21 de abril de 2012

Domingo 22 de abril 2012. III Pascua B

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com

Domingo 22 de abril de 2012.  

                           
       
                  Queridos hermanos:
En este tiempo de Pascua hay dos constantes que se repiten a menudo por los protagonistas de este tiempo: por parte de nuestro Señor Jesucristo, la paz; por parte de los apóstoles, la incredulidad. Y es que el acontecimiento de la Resurrección trasciende a toda razón humana: dice nuestro Santo Padre en su libro Jesús de Nazaret, desde la entrada en Jerusalén hasta la Resurrección: “¿Qué pasó allí? Para los testigos que habían encontrado al Resucitado esto no era ciertamente nada fácil de expresar. Se encontraron ante un fenómeno totalmente nuevo para ellos, pues superaba el horizonte de su propia experiencia. [Y continúa añadiendo el Santo Padre] Quien se acerca a los relatos de la resurrección con la idea de saber lo que es resucitar de entre los muertos, sin duda interpretará mal estas narraciones, terminando luego por descartarlas como insensatas.”
Por otra parte la paz es el don de Jesucristo que ofrece a sus apóstoles después de su Resurrección: “Es un saludo común que, sin embargo, ahora adquiere un significado nuevo, porque produce un cambio interior; es el saludo pascual, que hace que los discípulos superen todo miedo. La paz que Jesús trae es el don de la salvación que él había prometido durante sus discursos de despedida: «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde» (Jn 14, 27).” (Audiencia general, 11-04-2012).
Dentro de la liturgia, en concreto, de la Eucaristía, está el rito de la paz. ¿Qué sentido tiene este rito dentro de nuestras celebraciones? “Dice la IGMR: "Sigue, a continuación, el rito de la paz, con el que los fieles imploran la paz y la unidad para la Iglesia y para toda la familia humana, y se expresan mutuamente la caridad, antes de participar en un mismo pan ... " [n.82 (56, b)].Se trata de la paz de Cristo: "La paz os dejo, mi paz os doy" (Jn 14-27). Es el saludo y el don del Señor, que se comunica a los suyos en la Eucaristía. No es una paz meramente psicológica o humana. No una paz que conquistamos con nuestro esfuerzo sino un don del Espíritu (cfr. Gál 5,22: Rm 14,17). Es un gesto de fraternidad cristiana y eucarística. Es un gesto motivado por la fe, más que por la amistad: reconocemos a Cristo presente en el hermano, al igual que después lo reconoceremos en el pan y el vino. Que María, reina de la paz, interceda por nosotros para que nosotros le podamos reconocer en el hermano y en la fracción del pan.
                                                                                              Arturo, vuestro vicario
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 24, 35-48
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: — «Paz a vosotros.»
Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma.
Él les dijo: — «¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.»
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no
acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:
— «¿Tenéis ahí algo que comer?»
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: — «Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse.» Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: — «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto.»
Palabra del Señor.

“¿Qué ha traído Jesús, si no ha conseguido un mundo mejor? ¿No debe ser éste acaso el contenido de la esperanza mesiánica?
En el Antiguo Testamento se sobreponen aún dos líneas de esperanza: la esperanza de que llegue un mundo salvado, en el que el lobo y el cordero estén juntos (cf. Is 11, 6), en el que los pueblos del mundo se pongan en marcha hacia el monte de Sión y para el cual valga la profecía: «Forjarán de sus espadas azadones y de sus lanzas podaderas» (Is 2,4; Mi 4,3). Pero junto a esta esperanza, también se encuentra la perspectiva del siervo de Dios que sufre, de un Mesías que salva mediante el desprecio y el sufrimiento. Durante todo su camino y de nuevo en sus conversaciones después de la Pascua, Jesús tuvo que mostrar a sus discípulos que Moisés y los Profetas hablaban de Él, el privado de poder exterior, el que sufre, el crucificado, el resucitado; tuvo que mostrar que precisamente así se cumplían las promesas. «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas!» (Lc 24,25), dijo el Señor a los discípulos de Emaús, y lo mismo debe repetirnos continuamente también a nosotros a lo largo de los siglos, pues también pensamos siempre que, si quería ser el Mesías, debería haber traído la edad de oro.
Pero Jesús nos dice también lo que objetó a Satanás, lo que dijo a Pedro y lo que explicó de nuevo a los discípulos de Emaús: ningún reino de este mundo es el Reino de Dios, ninguno asegura la salvación de la humanidad en absoluto. El reino humano permanece humano, y el que afirme que puede edificar el mundo según el engaño de Satanás, hace caer el mundo en sus manos. Aquí surge la gran pregunta que nos acompañará a lo largo de todo este libro: ¿qué ha traído Jesús realmente, si no ha traído la paz al mundo, el bienestar para todos, un mundo mejor? ¿Qué ha traído? La respuesta es muy sencilla: a Dios. Ha traído a Dios. Aquel Dios cuyo rostro se había ido revelando primero poco a poco, desde Abraham hasta la literatura sapiencial, pasando por Moisés y los Profetas; el Dios que sólo había mostrado su rostro en Israel y que, si bien entre muchas sombras, había sido honrado en el mundo de los pueblos; ese Dios, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, el Dios verdadero, Él lo ha traído a los pueblos de la tierra. Ha traído a Dios: ahora conocemos su rostro, ahora  podemos invocarlo. Ahora conocemos el camino que debemos seguir como hombres en este mundo. Jesús ha traído a Dios y, con Él, la verdad sobre nuestro origen y nuestro destino; la fe, la esperanza y el amor. Sólo nuestra dureza de corazón nos hace pensar que esto es poco. Sí, el poder de Dios en este mundo es un poder silencioso, pero constituye el poder verdadero, duradero. La causa de Dios parece estar siempre como en agonía. Sin embargo, se demuestra siempre como lo que verdaderamente permanece y salva”. (Joseph Ratzinger. Benedicto XVI. Jesús de Nazaret)
 572           La Iglesia permanece fiel a "la interpretación de todas las Escrituras" dada por Jesús mismo, tanto antes como después de su Pascua: "¿No era necesario que Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?" (Lc 24, 26-27, 44-45).

