26 de junio de 2009

Domingo 28 de junio

HOJA

PARROQUIAL


Parroquia de Sant Francesc de Borja

Domingo 28 de junio de 2009

(T.O.Ciclo B)







Mi niña está en las últimas. “Talitha kumi”.

Queridos hermanos:

Aquel «jefe de la sinagoga que se llamaba Jairo, se acercó a Jesús, se echó a sus pies y le rogaba con insistencia: Mi niña está en las últimas, pon las manos sobre ella para que se cure y viva». Fijémonos en la expresión: “Mi niña está en las últimas”.

Si nosotros fuéramos Jairo, ¿podríamos decir de nuestra vida, de nuestro matrimonio, de nuestra familia que está en las últimas? ¿Podríamos decir que está en las últimas la relación con un hijo o hija, o con el marido o la mujer? Asimismo, ¿podríamos decirlo de nosotros mismos, de nuestra vida espiritual, que como una niña enferma, requiere la Palabra de Jesús? Por último, ¿podríamos decir que nuestra comunidad cristiana, nuestra parroquia, la Iglesia está en las últimas?

En cualquier caso, el mismo que la semana pasada le había dicho al mar: “¡Silencio, cállate!”, es el mismo que hoy le va a decir a esta niña enferma: “Talitha kumi”. No sólo el mar lo obedece, también la muerte.

Decía San Jerónimo en su comentario al Evangelio de San Marcos: “Dice Jesús: Talitha kumi, que significa: Niña, levántate para mí. Si hubiera dicho: «Talitha kum», significaría: «Niña, levántate», pero como dijo «Talitha kumi», esto significa, tanto en lengua siria como en lengua hebrea: «Niña, levántate para mí». «Kumi» significa: «Levántate para mí».

Es necesario que pongamos a cualquier persona o sociedad, que pensemos que está tocando a su fin, en contacto con la palabra de Jesús, que tiene poder sobre la muerte. Con su palabra no solo nos devuelve a la vida normal. Con su palabra nos levanta para él. Luego dice que le den de comer. La Palabra de Dios, la Eucaristía, su Cuerpo y su Sangre, y la presencia de la Iglesia (Santiago, Pedro y Juan) harán que se levante de la muerte.

Así concluye San Jerónimo su comentario: “Que nos toque también a nosotros Jesús y echaremos a andar. Aunque seamos paralíticos, aunque poseamos malas obras y no podamos andar, aunque estemos acostados en el lecho de nuestros pecados y de nuestro cuerpo, si nos toca Jesús, al instante quedaremos curados. (...) Te pido, Señor, que también a nosotros, que estamos tendidos, nos tomes de la mano, nos levantes del lecho de nuestros pecados y nos hagas caminar. Y cuando caminemos, manda que nos den de comer; estando yacentes, no podemos hacerlo. Si no nos levantamos, no somos capaces de recibir el cuerpo de Cristo. A Él la gloria, juntamente con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.”

Jesús, vuestro párroco







+ Lectura del santo evangelio según san Marcos 5, 21-43

En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor, y se quedó junto al lago. Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia:

— «Mi niña está en las últimas; ven, pon las manos sobre ella, para que se cure y viva.»

Jesús se fue con él, acompañado de mucha gente que lo apretujaba.

Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Muchos médicos la hablan sometido a toda clase de tratamientos, y se habla gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se habla puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando que con sólo tocarle el vestido curaría.

Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias, y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había sa­lido fuerza de él, se volvió en seguida, en medio de la gente, preguntando:

— «¿Quién me ha tocado el manto?»

Los discípulos le contestaron: — «Ves como te apretuja la gente y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”»

Él seguía mirando alrededor, para ver quién había sido. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que habla pasado, se le echó a los pies y le confesó todo. Él le dijo: — «Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud.»

Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle:

— «Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?»

Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la si­nagoga: — «No temas; basta que tengas fe.»

No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y encontró el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos. Entró y les dijo:

— «¿Qué estrépito y qué lloros son éstos? La niña no está muerta, está dormida.»
Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el pa­dre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde es- vár taba la niña, la cogió de la mano y le dijo:

— «Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»).

La niña se puso en pie inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y se quedaron viendo visiones.

Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.

Palabra del Señor.







993 Los fariseos (cf. Hch 23, 6) y muchos contemporáneos del Señor (cf. Jn 11, 24) esperaban la resurrección. Jesús la enseña firmemente. A los saduceos que la niegan responde: "Vosotros no conocéis ni las Escrituras ni el poder de Dios, vosotros estáis en el error" (Mc 12, 24). La fe en la resurrección descansa en la fe en Dios que "no es un Dios de muertos sino de vivos" (Mc 12, 27).

994 Pero hay más: Jesús liga la fe en la resurrección a la fe en su propia persona: "Yo soy la resurrección y la vida" (Jn 11, 25). Es el mismo Jesús el que resucitará en el último día a quienes hayan creído en él. (cf. Jn 5, 24-25; 6, 40) y hayan comido su cuerpo y bebido su sangre (cf. Jn 6, 54). En su vida pública ofrece ya un signo y una prenda de la resurrección devolviendo la vida a algunos muertos (cf. Mc 5, 21-42; Lc 7, 11-17; Jn 11), anunciando así su propia Resurrección que, no obstante, será de otro orden. De este acontecimiento único, El habla como del "signo de Jonás" (Mt 12, 39), del signo del Templo (cf. Jn 2, 19-22): anuncia su Resurrección al tercer día después de su muerte (cf. Mc 10, 34).

Jesús escucha la oración

2616 La oración a Jesús ya ha sido escuchada por él durante su ministerio, a través de los signos que anticipan el poder de su muerte y de su resurrección: Jesús escucha la oración de fe expresada en palabras (el leproso: cf Mc 1, 40-41; Jairo: cf Mc 5, 36; la cananea: cf Mc 7, 29; el buen ladrón: cf Lc 23, 39-43), o en silencio (los portadores del paralítico: cf Mc 2, 5; la hemorroísa que toca su vestido: cf Mc 5, 28; las lágrimas y el perfume de la pecadora: cf Lc 7, 37-38).







La hemorroísa del Evangelio llevaba doce años perdiendo la sangre, que es un modo de perder la vida. Tocó el manto de Jesús, con fe cierta de hallarse con el Salvador. Le tocó y su vida quedó sana.

“El flujo de la sangre es la lujuria. Como los avaros son semejantes a los hidrópicos -tienen ansias de beber-, así los lujuriosos son semejantes al flujo de sangre. Los avaros, en efecto, se fatigan apeteciendo; los lujuriosos gastando. Allí hay apetito, aquí hay flujo; pero ambas cosas matan. Es necesario recurrir al médico que vino a sanar las enfermedades de las almas. (...) ¿Cuál fue la obra de Dios? Curó el flujo de sangre, curó al leproso, curó al paralítico. Todas son enfermedades del alma. La cojera y la ceguera: pues todo el que no camina de forma recta por el camino de la vida, cojea. Es ciego asimismo quien no confía en Dios. El lujurioso padece flujo de sangre, y todo el que es inconstante y mendaz tiene manchas de lepra. Es necesario que lo sane por dentro aquel que sanó exteriormente, para que se desee la sanación interior.” (San Agustín. Sermón 63 A, 2-3)






oración para el año sacerdotal

"Señor Jesús

En San Juan María Vianney Tú has querido dar a la Iglesia la imagen viviente y una personificación de tu caridad pastoral.

Ayúdanos a bien vivir en su compañía, ayudados por su ejemplo en este Año Sacerdotal.

Haz que podamos aprender del Santo Cura de Ars delante de tu Eucaristía; aprender cómo es simple y diaria tu Palabra que nos instruye, cómo es tierno el amor con el cual acoges a los pecadores arrepentidos, cómo es consolador abandonarse confidencialmente a tu Madre Inmaculada, cómo es necesario luchar con fuerza contra el Maligno.

Haz, Señor Jesús, que, del ejemplo del Santo Cura de Ars, nuestros jóvenes sepan cuánto es necesario, humilde y generoso el ministerio sacerdotal, que quieres entregar a aquellos que escuchan tu llamada.

