26 de marzo de 2010

Domingo de Ramos. domingo 28 de marzo

HOJA

PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja

Email de la parroquia: sfb500@gmail.com

Domingo 28 de marzo de 2010

 


Queridos hermanos:

Comenzamos la Semana Santa inaugurada por el Domingo de Ramos, en el que se celebran las dos caras centrales del misterio pascual: la vida o el triunfo, mediante la procesión de ramos en honor de Cristo Rey, y la muerte o el fracaso, con la lectura de la Pasión correspondiente a los evangelios sinópticos.
Al celebrar litúrgicamente su entrada en Jerusalén, nos asociamos a su seguimiento. Jesús va a Jerusalén a padecer, a morir por nosotros en la cruz, a amar hasta el extremo, y arrastrar tras de sí a los redimidos a la Jerusalén celestial, a la Casa del Padre, al abrazo eterno de Dios.
Hay muchas formas de seguir a Jesús, pero seguimos a uno sólo: nuestro maestro, nuestro Rey, nuestro hermano mayor, nuestro Señor Jesucristo. Podemos seguirlo como la muchedumbre que se despojaba del hombre viejo y alfombraba el camino con los mantos. Podemos seguirlo como la masa de los discípulos, que, entusiasmados, se pusieron a alabar a Dios a gritos por todos los milagros que habían visto. Podemos seguirlo como Pedro arrepentido, como el ladrón esperanzado, como el centurión romano que asombrado glorifica a Dios por lo visto.
Pero sobre todo, podemos seguirlo como lo hizo el asno (es la mejor forma). Dirá San Agustín: “No te avergüences de ser jumento para el Señor. Llevarás a Cristo, no errarás la marcha por el camino: sobre ti va sentado el Camino. ¿Os acordáis de aquel asno presentado al Señor? Nadie sienta vergüenza: aquel asno somos nosotros. Vaya sentado sobre nosotros el Señor y llámenos para llevarle a donde él quiera. Somos su jumento y vamos a Jerusalén. Siendo él quien va sentado, no nos sentimos oprimidos, sino elevados. Teniéndole a él por guía, no erramos: vamos a él por él; no perecemos.” (Sermón 189,4).
Jesús, vuestro párroco

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 23, 33-49
Y, cuando llegaron al lugar llamado «La Calavera», lo crucificaron allí, a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: — «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.» Y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte. El pueblo estaba mirando. Las autoridades le hacían muecas, diciendo: — «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.»
Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: — «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.» Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: «Éste rey de los judíos.»
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo:
— «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.»
Pero el otro le increpaba: — «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada.» Y decía: — «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.» Jesús le respondió:
— «Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.»
Era ya eso de mediodía, y vinieron las tinieblas sobre toda la región, hasta la media tarde; porque se oscureció el sol. El velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús, clamando con voz potente, dijo: — «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.» Y, dicho esto, expiró.
El centurión, al ver lo que pasaba, daba gloria a Dios, diciendo: — «Realmente, este hombre era justo.»
Toda la muchedumbre que había acudido a este espectáculo, habiendo visto lo que ocurría, se volvía dándose golpes de pecho. Todos sus conocidos se mantenían a distancia, y lo mismo las mujeres que lo habían seguido desde Galilea y que estaban mirando.
Palabra del Señor.


La entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén

559 ¿Cómo va a acoger Jerusalén a su Mesías? Jesús rehuyó siempre las tentativas populares de hacerle rey (cf. Jn 6, 15), pero elige el momento y prepara los detalles de su entrada mesiánica en la ciudad de "David, su Padre" (Lc 1,32; cf. Mt 21, 1-11). Es aclamado como hijo de David, el que trae la salvación ("Hosanna" quiere decir "¡sálvanos!", "Danos la salvación!"). Pues bien, el "Rey de la Gloria" (Sal 24, 7-10) entra en su ciudad "montado en un asno" (Za 9, 9): no conquista a la hija de Sión, figura de su Iglesia, ni por la astucia ni por la violencia, sino por la humildad que da testimonio de la Verdad (cf. Jn 18, 37). Por eso los súbditos de su Reino, aquel día fueron los niños (cf. Mt 21, 15-16; Sal 8, 3) y los "pobres de Dios", que le aclamaban como los ángeles lo anunciaron a los pastores (cf. Lc 19, 38; 2, 14). Su aclamación "Bendito el que viene en el nombre del Señor" (Sal 118, 26), ha sido recogida por la Iglesia en el "Sanctus" de la liturgia eucarística para introducir al memorial de la Pascua del Señor.
560 La entrada de Jesús en Jerusalén manifiesta la venida del Reino que el Rey-Mesías llevará a cabo mediante la Pascua de su Muerte y de su Resurrección. Con su celebración, el domingo de Ramos, la liturgia de la Iglesia abre la Semana Santa.



