28 de febrero de 2020

Domingo 1 de marzo de 2020. 1 CUA A.

   
                     Queridos hermanos:
La Cuaresma es un tiempo para ser guiados por el Espíritu Santo: “Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu.” A lo largo de los días y semanas nuestra vida es llevada tantas veces por el Maligno, por los demonios, por pensamientos contrarios a la salud espiritual. Vivimos muchas veces en una ignorancia de Dios, en una ignorancia de la enfermedad de nuestra alma, en una ignorancia de la gravedad del pecado. A través de la Cuaresma el Señor viene a ayudarnos a que sea el Espíritu Santo el que guíe nuestra vida haciéndonos salir de nuestros “Egiptos”, y como antaño al pueblo de Israel, llevándonos al desierto.
La Cuaresma es un tiempo para ser guiados por el Espíritu Santo al desierto. Y en el desierto aflora lo que llevamos en el corazón. El desierto es un lugar para conocerse a uno mismo, conocer sus enfermedades interiores y para conocer la Santidad de Dios, su compasión y su misericordia.
La Cuaresma es un tiempo para ser guiados por el Espíritu Santo al desierto para ser tentados por el diablo. El desierto se convierte en un lugar de combate, de lucha, de batalla contra las fuerzas del Maligno que se han instalado de tal forma en nuestro corazón que ni nos hemos dado cuenta. Pues el pecado captura la inteligencia, causa ignorancia, desatención y olvido de Dios, sometimiento a las pasiones desordenadas, la inteligencia se ciega, la persona se vuelve pesada, sin poder discernir, teniendo pensamientos enfermos. (cf. Jean Claude Larchet. Terapéutica de las enfermedades espirituales. Pág. 49-50). Por el pecado el hombre se separa de Dios. Pero también se separa de sí mismo. Y se separa del prójimo. Las tres armas que se nos entregaron el miércoles de ceniza son para combatir en esta batalla. Pero son también una medicina para nuestra enfermedad: ayuno, oración y limosna o misericordia. Todo ello con la ayuda de la fuerza que tiene la Palabra de Dios, que como una espada, no permite combatir contra la serpiente.
La Cuaresma es un tiempo para alimentarnos de Dios, para obedecer a Dios, para servir a Dios.
El tentador intenta separar a Jesús del rostro de su Padre interponiéndose. Propone a Jesús algo minúsculo, apenas nada, que, al margen de Dios, transforme unas piedras que hay en el desierto en pan. Luego intenta que Jesús se suicide saliéndose del plan de Dios Padre sobre Jesús. Luego su deseo es que le adore, que Jesús adore a Satanás. Jesús, a través de cada respuesta sacada de la misma Palabra de Dios, mantiene su rostro puesto en el Padre: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios." El Padre es mi alimento. "No tentarás al Señor, tu Dios." Me fio de mi Padre y le obedezco.  "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto." Solo sirvo a Dios.
Pongámonos en gracia, pidamos la gracia del Espíritu Santo, unámonos a Jesús vencedor en las tentaciones.
Jesús, vuestro párroco
+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 4, 1-11

En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
El tentador se le acercó y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.»
Pero él le contestó:
«Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios."»
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a los ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras."»
Jesús le dijo:
«También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios."»
De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, y le dijo:
«Todo esto te daré, si te postras y me adoras.»
Entonces le dijo Jesús:
«Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto."»
Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y le servían.
Palabra del Señor.

Las Tentaciones de Jesús 
538  Los Evangelios hablan de un tiempo de soledad de Jesús en el desierto inmediatamente después de su bautismo por Juan: "Impulsado por el Espíritu" al desierto, Jesús permanece allí sin comer durante cuarenta días; vive entre los animales y los ángeles le servían (cf. Mc 1, 12-13). Al final de este tiempo, Satanás le tienta tres veces tratando de poner a prueba su actitud filial hacia Dios. Jesús rechaza estos ataques que recapitulan las tentaciones de Adán en el Paraíso y las de Israel en el desierto, y el diablo se aleja de él "hasta el tiempo determinado" (Lc 4, 13).

539  Los evangelistas indican el sentido salvífico de este acontecimiento misterioso. Jesús es el nuevo Adán que permaneció fiel allí donde el primero sucumbió a la tentación. Jesús cumplió perfectamente la vocación de Israel: al contrario de los que anteriormente provocaron a Dios durante cuarenta años por el desierto (cf. Sal 95, 10), Cristo se revela como el Siervo de Dios totalmente obediente a la voluntad divina. En esto Jesús es vencedor del diablo; él ha "atado al hombre fuerte" para despojarle de lo que se había apropiado (Mc 3, 27). La victoria de Jesús en el desierto sobre el Tentador es un anticipo de la victoria de la Pasión, suprema obediencia de su amor filial al Padre.

