22 de diciembre de 2018

Domingo 23 de diciembre de 2018. 4 ADV C.

HOJA PARROQUIAL

Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com
               Queridos hermanos:
La escena de la visitación no tiene desperdicio. Y conmueve las entrañas al ver el amor tan gratuito y desbordante de un Dios que tiene prisa de llevar la salvación y anticipar en esta escena, de la Visitación, lo que será en Pentecostés: la efusión del Espíritu Santo, el ser colmados de alegría, el recibir el espíritu de profecía para anunciar al Salvador.
“No lo merezco”, podría ser la expresión de cualquiera de nosotros. “No soy digno”, podríamos decir como el centurión romano. Isabel dice: “¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?” La humildad es visitada por el Humilde en la Humilde. Esto es lo que dirá Isabel cuando queda embarazada: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor, cuando se ha fijado en mí para quitar mi oprobio ante la gente». (Lc 1,25).
La humildad que se abre a lo inesperado se llena de asombro y de alegría. Isabel no esperaba tal visita de María, que es la Madre de su Señor. Y esto ha llenado a Isabel del Espíritu Santo y de uno de sus mejores frutos: la alegría. ¡Isabel, una persona mayor, que era estéril, embarazada, llena de alegría y profetizando! Dice el Evangelio: “en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.” (Lc 1,44).
«Todo es alegría. Pero nosotros cristianos no estamos muy acostumbrados a hablar de alegría, de gozo. Creo que muchas veces nos gustan más los lamentos. ¿Qué es la alegría? La clave para comprender esta alegría es lo que dice el Evangelio: “Isabel fue colmada de Espíritu Santo”. Es el Espíritu Santo quien nos da la alegría». (…) «Es precisamente el Espíritu quien nos guía. Él es el autor de la alegría, el creador de la alegría. Y esta alegría en el Espíritu nos da la verdadera libertad cristiana. Sin alegría, nosotros, cristianos, no podemos llegar a ser libres. Nos convertimos en esclavos de nuestras tristezas, en cambio, la alegría cristiana deriva precisamente de la alabanza a Dios. ¿Qué es este alabar a Dios? Alabarle a Él gratuitamente, como es gratuita la gracia que Él nos da. Y la eternidad será esto: alabar a Dios. Pero esto no será aburrido, será bellísimo. Esta alegría nos hace libres. (…) Es precisamente la Virgen quien trae las alegrías. La Iglesia la llama causa de nuestra alegría, causa nostrae letitiae. ¿Por qué? Porque trae nuestra alegría más grande, trae a Jesús. Y trayendo a Jesús hace que “este niño salte de alegría en el seno de la madre”. (Francisco. Meditación diaria en las misas matutinas. 31-5-2013).
Era poco que el Señor le hubiera concedido un hijo a Isabel. Quiso en ella hacer muchas más maravillas, a través de María, causa de nuestra alegría. Pues el brazo del Señor es sobreabundantísimo en gracias y dones a los humildes que se abren a lo inesperado.

Jesús, vuestro párroco
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas                 1, 39-45

En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a un a ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

Palabra del Señor.
MARÍA VIRGEN Y MADRE
506   "Más bienaventurada es María al recibir a Cristo por la fe que al concebir en su seno la carne de Cristo" (S. Agustín, virg. 3).
MARÍA Y LA IGLESIA
507   María es a la vez virgen y madre porque ella es la figura y la más perfecta realización de la Iglesia (cf. LG 63): "La Iglesia se convierte en Madre por la palabra de Dios acogida con fe, ya que, por la predicación y el bautismo, engendra para una vida nueva e inmortal a los hijos concebidos por el Espíritu Santo y nacidos de Dios. También ella es virgen que guarda íntegra y pura la fidelidad prometida al Esposo" (LG 64).
717 La "visitación" de María a Isabel se convirtió así en "visita de Dios a su pueblo" (Lc 1, 68).
2617 La oración de María se nos revela en la aurora de la plenitud de los tiempos. (…) En la fe de su humilde esclava, el don de Dios encuentra la acogida que esperaba desde el comienzo de los tiempos. La que el Omnipotente ha hecho "llena de gracia" responde con la ofrenda de todo su ser: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra". Fiat, ésta es la oración cristiana: ser todo de El, ya que El es todo nuestro.
LA NECESIDAD DE QUE EL SALVADOR NOS VISITE
457 Nuestra naturaleza enferma exigía ser sanada; desgarrada, ser restablecida; muerta, ser resucitada. Habíamos perdido la posesión del bien, era necesario que se nos devolviera. Encerrados en las tinieblas, hacia falta que nos llegara la luz; estando cautivos, esperábamos un salvador; prisioneros, un socorro; esclavos, un libertador. ¿No tenían importancia estos razonamientos? ¿No merecían conmover a Dios hasta el punto de hacerle bajar hasta nuestra naturaleza humana para visitarla ya que la humanidad se encontraba en un estado tan miserable y tan desgraciado? (San Gregorio de Nisa).
EL EVANGELIO COMENTADO POR EL PAPA