“En la procesión del domingo de Ramos nos unimos a la multitud de los discípulos que, con gran alegría, acompañan al Señor en su entrada en Jerusalén. Como ellos, alabamos al Señor aclamándolo por todos los prodigios que hemos visto. Sí, también nosotros hemos visto y vemos todavía ahora los prodigios de Cristo: cómo lleva a hombres y mujeres a renunciar a las comodidades de su vida y a ponerse totalmente al servicio de los que sufren; cómo da a hombres y mujeres la valentía para oponerse a la violencia y a la mentira, para difundir en el mundo la verdad; cómo, en secreto, induce a hombres y mujeres a hacer el bien a los demás, a suscitar la reconciliación donde había odio, a crear la paz donde reinaba la enemistad.
La procesión es, ante todo, un testimonio gozoso que damos de Jesucristo, en el que se nos ha hecho visible el rostro de Dios y gracias al cual el corazón de Dios se nos ha abierto a todos. En el evangelio de san Lucas, la narración del inicio del cortejo cerca de Jerusalén está compuesta en parte, literalmente, según el modelo del rito de coronación con el que, como dice el primer libro de los Reyes, Salomón fue revestido como heredero de la realeza de David (cf. 1 R 1, 33-35). Así, la procesión de Ramos es también una procesión de Cristo Rey: profesamos la realeza de Jesucristo, reconocemos a Jesús como el Hijo de David, el verdadero Salomón, el Rey de la paz y de la justicia.
Reconocerlo como rey significa aceptarlo como aquel que nos indica el camino, aquel del que nos fiamos y al que seguimos. Significa aceptar día a día su palabra como criterio válido para nuestra vida. Significa ver en él la autoridad a la que nos sometemos. Nos sometemos a él, porque su autoridad es la autoridad de la verdad. La procesión de Ramos es —como sucedió en aquella ocasión a los discípulos— ante todo expresión de alegría, porque podemos conocer a Jesús, porque él nos concede ser sus amigos y porque nos ha dado la clave de la vida. Pero esta alegría del inicio es también expresión de nuestro "sí" a Jesús y de nuestra disponibilidad a ir con él a dondequiera que nos lleve. Por eso, la exhortación inicial de la liturgia de hoy interpreta muy bien la procesión también como representación simbólica de lo que llamamos "seguimiento de Cristo": "Pidamos la gracia de seguirlo", hemos dicho. La expresión "seguimiento de Cristo" es una descripción de toda la existencia cristiana en general. ¿En qué consiste? ¿Qué quiere decir en concreto "seguir a Cristo"? Al inicio, con los primeros discípulos, el sentido era muy sencillo e inmediato: significaba que estas personas habían decidido dejar su profesión, sus negocios, toda su vida, para ir con Jesús. Significaba emprender una nueva profesión: la de discípulo. El contenido fundamental de esta profesión era ir con el maestro, dejarse guiar totalmente por él. Así, el seguimiento era algo exterior y, al mismo tiempo, muy interior. El aspecto exterior era caminar detrás de Jesús en sus peregrinaciones por Palestina; el interior era la nueva orientación de la existencia, que ya no tenía sus puntos de referencia en los negocios, en el oficio que daba con qué vivir, en la voluntad personal, sino que se abandonaba totalmente a la voluntad de Otro. Estar a su disposición había llegado a ser ya una razón de vida. Eso implicaba renunciar a lo que era propio, desprenderse de sí mismo, (...) Se trata de un cambio interior de la existencia. Me exige que ya no esté encerrado en mi yo, considerando mi autorrealización como la razón principal de mi vida. Requiere que me entregue libremente a Otro, por la verdad, por amor, por Dios que, en Jesucristo, me precede y me indica el camino.” (Benedicto XVI. Homilía Domingo de Ramos 1-4-2001).




“El cura de Ars dominaba su cuerpo con vigilias y ayunos para evitar que opusiera resistencia a su alma sacerdotal. Y se mortificaba voluntariamente en favor de las almas que le habían sido confiadas y para unirse a la expiación de tantos pecados oídos en confesión. A un hermano sacerdote, le explicaba: “Le diré cuál es mi receta: doy a los pecadores una penitencia pequeña y el resto lo hago yo por ellos”.
(De la carta del Papa Benedicto XVI para la convocación de un año sacerdotal con ocasión del 150 aniversario del dies natalis del santo cura de Ars)



«Confúndanse los hombres, que yo, Dios y Hombre, abajé del cielo a la tierra y dejé mi tierra propia para salvar al hombre, y tú, hombre, no quieres dejar la tuya propia, que es el pecado, por servirme. Confúndete, que primero te amé yo a ti que tú a mí. Confúndete, que primero te serví yo a ti que tú a mí. ¡Oh, confusión grande para el hombre, que me ve atado a la columna con las reliquias de los azotes y con las heridas de amor, y tú no te desatas de la columna del pecado (San Francisco de Borja. Colirio Espiritual).


