Autor: Mons. José Ignacio Munilla Aguirre
Finalmente, después de tres meses de comparecencias, ha sido aprobado y entregado al Consejo de Ministros, el Informe de Conclusiones de
Perversión del lenguaje
Mi primer comentario se dirige al título elegido para presentar el citado documento: “En el marco de una nueva norma sobre derechos y salud sexual y reproductiva...” Como ya nos advirtió el cardenal Bertone en su reciente conferencia sobre los Derechos Humanos pronunciada en Madrid, la perversión del lenguaje ha pasado a ser un instrumento habitual en la estrategia de la conculcación de los derechos humanos. Emplear los términos “salud sexual” o “salud reproductiva” para referirse al aborto, es algo así como reivindicar el despido libre utilizando el concepto de “salud laboral”; o como reclamar la liberalización de la pornografía infantil bajo el término de “desinhibición precoz”… Una prueba añadida de la intrínseca maldad del aborto, es el hecho de que haya que recurrir a disfrazar su cruda realidad, para hacerlo socialmente aceptable.
Ataque a la vida, a la familia y a la libertad de educación
En medio de la crisis moral que padecemos, los católicos contribuimos al bien común, entre otras formas, con la defensa decidida de tres valores de suma importancia: el derecho inviolable a la vida, el apoyo a la familia, y el derecho-deber de ésta a la educación moral de los hijos.
Es muy significativo que las propuestas del Informe de
Una vez más, contra la objeción de conciencia
El Informe de
Cada vez entendemos mejor aquella expresión acuñada por el entonces Cardenal Ratzinger: “dictadura del relativismo”. Efectivamente, una y otra vez, estamos siendo testigos de cómo la “tolerancia” es invocada para justificar la introducción de determinados males morales; mientras que una vez implantados, se imponen como opción obligatoria, sin derecho siquiera a la objeción de conciencia. La estrategia es muy similar en todos los casos. Baste refrescar nuestra memoria sobre el itinerario seguido en otro caso reciente: 1º.- Invocación de la tolerancia para las uniones homosexuales; 2º.- Modificación del concepto de matrimonio en el Código Civil para equiparar las uniones homosexuales a las heterosexuales; 3º.- Enseñanza obligatoria de la ideología de género en las escuelas, a través de Educación para
La historia española está demostrando que una cosa es “invocar” la objeción de conciencia como estrategia política, y otra cosa muy distinta es “creer” en ella. Con frecuencia ocurre que los defensores de la objeción de conciencia, pasan a ser sus detractores, en cuanto alcanzan el poder.
En realidad, para creer en la objeción de conciencia, es necesario creer en la libertad del hombre. Y para creer en la libertad del hombre, es indispensable confesar su dignidad espiritual. Solamente así descubriremos el absurdo de la reivindicación del aborto como un “derecho”… Solamente así podremos entender que detrás del “no al aborto”, se encierra un “sí a la vida”, inseparable de la dignificación de la mujer y del matrimonio.