29 de febrero de 2024

Domingo 3 de Marzo de 2024

DOMINGO 3º DE CUARESMA. CICLO B

 En este tercer domingo de cuaresma, la Palabra de Dios nos trae el relato de la expulsión de los mercaderes del templo, que es quizás uno de los más “duros” de los evangelios y nos invita también a nosotros hoy a purificarnos. San Ignacio enseña que “en las personas que van de pecado mortal en pecado mortal”, mientras que el mal espíritu les propone placeres aparentes para facilitarles la caída, el buen espíritu “usa contrario modo, punzándoles y remordiéndoles las conciencias...”

Dios a veces pega, y pega fuerte, para hacernos salir del pecado –que tiene mucho de comercio en un lugar santo-.
La dureza de Dios sobre nosotros es para hacernos reaccionar, así como Jesús con los vendedores del Templo. No es lícito profanar la Casa de Dios y nosotros mismos y nuestros semejantes somos casa de Dios. Y en esa Casa, Jesús, actúa como dueño de casa y a veces con el látigo en la mano.

 

+ Lectura del santo Evangelio según San Juan 2,13-25.

Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: «Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio.»
Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu Casa me consumirá.
Entonces los judíos le preguntaron: «¿Qué signo nos das para obrar así?»
Jesús les respondió: «Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar.»
Los judíos le dijeron: «Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»
Pero él se refería al templo de su cuerpo.
Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado.
Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de Pascua, muchos creyeron en su Nombre al ver los signos que realizaba. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba que lo informaran acerca de nadie: él sabía lo que hay en el interior del hombre.

Formación en la fe

Preguntas Frecuentes sobre la Cuaresma

 ¿A QUÉ NOS INVITA LA IGLESIA EN LA CUARESMA?

La Iglesia persiste en invitarnos a hacer de este tiempo como un retiro espiritual en el que el esfuerzo de meditación y de oración debe estar sostenido por un esfuerzo de mortificación personal cuya medida, a partir de este mínimo, es dejada a la libertad y generosidad de cada uno.

¿QUÉ DEBE SEGUIRSE DE VIVIR LA CUARESMA?
Si se vive bien la Cuaresma, deberá lograrse una auténtica y profunda CONVERSIÓN personal, preparándonos, de este modo, para la fiesta más grande del año: el Domingo de la Resurrección del Señor.

 ¿QUÉ ES LA CONVERSIÓN?

Convertirse es reconciliarse con Dios, apartarse del mal, para establecer la amistad con el Creador.
Supone e incluye el arrepentimiento y la Confesión de todos y cada uno de nuestros pecados.
Una vez en gracia (sin conciencia de pecado mortal), hemos de proponernos cambiar desde dentro (en actitudes) todo aquello que no agrada a Dios.

¿POR QUÉ SE DICE QUE LA CUARESMA ES UN “TIEMPO FUERTE” Y UN “TIEMPO PENITENCIAL”?
“Los tiempos y los días de penitencia a lo largo del año litúrgico (el tiempo de CUARESMA, cada viernes en memoria de la muerte del Señor) son momentos fuertes de la práctica penitencial de la Iglesia. Estos tiempos son particularmente apropiados para los ejercicios espirituales, las liturgias penitenciales, las peregrinaciones como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna, la comunicación cristiana de bienes (obras caritativas y misioneras).” (Catecismo Iglesia Católica, n. 1438)

¿CÓMO CONCRETAR MI DESEO DE CONVERSIÓN?
De diversas maneras, pero siempre realizando obras de conversión, como son, por ejemplo:
1.Acudir al Sacramento de la Reconciliación (Sacramento de la Penitencia o Confesión) y hacer una buena confesión: clara, concisa, concreta y completa.
2.Superar las divisiones, perdonando y crecer en espíritu fraterno.
3.Practicando las Obras de Misericordia.

4.Con el ayuno, la oración personal y la limosna.

 Rincón de oración

 ORAR  ES...

ORAR EN CUARESMA

CAMINANDO HACIA LA PASCUA: LA CUARESMA

La celebración de la Cuaresma en la Iglesia se remonta a finales del siglo II. Es un período de preparación a la Pascua, con unos días de ayuno que van a dar lugar, finalmente, a los cuarenta días inspirados en el tiempo que Jesús pasó en el desierto en oración, ayunando y tentado por el demonio, referencia clara a los años del Pueblo de Dios en el desierto.


Es toda la Iglesia la que está llamada a la renovación espiritual en este tiempo, insistiendo en la vivencia de oración, caridad y ayuno. Es un tiempo con fuerte carácter bautismal expresado en la liturgia, de forma especial, en los últimos domingos, e insistiendo en la escucha asidua de la palabra y una especial dedicación a la oración.