Señor Dios, Padre Nuestro,
te damos gracias por los sacerdotes,
que son un regalo y un signo de tu amor. Ellos nos manifiestan tu corazón bueno y rico en misericordia, nos ofrecen
la salvación de Jesús y nos ayudan a vivir en el Espíritu Santo. Concédenos pastores
según tu corazón, bendice a los seminaristas,
y haz que no falten en la Iglesia niños y jóvenes
que sigan la vocación sacerdotal.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



1. El Domingo de Ramos 28 de marzo a las 11.00 h. de la mañana en el templo de las esclavas, tendrá lugar la bendición de palmas y ramos, la procesión de Domingo de Ramos y al llegar al Templo se celebrará la Eucaristía.
2. El Domingo de Ramos a las 6 de la tarde tendremos un encuentro con los educadores y catequistas para empezar a preparar el Campamento de verano con los niños y jóvenes en Orea en la segunda quincena de julio.
3. Oración de Laudes en la Parroquia en la Semana Santa: lunes, martes y miércoles santos a las 6.30 de la mañana. Jueves, viernes y sábado santos a las 11.00 de la mañana.
Durante los Laudes habrán diversas actividades para los niños de 3 a 12 años con sus catequistas.
4. Celebraciones comunitarias del Perdón: el lunes santo a las 20.30 horas en Cristo Rey. El martes santo en Sta. Mª Magdalena (Beniopa), Palacio de los jesuitas y San Cristóbal tras la misa vespertina. El miércoles santo en la Sagrada Familia a las 19.30 h. y a las 20.30 horas en nuestra parroquia. De la 9 a 11 de la mañana del jueves santo en nuestra parroquia, también se podrá recibir el sacramento del Perdón.
5. La Colecta del Jueves Santo será para Cáritas parroquial. La del Viernes Santo para Tierra Santa. La de la Vigilia Pascual y del domingo de resurrección extraordinaria para la obra de los nuevos locales.
6. El viernes santo es un día de ayuno y abstinencia. Es recomendable extender el ayuno y la abstinencia hasta la celebración de la solemne Vigilia Pascual.
7. La limpieza general del Templo será después de los Laudes del Sábado Santo.
8. Durante la Vigilia Pascual habrá servicio de guardería en los locales. También les rogamos lleven pequeñas campanitas para los niños para el canto del “Gloria”. Al finalizar se les hará a los niños que hayan asistido un dulce obsequio.
9. Se está organizando una peregrinación a Santiago de Compostela del 3 al 9 de julio. Ya hay casi 40 personas apuntadas. Invitarles a inscribirse de cara a la reserva hotelera.
10. Visita y comunión de enfermos en la Semana Santa: el lunes santo desde las 10.00 h. de la mañana.



Tras la reunión en que se presentó el proyecto de los nuevos locales en Ciudad de Laval, a lo largo de esta semana, se han recibido 5.350 € de donativos para estos nuevos locales. Al comentarse que podría ampliarse la Aportación Mensual a la Iglesia (A.M.E.), o bien darse de alta en el A.M.E., o bien aportar un donativo, como si de una “derrama” se tratara, la reacción no se ha hecho esperar. Agradecemos la generosidad de los donantes. El Señor recompensará con el ciento por uno a personas tan generosas y esperemos contagie a muchos otros. Muchas gracias. Han sido ingresados en la cuenta que la parroquia tiene en Caixa Ontinyent, c. Madrid 38: 2045-6028-12-0000095170

De no esperar que los difuntos resucitarían, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos; mas si consideraba que una magníficarecompensa está reservada a los que duermen piadosamente, era unpensamiento santo y piadoso.
2 Macabeos 12, 44-45

 Del 29 de marzo al 4 de abril de 2010
Lunes santo 29.  19.30 h.: En sufragio de: Rosendo Roche.
Martes santo 30. 19.30 h.: En sufragio de: Carmen Escolano Escrivá.
Miércoles santo 31. 19.30 h.: En sufragio de: Manuel Francés y Enrique Reig; Joaquín Castelló Terrades. 20.30 h.: Celebración comunitaria del Perdón.
Jueves santo 1. 11.00 h.: Laudes. A la misma hora diversas actividades para los niños de 3 a 12 años. 20.00 h.: Misa de la Cena del Señor. Al finalizar habrá turnos de vela ante el Monumento 22.30 h.: Hora Santa.

Viernes santo 2. 8.00 h.: Vía Crucis por las calles del Barrio. 11.00 h.: Laudes. A la misma hora diversas actividades para los niños de 3 a 12 años. 16.30 h.: Celebración de la Pasión del Señor.
Sábado santo 3. 11.00: Laudes. A la misma hora diversas actividades para los niños de 3 a 12 años.
22.00: Solemne Vigilia Pascual. Intenciones pasan al sábado 10 de abril.
Domingo de resurrección 4. 12.00 h. Pro Pópulo.

Les invitamos a solicitar en el despacho la celebración de intenciones particulares o misas en sufragio.

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