HOJA
PARROQUIAL
Domingo 2 de enero de 2011.II de Navidad.
Queridos hermanos:
“Los hombres no podemos vivir a oscuras, sin ver la luz del sol”, nos decía el Papa Benedicto en su reciente visita a España. “Dios es luz y en él no hay tiniebla alguna” (1 Jn 1,5). En su Palabra hay luz y vida.
El Evangelio de este domingo es el Prólogo de San Juan. Texto en el que se ha basado el Papa Benedicto XVI para escribir la exhortación apostólica postsinodal Verbum Dómini (VD) sobre la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia. En este Prólogo san Juan nos dice que la palabra «vino a su casa y los suyos no la recibieron» (Jn 1,11). “No recibirla quiere decir no escuchar su voz, no configurarse con el Logos. En cambio, cuando el hombre, aunque sea frágil y pecador, sale sinceramente al encuentro de Cristo, comienza una transformación radical: «A cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios» (Jn 1,12). (VD nº 50).
María es el mejor ejemplo de recepción de la Palabra de Dios. Recibirla transforma en hijo de Dios como el Hijo de Dios. Hoy son muchas las formas de no recibirla, de difuminarla hasta confundirla con cualquier lamparilla. Por influjo del relativismo, y del mal entendido pluralismo religioso, se propone un mínimo consensuado de valores, una cierta moral común de mínimos, pero no se menciona a Jesucristo, palabra definitiva del Padre. Y si se menciona es para justificar este mínimo común. Si se habla con claridad de Jesucristo, la Palabra eterna del Padre que se ha hecho hombre, Salvador del mundo entero, uno es considerado fundamentalista, que amenaza la tolerancia, la libertad y destruye el diálogo. Falsa tolerancia y mal entendido diálogo que coloca en el mismo plano cualquier opinión o creencia. Esta forma de reducir la Luz a lamparilla acaba apagando la urgencia del llamamiento a la conversión y la necesidad de la misión. (cf. Intervención del Cardenal Ratzinger en la presentación de la Declaración Dominus Iesus).
Nos dice el Papa: “La Iglesia es misionera en su esencia. No podemos guardar para nosotros las palabras de vida eterna que hemos recibido en el encuentro con Jesucristo: son para todos, para cada hombre. Toda persona de nuestro tiempo, lo sepa o no, necesita este anuncio. El Señor mismo, como en los tiempos del profeta Amós, suscita entre los hombres nueva hambre y nueva sed de las palabras del Señor (cf. Am 8,11). Nos corresponde a nosotros la responsabilidad de transmitir lo que, a su vez, hemos recibido por gracia.” (VD nº 91). El Señor ha hecho brillar la luz en nuestros corazones para que reflejemos esa luz. Esa Palabra y esa luz es Jesús. No hay otro.
Jesús, vuestro párroco.
Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 1‑5. 9‑14
En el principio ya existía la Palabra,
y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.
La Palabra en el principio estaba junto a Dios.
Por medio de la Palabra se hizo todo,
y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho.
En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.
La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre.
Al mundo vino, y en el mundo estaba;
el mundo se hizo por medio de ella,
y el mundo no la conoció.
Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.
Pero a cuantos la recibieron,
les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre.
Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal,
ni de amor humano, sino de Dios.
Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros,
y hemos contemplado su gloria:
gloria propia del Hijo único del Padre,
lleno de gracia y de verdad.
María, Madre de Dios
466 El concilio de Efeso proclamó en el año 431 que María llegó a ser con toda verdad Madre de Dios mediante la concepción humana del Hijo de Dios en su seno: "Madre de Dios, no porque el Verbo de Dios haya tomado de ella su naturaleza divina, sino porque es de ella, de quien tiene el cuerpo sagrado dotado de un alma racional, unido a la persona del Verbo, de quien se dice que el Verbo nació según la carne" (DS 251).
