15 de febrero de 2024

Domingo 18 de febrero de 2024.

DOMINGO 1º DE CUARESMA. CICLO B

 Iniciamos este domingo la cuaresma, y las lecturas nos introducen a lo que será nuestra experiencia anual de conversión. Para andar este camino de conversión debemos ser conscientes que no lo podemos andar solos, sin la ayuda del Señor; por eso en el Evangelio de este domingo escuchamos lo que le sucedió a Jesús. Marcos es muy escueto al narrar este momento de la vida de Jesús, pero en sus pocas palabras encontramos lo esencial de la experiencia de Jesús..

Escuchamos como Jesús es guiado POR EL ESPIRITU hacia el desierto.  ¿A qué iba Jesús al desierto? Lo más seguro es que Jesús caminaba por el desierto buscando encontrarse con Dios, su Padre. Entonces el desierto es un lugar de encuentro, de renovación de la alianza que Israel había hecho con Dios en el desierto. Por este motivo la presencia del Espíritu es primordial; pues es Él quien transforma el corazón del hombre, es el Espíritu de Dios quien nos permite encontrarnos frente a frente con el Señor y por último es por Él por quien se puede vivir la alianza con Dios. La cuaresma es también el tiempo del Espíritu, pues nos impulsa también a nosotros a renovar nuestra relación con el Señor. Pensemos esta semana en una virtud que queramos trabajar toda la cuaresma, puede ser la caridad, la sensibilidad hacia quien está sufriendo, la paciencia, la prudencia, etc. Dejémonos guiar durante estos cuarenta días por el Espíritu guardándonos de las tentaciones y reconociendo a Dios en todo lo que nos rodea.

+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1,12-15.

                En aquel tiempo, el Espíritu impulsó a Jesús a retirarse al desierto, donde permaneció cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivió allí entre animales salvajes, y los ángeles le servían.

                Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios y decía: “Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Arrepiéntanse y crean en el Evangelio”.

Formación en la fe

Interrumpimos los temas sobre liturgia para proponer unas reflexiones sobre la Cuaresma que nos ayuden a conocer mejor las características de este tiempo para mejor vivir esta preparación personal a la celebración de la Pascua, verdadero “tiempo fuerte” para el cristiano. 

Preguntas Frecuentes sobre la Cuaresma

¿QUÉ ES LA CUARESMA?
Llamamos Cuaresma al período de cuarenta días (quadragesima) reservado a la preparación de la Pascua, y señalado por la última preparación de los catecúmenos que deberían recibir en ella el bautismo.

¿DESDE CUÁNDO SE VIVE LA CUARESMA?
Desde el siglo IV se manifiesta la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.

¿POR QUÉ LA CUARESMA EN LA IGLESIA CATÓLICA?
“La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de la Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto” (n. 540).

¿CUÁL ES, POR TANTO, EL ESPÍRITU DE LA CUARESMA?
Debe ser como un retiro colectivo de cuarenta días, durante los cuales la Iglesia, proponiendo a sus fieles el ejemplo de Cristo en su retiro al desierto, se prepara para la celebración de las solemnidades pascuales, con la purificación del corazón, una práctica perfecta de la vida cristiana y una actitud penitencial.

¿QUÉ ES LA PENITENCIA?
La penitencia, traducción latina de la palabra griega
metanoia que en la Biblia significa la conversión (literalmente el cambio de espíritu) del pecador, designa todo un conjunto de actos interiores y exteriores dirigidos a la reparación del pecado cometido, y el estado de cosas que resulta de ello para el pecador.
Literalmente cambio de vida, se dice del acto del pecador que vuelve a Dios después de haber estado alejado de Él, o del incrédulo que alcanza la fe.

Rincón de oración

ORAR  ES… 

EL ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL

Toda persona que desee progresar en un campo o disciplina determinada precisa de un entrenamiento sistemático que le permita ejercitar una serie de destrezas que hagan posible su evolución y desarrollo.

De esta forma los deportistas se ponen en las manos de un experto que les instruye y acompaña apoyándose en sus conocimientos y experiencia.

Del mismo modo en el ámbito de lo espiritual es necesario recurrir a la ayuda de una persona más aventajada que nos guíe en este difícil y oscuro camino de la fe. Es lo que llamamos "Dirección espiritual".

La oración, ciertamente, no puede compararse con ninguna otra práctica del comportamiento humano, pues en cuanto acto de fe está movida por Dios, y es el mismo Espíritu Santo quien la suscita, inspira, dirige y orienta.

Aún así nunca debemos olvidar que determinadas actitudes, habilidades y disposiciones humanas pueden favorecer nuestra experiencia de oración.

Por ello, hemos de tener en cuenta estos dos planos:

- En el ámbito humano nos esforzaremos en encontrar la forma, el método y la técnica más adecuada para las características personales de cada uno. Del mismo modo que para tocar un instrumento musical necesitamos un conocimiento teórico del mismo, y mucha paciencia y constancia en una práctica ininterrumpida hasta que empecemos a arrancar las primeras notas coherentes de una sinfonía, para aprender a orar correctamente necesitaremos unas nociones mínimas sobre la plegaria, la vida del espíritu, el silencio, la interioridad y el encuentro con Dios. Necesitamos quién nos anime y nos invite a la perseverancia y al esfuerzo. Sabiendo que en la oración no valen las medidas mundanas de eficacia, éxito y logro. Más bien cuando nos parecía que estábamos avanzando descubrimos que nos hemos estancado y cuando nos parecía retroceder resulta que estamos aventajando.

- En el ámbito espiritual necesitamos la experiencia suficiente para ayudarnos a discernir qué es obra del Espíritu y qué es fruto de nuestro deseo personal.

Todo se aprende en gerundio: a amar se aprende amando, a trabajar, trabajando y a orar se aprende también orando. Cuanto más asiduos y constantes seamos en la oración mayor será nuestro crecimiento espiritual. Es precisamente en este camino ascendente donde se nos van presentando una serie de problemas que, muchas veces, no sabemos cómo afrontar: momentos de sequedad, de dudas, de confusión, de vacío, sensaciones nuevas, sobre las que necesitamos el consejo y la luz de un experto. Es aquí cuando el director espiritual desempeña un papel decisivo ayudando al iniciado para que vaya salvando obstáculos, venciendo tentaciones, corrigiendo errores, superando dificultades.

  Actividades parroquiales

 Horario de Misas

De lunes a sábado.. 19:30 h.

Domingos .............. 10:00—11:30 h

Rezo del Santo Rosario

De lunes a sábado .. 19:00 h.

Exposición del Santísimo

Jueves .................... 18:30—19:30 h.

Domingos .............. 10:30—11:30 h.

Confesiones

Media hora antes a cada Misa

Cuando alguien lo solicite

Despacho Parroquial

Martes, miércoles

y jueves ................ 18:00—19:00 h.

 Cáritas Parroquial

Atención los miércoles de 18 a 19 h. en los locales de Ciudad de Laval, 30.

Tiempo de Cuaresma

Jueves: al comienzo de la Exposición del Santísimo, charla-meditación.

Viernes: Ejercicio del Via Crucis.

Ayuno: implica a las personas desde los 18 a los 59 años.

Abstinencia: implica a las personas desde los 14 años en adelante.

Son días de ayuno y abstinencia el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo

Son días de abstinencia los viernes.

  El ejemplo de los Santos

22 de FEBRERO: LA CÁTEDRA DE SAN PEDRO: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”           

 


La fiesta de la Cátedra de San Pedro expresa la misión que Cristo le confió a él y a sus sucesores: apacentar su rebaño con la predicación del Evangelio. Después del Cenáculo de Jerusalén y de Antioquía, Pedro se estableció en Roma, donde culminó su vida con el martirio. Por esto, la sede de Roma no está sólo al servicio de la comunidad romana, sino también de las demás Iglesias. Así lo afirma el Padre de la Iglesia San Jerónimo: «Yo no sigo más primado que el de Cristo; por eso estoy en comunión con tu beatitud, esto es, con la cátedra de Pedro». Esta celebración de hoy significa reconocer un signo privilegiado del amor de Dios, Pastor bueno, que quiere reunir a su Iglesia y guiarla a la salvación. La «cátedra», literalmente, quiere decir la sede fija del obispo, colocada en la iglesia madre de una diócesis, que por este motivo es llamada «catedral», y es el símbolo de la autoridad del obispo y de su «magisterio», de la enseñanza evangélica que él, está llamado a custodiar y transmitir a la comunidad cristiana. Cuando el obispo toma posesión de la Iglesia particular se sienta en su cátedra. Desde esa sede guiará el camino de los fieles en la fe, en la esperanza y en la caridad.

  

 

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