“El Evangelio de este domingo de Adviento subraya la figura de María. La vemos cuando, justo después de haber concebido en la fe al Hijo de Dios, afronta el largo viaje de Nazaret de Galilea a los montes de Judea, para ir a visitar y ayudar a su prima Isabel. El ángel Gabriel le había revelado que su pariente ya anciana, que no tenía hijos, estaba en el sexto mes de embarazo (cf. Lc  1, 26.36). Por eso, la Virgen, que lleva en sí un don y un misterio aún más grande, va a ver a Isabel y se queda tres meses con ella. En el encuentro entre las dos mujeres —imaginad: una anciana y la otra joven, es la joven, María, la que saluda primero: El Evangelio dice así: «Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel» (Lc 1, 40). Y, después de ese saludo, Isabel se siente envuelta de un gran asombro (…) que resuena en sus palabras: «¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?» (v. 43). Y se abrazan, se besan, felices estas dos mujeres: la anciana y la joven. Las dos embarazadas.
Para celebrar bien la Navidad, estamos llamados a detenernos en los «lugares» del asombro. Y, ¿cuáles son los lugares del asombro en la vida cotidiana? Son tres. El primer lugar es el otro, en quien reconocemos a un hermano, porque desde que sucedió el Nacimiento de Jesús, cada rostro lleva marcada la semejanza del Hijo de Dios. Sobre todo cuando es el rostro del pobre, porque como pobre Dios entró en el mundo y y dejó, ante todo, que los pobres se acercaran a Él.
Otro lugar del asombro —el segundo— en el que, si miramos con fe, sentimos asombro, es la historia. Muchas veces creemos verla por el lado justo, y sin embargo corremos el riesgo de leerla al revés. Sucede, por ejemplo, cuando ésta nos parece determinada por la economía de mercado, regulada por las finanzas y los negocios, dominada por los poderosos de turno. El Dios de la Navidad es, en cambio, un Dios que «cambia las cartas»: ¡Le gusta hacerlo! Como canta María en el Magnificat, es el Señor el que derriba a los poderosos del trono y ensalza a los humildes, colma de bienes a los hambrientos y a los ricos despide vacíos (cf. Lc 1, 52-53). Este es el segundo asombro, el asombro de la historia.
Un tercer lugar de asombro es la Iglesia: mirarla con el asombro de la fe significa no limitarse a considerarla solamente como institución religiosa que es, sino a sentirla como Madre que, aun entre manchas y arrugas —¡tenemos muchas!— deja ver las características de la Esposa amada y purificada por Cristo Señor.  Una Iglesia que sabe reconocer los muchos signos de amor fiel que Dios continuamente le envía. Una Iglesia para la cual el Señor Jesús no será nunca una posesión que defender con celo: quienes hacen esto, se equivocan, sino Aquel que siempre viene a su encuentro y que ésta sabe esperar con confianza y alegría, dando voz a la esperanza del mundo. La Iglesia que llama al Señor: «Ven Señor Jesús». La Iglesia madre que siempre tiene las puertas abiertas, y los brazos abiertos para acoger a todos. Es más, la Iglesia madre que sale de las propias puertas para buscar, con sonrisa de madre a todos los alejados y llevarles a la misericordia de Dios. ¡Este es el asombro de la Navidad!” (Francisco. Ángelus. 20-12-2015).
La Virgen María

