“¡Ánimo! Que soy yo; no temáis” (54)
El significado del nombre de Cam
Queridos hermanos:
Dice algún rabino que Sem significa “nombre”: él tenía la sabiduría de dar nombres al igual que Adam. Cam significa “caliente”: él personificaba el calor sensual de los deseos físicos. Jafet significa “belleza”: su legado era el arte y la cultura. [Una curiosidad: de la raíz hebrea de Jafet viene el español “guapo/a”].
Preguntábamos: ¿El hecho de vivir en el arca físicamente es suficiente para que se produzca una transformación para bien? Ciertamente no. El corazón de Cam no será transformado pues se dejará llevar por sus pasiones desordenadas, por el calor de sus impulsos. El libro del Eclesiástico hace la invitación a no secundar las pasiones desordenadas del corazón: “No sigas tu instinto y tu fuerza, secundando las pasiones de tu corazón” (Ver Eclesiástico 5 1-8).
A Cam le pasará como anuncia San Pablo a los Romanos: “Dios los entregó a las apetencias de su corazón, a una impureza tal que degradaron sus propios cuerpos” (versículo 24). “Dios los entregó a pasiones vergonzosas, pues sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por otras contrarias a la naturaleza; de igual modo los hombres, abandonando las relaciones naturales con la mujer, se abrasaron en sus deseos, unos de otros, cometiendo la infamia de las relaciones de hombres con hombres y recibiendo en sí mismos el pago merecido por su extravío” (versículos 26-27). (Ver Romanos 1, 18-32).
Jesucristo ha venido para hacernos libres. “Mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas, avivadas por la ley, actuaban en nuestros miembros, a fin de que diéramos frutos para la muerte.” (Romanos 7, 5). Por el bautismo podemos unirnos a Jesucristo y morir a la ley del pecado y de la muerte para dar frutos para Dios. (Ver Romanos 7, 1-6). Dice el Catecismo de la Iglesia: Por su obediencia hasta la muerte (cf. Flp 2, 8-9), Cristo ha comunicado a sus discípulos el don de la libertad regia, "para que vencieran en sí mismos, con la apropia renuncia y una vida santa, al reino del pecado" (LG 36). “El que somete su propio cuerpo y domina su alma, sin dejarse llevar por las pasiones es dueño de sí mismo: Se puede llamar rey porque es capaz de gobernar su propia persona; Es libre e independiente y no se deja cautivar por una esclavitud culpable (San Ambrosio) (nº 908).
Cuando nos dejamos llevar por el calor de los impulsos, por las apetencias del corazón sin atender al bien, a la verdad, a la belleza, aparece Cam, borracho de sus apetencias e indisciplinado, que cae y se degrada. Cam necesita orden y purificación, no el placer de un instante, para llegar a lo más alto de su existencia. Cam necesita ser saneado, madurar, para llegar a amar. (cf. Benedicto XVI. Deus Cáritas Est, 4-5. Aquí sustituyo el eros de que habla el papa por la figura de Cam).
Cam necesita a sus otros dos hermanos: Sem, Jafet y Cam. Unidos. Para que aparezca la belleza (Jafet) depositada en tu vida, el Padre nos ha dado el Nombre sobre todo nombre, Jesús, (verdadero Sem) que viene a encauzar las pasiones (Cam). Las pasiones en sí mismas no son malas ni buenas (cf. Catecismo de la Iglesia nº 1767). Esas pasiones deben encauzarse al bien. Cam solo perece cautivo. Cam, ordenado y embellecido, despliega toda su potencialidad para amar.
Jesús, vuestro párroco
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