Benedicto XVI visitó la parroquia de san Maximiliano Kolbe, un sacerdote polaco que dio su vida en el campo de concentración de Auschwitz para salvar a un padre de familia. Cientos de personas acudieron a la Misa y el barrió se volcó durante la llegada del Papa a esta iglesia situada a las afueras de Roma. La parroquia fue consagrada en 2009 y tiene pinturas de Kiko Argüello, fundador del Camino Neocatecumenal. Es una iglesia muy activa y con alto porcentaje de inmigrantes. Su párroco es polaco.
Por eso Benedicto XVI les pidió que favorezcan el diálogo y la comprensión entre las distintas culturas y modos de vida. Dijo que todas las personas deben encontrar en la parroquia un lugar donde formarse y sentirse en familia.
“Esforzaos por crecer cada vez más en la comunión con todos: es importante promover ocasiones de diálogo y favorecer la comprensión recíproca entre personas de distintas culturas, modelos de vida y condiciones sociales diferentes. Pero todavía es más importante involucrar a las personas en la vida cristiana con una pastoral atenta a las necesidades reales de cada uno ”
Dijo que si actúan así, las personas podrán llevar a Dios a sus trabajos y lugares de ocio.
El Papa dijo que muchos se han declarado salvadores del mundo intentando sustituir a Dios. Sin embargo, señaló Benedicto XVI, Cristo no ha provocado una revolución cruenta ni ha cambiado el mundo por la fuerza sino que ha ido encendiendo pequeñas luces a lo largo de la historia.
“Han venido tantos profetas, ideólogos y dictadores que han dicho: ¡No es Él! ¡No ha cambiado el mundo! ¡Somos nosotros! Y han creado sus imperios, sus dictaduras, sus totalitarismos que debían cambiar el mundo. Y lo han cambiado, pero en un modo destructivo”.
El Papa también se dirigió a los jóvenes. Les dijo que la Iglesia espera mucho de ellos, de su entusiasmo y de su radicalidad en sus decisiones de vida.
También tuvo unas palabras para los matrimonios. Les dijo que ante las dificultades se acuerden del “sí” que se prometieron delante de Dios el día de su boda. Recordó que la fidelidad exige “coraje, generosidad y sacrificio”.
Una celebración muy emocionante que esta parroquia recordará siempre.
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