4 de noviembre de 2017

Domingo 5 de noviembre de 2017. 31 TO A.

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com


Domingo 5 de Noviembre de 2017

                          Queridos hermanos:
El Evangelio de este domingo nos habla de una enfermedad muy contagiosa y también del remedio. Esa enfermedad es la conducta de los letrados y fariseos. La palabra fariseo significa separado. Ellos se consideran un mundo aparte, un mundo superior. Saben leer, son letrados. Por eso no se mezclan con ignorantes, pecadores y gente baja. Jesús invitó en muchas ocasiones a guardarse de la levadura de fariseos, saduceos y herodianos: «Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos.» (Mt 16,6). «Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes.»  (Mc 8,15). “Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.” (Lc 12,1).
Una característica propia de los fariseos era la “hipocresía”, terrible levadura, pues lo que está escondido es una cosa y lo que aparece es otra, lo que ocultan es una cosa y lo que manifiestan es otra (cf. Lc 12,2). Personas de doble cara. Hoy nos habla Jesús de esa levadura con ejemplos concretos. Es una levadura oculta, tan peligrosa, que Jesús no tiene reparo en desenmascararla, pues tiene como Padre al Príncipe de la Mentira. Dice el catecismo: “El Señor denuncia en la mentira una obra diabólica: “Vuestro padre es el diablo… porque no hay verdad en él; cuando dice la mentira, dice lo que le sale de dentro, porque es mentiroso y padre de la mentira” (Jn 8, 44). (nº 2482). Estos fariseos enseñan lo que dice Moisés. Pero no lo ponen en práctica. Dicen y no hacen. Sus vidas viven en la mentira, en la simulación, en la doble vida, en la hipocresía, en la duplicidad. Cargan pesadas cargas a la gente y ellos no prestan ni la más mínima ayuda para llevar esas cargas; están muy pendientes de que los vea la gente; se adornan con mantos, con muchas cosas para aparentar ser majestuosos, perfectos, pendientes del parecer más que del ser; reduciendo la religión a una cuestión de “prácticas”; creyéndose mejor que muchos y estando muy pendiente de la legalidad… de algunas cosas superficiales. Todo un camino de enaltecimiento que será humillado.
Podríamos pensar que esta palabra de Jesús va dirigida solamente a los sacerdotes, a los obispos, a los que tienen autoridad… Esta palabra es para todos. Comenta el Papa en una de sus homilías matutinas que “todos hemos tenido la tentación de la hipocresía. Todos. Todos los cristianos.” (19-junio-2013). Pues estos fariseos no son una clase de personas, sino una clase de vida espiritual y su levadura ha podido infectar nuestro corazón.
Como solución a esta bacteria que es capaz de infectarlo todo, propone Jesús el triple magisterio del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, el vivir en comunidad, descubrir en el otro un hermano, buscando la humildad y el servicio de caridad para sanar el orgullo. Nosotros estamos llamados a ser discípulos de la Santísima Trinidad. Todo un camino de humillación que será enaltecido.
Jesús, vuestro párroco
Lectura del Santo Evangelio según san Mateo          23, 1-12

