22 de abril de 2011

Domingo 24 de abril de 2011. Domingo de Pascua.

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com

Domingo 24 de abril de 2011.

  
              Queridos hermanos:
¿Cómo se conquista una ciudad? ¿Con estrategias, asedio, armas sofisticadas, valientes soldados...? Bien sabemos que una ciudad así conquistada no somete el corazón de sus ciudadanos. En su libertad no se entregan al tirano.
Jesucristo nos ofrece la forma de conquistar la ciudad de nuestro corazón: con la verdad de su amor que no admite dobleces y se da hasta el extremo en la cruz; con la humildad de un Rey que entra en un asno y no en un caballo; con la alabanza de unos niños que le gritan como Rey; con una minoría de discípulos que reciben todo su amor celebrado en el Cenáculo, entregándoles el Sacramento de la Caridad; con un amor que en la Cruz calla porque ya lo ha dicho todo; con un amor que penetró "en los infiernos", incluso en la oscuridad máxima de la soledad humana; con un amor resucitado que nos invita a la alegría que no tiene fin y nos da la Paz.
La verdad de su caridad es la que atrae nuestro corazón, le abre las puertas y le dice rendido: “Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Vos me disteis, a Vos, Señor, lo torno. Todo es Vuestro: disponed de ello según Vuestra Voluntad. Dadme Vuestro Amor y Gracia, que éstas me bastan. (Oración de San Ignacio). Decía el Papa Benedicto citando a San Agustín: “el hombre se mueve espontáneamente, y no por coacción, cuando se encuentra ante algo que lo atrae y le despierta el deseo. Así pues, al preguntarse sobre lo que puede mover al hombre por encima de todo y en lo más íntimo, el santo obispo exclama: «¿Ama algo el alma con más ardor que la verdad?». En efecto, todo hombre lleva en sí mismo el deseo inevitable de la verdad última y definitiva. Por eso, el Señor Jesús, «el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6), se dirige al corazón anhelante del hombre, que se siente peregrino y sediento, al corazón que suspira por la fuente de la vida, al corazón que mendiga la Verdad. En efecto, Jesucristo es la Verdad en Persona, que atrae el mundo hacia sí. (Sacramentum caritatis nº 2).  Así pues, a los peregrinos, sedientos, mendigos de vida, verdad o amor, a los corazones anhelantes y deseosos, a los corazones cuya cuaresma a descongelado y desean, les decimos: Venid a hacer Pascua con nosotros, los hambrientos, los necesitados,
Jesús, vuestro párroco

Lectura del santo evangelio según san Mateo        28, 1‑10

En la madrugada del sábado, al alborear el primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. Y de pronto tembló fuertemente la tierra, pues un ángel del Señor, bajando del cielo y acercándose, corrió la piedra y se sentó encima. Su aspecto era de relámpago y su vestido blanco como la nieve; los centinelas temblaron de miedo y quedaron como muertos. El ángel habló a las mujeres: ‑ «Vosotras, no temáis; ya sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí. Ha resucitado, como había dicho. Venid a ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discípulos: "Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis." Mirad, os lo he anunciado.»
Ellas se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos.
De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo:
‑ «Alegraos. » Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies.
Jesús les dijo: ‑ «No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.»
Palabra del Señor.

En la colecta de los días 9 y 10 de abril se recaudaron 504,90 €. Por otro lado el pasado sábado 15 de abril distintos miembros de las Cáritas parroquiales salieron a la calle en mesas petitorias, sensibilizando sobre la mala situación de muchas familias y animando a apuntarse como socios de Cáritas mediante domiciliación bancaria. Les animamos a que lo hagan con una pequeña aportación mensual o anual.

Al mismo tiempo se están recogiendo en la parroquia alimentos no perecederos para el Economato de Cáritas interparroquial. Muchas gracias por su colaboración.
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La Eucaristía, Sacramento de la Caridad
“Sacramento de la caridad, la Santísima Eucaristía es el don que Jesucristo hace de sí mismo, revelándonos el amor infinito de Dios por cada hombre. En este admirable Sacramento se manifiesta el amor «más grande», aquél que impulsa a «dar la vida por los propios amigos» (cf. Jn 15,13). En efecto, Jesús «los amó hasta el extremo» (Jn 13,1). Con esta expresión, el evangelista presenta el gesto de infinita humildad de Jesús: antes de morir por nosotros en la cruz, ciñéndose una toalla, lava los pies a sus discípulos. Del mismo modo, en el Sacramento eucarístico Jesús sigue amándonos «hasta el extremo», hasta el don de su cuerpo y de su sangre. ¡Qué emoción debió embargar el corazón de los Apóstoles ante los gestos y palabras del Señor durante aquella Cena! ¡Qué admiración ha de suscitar también en nuestro corazón el Misterio eucarístico!” (Exhort. ap. postsinodal Sacramentum caritatis nº 1)

