, guardianes de sus hermanos, colaborando con su aportación en las diversas necesidades que aparecerán en la cruz que pondremos a la entrada de la Iglesia.

Podréis entregar las ayudas en sobres donde se especifique la ayuda concreta o entregándolo a los sacerdotes o en el buzón parroquial. Muchas gracias en nombre de los que más lo necesitan.
Por otro lado, el Equipo de Cáritas requiere cambiar su equipo informático por quedarse obsoleto. Solicitamos también su ayuda generosa para esto.
1. Durante toda la cuaresma, de lunes a viernes, a las 6’30 de la mañana, se reza la oración comunitaria de Laudes en el Templo parroquial de modo solemne y cantado.
2. Todos los viernes de Cuaresma son días de abstinencia de comer carne. El Sr. Arzobispo suele dispensar de la abstinencia el viernes anterior a las fiestas de San José.
3. El viernes a las 18.30 h. se rezará el Rosario y a las 19.00 h. el Ejercicio del Vía Crucis.
4. El viernes 13 de marzo es el aniversario de la elección del Papa Francisco. Os invitamos a orar por el papa.
5. ANIVERSARIO ADORACIÓN PERPETUA: Con motivo de la celebración del Aniversario de la Adoración Perpetua en Gandía, el domingo 8 de marzo, se celebrará una Eucaristía en la Parroquia de la Sagrada Familia a las 18.00 h.. Posteriormente se trasladará el Santísimo hasta la capilla de Santa Clara.
6. El lunes 9 de marzo a las 10.15 h. se reunirá el Equipo de Pastoral de la Salud.
7. El lunes 9 de marzo a las 20.30 h. en los locales nuevos habrá reunión con los padres de los jóvenes que están en la Pastoral de Postconfirmación.
8. El martes 10 de marzo a las 20.30 h. habrá una sesión de formación de Liturgia.
9. Campaña arreglo ventanales viviendas parroquiales. Pagado el segundo ventanal hemos iniciado la recogida de donativos para el 3er ventanal. Sobrante segundo ventanal 20 €. + 1 donativo de 50 € y uno de 20 €= 90 €.
Donativos en BANKIA ES83-2038-6230-7530-0042-0970
Del 9 al 15 de marzo de 2020
Lunes 9. Sta. Francisca Romana.  19.30 h.: En sufragio de: Amparo Buendía Mena.
Martes 10. 19.30 h.: En sufragio de: Rvdo. D. José Morant Deusa.
Miércoles 11. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Olaso - Martínez.
Jueves 12. 19.30 h.: Sin intención.
Viernes 13. 19.30 h.: Sin intención.
Sábado 14. Por la tarde: TERCER DOMINGO DE CUARESMA.
18.00 h.: Con niños. En sufragio de: José Mascarell Martí .
19.30 h.: Sin intención.
21.00 h.: En sufragio de: José Antonio Lozano y Vicente Lloret.
Domingo 15. TERCER DOMINGO DE CUARESMA.
10.00 h.: Sin intención. 11.30 h.: Pro Pópulo.
19.30 h.: En sufragio de: Raimundo Cerro, Consuelo Martínez y Luis Molina.
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Puedes descargar la Hoja Parroquial:

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