601 Jesús mismo presentó el sentido de su vida y de su muerte a la luz del Siervo doliente (cf. Mt 20, 28). Después de su Resurrección dio esta interpretación de las Escrituras a los discípulos de Emaús (cf. Lc 24, 25-27), luego a los propios apóstoles (cf. Lc 24, 44-45).

642           Todo lo que sucedió en estas jornadas pascuales compromete a cada uno de los Apóstoles - y a Pedro en particular - en la construcción de la era nueva que comenzó en la mañana de Pascua. Como testigos del Resucitado, los apóstoles son las piedras de fundación de su  Iglesia. La fe de la primera comunidad de  creyentes se funda en el testimonio de hombres concretos, conocidos de los cristianos y, para la mayoría, viviendo entre ellos todavía. Estos "testigos de la Resurrección de Cristo" (cf. Hch 1, 22) son ante todo Pedro y los Doce, pero no solamente ellos: Pablo habla claramente de más de quinientas personas a las que se apareció Jesús en una sola vez, además de Santiago y de todos los apóstoles (cf. 1 Co 15, 4-8).

645 Jesús resucitado establece con sus discípulos relaciones directas mediante el tacto (cf. Lc 24, 39; Jn 20, 27) y el compartir  la comida (cf. Lc 24, 30. 41-43; Jn 21, 9. 13-15). Les invita así a reconocer que él no es un espíritu (cf. Lc 24, 39) pero sobre todo a que comprueben que el cuerpo resucitado con el que se presenta ante ellos es el mismo que ha sido martirizado y crucificado ya que sigue llevando las huellas de su pasión (cf Lc 24, 40; Jn 20, 20. 27). Este cuerpo auténtico y real posee sin embargo al mismo tiempo las propiedades nuevas de un cuerpo glorioso: no está situado en el espacio ni en el tiempo, pero puede hacerse presente a su voluntad donde quiere y cuando quiere (cf. Mt 28, 9. 16-17; Lc 24, 15. 36; Jn 20, 14. 19. 26; 21, 4) porque su humanidad ya no puede ser retenida en la tierra y no pertenece ya más que al dominio divino del Padre (cf. Jn 20, 17).
Señor Jesús, tu resurrección aconteció en el silencio de Dios: nadie más que Dios fue «espectador» de ese acontecimiento. Señor Jesús, real y verdaderamente resucitado, que dijiste a tus discípulos "Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu —un fantasma— no tiene carne y huesos como veis que yo tengo" (Lc 24, 39), tu resurrección es un suceso real que ha entrado en nuestra historia. La tumba vacía y tus apariciones a los testigos que tu Padre había elegido (ver Hch 10,41), conjuntamente con el cambio radical de los Apóstoles, son huellas que la historia no puede ignorar. Señor, Cristo Jesús resucitado, no eres un fantasma, ni solamente un espíritu, ni un pensamiento o una idea. Sigues siendo el Encarnado Resucitado y Glorificado. No eres una pura experiencia subjetiva, ni un símbolo de la nueva vida en el amor cristiano, o señal de que tu causa sigue viva. Tú, Verbo del Padre, te hiciste carne, asumiendo nuestra condición humana en el seno de la Virgen. Tú nos sigues dando tu Espíritu Santo desde el seno del Padre y desde tu Cuerpo glorificado. Resucitado, liberado de los lazos de la muerte y del sepulcro, te pedimos que continúes edificando tu Cuerpo, la Iglesia, por medio de tu Espíritu Santo y sigas enviado testigos de tu resurrección que prediquen en tu nombre la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos. (Oración inspirada en la homilía de Benedicto XVI. 3 de junio de 2006 y el documento de la Conferencia Episcopal Española. La Catequesis de la Comunidad. nº 173.176).

