9 de enero de 2010

Domingo 10 de enero

HOJA

PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja

Email de la parroquia: sfb500@gmail.com


Domingo 10 de enero de 2010







                   BAUTISMO DEL SEÑOR              

           

                  Queridos hermanos:
Celebramos este domingo la Fiesta del Bautismo del Señor. Se cierra así el ciclo de Navidad y se inaugura a la vez la primera semana del tiempo ordinario. Con la escena del bautismo culmina la manifestación de Jesús como Hijo de Dios que hemos celebrado a lo largo de toda la Navidad, pero a la vez se nos presenta a un Jesús ya adulto, dispuesto a iniciar su ministerio público.
¿Y cómo lo hace? En la cola, como uno más. Dice el Evangelio: “En un bautismo general, Jesús también se bautizó.”
Ciertamente en esa cola no se encontraban los que estaban seguros de sí mismos, los poderosos, los que se creían buenas personas. En esa cola no estaba ni Herodes ni Poncio Pilato. Estaba en la fila de los pecadores, como un pecador más, en la fila de los que habían oído hablar del Bautismo de Juan, de su llamada a la conversión, en la fila de los que buscan a Dios para orarle y escucharle.
A ése, que pasa desapercibido, el Padre y el Espíritu Santo, (y la misma creación entera, en los cielos abiertos), lo entresacan de la fila y lo sitúan como el Hijo amado, el Mesías, el hijo de David, tal y como había profetizado Isaías: «Sobre Él reposa el Espíritu del Señor» (Is 11,2). Como el Siervo de Yahveh que se ofrece a sí mismo para redimir a toda la humanidad. Como el Nuevo Adán, la cabeza de la humanidad regenerada por el Espíritu que, igual que en el origen de la creación (Gn 1,2), “aletea” (como una paloma) sobre las aguas del Bautismo. Como el nuevo Noé. El Espíritu desciende del cielo sobre las aguas como una paloma recordando el fin del antiguo diluvio y el establecimiento de una Alianza nueva, definitiva. Como “el resto” que asume en sí a todo Israel y el “vástago” a partir del cual surge el nuevo pueblo de Dios, dado que la “paloma” también representa a Israel en el Antiguo Testamento (Cf. Sal 68,14; 74,19; Os 7,11; Ct 2,14; 5,2).
El Bautismo del Señor es una gran Epifanía que ya anuncia la Pascua.
Habiéndose colocado el último, comenzará su ministerio encabezando otra fila que arrastrará tras de sí a la humanidad, a los que buscan la verdad, la vida, el camino de la felicidad. Puesto el último encabezará una nueva creación, una Nueva Alianza. Cantemos jubilosos por haber sido colocados en su fila por el Bautismo.
Jesús, vuestro párroco





+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 3, 15-16. 21-22

En aquel tiempo, el pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no seria Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos:
—«Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.»
En un bautismo general, Jesús también se bautizó. Y, mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo:
—«Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto.»
Palabra del Señor.





 