Haz también que en nuestras comunidades –como en aquel entonces la de Ars– sucedan aquellas maravillas de gracia, que tu haces que sobrevengan cuanto un sacerdote sabe 'poner amor en su parroquia'.

Haz que nuestras familias cristianas sepan descubrir en la Iglesia su casa –donde puedan encontrar siempre a tus ministros– y sepan convertir su casa así de bonita como una iglesia.

Haz que la caridad de nuestros Pastores anime y encienda la caridad de todos los fieles, en tal manera que todas las vocaciones y todos los carismas, infundidos por el Espíritu Santo, puedan ser acogidos y valorizados.

Pero sobre todo, Señor Jesús, concédenos el ardor y la verdad del corazón a fin de que podamos dirigirnos a tu Padre celestial, haciendo nuestras las mismas palabras, que usaba San Juan María Vianney:

'Te amo, mi Dios, y mi solo deseo

es amarte hasta el último respiro de mi vida.

Te amo, oh Dios infinitamente amable,

y prefiero morir amándote

antes que vivir un solo instante si amarte.

Te amo, Señor, y la única gracia que te pido

es aquella de amarte eternamente.

Dios mío, si mi lengua no pudiera decir que te amo en cada instante,

quiero que mi corazón te lo repita

tantas veces cuantas respiro.

Ti amo, oh mi Dios Salvador,

porque has sido crucificado por mí,

y me tienes acá crucificado por Ti.

Dios mío, dame la gracia de morir amándote y sabiendo que te amo'. Amén.













1. El Santo Padre Benedicto XVI inauguró, este 19 de junio fiesta del Sagrado Corazón de Jesús y Jornada Mundial de Oración por los Sacerdotes, el Año Sacerdotal que tiene como tema: “Fidelidad de Cristo, fidelidad del sacerdote”. Y se realiza con ocasión del 150° aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars, Juan María Vianney, modelo de Pastor. A lo largo de este año sacerdotal iremos colocando oraciones y reflexiones en el apartado para la oración que a partir de la semana que viene se llamará “Año sacerdotal”.

2. El lunes 29 de junio será la conclusión del año jubilar paulino. Os invitamos a la celebración de esta gran fiesta. La colecta de las misas del sábado 27 y domingo 28 irán destinadas al llamado Óbolo de San Pedro, la caridad del Papa.


3. El viernes 3 de julio a partir de las diez de la mañana será la visita a enfermos del párroco. Rogamos que si alguien no se encuentra en su domicilio habitual nos lo comunique.

4. Del 6 al 9 de julio será el campamento interparroquial de niños y adolescentes en el Albergue del Baradello Mollá de Alcoy. Con este motivo no habrá misa entre semana de lunes a jueves. Con todo se abrirá la Iglesia en el horario habitual, se rezará el rosario, se leerán las lecturas de la misa del día y se dará la comunión.





De no esperar que los difuntos resucitarían, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos; mas si consideraba que una magnífica recompensa está reservada a los que duermen piadosamente, era unpensamiento santo y piadoso.

2 Macabeos 12, 44-45

Del 29 de junio al 5 de junio de 2009


Lunes 29. Solemnidad de San Pedro y San Pablo, conclusión del año jubilar paulino. 19.30 h.: En sufragio de: Amelia Monerris Giner; Rosendo Roche.

Martes 30. Santos Protomártires Romanos. 19.30 h.: En sufragio de: Milagro Brotons, Juan Insa, Milagro Insa; Amparo Marín; Carmen Escolano Escrivá.

Miércoles 1. Fiesta de la Preciosísima Sangre de N. S. J. C. 19.30 h.: En sufragio de: Jaime Pérez Carbonell

Jueves 2. 19.30 h.: En sufragio de: Difuntos familia Ferrer – Puig.

Viernes 3. Fiesta de Santo Tomás Ap. 19.30 h.: En sufragio de: Rogelio Roselló

Sábado 4. XIV del T.O.

19.30 h.: En sufragio de: Clemente Jesús Serrano Serrano; Alfonso Parreño Aragonés.

21.00 h.: En sufragio de: Sixto Domínguez Osa y Dif. Fam.;

Domingo 5. XIV del T.O. 12.00 h. Pro Pópulo. 13.15: Bautismo de Alba.