El ministerio insustituible de los sacerdotes
La importancia del papel de los laicos, a los que se ha de agradecer su generosidad al servicio de las comunidades cristianas, nunca ha de ocultar el ministerio insustituible de los sacerdotes para la vida de la Iglesia. Así pues, se ha de vigilar atentamente que las asambleas sin sacerdote no den lugar a puntos de vista eclesiológicos en contraste con la verdad del Evangelio y la tradición de la Iglesia. Es más, deberían ser ocasiones privilegiadas para pedir a Dios que mande santos sacerdotes según su corazón. A este respecto, es conmovedor lo que escribía el Papa Juan Pablo II en la Carta a los Sacerdotes para el Jueves Santo de 1979, recordando aquellos lugares en los que la gente, privada del sacerdote por parte del régimen dictatorial, se reunía en una iglesia o santuario, ponía sobre el altar la estola que conservaba todavía y recitaba las oraciones de la liturgia eucarística, haciendo silencio « en el momento que corresponde a la transustanciación », dando así testimonio del ardor con que « desean escuchar las palabras, que sólo los labios de un sacerdote pueden pronunciar eficazmente » (Exhort. ap. postsinodal Sacramentum caritatis nº 75).

“La misión de Jesús se cumple finalmente en el misterio pascual: aquí nos encontramos ante el «Mensaje de la cruz» (1 Co 1,18). El Verbo enmudece, se hace silencio mortal, porque se ha «dicho» hasta quedar sin palabras, al haber hablado todo lo que tenía que comunicar, sin guardarse nada para sí. Los Padres de la Iglesia, contemplando este misterio, ponen de modo sugestivo en labios de la Madre de Dios estas palabras: «La Palabra del Padre, que ha creado todas las criaturas que hablan, se ha quedado sin palabra; están sin vida los ojos apagados de aquel que con su palabra y con un solo gesto suyo mueve todo lo que tiene vida».(Máximo el confesor, Vida de María, 89). Aquí se nos ha comunicado el amor «más grande», el que da la vida por sus amigos (cf. Jn 15,13).
En este gran misterio, Jesús se manifiesta como la Palabra de la Nueva y Eterna Alianza: la libertad de Dios y la libertad del hombre se encuentran definitivamente en su carne crucificada, en un pacto indisoluble, válido para siempre. Jesús mismo, en la última cena, en la institución de la Eucaristía, había hablado de «Nueva y Eterna Alianza», establecida con el derramamiento de su sangre (cf. Mt 26,28; Mc 14,24; L c 22,20), mostrándose como el verdadero Cordero inmolado, en el que se cumple la definitiva liberación de la esclavitud. ( Cf. Exhort. ap. postsinodal Sacramentum caritatis nº 9-10).
Este silencio de la Palabra se manifiesta en su sentido auténtico y definitivo en el misterio luminoso de la resurrección. Cristo, Palabra de Dios encarnada, crucificada y resucitada, es Señor de todas las cosas; él es el Vencedor, el Pantocrátor, y ha recapitulado en sí para siempre todas las cosas (cf. Ef 1,10). Cristo, por tanto, es «la luz del mundo» ( Jn 8,12), la luz que «brilla en la tiniebla» ( Jn 1,54) y que la tiniebla no ha derrotado (cf. Jn 1,5). Aquí se comprende plenamente el sentido del Salmo 119: «Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero» (v. 105); la Palabra que resucita es esta luz definitiva en nuestro camino. Los cristianos han sido conscientes desde el comienzo de que, en Cristo, la Palabra de Dios está presente como Persona. La Palabra de Dios es la luz verdadera que necesita el hombre. Sí, en la resurrección, el Hijo de Dios surge como luz del mundo. Ahora, viviendo con él y por él, podemos vivir en la luz.”
(Exhortación apostólica Postsinodal Verbum Domini nº 12)

