11 de mayo de 2013

Domingo 12 de mayo de 2013. ASCENSIÓN


HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com

Domingo 12 de Mayo de 2013  



   Queridos hermanos:
Celebramos este domingo la Solemnidad de la Ascensión del Señor. Decía A. Chomjakov que “al cielo sólo se puede subir junto con todos; al infierno va cada uno solo”, (cit. en El Camino del Espíritu de Spidlik). Jesucristo lleva en su humanidad a todos los hombres al cielo. En la encarnación se unió a todos, padeció la cruz por todos y resucitó al tercer día para que “en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén”. (Lc 24, 47). En su ascensión se lleva a todos. Es el Misterio de la elección de todos y cada uno en la persona de Cristo (Ef 1,4ss).
¿Qué hace Cristo al ascender? Levanta las manos y bendice a los discípulos. Él, como Sumo sacerdote, presenta sus llagas gloriosas ante el Padre en una intercesión por todos, para que no se pierda ninguno. “Cuando sea elevado atraeré a todos hacia mi” (Jn 12,32). ¿Y qué hacen los discípulos? Según la conclusión de San Lucas, adorar, “se postraron”, bendecir a Dios, estar unidos, reunirse y estar llenos de alegría.
Estas palabras pueden resumir aquello que hará de primera comunidad cristiana una Iglesia misionera hasta los confines de la tierra, procurando llegar a todos. La adoración y bendición a Dios, por un lado, y la unión en caridad, llenos de alegría, son las dos alas que les hará volar al anuncio misionero.
Decía Dominique Rey, obispo de Toulon (Francia), en el congreso sobre Nueva Evangelización organizado por las diócesis de Solsona y Vic el 7 y 8 de enero de 2012, que “el dinamismo misionero de la Iglesia no se reduce a un movimiento hacia fuera. La Iglesia es primeramente misionera por su existencia como comunidad reunida por la fe, la liturgia, la caridad, y que vive del Evangelio. Ofrece entonces la prueba, el signo de la presencia en ella de Jesucristo resucitado. Interpela a aquellos que buscan una esperanza, una comunión, un sentido a la vida; esta era ya la manera misionera descrita por los Hechos de los Apóstoles (2,42)”.
Una comunidad cristiana que vive en el gozo de ser amada y perdonada, que mantiene la adoración y la bendición con entusiasmo, cuyos cristianos pasan tiempo juntos, que, no solo irradia caridad hacia fuera, sino también entre sus miembros, que se conocen y ayudan mutuamente, que cuida la belleza, reverencia y dignidad de las celebraciones, sobre todo de la eucarística, una comunidad así, ya es misionera. Se convierte en signo del cielo, visibilización del cuerpo glorioso de Jesucristo. Y esto debe llegar hasta los confines de la tierra.
Jesús, vuestro párroco

+  Conclusión del santo evangelio según san Lucas 24, 46-53

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: — «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén.
Vosotros sois testigos de esto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto.»
Después los sacó hacia Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.
Palabra del Señor.
  