495 Llamada en los Evangelios "la Madre de Jesús"(Jn 2, 1; 19, 25; cf. Mt 13, 55, etc.), María es aclamada bajo el impulso del Espíritu como "la madre de mi Señor" desde antes del nacimiento de su hijo (cf Lc 1, 43). En efecto, aquél que ella concibió como hombre, por obra del Espíritu Santo, y que se ha hecho verdaderamente su Hijo según la carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad. La Iglesia confiesa que María es verdaderamente Madre de Dios ["Theotokos"] (cf. DS 251).
963 Después de haber hablado del papel de la Virgen María en el Misterio de Cristo y del Espíritu, conviene considerar ahora su lugar en el Misterio de la Iglesia. "Se la reconoce y se la venera como verdadera Madre de Dios y del Redentor... más aún, `es verdaderamente la madre de los miembros (de Cristo) porque colaboró con su amor a que nacieran en la Iglesia los creyentes, miembros de aquella cabeza'(S. Agustín, virg. 6)" (LG 53). "...María, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia" (Pablo VI discurso 21 de noviembre 1964).
975 "Creemos que la Santísima Madre de Dios, nueva Eva, Madre de la Iglesia, continúa en el cielo ejercitando su oficio materno con respecto a los miembros de Cristo (SPF 15).
La Circuncisión
527 La Circuncisión de Jesús, al octavo día de su nacimiento (cf. Lc 2, 21) es señal de su inserción en la descendencia de Abraham, en el pueblo de la Alianza, de su sometimiento a la Ley (cf. Ga 4, 4) y de su consagración al culto de Israel en el que participará durante toda su vida. Este signo prefigura "la circuncisión en Cristo" que es el Bautismo (Col 2, 11-13).
La Epifanía
528 La Epifanía es la manifestación de Jesús como Mesías de Israel, Hijo de Dios y Salvador del mundo. Con el bautismo de Jesús en el Jordán y las bodas de Caná (cf. LH Antífona del Magnificat de las segundas vísperas de Epifanía), la Epifanía celebra la adoración de Jesús por unos "magos" venidos de Oriente (Mt 2, 1) En estos "magos", representantes de religiones paganas de pueblos vecinos, el Evangelio ve las primicias de las naciones que acogen, por la Encarnación, la Buena Nueva de la salvación. La llegada de los magos a Jerusalén para "rendir homenaje al rey de los Judíos" (Mt 2, 2) muestra que buscan en Israel, a la luz mesiánica de la estrella de David (cf. Nm 24, 17; Ap 22, 16) al que será el rey de las naciones (cf. Nm 24, 17-19). Su venida significa que los gentiles no pueden descubrir a Jesús y adorarle como Hijo de Dios y Salvador del mundo sino volviéndose hacia los judíos (cf. Jn 4, 22) y recibiendo de ellos su promesa mesiánica tal como está contenida en el Antiguo Testamento (cf. Mt 2, 4-6). La Epifanía manifiesta que "la multitud de los gentiles entra en la familia de los patriarcas"(S. León Magno, serm.23) y adquiere la "israelitica dignitas" (MR, Vigilia pascual 26: oración después de la tercera lectura).
La liturgia de S. Juan Crisóstomo proclama y canta: "Oh Hijo Unico y Verbo de Dios, siendo inmortal te has dignado por nuestra salvación encarnarte en la santa Madre de Dios, y siempre Virgen María, sin mutación te has hecho hombre, y has sido crucificado. Oh Cristo Dios, que por tu muerte has aplastado la muerte, que eres Uno de la Santa Trinidad, glorificado con el Padre y el Santo Espíritu, sálvanos! (Tropario "O monoghenis").
