25 de marzo de 2017

Domingo 26 de marzo de 2017. 4 CUA A.

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com

Domingo 26 de Marzo de 2017

                  Queridos hermanos:
Comienza el evangelio de este domingo cuarto de cuaresma con la mirada luminosa de Jesús sobre un hombre ciego. “Al pasar Jesús vió a un hombre ciego de nacimiento.”
Nos dice San Juan Crisóstomo: “Él fue quien vio al ciego, no se acercó a Él el ciego. Y con tanto cuidado lo miró, que al notarlo sus discípulos le preguntaron: “Maestro, ¿quién pecó?” (Homilías sobre el evangelio de San Juan 55-58).
Todo comienza con esta mirada de Jesús. Como el ciego, no vemos que nos mira, pero Jesús detiene su mirada en nosotros, en nuestra situación y profetiza que la situación que vive el ciego servirá para que se manifiesten las obras de Dios.
Continúa con la acción de mezclar su saliva con la tierra haciendo barro y aplicándolos a los ojos del ciego: “quiso enseñarnos que El era el mismo Creador, que al principio se sirviera de lodo para formar al hombre.”, dice San Juan Crisóstomo (Idem).
Y entonces le dice estas palabras: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado).» Y el ciego obedeció. Nos invita el evangelio a tener la fe del ciego. Así lo comenta San Juan Crisóstomo: “para que aprendas a tener la fe del ciego, que no contradice lo más mínimo el mandato del Salvador, ni dijo en su interior: el lodo más bien produce la ceguera. Muchas veces me lavé en Siloé y jamás he sido curado; si alguna virtud tuviese, ya estaría yo sano; sino que obedeció al punto: “Se fue, pues, y se lavó y volvió con vista”. (Idem).
La culminación de esta obra de nueva creación en el ciego es el diálogo final de Jesús con el ciego. Será como una segunda iluminación, la de la fe. Tras pasar por dos interrogatorios de los fariseos y ser expulsado de la sinagoga Jesús encuentra al que había sido ciego y le dice: “- «¿Crees tú en el Hijo del hombre?» Él contestó: - «¿Y quién es, Señor, para que crea en él?» Jesús le dijo: - «Lo estás viendo: el que te está hablando, ése es.» Él dijo: - «Creo, Señor.» Y se postró ante él.” Nos dice el Papa Benedicto XVI: “Aquel hombre reconoce el signo realizado por Jesús y pasa de la luz de los ojos a la luz de la fe: «Creo, Señor». Conviene destacar cómo una persona sencilla y sincera, de modo gradual, recorre un camino de fe: en un primer momento encuentra a Jesús como un «hombre» entre los demás; luego lo considera un «profeta»; y, al final, sus ojos se abren y lo proclama «Señor». (…) Al ciego curado Jesús le revela que ha venido al mundo para realizar un juicio, para separar a los ciegos curables de aquellos que no se dejan curar, porque presumen de sanos. (…) Queridos hermanos, dejémonos curar por Jesús, que puede y quiere darnos la luz de Dios. Confesemos nuestra ceguera, nuestra miopía y, sobre todo, lo que la Biblia llama el “gran pecado” (cf. Sal 19, 14): el orgullo.” (Benedicto XVI. Ángelus, 03-04-2011)
Jesús, vuestro párroco
Lectura del santo evangelio según san Juan       9, 1. 6-9. 13-17. 34-38