En el bautismo cada niño es insertado en una compañía de amigos que no lo abandonará nunca ni en la vida ni en la muerte, porque esta compañía de amigos es la familia de Dios, que lleva en sí la promesa de eternidad. Esta compañía de amigos, esta familia de Dios, en la que ahora el niño es insertado, lo acompañará siempre, incluso en los días de sufrimiento, en las noches oscuras de la vida; le brindará consuelo, fortaleza y luz. Esta compañía, esta familia, le dará palabras de vida eterna, palabras de luz que responden a los grandes desafíos de la vida y dan una indicación exacta sobre el camino que conviene tomar. Esta compañía brinda al niño consuelo y fortaleza, el amor de Dios incluso en el umbral de la muerte, en el valle oscuro de la muerte. Le dará amistad, le dará vida. Y esta compañía, siempre fiable, no desaparecerá nunca. Ninguno de nosotros sabe lo que sucederá en el mundo, en Europa, en los próximos cincuenta, sesenta o setenta años. Pero de una cosa estamos seguros: la familia de Dios siempre estará presente y los que pertenecen a esta familia nunca estarán solos, tendrán siempre la amistad segura de Aquel que es la vida.”
“El bautismo es un don, el don de la vida. Pero un don debe ser acogido, debe ser vivido. Un don de amistad implica un "sí" al amigo e implica un "no" a lo que no es compatible con esta amistad, a lo que es incompatible con la vida de la familia de Dios, con la vida verdadera en Cristo”.
“El bautismo es don de vida. Es un "sí" al desafío de vivir verdaderamente la vida, diciendo "no" al ataque de la muerte, que se presenta con la máscara de la vida; y es un "sí" al gran don de la verdadera vida, que se hizo presente en el rostro de Cristo, el cual se nos dona en el bautismo y luego en la Eucaristía”.
“Además de las palabras, tenemos los gestos y los símbolos; los indicaré muy brevemente. El primer gesto ya lo hemos realizado:  es el signo de la cruz, que se nos da como escudo que debe proteger a este niño en su vida; es como una "señalización" en el camino de la vida, porque la cruz es el resumen de la vida de Jesús.
Luego están los elementos: el agua, la unción con el óleo, el vestido blanco y la llama de la vela. El agua es símbolo de la vida: el bautismo es vida nueva en Cristo. El óleo es símbolo de la fuerza, de la salud, de la belleza, porque realmente es bello vivir en comunión con Cristo. El vestido blanco es expresión de la cultura de la belleza, de la cultura de la vida. Y, por último, la llama de la vela es expresión de la verdad que resplandece en las oscuridades de la historia y nos indica quiénes somos, de dónde venimos y a dónde debemos ir”. (Fragmentos homilía 8-1-2006)
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“Acabamos de escuchar el relato del evangelista san Lucas, que presenta a Jesús mezclado con la gente mientras se dirige a san Juan Bautista para ser bautizado. Cuando recibió también él el bautismo, —escribe san Lucas— "estaba en oración" (Lc 3, 21). Jesús habla con su Padre. Y estamos seguros de que no sólo habló por sí, sino que también habló de nosotros y por nosotros; habló también de mí, de cada uno de nosotros y por cada uno de nosotros.
Después, el evangelista nos dice que sobre el Señor en oración se abrió el cielo. Jesús entra en contacto con su Padre y el cielo se abre sobre él. En este momento podemos pensar que el cielo se abre también aquí, sobre estos niños que, por el sacramento del bautismo, entran en contacto con Jesús. El cielo se abre sobre nosotros en el sacramento. Cuanto más vivimos en contacto con Jesús en la realidad de nuestro bautismo, tanto más el cielo se abre sobre nosotros.
Y del cielo —como dice el evangelio— aquel día salió una voz que dijo a Jesús; "Tú eres mi hijo predilecto" (Lc 3, 22). En el bautismo, el Padre celestial repite también estas palabras refiriéndose a cada uno de estos niños. Dice: "Tú eres mi hijo". En el bautismo somos adoptados e incorporados a la familia de Dios, en la comunión con la santísima Trinidad, en la comunión con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo. Precisamente por esto el bautismo se debe administrar en el nombre de la santísima Trinidad. Estas palabras no son sólo una fórmula; son una realidad. Marcan el momento en que vuestros niños renacen como hijos de Dios. De hijos de padres humanos, se convierten también en hijos de Dios en el Hijo del Dios vivo”.
“El agua es fuente de fecundidad. Sin agua no hay vida. Y así, en todas las grandes religiones, el agua se ve como el símbolo de la maternidad, de la fecundidad. Para los Padres de la Iglesia el agua se convierte en el símbolo del seno materno de la Iglesia. (...) En el bautismo somos adoptados por el Padre celestial, pero en esta familia que él constituye hay también una madre, la madre Iglesia. El hombre no puede tener a Dios como Padre, decían ya los antiguos escritores cristianos, si no tiene también a la Iglesia como madre. ” (Fragmentos homilía 7-1-2007)