540 La tentación de Jesús manifiesta la manera que tiene de ser Mesías el Hijo de Dios, en oposición a la que le propone Satanás y a la que los hombres (cf Mt 16, 21-23) le quieren atribuir. Es por eso por lo que Cristo venció al Tentador a favor nuestro: "Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado" (Hb 4, 15). La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto.
EL EVANGELIO COMENTADO POR EL PAPA

“En este primer domingo de Cuaresma, el Evangelio nos introduce en el camino hacia la Pascua, mostrando a Jesús que permanece durante cuarenta días en el desierto, sometido a las tentaciones del diablo (cf Mateo 4, 1-11). Este episodio se coloca en un momento preciso de la vida de Jesús: justo después del bautismo en el río Jordán y antes del ministerio público. Él acaba de recibir la investidura solemne: el Espíritu de Dios ha descendido sobre Él, el Padre del Cielo lo ha declarado: «Este es mi Hijo amado» (Mateo 3, 17). Jesús ya está preparado para empezar su misión; y ya que esta tiene un enemigo declarado, es decir Satanás, Él lo afronta enseguida, “cuerpo a cuerpo”. El diablo hace presión precisamente en el título de “Hijo de Dios” para alejar a Jesús del cumplimiento de su misión: «Si eres Hijo de Dios...», lo repite (vv. 3.6), y le propone hacer gestos milagrosos —hacer el “mago”— como trasformar las piedras en pan para saciar su hambre, y tirarse abajo desde el muro del templo y hacerse salvar por los ángeles. A estas dos tentaciones, sigue la tercera: adorarle a él, el diablo, para tener el dominio sobre el mundo (cf v. 9).
Mediante esta triple tentación, Satanás quiere desviar a Jesús del camino de la obediencia y de la humillación –porque sabe que así, por este camino, el mal será derrotado— y llevarlo por el falso atajo del éxito y de la gloria. Pero las flechas venenosas del diablo son todas “paradas” por Jesús con el escudo de la Palabra de Dios (vv. 4.7.10) que expresa la voluntad del Padre. Jesús no dice ninguna palabra propia: responde solamente con la Palabra de Dios.
Y así el Hijo, lleno de la fuerza del Espíritu Santo, sale victorioso del desierto.
Durante los cuarenta días de la Cuaresma, como cristianos estamos invitados a seguir las huellas de Jesús y afrontar el combate espiritual contra el maligno con la fuerza de la Palabra de Dios. No con nuestra palabra, no sirve. La Palabra de Dios: esa tiene la fuerza para derrotar a satanás. Por esto es necesario familiarizarse con la Biblia: leerla a menudo, meditarla, asimilarla. La Biblia contiene la Palabra de Dios, que es siempre actual y eficaz. Alguno ha dicho: ¿qué sucedería si usáramos la Biblia como tratamos nuestro móvil? ¿Si la llevásemos siempre con nosotros, o al menos el pequeño Evangelio de bolsillo, qué sucedería?; si volviésemos atrás cuando la olvidamos: tú te olvidas el móvil —¡oh!—, no lo tengo, vuelvo atrás a buscarlo; si la abriéramos varias veces al día; si leyéramos los mensajes de Dios contenidos en la Biblia como leemos los mensajes del teléfono, ¿qué sucedería? Claramente la comparación es paradójica, pero hace reflexionar. De hecho, si tuviéramos la Palabra de Dios siempre en el corazón, ninguna tentación podría alejarnos de Dios y ningún obstáculo podría hacer que nos desviáramos del camino del bien; sabríamos vencer las sugestiones diarias del mal que está en nosotros y fuera de nosotros; nos encontraríamos más capaces de vivir una vida resucitada según el Espíritu, acogiendo y amando a nuestros hermanos, especialmente a los más débiles y necesitados, y también a nuestros enemigos.
La Virgen María, icono perfecto de la obediencia a Dios y de la confianza incondicional a su voluntad, nos sostenga en el camino cuaresmal, para que nos pongamos en dócil escucha de la Palabra de Dios para realizar una verdadera conversión del corazón.” (Francisco. Ángelus. 5-marzo 2017).