“Exhorto a todos los fieles a reavivar el encuentro personal y comunitario con Cristo, Verbo de la Vida que se ha hecho visible, y a ser sus anunciadores para que el don de la vida divina, la comunión, se extienda cada vez más por todo el mundo. En efecto, participar en la vida de Dios, Trinidad de Amor, es alegría completa (cf. 1 Jn 1,4). Y comunicar la alegría que se produce en el encuentro con la Persona de Cristo, Palabra de Dios presente en medio de nosotros, es un don y una tarea imprescindible para la Iglesia. En un mundo que considera con frecuencia a Dios como algo superfluo o extraño, confesamos con Pedro que sólo Él tiene «palabras de vida eterna» ( Jn 6,68). No hay prioridad más grande que esta: abrir de nuevo al hombre de hoy el acceso a Dios, al Dios que habla y nos comunica su amor para que tengamos vida abundante (cf. Jn 10,10). (Benedicto XVI. Exhort. Apost. Verbum Domini nº 2)”
“Que cada jornada nuestra esté marcada por el encuentro renovado con Cristo, Verbo del Padre hecho carne. Él está en el principio y en el fin, y «todo se mantiene en él» (Col 1,17). Hagamos silencio para escuchar la Palabra de Dios y meditarla, para que ella, por la acción eficaz del Espíritu Santo, siga morando, viviendo y hablándonos a lo largo de todos los días de nuestra vida. De este modo, la Iglesia se renueva y rejuvenece siempre gracias a la Palabra del Señor que permanece eternamente (cf. 1 P 1,25; Is 40,8). Y también nosotros podemos entrar así en el gran diálogo nupcial con que se cierra la Sagrada Escritura: «El Espíritu y la Esposa dicen: “¡Ven!”. Y el que oiga, diga: “¡Ven!”... Dice el que da testimonio de todo esto: “Sí, vengo pronto”. ¡Amen! “Ven, Señor Jesús”» (Ap 22,17.20).” (Idem nº 124).
“Jesús es el único Evangelio: no tenemos otra cosa que decir y testimoniar. Precisamente el anuncio de Jesús es anuncio de la vida. (…) Iluminados por este Evangelio de la vida, sentimos la necesidad de proclamarlo y testimoniarlo.”
(Juan Pablo II. Evangelium Vitae nº 80)
“El autor sagrado afirma tajante ante un paganismo para el cual Dios es envidioso o despectivo del hombre: ¿Cómo hubiera creado Dios todas las cosas si no las hubiera amado, Él que en su plenitud infinita no necesita nada? (cf. Sab 11,24-26). ¿Cómo se hubiera revelado a los hombres si no quisiera velar por ellos? Dios es el origen de nuestro ser y cimiento y cúspide de nuestra libertad; no su oponente. ¿Cómo el hombre mortal se va a fundar a sí mismo y cómo el hombre pecador se va a reconciliar a sí mismo? ¿Cómo es posible que se haya hecho silencio público sobre la realidad primera y esencial de la vida humana? ¿Cómo lo más determinante de ella puede ser recluido en la mera intimidad o remitido a la penumbra? Los hombres no podemos vivir a oscuras, sin ver la luz del sol. Y, entonces, ¿cómo es posible que se le niegue a Dios, sol de las inteligencias, fuerza de las voluntades e imán de nuestros corazones, el derecho de proponer esa luz que disipa toda tiniebla? Por eso, es necesario que Dios vuelva a resonar gozosamente bajo los cielos de Europa; que esa palabra santa no se pronuncie jamás en vano; que no se pervierta haciéndola servir a fines que le son impropios. Es menester que se profiera santamente. Es necesario que la percibamos así en la vida de cada día, en el silencio del trabajo, en el amor fraterno y en las dificultades que los años traen consigo.” (BENEDICTO XVI. Homilía en Santiago de Compostela. 6-11-2010).