“Esta identificación personal con el Sacrificio de la Cruz lo llevaba –con una sola moción interior– del altar al confesonario. Los sacerdotes no deberían resignarse nunca a ver vacíos sus confesonarios ni limitarse a constatar la indiferencia de los fieles hacia este sacramento. En Francia, en tiempos del Santo Cura de Ars, la confesión no era ni más fácil ni más frecuente que en nuestros días, pues el vendaval revolucionario había arrasado desde hacía tiempo la práctica religiosa. Pero él intentó por todos los medios, en la predicación y con consejos persuasivos, que sus parroquianos redescubriesen el significado y la belleza de la Penitencia sacramental, mostrándola como una íntima exigencia de la presencia eucarística. Supo iniciar así un “círculo virtuoso”.
(De la carta del Papa Benedicto XVI para la convocación de un año sacerdotal con ocasión del 150 aniversario del dies natalis del santo cura de Ars)


¡Oh, cuán nada somos! ¿Quién se tendrá en algo, viendo que aun no sabe cómo fue criado, ni cómo se le da el ser, ni sabe cuándo le perderá, ni ha visto qué cosa es su alma ni lo que hay en ella, ni entiende cómo está? ¿Quién dejará de conocer su nada, si mira las miserias corporales, la corrupción de la carne, la sujeción a la hambre, al frío y a las enfermedades?
(San Francisco de Borja).


ORACIÓN DEL PAPA JUAN PABLO II A LA VIRGEN SANTÍSIMA POR LA SANTIFICIÓN DE LOS SACERDOTES (I)
Oh María, Madre de Jesucristo y Madre de los sacerdotes: acepta este título con el que hoy te honramos para exaltar tu maternidad y contemplar contigo el Sacerdocio de tu Hijo unigénito y de tus hijos, oh Santa Madre de Dios.
Madre de Cristo, que al Mesías Sacerdote diste un cuerpo de carne por la unción del Espíritu Santo para salvar a los pobres y contritos de corazón: custodia en tu seno y en la Iglesia a los sacerdotes, oh Madre del Salvador.



1. Reuniones de los diversos Equipos de la parroquia:
· Equipo de Pastoral de la Salud: lunes 11 a las 10.30 h.
· Equipo de Cáritas: lunes 11 a las 5 tarde y miércoles 13 a las 5.30 tarde para la oración mensual.
· Equipo de Catequistas de primero: lunes después de la catequesis.
· Equipo de Catequistas de segundo: martes a las 5 tarde.
· Equipo de Catequistas de tercero: miércoles a las 5 tarde.

2. El lunes 11 de enero a las 20.30 h. será la última sesión de formación del curso breve sobre la Guía del Catecismo Jesús es el Señor en los locales de la Parroquia de San Nicolás del Grau.

3. Se reanudan las reuniones con niños en todos los diversos días de catequesis.

4. Los jueves de San Francisco de Borja:
· El jueves 14 de enero: formación sobre la Vida de San Francisco de Borja con los cuadernos. Hoja nº 3.

5. En las misas del sábado 16 y domingo 17 de enero se harán los anuncios de las catequesis de adultos y jóvenes.
El lunes 18 darán comienzo las catequesis para jóvenes y adultos. Será a las 9 de la noche en los locales parroquiales. Continuarán los lunes y jueves de los meses de enero y febrero. Os invitamos a rezar por esta puerta que se abre a la esperanza de tantas personas.


De no esperar que los difuntos resucitarían, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos; mas si consideraba que una magníficarecompensa está reservada a los que duermen piadosamente, era unpensamiento santo y piadoso.

2 Macabeos 12, 44-45
 Del 11 al 17 de enero de 2010

Lunes 11.  19.30 h.: En sufragio de: Carmen Fayos Catalá.
Martes 12. 19.30 h.: En sufragio de: Iñaki Nogueroles Monrabal.
Miércoles 13. 19.30 h.: En sufragio de: Pilar Marquina Lacasa.
Jueves 14. 19.30 h.: En sufragio de: José Nadal Faus.
Viernes 15. 19.30 h.: Sin intención.
Sábado 16. II del T.O.
18.00 h.: Con niños. Sin intención.
19.30 h.: Sin intención.
21.00 h.: Sin intención.
Domingo 17. II del T.O. 12.00 h. Pro Pópulo.







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