Señor Jesús, que en la Virgen María tu Padre nos ha concedido una digna morada, la verdadera posada para su Hijo que Dios esperaba desde el comienzo de los tiempos. Ella que ha ofrecido todo su ser al responder al anuncio del Ángel Gabriel: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra". Ella que ha respondido “Hágase”, modelo de oración cristiana. Ella que se ha puesto totalmente en las manos del Padre, para ser totalmente suya, como humilde sierva.
Concédenos parecernos a ella. Concédenos ser totalmente de María para ser totalmente tuyos, Señor, ya que Tú has queridos ser totalmente nuestro, para que fuéramos totalmente del Padre.
Bendito seas, Señor, por María.
Si has colocado a María en el centro con el color de la realeza, el color rojo, el color púrpura, el color de la vida y de la sangre, es porque María no hace sino llevarnos a ti, Señor Jesús, centro de la Historia, principio y fin de todo lo creado. Concédenos, como ella, que nuestra vida siempre oriente hacia Ti.
La has colocado como puerta, Tú que eres la puerta. Para llegar a ti has querido que lo hiciéramos a través de tan humilde madre, de tan humilde mujer. A través de María vamos seguros a Ti. Y así, aunque el paisaje tenebroso y árido de nuestra vida, parecido a la montaña y a la cueva oscura, pueda apesadumbrarnos, la presencia de María y la tuya en el interior de la cueva, nos hace no temer. Si está María y estás Tú, nada debemos temer. Concédenos, como María, ser puerta siempre abierta a tu presencia y a nuestros hermanos para que entren a Ti. Que no seamos de los que ni entran ni dejen entrar.
A través de María has llegado al mundo unido indisolublemente en matrimonio a nuestra carne. Tu carne es la carne de María, es la carne que comulgamos en cada Eucaristía, carne que es la Luz que ilumina las tinieblas de toda cueva. María, vestida de túnica azul, ha sido revestida del color rojo de la divinidad.
María, en el icono de la divinidad, no te mira, parece que mira más allá, meditando en su corazón estos acontecimientos recién vividos de su maternidad virginal, virgen antes del parto, virgen durante el parto y virgen después del parto. María parece meditar que su deseo hubiera sido darte algo más y no simplemente un pesebre y el seno de una cueva inhóspita utilizada como establo. Pero no ha podido, porque “no han encontrado sitio en la posada”. Señor Jesús, la única posada ha sido María. Y José. Este santo matrimonio ha sido tu posada. Y una cueva donde se encuentran un buey y una mula. Concede que nuestras familias sean verdaderas posadas de tu Santidad, de tu amor tierno y misericordioso.

1. La colecta para Cáritas parroquial del pasado 15 y 16 de diciembre ha ascendido a 494,11 €.
2. Tienen a su disposición el Evangelio 2019, y el Calendario 2019, tanto de mesa como de pared. Ayúdenos a difundirlo.
También encontrarán en el despacho Turrón solidario para ayudar a la Ciudad de la Esperanza.
CONCURSO DE DIBUJO-PINTURA,

REDACCIÓN Y POESÍA
bajo el lema: “Busco posada”. Encontrarán las bases a la entrada de la Iglesia y en el blog de la parroquia.
El Plazo límite de presentación de trabajos: el viernes 28 de diciembre de 2018. Entrega de un detalle a cada participante:
el domingo 30 de diciembre en la misa de 11.30 h. Entrega de premios de los ganadores: el 5 de enero a las 20.30 h., coincidiendo con la presencia de SSMM los Reyes de Oriente.

Del 24 al 30 de diciembre de 2018

Lunes 24. Por la tarde COMIENZA EL TIEMPO DE NAVIDAD
NATIVIDAD DEL SEÑOR
 18.00 h.: MISA DE LA VIGILIA. Con niños. 19.30 h.: MISA DE LA VIGILIA. 00.00 h.: MISA DE MEDIANOCHE.
Martes 25. MISA DE LA AURORA. 10.00 h.
MISA DEL DÍA. 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.
Miércoles 26. FIESTA DE SAN ESTEBAN PROTOMÁRTIR. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Valls-Peiró.
Jueves 27. FIESTA DE SAN JUAN APÓSTOL Y EVANGELISTA. 19.30 h.: Sin intención.
Viernes 28. FIESTA DE LOS SANTOS INOCENTES, MÁRTIRES. 19.30 h.: A intención de una feligresa.
Sábado 29. POR LA TARDE:
FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA: JESÚS, MARÍA Y JOSÉ. 18.00 h.: Con niños. En sufragio de: A intención de una feligresa. 19.30 h.: En sufragio de: Rosendo Roche. 21.00 h.: Sin intención.
Domingo 30. FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA: JESÚS, MARÍA Y JOSÉ. 10.00 h.: Sin intención. 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: En sufragio de: Juanita Saez. 
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Puedes descargar la Hoja Parroquial:








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