662 "Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí"(Jn 12, 32). La elevación en la Cruz significa y anuncia la elevación en la Ascensión al cielo. Es su comienzo. Jesucristo, el único Sacerdote de la Alianza nueva y eterna, no "penetró en un Santuario hecho por mano de hombre, ... sino en el mismo cielo, para presentarse ahora ante el acatamiento de Dios en favor nuestro" (Hb 9, 24). En el cielo, Cristo ejerce permanentemente su sacerdocio. "De ahí que pueda salvar perfectamente a los que por él se llegan a Dios, ya que está siempre vivo para interceder en su favor"(Hb 7, 25). Como "Sumo Sacerdote de los bienes futuros"(Hb 9, 11), es el centro y el oficiante principal de la liturgia que honra al Padre en los cielos (cf. Ap 4, 6-11).
666 Jesucristo, cabeza de la Iglesia, nos precede en el Reino glorioso del Padre para que nosotros, miembros de su cuerpo, vivamos en la esperanza de estar un día con él eternamente.
667 Jesucristo, habiendo entrado una vez por todas en el santuario del cielo, intercede sin cesar por nosotros como el mediador que nos asegura permanentemente la efusión del Espíritu Santo.
797 El Espíritu Santo hace de la Iglesia "el Templo del Dios vivo" (2 Co 6, 16; cf. 1 Co 3, 16-17;Ef
2,21): En efecto, es a la misma Iglesia, a la que ha sido confiado el "Don de Dios ...Es en ella donde se ha depositado la comunión con Cristo, es decir el Espíritu Santo, arras de la incorruptibilidad, confirmación de nuestra fe y escala de nuestra ascensión hacia Dios ...Porque allí donde está la Iglesia, allí está también el Espíritu de Dios; y allí donde está el Espíritu de Dios, está la Iglesia y toda gracia. (San Ireneo, haer. 3, 24, 1).
ANTES DE ENVIARLOS A PREDICAR LES DIO CONOCIMIENTO DE SUS FLAQUEZAS
Y entre las cosas que habéis de mirar que se obran en vuestra ánima, la principal sea si os dejan más humillada que antes. Porque la humildad, como dice un Doctor, pone tal peso en la moneda espiritual, que suficientemente la distingue de la falsa y liviana moneda. Porque según dice San Gregorio: «Evidentísima señal de los escogidos es la humildad, y de los reprobados es la soberbia.» (…) Y también «El ánima que es llena del divino entendimiento, tiene sus evidentísimas señales, conviene a saber, verdad y humildad.» (…) Mas cuando es engaño del demonio, es muy al revés; porque, o al principio o al cabo de la revelación o consolación, se siente el ánima liviana y deseosa de hablar lo que siente, y con alguna estima de sí y de su propio juicio, pensando que ha de hacer Dios grandes cosas en ella y por ella. Y no tiene gana de pensar sus defectos, ni de ser reprendida de otros; mas todo su hecho es hablar y revolver en su memoria aquella cosa que tiene, y de ella querría que hablasen los otros. Cuando estas señales, y otras, que demuestran liviandad de corazón, viéredes, pronunciarse puede sin duda ninguna que anda por allí el espíritu del demonio. 
Y de ninguna cosa que en vos acaezca, por buena que os parezca, ora sean lágrimas, ora sea consuelo, ahora sea conocimiento de cosas de Dios, y aunque sea ser subida hasta el tercero cielo, si vuestra ánima no queda con profunda humildad, no os fiéis de cosa ninguna ni la recibáis; porque mientras más alta es, más peligrosa es, y haceros ha dar mayor caída. Pedid a Dios su gracia para conoceros y humillaros, y sobre todo esto déos más lo que fuere servido; mas faltando esto, todo lo otro, por precioso que parezca, no es oro, sino oropel; y no harina de mantenimiento, sino ceniza de liviandad. Tiene este mal la soberbia, que despoja el ánima de la verdadera gracia de Dios; y si algunos bienes le deja, son falsificados para que no agraden a Dios, y sean ocasión al que los tiene de mayor caída. Leemos de nuestro Redentor que cuando apareció a sus discípulos el día de su Ascensión (Mc., 16, 14), primero les reprendió la incredulidad y dureza de corazón, y después les mandó ir a predicar, dándoles poder para hacer muchos y grandes milagros; dando a entender, que a quien Él levanta a grandes cosas, primero le abate en sí mismo, dándole conocimiento de sus propias flaquezas; para que aunque vuelen sobre los cielos, queden asidos a su propia bajeza, sin poder atribuir a sí mismos, otra cosa sino su indignidad. 
(San Juan de Ávila. Audi Filia 52)
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“Así como el Señor existiendo en la forma de Dios no reputó codiciable tesoro mantenerse igual a Dios, antes se anonadó a sí mismo tomando la forma de siervo; así Pablo, siendo libre del todo se hizo siervo de todos para hacer libres a quienes eran siervos. El Señor tomó nuestra naturaleza y se hizo siervo para hacer libres a los siervos e inclinó los cielos y bajó, con el objeto de levantar hasta los cielos a quienes yacían allá abajo. ¡Inclinó los cielos! No dice abandonó los cielos y bajó, sino inclinó los cielos; para de este modo hacerte más fácil la ascensión a los cielos”. (S. Juan Crisóstomo. Homilía cuarta acerca del título de los Hechos de los Apóstoles)
   