“El Sábado Santo es el día del escondimiento de Dios, como se lee en una antigua homilía: "¿Qué es lo que hoy sucede? Un gran silencio envuelve la tierra; un gran silencio y soledad, porque el Rey duerme [...]. Dios en la carne ha muerto y el Abismo ha despertado" (Homilía sobre el Sábado Santo, PG 43, 439). En el Credo, profesamos que Jesucristo "padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos". (…) El Sábado Santo es la "tierra de nadie" entre la muerte y la resurrección, pero en esta "tierra de nadie" ha entrado Uno, el Único, que la ha recorrido con los signos de su Pasión por el hombre. (…)  Dios, en Jesucristo, ha compartido no sólo nuestro morir, sino también nuestra permanencia en la muerte. La solidaridad más radical. En ese "tiempo-más-allá-del-tiempo", Jesucristo "descendió a los infiernos". ¿Qué significa esta expresión? Quiere decir que Dios, hecho hombre, ha llegado hasta el punto de entrar en la soledad máxima y absoluta del hombre, donde no llega ningún rayo de amor, donde reina el abandono total sin ninguna palabra de consuelo: "los infiernos". Jesucristo, permaneciendo en la muerte, cruzó la puerta de esta soledad última para guiarnos también a nosotros y atravesarla con él.
Todos hemos experimentado alguna vez una sensación aterradora de abandono, y lo que más miedo nos da de la muerte es precisamente eso, como niños que tenemos miedo de estar solos en la oscuridad y sólo la presencia de una persona que nos ama nos puede tranquilizar. Esto es precisamente lo que sucedió en el Sábado Santo: en el reino de la muerte resonó la voz de Dios. Sucedió lo impensable: es decir, el Amor penetró "en los infiernos"; incluso en la oscuridad máxima de la soledad humana más absoluta podemos escuchar una voz que nos llama y encontrar una mano que nos saca afuera. El ser humano vive por el hecho de que es amado y puede amar; y si incluso en el espacio de la muerte ha llegado a penetrar el amor, entonces incluso allí ha llegado la vida. En la hora de la máxima soledad nunca estaremos solos. (…). ¡Este es el misterio de Sábado Santo! Precisamente desde allí, desde la oscuridad de la muerte del Hijo de Dios, ha surgido la luz de una nueva esperanza: la luz de la Resurrección. (Meditación en Turín. 2 –5-2010)

1. Del 26 al 28 de abril los jóvenes de confirmación tendrán una peregrinación a la Virgen de los Desamparados de Muro de Alcoy pasando por Villalonga, L’orxa y Gaianes.
2. El sábado 30 de abril los niños de Anatolé tendrán una excursión a Luxente, donde ocurrió el milagro de los corporales de Daroca.
3. El domingo 1 de mayo en la Plaza de San Pedro del Vaticano tendrá lugar la beatificación del Papa Juan Pablo II. Será un motivo de acción de gracias.
4. El 2 de mayo será la Fiesta de San Vicente Ferrer. Es de precepto. Habrá misa a las 12.00 h. y a las 19.30 h. para facilitar su asistencia.
 
Donativos recibidos para los nuevos locales en la calle Ciudad de Laval:
Ingresados hasta el 15-4-2011: 44.176,66 €. + 250
Ingresados hasta el 19-4-2011: 44.426,66 €.
Colabore en la cuenta que la parroquia tiene en
Caixa Ontinyent, C/. Madrid 38:
2045-6028-12-0000095170



Del 25 de abril al 1 de mayo 2011
Lunes 25.  19.30 h.: No hay misa. Se rezará el rosario a las 7.00 tarde. Tras Liturgia de la Palabra dará la comunión un ministro extraordinario. 
Martes 26. 19.30 h.: No hay misa. Se rezará el rosario a las 7.00 tarde. Tras Liturgia de la Palabra dará la comunión un ministro extraordinario. 
 Miércoles 27. 19.30 h.: No hay misa. Se rezará el rosario a las 7.00 tarde. Tras Liturgia de la Palabra dará la comunión un ministro extraordinario.  
Jueves 28. 19.30 h.: No hay misa. Se rezará el rosario a las 7.00 tarde. Tras Liturgia de la Palabra dará la comunión un ministro extraordinario. 
Viernes 29. 19.30 h.: En sufragio de: Rosendo Roche. 
Sábado 30. Segundo de Pascua. 8.00 h.: Con niños. En sufragio de: Jesús Sánchez Godínez. 19.30 h.: En sufragio de: José Antonio Cabanilles; Matías Díez Martín. 21.00 h.: En sufragio de: Enrique Santosjuanes Canet. 
Domingo 1. Segundo de Pascua. 12.00 h. Pro Pópulo
 

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