Como dijimos la semana pasada nuestra diócesis ha preparado unas catequesis que están articuladas en tres grupos, que en secuencia conciernen a la familia, al trabajo y a la fiesta, introducidos por un estilo de la vida familiar. Pues en la hoja parroquial de esta semana proseguiremos por la introducción, es decir, el secreto de Nazaret.
“Jesús pide que la familia sea lugar que acoge y genera la vida en plenitud. Esta no da sólo la vida física, sino que abre a la promesa y a la alegría. La familia es capaz de «acoger» si sabe preservar la propia intimidad, la historia de cada uno, las tradiciones familiares, la confianza en la vida, la esperanza en el Señor. La familia es capaz de «engendrar» cuando hace circular los dones recibidos, cuando custodia el ritmo de la existencia cotidiana entre trabajo y fiesta, entre afecto y caridad, entre compromiso y gratuidad. Este es el don que se recibe en la familia: custodiar y transmitir la vida, en la pareja y a los hijos.”
 
El curso pasado, un grupo de personas de nuestra parroquia, comenzó el IDR. Este itinerario, auspiciado y promovido por el Sr. Arzobispo, está extendido por más del 90% de las parroquias de la diócesis. Debido a los frutos de conversión, como por ejemplo: alejados que se han vuelto a la Iglesia, jóvenes que viven la fe en comunión con la Iglesia, se invita a toda la comunidad parroquial a que inicie este itinerario para nuestro crecimiento en la fe.
   
1. El lunes 23 de abril a las 10.00 h. será la reunión del grupo de Pastoral de la Salud para ir preparando la Pascua del enfermo que será el 13 de mayo. Invitar a aquellos que deseen y puedan recibir el Sacramento de la Unción de los Enfermos en esta celebración que nos lo comuniquen con tiempo.
2. El lunes 23 de abril a las 20:00 h en el primer piso de la sede de Cáritas Interparroquial de Gandia (C/Duque Carlos de Borja 15). tendrá lugar la formación de Los Lunes compartidos con el tema:” Modelo de Acción Social” de Cáritas” a cargo de Nuria Baeza, coordinadora del Área de Acción Social de Cáritas Diocesana de Valencia.
3. El lunes 23 de abril a las 9 noche comienzan los Cursillos prematrimoniales en la Parroquia de San Nicolás del Grau de Gandía. Continuarán lunes y jueves durante un mes.
4. El lunes 23 de abril a las 20.30 h. se reunirá el grupo del Itinerario Diocesano de Renovación en nuestra parroquia.
5. El miércoles 25 de abril a las 6 de la tarde será la reunión con los padres de 3º de comunión para preparar la liturgia de las Primeras Comuniones que serán el 6 y 20 de mayo.
6.  El jueves 26 de abril a las 5 tarde será la reunión del Equipo de Cáritas con el párroco para ir preparando la Semana de Cáritas que será en la primera semana de Junio.
7. El viernes 27 de abril a las 7 tarde será la oración del Vía Lucis. Con este motivo el rosario será a las 6.30 tarde.
8. El sábado 27 de abril a las 11.00 h. en el Seminario de Moncada tendrá lugar la Ordenación de Diáconos. Orad por estos hermanos para que perseveren en el don recibido.
9. El Sábado 26 de mayo en el Seminario de Moncada tendrá lugar el III ENCUENTRO DIOCESANO DE VOLUNTARIOS DE CÁRITAS, para compartir experiencias y convivir junto a compañeros de Cáritas de toda la diócesis de Valencia. Está prevista la presencia de Sebastián Mora, Secretario General de Cáritas española.
10.  El Campamento para niños de 6 a 12 años será este año en Siete Aguas. Aquellos niños interesados pueden comunicarlo. Ya les facilitaremos pronta información.

Donativos recibidos para los nuevos locales en la calle Ciudad de Laval:
Ingresados hasta el 13-04-2012: 57.620,43  €.
+ 1.111,10 €.
Ingresados hasta el20-04-2012:


58.731,53  €.
Colabore en la cuenta que la parroquia tiene en
BANCAJA (Paseo Germanías 82)
2077-0249-55-1101860850


Del 23 al 29 de abril de 2012
Lunes 23. 19.30 h.: En sufragio de José Antonio Cabanilles, María Escrivá Fuster y Mateo Blay Jiménez.  
Martes 24. 19.30 h.: En sufragio de Mateo Blay Jiménez.  
Miércoles 25. S. Marcos Evangelista. 19.30 h.: En sufragio de Jesús Sánchez Godínez y difuntos familia, y Mateo Blay Jiménez.  
Jueves 26. 19.30 h.: En sufragio de Mateo Blay Jiménez y Claudio Fuster.  
Viernes 27. 19.30 h.: En sufragio de Mateo Blay Jiménez.  
Sábado 28. IV PASCUA. 18.00 h.: Con niños. Sin intención. 19.30 h.: En sufragio de Mateo Blay Jiménez. 21.00 h.: En sufragio de Vicente Cabrera y Asunción Romero.  
Domingo 29. IV PASCUA. 12.00 h. Pro Pópulo.

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