Señor Jesús, que desde el cielo animas la Nueva Evangelización, infunde la alegría y el entusiasmo en nuestros pastores, en nuestros fieles. Danos pastores santos, que salgan del inmovilismo del “siempre se ha hecho así”, pasando del cansancio y rutina de la gestión de mantenimiento a ser pastores, con celo apostólico, para conducir a los hombres a Cristo y su evangelio, ayudando a los fieles a crecer en santidad y unión con Cristo y no solo dándoles tareas a realizar.
Danos pastores santos que no caigan en el funcionalismo, renueva en ellos y los demás el dinamismo del amor, el ardor del primer amor, la primacía de la gracia, la docilidad a la acción del Espíritu Santo,
Danos pastores santos que recuperen el sentido de la contemplación para no caer en un activismo estéril que multiplica actividades buscando el éxito. Danos pastores santos que nos saquen del individualismo, del avanzar cada uno por su cuenta, para vivir la caridad fraterna de la comunidad cristiana.
Danos pastores santos que trabajen por y con la Iglesia, reconociendo, acogiendo y acompañando los diversos carismas y las nuevas iniciativas misioneras.
Danos pastores santos que recuperen la esperanza y el entusiasmo espiritual, sacándolos del desánimo y cansancio.
Danos pastores santos que interioricen el don de Dios, lo perciban y lo vivan fervorosamente, redescubriendo su identidad ministerial y apostólica.
Danos pastores santos con la valentía de ofrecer a todos, y especialmente a los más pobres y necesitados, el evangelio de Cristo, pastores que no priven de la Buena Noticia a los hombres allí donde se encuentren, sin caer en la tentación de un falso respeto a los valores humanos y espirituales ya presentes que lleve a abstenerse del anuncio explícito, pues todas las personas, y también los pobres, “tienen derecho a a conocer la riqueza del misterio de Cristo.” (Redemptoris Missio n° 8).
(Oración inspirada en la ponencia de Dominique Rey, obispo de Toulon (Francia), en el congreso sobre Nueva Evangelización organizado por las diócesis de Solsona y Vic el 7 y 8 de enero de 2012)
Queridos hermanos y hermanas, el tiempo pascual que estamos viviendo con gozo, guiados por la liturgia de la Iglesia, es por excelencia el tiempo del Espíritu Santo donado «sin medida» (cfr Jn 3,34) por Jesús crucificado y resucitado. Este tiempo de gracia concluye con la fiesta de Pentecostés, en la que la Iglesia revive la efusión del Espíritu sobre María y los Apóstoles reunidos en oración en el Cenáculo. 

