Ninguno enciende una vela para después esconderla, sino para ponerla en el candelabro y que alumbre a todos.
Un grupo de escolapios lleva años (re)descubriendo un sorprendente misterio: la maravillosa capacidad de los niños para la oración contemplativa. Ninguna cosa que se pueda decir al respecto hace justicia a la realidad de esos encuentros de oración en que los niños pequeños  se acercan a Jesús.
Se trata de una experiencia que se está difundiendo desde los colegios de escolapios del Levante español y desde algunas parroquias que están asumiendo esta "nueva" realidad como parte integral de la educación en la fe de los niños. Aún no son muchos los lugares donde los pequeños pueden disfrutar de este don, pero cada vez son más quienes lo conocen y lo dan a conocer.
Aquí os dejo un enlace a una entrevista con Gonzalo Carbó, el presbítero que conoce este oratorio desde sus orígenes.
Si en vuestra parroquia o colegio no conocen esto, podéis pedir a los responsables que se informen y que espabilen.
A la Iglesia no paran de salirle brotes, y éste es uno de los más asombrosos que hemos conocido. A los escolapios no les está resultando fácil llevarlo adelante, porque si el grano de trigo no muere, no puede dar fruto.
Pero el oratorio de niños pequeños bien vale la Escuela Pía.
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