En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo:
- «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen.
Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»
Palabra del Señor.
EL EVANGELIO COMENTADO
POR EL PAPA FRANCISCO
“No sirve de nada autoproclamarse cristianos, porque «Dios es concreto» y la vida cristiana es la del «hacer» y no «la religión del decir».
(…) Jesús mismo dijo: «No aquellos que me dicen: “Señor, Señor” entrarán en el reino de los cielos: sino ¡los que han hecho!». Por lo tanto, «no aquellos que dicen» y basta, sino «quienes han hecho la voluntad del Padre». De esta forma el Papa recordó que «el Señor nos enseña el camino del hacer».
Y, añadió, «cuántas veces encontramos gente —también nosotros—, muchas veces en la Iglesia», que proclama: «¡soy muy católico!». Y te dan ganas de preguntar: «¿tú que haces?». Por ejemplo, evidenció Francisco, «muchos padres se dicen católicos, pero nunca tienen tiempo para hablar con los hijos, para jugar con los propios hijos, para escuchar a sus hijos». Quizás, prosiguió, «tienen a sus padres en una residencia de ancianos, pero siempre están ocupados y no pueden ir a visitarlos y los dejan abandonados». Pero repiten: «¡Ey, soy muy católico! Formo parte de esa asociación...».
Esta actitud, afirmó el Papa, es típica de la «religión del decir: yo digo que soy así, pero me comporto como un mundano. Como estos clérigos de los cuales hablaba Jesús».
A ellos «les gustaba exhibirse, les gustaba la vanidad, pero no la justicia; les gustaba hacerse llamar maestro; les gustaba el decir pero no el hacer».
(…) «Decir y no hacer es un engaño» advirtió el Pontífice. Y «es un engaño que nos lleva precisamente a la hipocresía». Tal «como Jesús dice de estos clérigos». Pero «el Señor va más allá: ¿qué es lo que les dice que hagan a los que se acercan?».
(…) De ahí que, explicó Francisco, «la misericordia del Señor está en el hacer». Tanto que a «quienes tocan a la puerta y dicen: “Pero, Señor, te acuerdas que yo he dicho...”», Él les responde: «¡No te conozco!». Sin embargo, a quienes «hacen» les dice: «Eres pecador como la escarlata, tu serás blanco como la nieve». Así, «la misericordia del Señor va al encuentro de quienes tienen el coraje de confrontarse con Él, pero confrontarse sobre la verdad, sobre las cosas que hago o las que no hago, para corregirme». Y «este es el gran amor del Señor, en esta dialéctica entre el decir y el hacer».
A continuación el Papa recalcó que «ser cristiano significa hacer: hacer la voluntad de Dios». Y «el último día —porque todos nosotros tendremos uno— ¿qué nos preguntará el Señor? Nos dirá: “¿qué habéis dicho sobre mí?”. ¡No! Nos preguntará sobre las cosas que hemos hecho». Nos preguntará, en resumen, por «las cosas concretas: “Tenía hambre y me diste de comer; tenía sed y me diste de beber; estaba enfermo y viniste a verme; estaba en la cárcel y viniste a visitarme”». Porque «esta es la vida cristiana». Por el contrario «el solo decir nos lleva a la vanidad, a ese aparentar ser cristiano. Pero no, ¡no se es cristiano así!».
(…) Francisco propuso un examen de conciencia, sugiriendo algunas preguntas para hacerse a uno mismo: «¿Yo soy de esos que dicen tanto y no hacen nada? O ¿hago algo e intento hacer más?». El objetivo, subrayó, es «hacer la voluntad del Señor para hacer el bien a mis hermanos, a quienes están más cerca».
Como conclusión, antes de continuar con la celebración eucarística, el Papa invitó a rezar para que «el Señor nos dé esta sabiduría de entender bien dónde está la diferencia entre el decir y el hacer, nos enseñe el camino del hacer y nos ayude a ir por ese camino, porque el camino del decir nos lleva al lugar donde estaban estos doctores de la ley, estos clérigos, a los cuales les gustaba engalanarse y ser como reyezuelos». Pero «¡esta no es la realidad del Evangelio!».
Y de ahí, la oración para que «el Señor nos enseñe este camino». (Francisco. Meditación diaria. 23-2-2016).
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“Algunos se creen grandes porque saben más que los demás, y se dedican a exigirles y a controlarlos, cuando en realidad lo que nos hace grandes es el amor que comprende, cuida, protege al débil. (…) La actitud de humildad aparece aquí como algo que es parte del amor, porque para poder comprender, disculpar o servir a los demás de corazón, es indispensable sanar el orgullo y cultivar la humildad. Jesús recordaba a sus discípulos que en el mundo del poder cada uno trata de dominar a otro, y por eso les dice: «No ha de ser así entre vosotros» (Mt 20,26). La lógica del amor cristiano no es la de quien se siente más que otros y necesita hacerles sentir su poder, sino que «el que quiera ser el primero entre vosotros, que sea vuestro servidor» (Mt 20,27). En la vida familiar no puede reinar la lógica del dominio de unos sobre otros, o la competición para ver quién es más inteligente o poderoso, porque esa lógica acaba con el amor. También para la familia es este consejo: «Tened sentimientos de humildad unos con otros, porque Dios resiste a los soberbios, pero da su gracia a los humildes» (1 P 5,5).” (Francisco. Amoris Laetitiae 97-98)
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“No hay humildad y no hay santidad sin pasar a través del camino de la humillación.” (Francisco. Meditación diaria. Lunes 1 de febrero de 2016)
                 LLAMADOS A VIVIR EN LA VERDAD
2468         La verdad como rectitud de la acción y de la palabra humana tiene por nombre veracidad, sinceridad o franqueza. La verdad o veracidad es la virtud que consiste en mostrarse verdadero en sus actos y en decir verdad en sus palabras, evitando la duplicidad, la simulación y la hipocresía.

2469         "Los hombres no podrían vivir juntos si no tuvieran confianza recíproca, es decir, si no se manifestasen la verdad" (S. Tomás de Aquino, s. th. 2-2, 109, 3 ad 1). La virtud de la veracidad da justamente al prójimo lo que le es debido; observa un justo medio entre lo que debe ser expresado y el secreto que debe ser guardado: implica la honradez y la discreción. En justicia, "un hombre debe honestamente a otro la manifestación de la verdad" (S. Tomás de Aquino, s.th. 2-2, 109,3).