Pero ¿quién es el Espíritu Santo? En el Credo profesamos con fe: «Creo en el Espíritu Santo que es Señor y da la vida». La primera verdad a la que adherimos en el Credo es que el Espíritu Santo es Kýrios, Señor. Ello significa que Él es verdaderamente Dios como lo son el Padre y el Hijo, objeto, por parte nuestra, del mismo acto de adoración y de glorificación que dirigimos al Padre y al Hijo.
(...) El “agua viva”, el Espíritu Santo, Don del Resucitado que toma morada en nosotros, nos purifica, nos ilumina, nos renueva, nos trasforma porque nos hace partícipes de la vida misma de Dios que es Amor. Por esto, el Apóstol Pablo afirma que la vida del cristiano está animada por el Espíritu y de sus frutos, que son «amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia» (Gal 5,22-23). El Espíritu Santo nos introduce en la vida divina como “hijos en el Hijo Unigénito”. (...) Este es el don precioso que el Espíritu Santo trae a nuestros corazones: la vida misma de Dios, vida de verdaderos hijos, una relación de confidencia, de libertad y de confianza en el amor y en la misericordia de Dios, que tiene también como efecto una mirada nueva hacia los demás, cercanos y lejanos, vistos siempre como hermanos y hermanas en Jesús a los cuales hay que respetar y amar.  (...)
Y nosotros, escuchamos al Espíritu Santo que nos dice: Dios te ama, te quiere. ¿Amamos verdaderamente a Dios y a los demás, como Jesús? Y nosotros, ¿escuchamos al Espíritu Santo? 
¿Qué cosa nos dice el Espíritu Santo? Dios te ama: ¡nos dice esto! Dios Te ama, te quiere. Y nosotros ¿amamos verdaderamente a Dios y a los demás, como Jesús? Dejémonos guiar, dejémonos guiar por el Espíritu Santo.  
Dejemos que Él nos hable al corazón y nos diga esto: que Dios es amor, que Él nos espera siempre, que Él es el Padre y nos ama como verdadero papá; nos ama verdaderamente. Y esto solo lo dice el Espíritu Santo al corazón. Sintamos al Espíritu Santo, escuchemos al Espíritu Santo y vayamos adelante por este camino del amor, de la misericordia, del perdón. ¡Gracias! (Audiencia 8-5-2013).

1. Cursillos prematrimoniales en nuestra parroquia. lunes y jueves a las 21.00 h.
2. El lunes a las 10.00 h. reunión del Equipo de Pastoral de la Salud.
3. Ensayo para los niños que comulgan el sábado 18 y el domingo 19: de lunes a jueves a las 6 de la tarde.
4. El lunes a las 20.30 h. se reúne el grupo de oración.
5. El mismo lunes a las 20.30 h. se reúne también el grupo del Itinerario Diocesano de Renovación.
6. El miércoles 15 de mayo a las 17.30 h. el Equipo de Cáritas se reunirá para preparar la Semana de Cáritas.
7. Peregrinación diocesana a Lourdes de enfermos y discapacitados con el Sr. Arzobispo del 5 al 9 de julio. Interesados contactar con Elena.
8. Campamento con niños y jóvenes de 6 a 12 años en la Sierra de Peñascosa del 11 al 17 de julio. La reunión con padres es el 24 de mayo a las 20.30 h. Tienen los folletos informativos a su disposición.
9. El sábado 13 de julio en la parroquia de San Francisco de Borja de Gandía habrá un curso intensivo de profundización en el Oratorio de Niños pequeños a cargo del P. Gonzalo Carbó: 4 h. por la mañana y 4 horas por la tarde. Ya daremos más información.
10. Peregrinación a Santiago de Compostela del 4 al 12 de agosto.
     
Del  13 al 19 de mayo de 2013
Lunes 13.  19.30 h.: En sufragio de Vicente Grau Enguix. 
Martes 14. S. MATÍAS. 19.30 h.: En sufragio de los difuntos de la familia Calvet—Sancho, y Manuel Gómez Tarrazona. 
Miércoles 15. 19.30 h.: En sufragio de María López García y difuntos familia. 
Jueves 16. 19.30 h.: En sufragio de los difuntos de la familia Calvet—Sancho, y Estanislao Estrugo Castillo. 
Viernes 17. S. Pascual Bailón. 19.30 h.: sin intención. 
Sábado 18. PENTECOSTÉS. 17.30 h.: sin intención.1ª COMUNIONES. 19.30 h.: sin intención. 21.00 h.: sin intención. 
Domingo 19. PENTECOSTÉS. 12.00 h. Pro Pópulo

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