27 de septiembre de 2024

Domingo 29 de Septiembre de 2024. DOMINGO XXVI TO-B

 DOMINGO 26º DEL TIEMPO ORDINARIO (T.O.). CICLO B

 El Evangelio de hoy aborda dos temas: la tentación de sentirse dueños de la predicación de la Buena Nueva de Cristo; y la relatividad de los sentidos en contraposición a nuestra salvación. Hoy podemos meditar sobre la utilidad de los tesoros que tenemos, me explico. Tenemos la fe, la cual nos ha de servir para acercarnos a nuestro prójimo y junto con él caminar en la esperanza que Jesucristo nos da; pero no nos ha de servir para condenar, juzgar, dividir, señalar, discriminar o alejarnos de los demás porque “son unos incrédulos que no han podido vivir o creer como yo lo hago”. Si Jesús, aceptó que otros predicaran en su nombre, estando Él presente en la tierra, ¿cómo vamos nosotros a pretender tener la exclusividad de la misión?  Tenemos también nuestros sentidos: ¿a quién sirven nuestras manos? ¿por quién caminan nuestros pies? ¿Hacia dónde nos lleva nuestro caminar? ¿Y nuestros ojos, se atreven a mirar la pobreza, el sufrimiento y la soledad de los que nos rodean? Tenemos nuestra vida, todo un proyecto de Dios para ser felices, y nosotros ¿qué hemos hecho para alcanzar tal felicidad? Ocupémonos en nuestra vida, en vivirla cristianamente, con plenitud, en solidaridad con quienes nos rodean y no peleándonos con ellos.

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 9. 38-43. 45. 47-48

             En aquel tiempo, Juan le dijo a Jesús: “Hemos visto a uno que expulsaba a los demonios en tu nombre, y como no es de los nuestros, se lo prohibimos”. Pero Jesús le respondió: “No se lo prohíbáis, porque no hay ninguno que haga milagros en mi nombre, que luego sea capaz de hablar mal de mí. Todo aquel que no está contra nosotros, está a nuestro favor. Todo aquel que os dé a beber un vaso de agua por el hecho de que son de Cristo, os aseguro que no se quedará sin recompensa.

              Al que sea ocasión de pecado para esta gente sencilla que cree en mí, más le valdría que le pusieran al cuello una de esas enormes piedras de molino y lo arrojaran al mar.

Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela; pues más te vale entrar manco en la vida eterna, que ir con tus dos manos al lugar de castigo, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo; pues más te vale entrar cojo en la vida eterna, que con tus dos pies ser arrojado al lugar de castigo. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo; pues más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al lugar de castigo, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga”.

CURSO DE LITURGIA

CAPITULO 20

FUNCIONES DEL ACOLITO (2)

           En la comunión pueden ayudar a los celebrantes a repartirla, portando las bandejas. Los acólitos comulgan antes, si van a hacerlo. Acabada la comunión presentan las bandejas para ser purificadas, sirven el agua para limpiar el cáliz y retiran el cáliz, los corporales y la patena. Antes de la bendición se levantan los ciriales y así permanecerán hasta que acabada la Misa se inicie la procesión de salida de manera similar a la de entrada. Es importante señalar que los acólitos que sirven al presidente lo hacen siempre de frente, procurando no darle nunca la espalda.

Es muy importante señalar, en todos los momentos, que los acólitos no deben establecer una barrera entre el presbiterio y el pueblo, de manera que impidan la visión y la correcta participación de los fieles en la Eucaristía, debiendo situarse siempre en lugares discretos y que no entorpezcan. De igual forma deben mantener siempre una compostura seria, acorde con la importancia de la función que están realizando. Debe existir siempre un lugar para dejar los ciriales al objeto de que no los sostengan durante toda la Misa y los porten en los momentos indicados. El lugar adecuado de los acólitos cuando no cumplen ninguna función concreta es delante de sus asientos, sentados o en pie, según el momento lo requiera.

Terminamos recordando los momentos en los que el Misal Romano autoriza el uso del incienso durante la Misa:

-En la procesión de entrada.

-Al comienzo de la misa para incensar el altar, la Cruz y la imagen solemnemente expuesta.

-En la procesión y proclamación del Evangelio.

-Durante el ofertorio, para incensar las ofrendas, el altar, al sacerdote y a la asamblea.

-Tras la consagración, al mostrar elevando el sacerdote la sagrada forma y el cáliz.

El que inciensa sostiene con la mano izquierda las cadenas por su parte superior a la altura del pecho y con la derecha por la parte inferior, cerca del incensario y lo sostiene de manera cómoda de manera que pueda moverlo con soltura. De igual forma recordamos que los ciriales deben mantenerse en alto durante la lectura del Evangelio, durante la Plegaria eucarística y en la bendición final.

Los golpes del incensario siempre serán dobles, pudiendo hacerse golpes dobles o triples. Con dos golpes dobles se inciensa a las imágenes de la Virgen o santos. Con dos golpes triples se inciensa a la Cruz, al Santísimo, al sacerdote y al pueblo.

Esquema de actuación del Acólito Turiferario en la celebración eucarística:

-Antes de la procesión de entrada. -Al llegar al Altar se le ofrece al sacerdote para que éste inciense al Altar -Antes del Evangelio. -Tras la preparación de los dones se le ofrece al sacerdote para que inciense los dones y el Altar. Posteriormente el turiferario inciensa al sacerdote, concelebrantes si los hay y posteriormente al pueblo, en todos los casos con dos golpes triples (al pueblo primero al frente, luego a derecha e izquierda). -Después del Sanctus el turiferario se coloca de rodillas ante el Altar e inciensa con dos golpes triples tanto al Pan como al Vino consagrado. Acabada la incensación puede volver a su sitio.

El Turiferario nunca pone el incienso en el incensario. Siempre lo pone el Sacerdote, (al que se le ofrece la naveta) que debe bendecirlo.

 

SIETE PAUTAS PARA SEGUIR A CRISTO HOY

3 - Entra en un diálogo honesto y permanente con la cultura.

           Cuando la comunicación se hace superficial, una relación se empieza a ajar y muere. El mensaje del Evangelio, la Buena Noticia de Jesús, tiene que ser dirigido a toda una variedad de culturas, cada una de las cuales tiene su propio vocabulario, imágenes, valores, rituales, códigos de conducta, arte y entendimiento de la vida. Sólo a través de un diálogo honesto y continuo puede darse un entendimiento mutuo.

Un elemento  clave en la espiritualidad es la creencia de que el Espíritu Santo sopla donde el Espíritu desea. Es por eso que, estando en diálogo con diversas culturas, es de gran importancia que los evangelizadores reconozcan cómo ha estado el Espíritu presente y operativo en una cultura antes de que llegara el Evangelio. Por supuesto, en cada cultura hay pecado y oscuridad; hay valores y comportamientos contrarios al camino del discipulado. Pero, antes de criticar, es de sabios afirmar la presencia de Dios. No se necesita ni más ni menos que el don del discernimiento.

El centro del mensaje evangélico -el amor y la misericordia de Dios puestos de manifiesto en Jesús a través de las obras del Espíritu- exige encarnación. El Cristianismo toma prestado de una cultura especifica su lenguaje, música y arte como elementos de encarnación y diálogo. La Fe, un don precioso, debe ofrecerse a las personas en modos inteligibles y llenos de sentido. Esta adaptación no debería ni diluir nuestra creencia ni confundir a los fieles. 

Oración de abandono:

Vuestra soy, para vos nací,
¿Qué mandáis hacer de mí?
Dadme riqueza o pobreza,
Dad consuelo o desconsuelo,
Dadme alegría o tristeza,
Dadme infierno o dadme cielo,
Vida dulce, sol sin velo,
Que a todo digo que sí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme, pues sabiduría,
O por amor, ignorancia,
Dadme años de abundancia
o de hambre y carestía;
Dad tiniebla o claro día;
pues del todo me rendí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
 

Santa Teresa de Jesús

Horario de Misas

De lunes a sábado.. 19:30 h.

Domingos .............. 10:00—11:30 h

Rezo del Santo Rosario

De lunes a sábado .. 19:00 h.

Exposición del Santísimo

Jueves .................... 18:30—19:30 h.

Domingos .............. 10:30—11:30 h.

Confesiones

Media hora antes a cada Misa

Cuando alguien lo solicite

Despacho Parroquial

Martes, miércoles

y jueves ................ 18:00—19:00 h.

 Cáritas Parroquial 

Atención los miércoles de 18 a 19 h. en los locales de Ciudad de Laval, 30.

30 de septiembre: SAN JERÓNIMO

        (Eusebio Hierónimo, también llamado San Jerónimo de Estridón; Estridón, actual Croacia, hacia 374 - Belén, 420) Padre y doctor de la Iglesia especialmente recordado como autor de la Vulgata, una célebre traducción al latín de las Sagradas Escrituras destinada a tener una amplísima difusión más allá incluso de la Edad Media. Perteneciente a una familia acomodada, Eusebio Hierónimo cursó estudios en Roma. Posiblemente hacia el año 366 fue bautizado por el papa Liberio. Poco después inició un período que duró dos años como eremita en el desierto de Calcis, en busca de paz interior. Entregado a la oración y al ayuno, estudió también griego y hebreo. Fue ordenado presbítero y el año 382 regresó a Roma como secretario del papa Dámaso I.
Durante este período inició la revisión de la versión latina del Antiguo Testamento, obra en la que trabajaría toda su vida. Tras la muerte del papa en el 385 marchó a Belén, en Palestina, donde fundó un monasterio en el que permanecería más de treinta años hasta su muerte. Por la indiscutida autoridad de que gozaría durante siglos en el seno de la Iglesia, su traducción al latín de la Biblia, la Vulgata, es considerada una de las obras cruciales de la historia del cristianismo. De entre sus tratados religiosos cabe destacar sus numerosos escritos en torno a temas bíblicos y el De viris illustribus (Sobre los varones ilustres), colección de vidas de autores cristianos.

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