En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento. Y escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo:
- «Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado).»
Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban: - «¿No es ése el que se sentaba a pedir?» Unos decían: - «El mismo. » Otros decían: - «No es él, pero se le parece.» El respondía: - «Soy yo.»
Llevaron ante los fariseos al que habla sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista.
Él les contestó: - «Me puso barro en los ojos, me lavé, y veo.»
Algunos de los fariseos comentaban: - «Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado.»
Otros replicaban: - «¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?» Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego: - «Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?» Él contestó: - «Que es un profeta.»
Le replicaron: - «Empecatado naciste tú de pies a cabeza, ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?» Y lo expulsaron.
Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo:
- «¿Crees tú en el Hijo del hombre?» Él contestó: - «¿Y quién es, Señor, para que crea en él?» Jesús le dijo: - «Lo estás viendo: el que te está hablando, ése es.» Él dijo:
- «Creo, Señor.» Y se postró ante él.
Palabra del Señor.
748           "Cristo es la luz de los pueblos. Por eso, este sacrosanto Sínodo, reunido en el Espíritu Santo, desea vehementemente iluminar a todos los hombres con la luz de Cristo, que resplandece sobre el rostro de la Iglesia, anunciando el evangelio a todas las criaturas". Con estas palabras comienza la "Constitución dogmática sobre la Iglesia" del Concilio Vaticano II. Así, el Concilio muestra que el artículo de la fe sobre la Iglesia depende enteramente de los artículos que se refieren a Cristo Jesús. La Iglesia no tiene otra luz que la de Cristo; ella es, según una imagen predilecta de los Padres de la Iglesia, comparable a la luna cuya luz es reflejo del sol.

1216 "Este baño (del bautismo) es llamado iluminación porque quienes reciben esta enseñanza (catequética) su espíritu es iluminado..." (S. Justino, Apol. 1,61,12). Habiendo recibido en el Bautismo al Verbo, "la luz verdadera que ilumina a todo hombre" (Jn 1,9), el bautizado, "tras haber sido iluminado" (Hb 10,32), se convierte en "hijo de la luz" (1 Ts 5,5), y en "luz" él mismo (Ef 5,8).

588 Jesús escandalizó a los fariseos comiendo con los publicanos y los pecadores (cf. Lc 5, 30) tan familiarmente como con ellos mismos (cf. Lc 7, 36; 11, 37; 14, 1). Contra algunos de los "que se tenían por justos y despreciaban a los demás" (Lc 18, 9; cf. Jn 7, 49; 9, 34), Jesús afirmó: "No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores" (Lc 5, 32). Fue  más lejos todavía al proclamar frente a los fariseos que, siendo el pecado una realidad universal (cf. Jn 8, 33-36), los que pretenden no tener necesidad de salvación se ciegan con respecto a sí mismos (cf. Jn 9, 40-41).

2826 Por la oración, podemos "discernir cuál es la voluntad de Dios" (Rm 12, 2; Ef 5, 17) y obtener "constancia  para cumplirla" (Hb 10, 36). Jesús nos enseña que se entra en el Reino de los cielos, no mediante palabras, sino "haciendo la voluntad de mi Padre que está en los cielos" (Mt 7, 21).

2827 "Si alguno cumple la voluntad de Dios, a ese le escucha" (Jn 9, 31; cf 1 Jn 5, 14). Tal es el poder de la oración de la Iglesia en el Nombre de su Señor, sobre todo en la Eucaristía; es comunión de intercesión con la Santísima Madre de Dios (cf Lc 1, 38. 49) y con todos los santos que han sido "agradables" al Señor por no haber querido más que su Voluntad:

   Incluso podemos, sin herir la verdad, cambiar estas palabras: 'Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo' por estas otras: en la Iglesia como en nuestro Señor Jesucristo; en la Esposa que le ha sido desposada, como en el Esposo que ha cumplido la voluntad del Padre (San Agustín, serm. Dom. 2, 6, 24).
EL EVANGELIO COMENTADO POR EL PAPA
“El Evangelio de hoy nos presenta el episodio del hombre ciego de nacimiento, a quien Jesús le da la vista. El largo relato inicia con un ciego que comienza a ver y concluye —es curioso esto— con presuntos videntes que siguen siendo ciegos en el alma. El milagro lo narra Juan en apenas dos versículos, porque el evangelista quiere atraer la atención no sobre el milagro en sí, sino sobre lo que sucede después, sobre las discusiones que suscita. Incluso sobre las habladurías... El evangelista Juan quiere atraer la atención sobre esto que ocurre incluso en nuestros días cuando se realiza una obra buena. Al ciego curado lo interroga primero la multitud asombrada —han visto el milagro y lo interrogan—, luego los doctores de la ley; e interrogan también a sus padres. Al final, el ciego curado se acerca a la fe, y esta es la gracia más grande que le da Jesús: no sólo ver, sino conocerlo a Él, verlo a Él como «la luz del mundo» (Jn 9, 5).
Mientras que el ciego se acerca gradualmente a la luz, los doctores de la ley, al contrario, se hunden cada vez más en su ceguera interior. Cerrados en su presunción, creen tener ya la luz; por ello no se abren a la verdad de Jesús. Hacen todo lo posible por negar la evidencia, ponen en duda la identidad del hombre curado; luego niegan la acción de Dios en la curación, tomando como excusa que Dios no obra en día de sábado; llegan incluso a dudar de que ese hombre haya nacido ciego. Su cerrazón a la luz llega a ser agresiva y desemboca en la expulsión del templo del hombre curado.
El camino del ciego, en cambio, es un itinerario en etapas, que parte del conocimiento del nombre de Jesús. No conoce nada más sobre Él; en efecto dice: «Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, me lo untó en los ojos» (v. 11). Tras las insistentes preguntas de los doctores de la ley, lo considera en un primer momento un profeta (v. 17) y luego un hombre cercano a Dios (v. 31). Después que fue alejado del templo, excluido de la sociedad, Jesús lo encuentra de nuevo y le «abre los ojos» por segunda vez, revelándole la propia identidad: «Yo soy el Mesías», así le dice. A este punto el que había sido ciego exclamó: «Creo, Señor» (v. 38), y se postró ante Jesús. Este es un pasaje del Evangelio que hace ver el drama de la ceguera interior de mucha gente, también la nuestra porque nosotros algunas veces tenemos momentos de ceguera interior.
Nuestra vida, algunas veces, es semejante a la del ciego que se abrió a la luz, que se abrió a Dios, que se abrió a su gracia. A veces, lamentablemente, es un poco como la de los doctores de la ley: desde lo alto de nuestro orgullo juzgamos a los demás, incluso al Señor. Hoy, somos invitados a abrirnos a la luz de Cristo para dar fruto en nuestra vida, para eliminar los comportamientos que no son cristianos... También nosotros, en efecto, hemos sido «iluminados» por Cristo en el Bautismo, a fin de que, como nos recuerda san Pablo, podamos comportarnos como «hijos de la luz» (Ef 5, 9), con humildad, paciencia, misericordia. Estos doctores de la ley no tenían ni humildad ni paciencia ni misericordia. (…)
Preguntémonos: ¿cómo está nuestro corazón? ¿Tengo un corazón abierto o un corazón cerrado? ¿Abierto o cerrado hacia Dios? ¿Abierto o cerrado hacia el prójimo? Siempre tenemos en nosotros alguna cerrazón que nace del pecado, de las equivocaciones, de los errores. No debemos tener miedo. Abrámonos a la luz del Señor, Él nos espera siempre para hacer que veamos mejor, para darnos más luz, para perdonarnos. ¡No olvidemos esto! A la Virgen María confiamos el camino cuaresmal, para que también nosotros, como el ciego curado, con la gracia de Cristo podamos «salir a la luz», ir más adelante hacia la luz y renacer a una vida nueva.
(Francisco. Ángelus. 30-3-2014). 
Señor Jesús, Luz indeficiente, que diste la vista a los ciegos y curaste la ceguera del ciego de nacimiento. Ilumínanos, Señor, con el colirio de la fe. Pon tu saliva mezclada con tierra en los ojos de nuestro corazón, unge nuestra ceguera. Nosotros, Señor, hemos nacido ciegos por causa de Adán, y necesitamos que nos ilumines. Nos reconocemos, Señor, pecadores. Con tu Palabra obra en nosotros una nueva creación. Que nos dejemos modelar como el primer Adán. No permitas que vivamos pensando que no estamos ciegos o que no tenemos necesidad de salvación, pues los que pretenden no tener necesidad de salvación se ciegan con respecto a sí mismos.
Tú que has venido a dar la vista a los ciegos, y a llamar a los pecadores, danos tu Luz.
Todos los viernes de Cuaresma también son días de abstinencia de comer carne.
ORACIÓN EN CUARESMA:
A las 6’30 de la mañana, de lunes a viernes, se reza la oración comunitaria de Laudes en el Templo parroquial de modo solemne y cantado.
A las 9.30 h. de la mañana también se rezan los Laudes en la Capilla de la Comunión con Exposición del santísimo Sacramento.
De lunes a jueves se rezará el Santo Rosario a las 19.00 h.
Los viernes de Cuaresma se rezará el Santo Rosario a las 18.30 h. y se hará el Ejercicio del Vía Crucis a las 7 tarde. 

