21 de marzo de 2020

Reflexiones sobre la Palabra. Migajas. Instrucciones.

MIGAJAS DURANTE LA CUARESMA EN CUARENTENA

Instrucciones de uso

1. Estas migajas pueden ser leídas y rumiadas personalmente o en familia.
2. Como en una reunión familiar de oración, se puede colocar un pequeño mantel blanco, una vela encendida, una plantita, una cruz, algún icono o imagen de la Virgen María, y la Biblia. Puede cada uno tener su Biblia.
3. Siempre conviene al empezar invocar el Espíritu Santo tras una oración improvisada que dé gracias a Dios por permitir la reunión de oración con la Palabra de Dios y pida su gracia.
4. Se puede comenzar leyendo la migaja.
5. Tras ello se entresacan las citas. Suele haber al menos cuatro, una de cada parte de la Biblia (Pentateuco, profetas-libros históricos-libros sapienciales, Nuevo Testamento y Evangelio).
6. Se buscan esas citas en la Biblia y tras ello se van leyendo.
7. Tras cada lectura se puede hacer eco o resonancia de lo que se ha proclamado.
8. Para el eco pueden servir estas preguntas que propone el Papa Francisco:

“La lectura espiritual. Hay una forma concreta de escuchar lo que el Señor nos quiere decir en su Palabra y de dejarnos transformar por el Espíritu. Consiste en la lectura de la Palabra de Dios en un momento de oración para permitirle que nos ilumine y nos renueve. (Francisco. Evangelii Gaudium 152). “En la presencia de Dios, en una lectura reposada del texto, es bueno preguntar, por ejemplo: « Señor, ¿qué me dice a mí este texto? ¿Qué quieres cambiar de mi vida con este mensaje? ¿Qué me molesta en este texto? ¿Por qué esto no me interesa? », o bien: « ¿Qué me agrada? ¿Qué me estimula de esta Palabra? ¿Qué me atrae? ¿Por qué me atrae? ». (Francisco. Evangelii Gaudium 153).

9. Tras los ecos se puede hacer un momento de silencio para oración personal.
10. Luego se pueden formular algunas peticiones o acciones de gracias.
11. A continuación el Padrenuestro y la oración del Papa a la Virgen María en este tiempo de prueba:

Oh María,
Tú resplandeces siempre
en nuestro camino
como signo de salvación y esperanza.
Nosotros nos encomendamos a Ti,
salud de los enfermos,
que ante la Cruz
fuiste asociada al dolor de Jesús
manteniendo firme tu fe.
Tú, Madre de Dios de los Desamparados,
sabes lo que necesitamos
y estamos seguros
de que proveerás para que,
como en Caná de Galilea,
pueda regresar la alegría y la fiesta
después de este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor,
a conformarnos a la voluntad del Padre
y a hacer lo que nos dirá Jesús,
que ha tomado sobre sí
nuestros sufrimientos.
Y ha tomado sobre sí nuestros dolores
para llevarnos, a través de la Cruz,
al gozo de la Resurrección. Amén.
Bajo tu protección,
buscamos refugio,
Santa Madre de Dios.
No desprecies las súplicas
de los que estamos en la prueba
y líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!

12. Concluye con la bendición del Padre de familia a toda la familia con la oración de San Francisco:

“El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor.
El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz”. (Nm 6, 24-26)
El Señor te bendiga.

No hay comentarios: