2 de junio de 2018

Domingo 3 de junio de 2018. 10 CORPUS B.

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com




Domingo 3 de Junio de 2018


                  Queridos hermanos:
El domingo pasado celebrábamos la Solemnidad de la Santísima Trinidad y este domingo celebramos la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Es la Santísima Trinidad la que nos invita a su mesa y nos ofrece como alimento al Hijo de Dios y a su mismo Espíritu. Así lo reflejó de forma tan hermosa el místico y pintor ruso del siglo XVI Andrei Rublev en su icono sobre la Filoxenia (es decir, amor por el extranjero), que refleja la hospitalidad dada por Abraham a los tres personajes divinos. En esa mesa están sentados el Padre, el Hijo y el Espíritu santo, dejando espacio a un cuarto comensal, que somos tú y yo. Dios quiere hacernos partícipes del océano de su vida divina. Como dice San Juan de la Cruz en su canto “que bien se yo la fonte que mana y corre”: “Aquí se está llamando a las criaturas, y de esta agua se hartan, aunque a oscuras porque es de noche.” La mesa está preparada, el banquete listo, “Id ahora a los cruces de los caminos y a todos los que encontréis, llamadlos a la boda” (Mt 22,9).
La Eucaristía tiene una dimensión misionera. Si es vivida por nosotros con las oportunas disposiciones y en estado de gracia, realiza en nosotros la obra de nuestra salvación.
El jueves pasado celebrábamos la visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel. Si Isabel no hubiera estado en gracia, abierta a su Señor, con las debidas disposiciones, cuando María hubiera llegado y saludado al entrar en casa de Zacarías, se habría mostrado sorprendida, ciertamente, pero habría dicho algo así, como: “¿para qué tanta molestia por una vieja como yo? No hacía falta tanto.” Más bien al contrario, Isabel puede recibir lo que Dios está dispuesto a darle por estar en gracia, por estar debidamente dispuesta. Y así es llenada del Espíritu Santo, convertida en profeta, que bendice, que reconoce en María una muchacha embarazada y nada menos que del Señor, que se reconoce no merecedora de tal visita de la Madre de su Señor, que proclama la dicha de quien ha recibido la Palabra de Dios y la certeza de su cumplimiento. Y María, al llevar en su seno al mismo Verbo de Dios que comulgamos, se muestra disponible, en salida hacia el otro, visita a su prima y entona un canto que la Iglesia recita todos los días, un canto eucarístico, de alabanza a Dios, que actúa en la historia, un Dios que se muestra potente en los pequeños y humildes. La humildad es eucarística, se llena de alabanza, proclama la grandeza del Señor y sirve amando al hermano.
La mala salud espiritual se nota en unas deficientes disposiciones y así una pobre vida misionera y de caridad. Comulgamos con fuego vivo de amor. Nuestro alimento es el AMOR MISMO. Pidamos estas disposiciones, esta humildad, para que Dios haga en nosotros su obra maestra.
Jesús, vuestro párroco
+ Lectura del santo Evangelio según san Marcos               14, 12-16. 22-26

El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?»
Él envió a dos discípulos diciéndoles: «Id a la ciudad, os saldrá al paso un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo, y en la casa adonde entre, decidle al dueño: “El Maestro pregunta: ¿Cuál es la habitación donde voy a comer la Pascua con mis discípulos?”.
Os enseñará una habitación grande en el piso de arriba, acondicionada y dispuesta. Preparádnosla allí».
Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la Pascua.
Mientras comían, tomó pan y, pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio diciendo: «Tomad, esto es mi cuerpo».
Después tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias, se lo dio y todos bebieron.
Y les dijo: «Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. En verdad os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios».
Después de cantar el himno, salieron para el monte de los Olivos.
Palabra del Señor.
EL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO
1375         Mediante la conversión del pan y del vino en su Cuerpo y Sangre, Cristo se hace presente en este sacramento. Los Padres de la Iglesia afirmaron con fuerza la fe de la Iglesia en la eficacia de la Palabra de Cristo y de la acción del Espíritu Santo para obrar esta conversión. Así, S. Juan Crisóstomo declara que:

                  No es el hombre quien hace que las cosas ofrecidas se conviertan en Cuerpo y Sangre de Cristo, sino Cristo mismo que fue crucificado por nosotros. El sacerdote, figura de Cristo, pronuncia estas palabras, pero su eficacia y su gracia provienen de Dios. Esto es mi Cuerpo, dice. Esta palabra transforma las cosas ofrecidas (Prod. Jud. 1,6).

Y S. Ambrosio dice respecto a esta conversión:

Estemos bien persuadidos de que esto no es lo que la naturaleza ha producido, sino lo que la bendición ha consagrado, y de que la fuerza de la bendición supera a la de la naturaleza, porque por la bendición la naturaleza misma resulta cambiada...La palabra de Cristo, que pudo hacer de la nada lo que no existía, ¿no podría cambiar las cosas existentes en lo que no eran todavía? Porque no es menos dar a las cosas su naturaleza primera que cambiársela (myst. 9,50.52).
EL EVANGELIO COMENTADO POR EL PAPA
Hemos escuchado: en la [Última] Cena Jesús entregó su Cuerpo y su Sangre mediante el pan y el vino, para dejarnos el memorial de su sacrificio de amor infinito. Y con este «viático» lleno de gracia, los discípulos tienen todo lo necesario para su camino a lo largo de la historia, para llevar a todos el reino de Dios. (…) Y este Pan de vida ha llegado hasta nosotros. Ante esta realidad nunca acaba el asombro de la Iglesia. Un asombro que alimenta siempre la contemplación, la adoración, y la memoria. Nos lo demuestra un texto muy bonito de la Liturgia de hoy, el Responsorio de la segunda lectura del Oficio de lecturas, que dice así: «Reconoced en el pan al mismo que pendió en la cruz; reconoced en el cáliz la sangre que brotó de su costado. Tomad, pues, y comed el cuerpo de Cristo, tomad y bebed su sangre. Sois ya miembros de Cristo. Comed el vínculo que os mantiene unidos, no sea que os disgreguéis; bebed el precio de vuestra redención, no sea que os depreciéis».
Existe un peligro, existe una amenaza: disgregarnos, depreciarnos. ¿Qué significa, hoy, este disgregarnos y depreciarnos?
Nosotros nos disgregamos cuando no somos dóciles a la Palabra del Señor, cuando no vivimos la fraternidad entre nosotros, cuando competimos por ocupar los primeros sitios…, cuando no encontramos la valentía de testimoniar la caridad, cuando no somos capaces de dar esperanza. Así nos disgregamos. La Eucaristía nos ayuda a no disgregarnos, porque es vínculo de comunión, es realización de la Alianza, signo vivo del amor de Cristo que se humilló y abajó para que nosotros permaneciésemos unidos. (…)
Y luego, la otra palabra: ¿qué significa hoy para nosotros depreciarnos, o sea aguar nuestra dignidad cristiana? Significa dejarnos mellar por las idolatrías de nuestro tiempo: el aparentar, el consumir, el yo en el centro de todo; pero también ser competitivos, la arrogancia como actitud triunfante, el no admitir nunca haberme equivocado o tener necesidad. Todo esto nos deprecia, nos hace cristianos mediocres, tibios, insípidos, paganos.
Jesús derramó su Sangre como precio y como lavacro, para que fuésemos purificados de todos los pecados: para no depreciarnos, mirémosle a Él, bebamos en su fuente, para ser preservados del peligro de la corrupción. Y entonces experimentaremos la gracia de una transformación: nosotros seguiremos siendo siempre pobres pecadores, pero la Sangre de Cristo nos liberará de nuestros pecados y nos restituirá nuestra dignidad. Nos liberará de la corrupción. Sin nuestro mérito, con sincera humildad, podremos llevar a los hermanos el amor de nuestro Señor y Salvador. (…) De este modo la Eucaristía actualiza la Alianza que nos santifica, nos purifica y nos une en comunión admirable con Dios. Aprendemos así que la Eucaristía no es un premio para los buenos, sino que es la fuerza para los débiles, para los pecadores. Es el perdón, es el viático que nos ayuda a dar pasos, a caminar. (…) Y no olvidemos: «Comed el vínculo que os mantiene unidos, no sea que os disgreguéis; bebed el precio de vuestra redención, no sea que os depreciéis». (Francisco. Homilía. Jueves 4 de junio de 2015).

GAUDETE ET EXSULTATE

Te podrías preguntar:

¿Se puede ser santo en el día a día,
en medio de la actividad?

Deja que te responda el Papa:

El Papa propone un principio propio de los jesuitas y que hace extensivo a toda la Iglesia:
CONTEMPLATIVOS EN LA ACCIÓN.
Lo fundamenta en el mismo Jesús: Como no puedes entender a Cristo sin el reino que él vino a traer, tu propia misión es inseparable de la construcción de ese reino: «Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia» (Mt 6,33)” (GE 25).
Cada uno tiene una misión. Mejor: cada uno es una misión, que incluye momentos de silencio, de encuentro con el otro, de descanso, de actividad, de oración, de servicio (cf. GE 26).

Entonces ¿Todo lo que vivimos puede servir para ser santos?

Sí. “Todo puede ser aceptado e integrado como parte de la propia existencia en este mundo, y se incorpora en el camino de santificación. Somos llamados a vivir la contemplación también en medio de la acción, y nos santificamos en el ejercicio responsable y generoso de la propia misión.”

Cristo quiere contigo construir su reino, “en todos los esfuerzos o renuncias que implique, y también en las alegrías y en la fecundidad que te ofrezca. Por lo tanto, no te santificarás sin entregarte en cuerpo y alma para dar lo mejor de ti en ese empeño.” (GE 25).

Pero tenemos en la vida una serie de tentaciones: “la tentación de relegar la entrega pastoral o el compromiso en el mundo a un lugar secundario, como si fueran «distracciones» en el camino de la santificación y de la paz interior. Se olvida que «no es que la vida tenga una misión, sino que es misión». (GE 27).
Una serie de ruidos: “Las constantes novedades de los recursos tecnológicos, el atractivo de los viajes, las innumerables ofertas para el consumo, a veces no dejan espacios vacíos donde resuene la voz de Dios. Todo se llena de palabras, de disfrutes epidérmicos y de ruidos con una velocidad siempre mayor.” (GE 29).
Una serie de distracciones “que invaden la vida actual nos llevan también a absolutizar el tiempo libre, en el cual podemos utilizar sin límites esos dispositivos que nos brindan entretenimiento o placeres efímeros.” (GE 30).

Desde una espiritualidad que nos identifique más y más con Jesucristo (GE 28), el Papa nos dice que necesitamos “un espacio personal de quietud y soledad… donde se entabla el diálogo sincero con Dios”, donde nos dejamos invadir por el Señor (cf. GE 29). Es decir: “nos hace falta un espíritu de santidad que impregne tanto la soledad como el servicio, tanto la intimidad como la tarea evangelizadora, de manera que cada instante sea expresión de amor entregado bajo la mirada del Señor. De este modo, todos los momentos serán escalones en nuestro camino de santificación.” (GE 31).

     El campamento de este año se realizará del lunes 2 al domingo 8 de julio en el Campamento San Juan Pablo II de Siete Aguas para niños entre 6 y 12 años. Es un campamento organizado por las Parroquias de Cristo Rey y San Francisco de Borja de Gandía.
Ocasión para crecer en la relación con Jesucristo, para crecer humanamente en todos los aspectos de la vida del niño, un verdadero paso del Señor por la vida de los niños.

La reunión informativa para los padres (normas, actividades, consejos…) se realizará EL LUNES 11 DE JUNIO A LAS 20.30 h. en la Parroquia de San Francisco de Borja de Gandía.

TE ESPERAMOS

Campaña de recogida de donativos para la obra de los ventanales.
Coste de toda la obra: 1.915,43 €.
Recaudado: 425 €
Falta pagar: 1.490, 43 €
¿Puedes ayudarnos?
Se acerca el verano y los ingresos en la Parroquia bajan considerablemente. Pero seguimos teniendo que pagar casi 3.000 € al mes.


...facilitas que siga
entrando aire y luz
a nuestra parroquia!!!

Puedes hacer tus donativos en BANKIA

ES83-2038-6230-75-3000420970

O bien poniendo un sobre en el buzón parroquial
1. Domingo 3 de junio: Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo. La colecta de todas las misas irá destinada a Cáritas Diocesana. La procesión solemne acompañando el Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo saldrá desde la Colegiata de la Asunción de Nuestra Señora a las 8 tarde.
2. Fin de curso de la catequesis de Jesús es el Señor visitando la Colegiata, el Palacio Ducal y las Clarisas respectivamente los cursos de 1º el lunes, 2º el martes y 3º el miércoles.
3. SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
El viernes 8 de junio a las 6 de la tarde se expondrá el Santísimo Sacramento. A las 7 tarde se rezará el Rosario con las letanías al Sagrado Corazón y a las 7.30 se realizará procesión por el interior del Templo y tras la Reserva se celebrará la Eucaristía solemne.
4. Encuentro de Catequistas de las vicarías 7 y 8: organizado por la Delegación para la Iniciación Cristiana y Catequesis: Sábado 9 de junio desde las 10.30 hasta las 13 horas en el Colegio M.A. Suárez de Calderón, del Grao de Gandía.
5. El sábado 23 de junio es la Ordenación de presbíteros en nuestra diócesis. En la catedral de Valencia a las 11.00 h. Les invitamos a rezar por los candidatos al presbiterado.
6. El domingo 24 de junio es la Solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista. Con este motivo las misas del sábado 23 por la tarde (19.30 h. y 21.00 h.) y las del domingo 24 serán de esta solemnidad.
Del 4 al 10 de junio de 2018
Lunes 4. 19.30 h.: Sin intención. 
Martes 5. San Bonifacio, obispo y mártir. 19.30 h.: Sin intención. 
Miércoles 6. San Norberto, obispo. 19.30 h.: Sin intención. 
Jueves 7. 19.30 h.: Sin intención.
Viernes 8. Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. 19.30 h.: En sufragio de: Antonio Casanova.
Sábado 9. Por la mañana: Inmaculado Corazón de María.
Por la tarde: DOMINGO X DEL TIEMPO ORDINARIO.
18.00 h.: Con niños. En sufragio de: Dif. Fam. García-Estruch; José Enrique Ojeda. 19.30 h.: Sin intención. 21.00 h.: Sin intención.
Domingo 10. DOMINGO X DEL TIEMPO ORDINARIO.
10.00 h.: Sin intención. 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: Sin intención.
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Puedes descargar la Hoja Parroquial:

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