Como el cireneo os invitamos a aliviar el peso de la cruz de hermanos nuestros colaborando con una aportación en las diversas necesidades que aparecerán en la cruz de la entrada de la Iglesia. Muchas gracias en nombre de los que más lo necesitan.

“Cuando el Señor Jesús habla de limosna, cuando pide practicarla, lo hace siempre en el sentido de ayudar a quien tiene necesidad de ello, de compartir los propios bienes con los necesitados, es decir, en el sentido simple y esencial, que no nos permite dudar del valor del acto denominado con el término «limosna», al contrario, nos apremia a aprobarlo: como acto bueno, como expresión de amor al prójimo y como acto salvífico.” (San Juan Pablo II. Catequesis. 28-3-1979).

En la colecta del segundo domingo de mes (11-12de marzo) se recaudaron 413,88 € y se han recibido donativos por la cantidad de 155 € para cubrir las necesidades que aparecen en la cruz de la entrada (una lavadora, medicamentos, alimentación…).
GASTOS RESTAURACIÓN VIVIENDA PARROQUIAL
5.623,32 €
Un donativo: 30 €
Se recaudaron:  2.550,90
Falta pagar:     3.072,42 €
Donativos en BANKIA
ES83-2038-6230-75-3000420970



1. ESCUELA PARROQUIAL DE CATEQUISTAS. El lunes 27 a las 17.30 h.
2. El lunes 27 a las 20.00 h. Formación de Cáritas LOS LUNES COMPARTIDOS, sobre la fundación Koopera, en la sede de Cáritas interparroquial.
3. El martes 28 de marzo a las 20.30 h. reunión del Equipo de Pastoral de la Salud.
4. El miércoles 29 de marzo habrá reunión con los padres del 3er curso de Jesús es el Señor para preparar las Primeras Comuniones.
5. El viernes 31 de marzo a las 18.00 h. celebrarán el Sacramento del Perdón los niños de Anatolé.
6. El viernes 31 de marzo a las 9 de la noche en los locales de la parroquia de San Francisco de Borja tendrá lugar la película documental para jóvenes "AL PRINCIPIO NO ERA ASÍ" de Lucia Garijo. Y posterior testimonio de los jóvenes que han realizado esta película.
7. A las 10.00 h. en la Casa de la Marquesa habrá un encuentro de la Hospitalidad de Lourdes.
8. El domingo 2 de abril a las 16.00 h. habrá un retiro de preparación al campamento interparroquial que este año será en Talayuelas del 9 al 16 de julio.
9. ORDENACIÓN SACERDOTAL: El sábado 22 de abril a las 19.00 h. en la Iglesia del Temple de Valencia será ordenado presbítero por el arzobispo de Valencia D. Antonio Cañizares el diácono Juan Carlos Picornell, CVMD, feligrés de nuestra parroquia, junto a su hermano de congregación Matteo. Recemos por él. Su Primera Misa será al día siguiente, domingo 23 de abril a las 11.30 h. en nuestra parroquia de San Francisco de Borja de Gandía.
Del 27 de marzo al 2 de abril de 2017
Lunes 27. 19.30 h.: Sin intención. 
Martes 28. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam Olaso-Martínez. 
Miércoles 29. 19.30 h.: En sufragio de: Rosendo Roche. 
Jueves 30. 19.30 h.: En sufragio de: Clemente Jesús Serrano y Alfonso Serrano. 
Viernes 31. 19.30 h.: En sufragio de: Juanita Saez Salinas. 
Sábado 1. Por la tarde: QUINTO DOMINGO DE CUARESMA. 18.00 h.: Con niños. Sin intención. 19.30 h.: Sin intención. 21.00 h.: Sin intención. 
Domingo 2. QUINTO DOMINGO DE CUARESMA. 10.00 h.: Sin intención. 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Ferrer-Puig.
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