2470  El discípulo de Cristo acepta "vivir en la verdad", es decir, en la simplicidad de una vida conforme al ejemplo del Señor y permaneciendo en su Verdad. "Si decimos que estamos en comunión con él, y caminamos en tinieblas, mentimos y no obramos conforme a la verdad" (1 Jn 1,6).

2482  "La mentira consiste en decir falsedad con intención de engañar" (S. Agustín, mend. 4,5). El Señor denuncia en la mentira una obra diabólica: "vuestro padre es el diablo...porque no hay verdad en él; cuando dice la mentira, dice lo que le sale de dentro, porque es mentiroso y padre de la mentira" (Jn 8,44).
Señor Jesús, Verdad, Camino al Padre y Vida verdadera, concédenos amarte y danos la sabiduría del corazón, danos un corazón veraz, que tenga rectitud a la hora de hablar y a la hora de actuar. Concédenos la sinceridad de corazón que nos permita mostrarnos veraces en actos y palabras, danos franqueza para evitar la duplicidad, la simulación y la hipocresía. Que no sigamos un camino de doblez sino que te sigamos a Ti, camino, Verdad y Vida.
Pues es tu deseo que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, concédenos ser misioneros de la verdad con el ejemplo de nuestra vida y con palabras de verdad que no sean desacreditadas por una doble vida, por un hipocresía que busque el halago, la recompensa, el reconocimiento. Concédenos un corazón humilde y servicial siendo discípulos tuyos, del Padre y del Espíritu Santo. Adéntranos en el camino de la caridad y en ver en los demás a un hermano a quien amar y servir.

La Vicaría para la Evangelización y Transmisión de la Fe del Arzobispado de Valencia presenta un trienio de formación para adultos en la fe: Volver a la escuela de Jesús (2017-2020). Con sus primeros discípulos, Jesús no para. Siempre está andando: en la playa, en el camino, en la montaña, al desierto, en la sinagoga, a las casas, en los pueblos. Por toda Galilea va contagiando el entusiasmo por el Reino. ¡Es el entusiasmo de los inicios! A ese momento queremos volver, regresar a Galilea. Allí lo veremos. Es la invitación a recuperar y renovar nuestra adhesión al Evangelio, fundamento de nuestra alegría. Es tiempo de «salir, caminar, sembrar siempre de nuevo» (papa Francisco. La alegría del Evangelio, 21).

El objetivo principal es caminar, empezar una ruta, siguiendo un itinerario que nos lleve a convertirnos a Jesús, ahondando de manera sencilla en el Evangelio. Creando un grupo o varios, una pequeña comunidad de seguidores de Jesús que se reúnen para escuchar a su Maestro.
1. YA ESTÁ A SU DISPOSICIÓN EL EVANGELIO 2018, el calendario parroquial Y LIBRETAS PARA APUNTES.

2. El lunes 6 de noviembre a las 17.30 h. y a las 20.15 h. en los locales de la parroquia habrá una sesión de formación para catequistas sobre la iniciación cristiana.
3. El martes 7 de noviembre a las 20.15 h. se reunirá el Equipo de Pastoral de la Salud.

4. El viernes 10 de noviembre a las 21.30 h. en las Clarisas de Gandía se hará la Adoración con jóvenes.

5. La colecta de la semana que viene irá destinada a ayudar a nuestra Diócesis en sus necesidades.
6. La catequesis del Buen Pastor (niños de 3 a 5 años) será los sábados a las 11.30 h. La catequesis de comunión (Jesús es el Señor) será los sábados a las 16.30 h. La catequesis de postcomunión (Anatolé) será los viernes a las 6 tarde. La catequesis de confirmación (Zarza Ardiente) sigue en espera de convocar para iniciar.
Del 6 al 12 de noviembre de 2017
Lunes 6. Beata Josefa Naval Girbés.  19.30 h.: En sufragio de: Bruno Ortín Vallés. 
Martes 7. San Jacinto Castañeda, presbítero y mártir. 19.30 h.: En sufragio de: Rvdo. D. Jesús Blanquer. 
Miércoles 8. 19.30 h.: En sufragio de: Antonio Casanova. 
Jueves 9. Fiesta de la Dedicación de la Basílica de Letrán. 19.30 h.: Sin intención. 
Viernes 10. San León Magno, Papa y Doctor. 19.30 h.: Sin intención. 
Sábado 11. Por la mañana: San Martín de Tours, Obispo. Por la tarde: Domingo XXXII del Tiempo Ordinario. 18.00 h.: Con niños. Sin intención. 19.30 h.: Sin intención. 21.00 h.: Sin intención. 
Domingo 12. Domingo XXXII del Tiempo Ordinario. 10.00 h.: Sin intención. 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: Sin intención.
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Puedes descargar la Hoja Parroquial:

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