“El autor sagrado afirma tajante ante un paganismo para el cual Dios es envidioso o despectivo del hombre: ¿Cómo hubiera creado Dios todas las cosas si no las hubiera amado, Él que en su plenitud infinita no necesita nada? (cf. Sab 11,24-26). ¿Cómo se hubiera revelado a los hombres si no quisiera velar por ellos? Dios es el origen de nuestro ser y cimiento y cúspide de nuestra libertad; no su oponente. ¿Cómo el hombre mortal se va a fundar a sí mismo y cómo el hombre pecador se va a reconciliar a sí mismo? ¿Cómo es posible que se haya hecho silencio público sobre la realidad primera y esencial de la vida humana? ¿Cómo lo más determinante de ella puede ser recluido en la mera intimidad o remitido a la penumbra? Los hombres no podemos vivir a oscuras, sin ver la luz del sol. Y, entonces, ¿cómo es posible que se le niegue a Dios, sol de las inteligencias, fuerza de las voluntades e imán de nuestros corazones, el derecho de proponer esa luz que disipa toda tiniebla? Por eso, es necesario que Dios vuelva a resonar gozosamente bajo los cielos de Europa; que esa palabra santa no se pronuncie jamás en vano; que no se pervierta haciéndola servir a fines que le son impropios. Es menester que se profiera santamente. Es necesario que la percibamos así en la vida de cada día, en el silencio del trabajo, en el amor fraterno y en las dificultades que los años traen consigo.” (BENEDICTO XVI. Homilía en Santiago de Compostela. 6-11-2010).
1. Con en lema “la familia cristiana, esperanza para Europa”, el arzobispado de Madrid invita un año más a las familias de Madrid, de España y de Europa a participar, por cuarto año consecutivo, en la misa de la Sagrada Familia que comenzará al mediodía del 2 de enero. La parroquia organiza, juntamente con la parroquia de Xeresa, un autobús para este encuentro. Los interesados pueden apuntarse en la parroquia.
2. El sábado 8 de enero de 11.00 h. a 13.30 h. en el salón de actos de la Vicaría de Evangelización en la calle Avellanas 12 de Valencia habrá un encuentro para presentar la historia y nacimiento de las catequesis del Buen Pastor para niños a partir de tres años, sus claves metodológicas, el material que se usa, y las claves de un curso del primer nivel, así como las experiencias de esta catequesis en algunas parroquias.
3. Están a su disposición en el despacho los calendarios que hace la parroquia con objeto de recaudar fondos de cara a las nuevas obras. Esperamos comenzar a mediados de enero estas obras.
4. El lunes 3 de enero nos visitará el PAJE DE SS. MM. LOS REYES a las 18.00 h. para recoger las cartas dirigidas a los Reyes de Oriente. Después habrá una merienda y visita al belén de Cristo Rey.
5. El miércoles 5 de enero habrá misa a las 6 y a las 7.30 de la tarde. A las 20.30 h. está prevista la llegada de SS. MM. los Reyes Magos a la Parroquia. Vienen a adorar al Niño y ofrecer los regalos a los niños. A su vez el día 6 de enero habrá misa a las 9.30 y a las 12.00 de la mañana.
6. El viernes 7 de enero está prevista la visita ordinaria a los enfermos e impedidos de la parroquia.
7. El domingo 9 de enero, fiesta del Bautismo del Señor, en la misa de 12.00 h. daremos gracias a Dios con los padres y padrinos de los niños que han sido bautizados durante el año 2010.
8. El mismo domingo 9 de enero a las 9 de la noche se reunirá la comisión de preparación de la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid.
Donativos recibidos para los nuevos locales en la calle Ciudad de Laval:
Ingresados hasta el 23-12-2010: 38.255,66 €.
+ 743 €
Ingresados hasta el 30-12-2010: 38.998,66 €.
Colabore en la cuenta que la parroquia tiene en
Caixa Ontinyent, c. Madrid 38:
Del 3 al 9 de enero de 2011
Lunes 3. El Santísimo Nombre de Jesús. 19.30 h.: En sufragio de: Rogelio Roselló.
Martes 4. 19.30 h.: Sin intención.
Miércoles 5. Solemnidad de la Epifanía del Señor. 18.00 h.: Con niños. Sin intención. 19.30 h.: Sin intención.
Jueves 6. Solemnidad de la Epifanía del Señor.9.30 h.: Sin intención. 12.00 h. Pro Pópulo
Viernes 7. 19.30 h.: Sin intención.
Sábado 8. Fiesta del Bautismo del Señor. 18.00 h.: Con niños. En sufragio de: Antonio Casanova.
19.30 h.: Sin intención.
21.00 h.: Sin intención.
Domingo 9. Fiesta del Bautismo del Señor. 9.30 h.: Sin intención. 12.00 h. Pro Pópulo
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