ORACIÓN ANTE LA CRUZ
“Mirar que me mira”
Ponte delante de Cristo crucificado en un coloquio de miradas. Y tras mirarlo un rato, detenidamente, escúchale decirte: “mira cómo te he amado…”, “mira cómo me has puesto…”, “mira cómo debes de amar”.
Todo eso me lo dice con su mirada. Mirada que penetra y traspasa. Mirada que me descubre que soy amado. Mirada que me enseña a mirar a cada hombre desde su Corazón. Me amó hasta entregarse por mi. Y también… le amó hasta entregarse por él. También se entregó con mi prójimo. Sólo podemos amar desde el amor de Jesús, desde su corazón, desde la eucaristía.
Contempla y descubre la vergüenza de no estar a la altura; Contempla la sabiduría de Cristo y tu ignorancia, su omnipotencia y tu debilidad, su justicia y tu iniquidad, su bondad y tu maldad. Pide la gracia de la vergüenza que nos lleva siempre a la humildad.
VALORACIÓN
MORAL

La legalización de prácticas como la eutanasia y el suicidio asistido pretende mostrar como un bien un proceder del todo inaceptable, tanto médicamente como desde una perspectiva bioética, basada en el respeto a la dignidad humana y su defensa en toda circunstancia.

Abordar el sufrimiento humano pretendiendo eliminar a las personas que lo padecen es, ante todo, un fracaso del sistema asistencial, pero también de la sociedad moderna que, lejos de suprimir a los débiles y sufrientes, debería dedicarles los mejores esfuerzos y recursos disponibles, precisamente porque son los que más los necesitan.


En el estado actual de la medicina y la práctica clínica, estos recursos existen, son eficaces para aliviar el sufrimiento de los enfermos crónicos o terminales y constituyen, a través de los cuidados paliativos de calidad, la herramienta que procura el trato digno que toda persona merece en atención a su inviolable dignidad, máxime cuando padece un estado de dependencia absoluta.
(Fuente: Observatorio Bioética UCV).

La Asociación Médica Mundial (AMM), que representa a las organizaciones médicas colegiales de todo el mundo, afirmaba en su resolución adoptada en octubre de 2019 en su septuagésima asamblea general: «La AMM se opone firmemente a la eutanasia y al suicidio con ayuda médica. Para fines de esta declaración, la eutanasia se define como el médico que administra deliberadamente una substancia letal o que realiza una intervención para causar la muerte de un paciente con capacidad de decisión por petición voluntaria de este. El suicidio con ayuda médica se refiere a los casos en que, por petición voluntaria de un paciente con capacidad de decisión, el médico permite deliberadamente que un paciente ponga fin a su vida al prescribir o proporcionar substancias médicas cuya finalidad es causar la muerte. Ningún médico debe ser obligado a participar en eutanasia o suicidio con ayuda médica, ni tampoco debe ser obligado a derivar un paciente con este objetivo». (Cf. Conferencia Episcopal Española. Sembradores de Esperanza. Introducción).
Recogida de donativos para el 2º ventanal.
Presupuesto 650 €.
630 € + dos donativos de 10 € + uno de 20 €
Recaudado hasta hoy 670 €.
¡¡¡¡¡PAGADO EL SEGUNDO VENTANAL!!!!!
Iniciamos recogida de donativos para el 3er ventanal.
Sobrante segundo ventanal 20 €.
Donativos en BANKIA
ES83-2038-6230-7530-0042-0970 

1. Durante toda la cuaresma, de lunes a viernes, a las 6’30 de la mañana, se reza la oración comunitaria de Laudes en el Templo parroquial de modo solemne y cantado.
Todos los viernes de Cuaresma son días de abstinencia de comer carne. A las 18.30 h. se rezará el Rosario y a las 19.00 h. el Ejercicio del Vía Crucis.
2. ANIVERSARIO ADORACIÓN PERPETUA: Con motivo de la celebración del Aniversario de la Adoración Perpetua en Gandía, el domingo 8 de marzo, se celebrará una Eucaristía en la Parroquia de la Sagrada Familia a las 18.00 h.. Posteriormente se trasladará el Santísimo hasta la capilla de Santa Clara.
Del 2 al 8 de marzo de 2020
Lunes 2.  19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Ferrer - Puig;  Alberto Belda Serra; José Santacatalina; Concepción Camarena.
Martes 3. 19.30 h.: Sin intención.
Miércoles 4. San Casimiro. 19.30 h.: En sufragio de: José Jaime Gutiérrez Segura
Jueves 5. 19.30 h.: Sin intención.:
Viernes 6. 19.30 h.: Sin intención.
Sábado 7.  Por la mañana: Santas Perpetua y Felicidad.
Por la tarde: SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA.
18.00 h.: Con niños. En sufragio de: Dif. Fam. García - Estrúch; María Pilar Escrivá Blanes y Rocío Cardona. 19.30 h.: Sin intención. 21.00 h.: Sin intención.
Domingo 8. SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA.
10.00 h.: Sin intención. 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: En sufragio de: Antonio Casanova.
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Puedes descargar la Hoja Parroquial:

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