La Cuaresma, en la pedagogía expresada por la Iglesia en su liturgia, hace una clara y profunda referencia al misterio de Cristo que camina hacia Jerusalén para el cumplimiento de su Pascua, arrastrando a toda la Iglesia hacia el momento de su "hora", momento decisivo en la historia de la salvación.

Para el creyente es tiempo de vivir la conversión, sabiendo que esta transformación es siempre un encuentro con Cristo que le pide y hace vivir, con la fuerza del Espíritu, un camino más consciente en la fe, reviviendo con mayor intensidad la dimensión de bautizados, en escucha a la palabra de Dios que le llama todos los días a cambiar la vida con un dinamismo que le hace crecer en la dimensión trinitaria de su fe.

Desde tiempos antiguos los pecadores eran invitados, al comenzar la Cuaresma, a recibir la imposición de la ceniza y, con ésta, a realizar las penitencias impuestas por los pecados públicos. Al desaparecer las penitencias públicas este gesto se extiende a todos los cristianos y, a partir de la reforma conciliar, con la invitación: "convertíos y creed en el Evangelio", ésta se convierte en toda una máxima para vivir este tiempo de gracia.

Cuaresma es el tiempo en que el cristiano tiene que actualizar y vivir la conciencia de la propia limitación, de la perdida de los puntos de referencia en su vida, lejanía del horizonte que parece que se pierde, visiones de realidades ficticias, tentaciones que invitan a correr hacia un mañana que no se ve nada claro ni fiable. En definitiva, para el creyente, es: caminar por el desierto como el primer Pueblo de Dios que al final, por su fidelidad a la Alianza, encuentra y entra en la Tierra Prometida. Es vivir la soledad del desierto en la montaña, como el Señor, donde es tentado y servido por los ángeles por su fidelidad a la voluntad del Padre.

Cuaresma es el gran símbolo de la vida terrena del hombre de fe que camina entre la incertidumbre de lo tangible, que lo agota y no sacia, y el deseo de una realidad prometida tocada por la fe. Es tiempo para la conversión, con oración y penitencia.

Actividades parroquiales

 Horario de Misas

De lunes a sábado.. 19:30 h.

Domingos .............. 10:00—11:30 h

Rezo del Santo Rosario

De lunes a sábado .. 19:00 h.

Exposición del Santísimo

Jueves .................... 18:30—19:30 h.

Domingos .............. 10:30—11:30 h.

Confesiones

Media hora antes a cada Misa

Cuando alguien lo solicite

Despacho Parroquial

Martes, miércoles

y jueves ................ 18:00—19:00 h.

 Cáritas Parroquial

Atención los miércoles de 18 a 19 h. en los locales de Ciudad de Laval, 30.

Tiempo de Cuaresma

Jueves 18:30 h: al comienzo de la Exposición del Santísimo, meditación.

Viernes 19:00 h.: Oración del Via Crucis.

Ayuno: implica a las personas desde los 18 a los 59 años.

Abstinencia: implica a las personas desde los 14 años en adelante.

Son días de ayuno y abstinencia el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo

Son días de abstinencia los viernes.

 El ejemplo de los Santos

8 de MARZO: SAN JUAN DE DIOS   "Jesucristo me dé gracia para que yo tenga un hospital, donde recoger los desamparados y faltos de juicio, y servirles como yo deseo".

Nacido año 1495 en el pueblo portugués de Montemor o Novo, del obispado de Évora, Portugal y muere en Granada el año 1550 a la edad de 55 años, siendo considerado uno de los tesoros de la ciudad. La fama de Juan es grande en Granada: acoge a todos los pobres inválidos que encuentra, a los niños huérfanos y abandonados, visita y rehabilita a muchas mujeres prostitutas, y todo sin renta fija, salvo la limosna en la cual es verdadero maestro, "¿quién se hace bien a sí mismo dando a los pobres de Cristo?" -sería su lema cotidiano. El corazón encendido de Juan, contrasta con el fuego del Hospital Real en llamas el día 3 de julio de 1549. En el mes de enero de 1550, tratando de salvar a un joven que se estaba ahogando en el río Genil, enfermó gravemente. En el lecho de muerte a Juan le queda la herencia que entrega al arzobispo y a su sucesor, Antón Martín: libro de las deudas y los enfermos asistidos. Así se continúa la obra de Juan de Dios hasta nuestros días. Juan muere el día 8 de marzo de 1550.


No hay comentarios: