5 de mayo de 2024

Domingo 5 de Mayo de 2024- DOMINGO 6º DE PASCUA - B

 DOMINGO 6º DE PACUA. CICLO B

Hoy nos encontramos con muchas situaciones que se resolverían con mucha más tranquilidad si comprendiéramos y creyéramos en las palabras de Cristo. Es triste contemplar como un matrimonio se ve destrozado porque uno de los dos, o los dos no han comprendido que por encima del dinero, la fama o el placer está el amor, y que ese amor no se podrá vivir si no se reconoce su fuente: Dios. A todos esos matrimonios que hoy tienen tantas dificultades hoy Jesús les dice: “amaos unos a otros, como yo os he amado”. Pero, ¿cómo han de cumplir ese mandato si permanecen al margen de Él? A todos los jóvenes que no encuentran su felicidad y que buscan evasiones en la música, la moda, el alcohol, la droga, el dinero o el poder; hoy Jesús les reclama su amistad y les dice: “a vosotros no os llamo siervos sino amigos”, y “no sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y déis fruto y vuestro fruto permanezca”. ¡No tengamos miedo a dejarnos llamar y amar por Jesús! Es Él la fuente de nuestra felicidad, es Él quien ha dado la vida por nosotros; todos aquellos que nos quieren llevar por el camino de la evasión y el placer nunca han estado dispuestos a dar la vida por nosotros. Nadie puede dar lo que no tiene. Dios nos llama esta semana a permanecer en su amor y dar frutos. Por lo tanto, dos acciones: acercarte a reconciliarte con Dios, si no lo estuvieras; y segundo, dar testimonio de este amor que recibes de Dios, amando, perdonando o escuchando a quien hace mucho no lo haces.

+ Lectura del santo Evangelio según san Juan  15, 9-17. 

                               En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Como el Padre me ama, así os amo yo. Permaneced en mi amor. Si cumplís mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he dicho esto para que mi alegría esté en vosotros y vuestra alegría sea plena.

                Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos, que el que da la vida por ellos. Vosotros son mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os llamo amigos, porque os he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre.

                No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y déis fruto y vuestro fruto permanezca, de modo que el Padre os conceda cuanto le pidáis en mi nombre. Esto es lo que os mando: que os améis unos a otros”.

Formación en la fe

Celebrar la resurrección  

Una pregustación de la gloria eterna.

San Agustín considera el Aleluya como una anticipación de la liturgia celestial; toca él una nota escatológica. Es una consideración muy típica en los padres, y nos introduce en un aspecto importante de la alegría pascual. El gozo del tiempo pascual es anticipación del gozo del reino de Dios. Es un tema constante en Agustín, el cual hace notar:

“Esos días santos que se celebran después de la resurrección del Señor significan la vida que vendrá después de nuestra resurrección”.

San Atanasio, en sus cartas festales, desarrolla este mismo tema:

“Cuando alboree y amanezca sobre nosotros el primer día de la santa semana, festejemos el día santo de pentecostés. Celebremos el primer día de la gran semana como símbolo del mundo futuro, del cual recibimos aquí garantía de que tendremos vida interminable en adelante. Así pues, una vez que salgamos de aquí, tendremos una fiesta perfecta con Cristo”.

Por tanto, este gozo de pascua es signo y pregustación de felicidad y plenitud futura. No es todavía la realidad plena, sino solamente la primera entrega de aquello que "ni ojo vio ni oído oyó". La fuente interior de este gozo es el Espíritu Santo. Donde hay gozo verdadero está actuando el Espíritu Santo. En los Hechos, por ejemplo, leemos que "los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo" (13,52). Es como si el uno fuese una necesidad concomitante del otro.

Si la alegría pascual es pregustación y signo de la que vendrá, lo mismo sucede con nuestra posesión del Espíritu Santo. Lo hemos recibido verdaderamente; él ha entrado, en efecto, en nuestras vidas. Su presencia es prenda de la bienaventuranza que se nos ha prometido. San Pablo gusta describir esta presencia del Espíritu como prenda o garantía. Él es "prenda de nuestra herencia para el rescate de la posesión que él se adquirió para alabanza de su gloria" (Ef 1,14). También se refiere a él el Apóstol como primicias: "Nosotros tenemos las primicias del Espíritu" (Rom 8,23).

Por eso en las oraciones del misal pedimos a menudo a Dios que nos conduzca a ese gozo ilimitado y eterno. Como ejemplo cito la oración del miércoles de la octava de pascua:

Oh Dios, que todos los años nos alegras con la solemnidad de la resurrección del Señor, concédenos, a través de la celebración de estas fiestas, llegar un día a la alegría eterna.

Rincón de oración

Hay varios TIPOS de ORACION VOCAL:

Petición:

Dice el Catecismo de la Iglesia Católica (#2735) que cuando alabamos a Dios o le damos gracias ... no estamos preocupados por saber si esta oración le es agradable a Dios. Por el contrario, cuando pedimos, exigimos ver el resultado, porque como la oración de petición suele ser causada por un anhelo que deseamos se cumpla o por un plan que deseamos se realice, o por una necesidad que deseamos sea satisfecha, a veces parece que no fuera escuchada. Pero sucede que a veces pedimos cosas que no nos convienen y que no coinciden con lo que Dios, nuestro Padre y Creador, desea para nosotros sus hijos. "Pedís y no recibís, porque pedís mal", nos advierte el Apóstol Santiago en su Carta (2, 3). Y San Pablo también insiste en esta idea: "Nosotros no sabemos pedir como conviene" (Rom. 8, 26). Es por ello que el Catecismo de la Iglesia Católica nos dice que es necesario orar para poder conocer la voluntad de Dios (#2736). "El Evangelio nos invita a conformar nuestra oración con el deseo del Espíritu" (#2756).

Por eso dice San Juan: "Estamos plenamente seguros: si le pedimos algo conforme a su voluntad, Él nos escuchará" (1ª Jn.5, 9). Y el mismo Señor nos dice: "Pedid y se os dará ... vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan" (Mt.7, 7-11). Pero para pedir "cosas buenas" es menester conocer la voluntad de Dios. Es cierto que Jesús nos ha dicho: "Pedid y se os dará" (Mt.7, 7 - Lc.11, 9), pero también nos dijo: "Vuestro Padre sabe lo que necesitáis" (Lc.12, 30). En todo caso, nuestra oración de petición debe siempre estar sujeta a la voluntad de Dios: "No se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lc.22, 42 - Mc.14, 26).

Intercesión:

Cuando la oración de petición se hace por otra u otras personas, se convierte en Oración de Intercesión.

En nuestra oración de petición y de intercesión es bueno usar frases como éstas (cfr. Isabel de la Trinidad, o.c.d):

"Si permites, Señor, la curación de ... me darías ¡tanta alegría!" "Si es tu voluntad que se realice esto ... te estaría ¡tan agradecido!" "Lo que tú creas, Señor, es lo mejor para ..." "Aquí estoy delante de ti, Señor, y sabes que sufro por ..." "Señor, tú sabes que ... está sufriendo por ... y con amor te lo encomiendo".

Actividades parroquiales

 Horario de Misas

De lunes a sábado.. 19:30 h.

Domingos .............. 10:00—11:30 h

Rezo del Santo Rosario

De lunes a sábado .. 19:00 h.

Exposición del Santísimo

Jueves .................... 18:30—19:30 h.

Domingos .............. 10:30—11:30 h.

Confesiones

Media hora antes a cada Misa

Cuando alguien lo solicite

Despacho Parroquial

Martes, miércoles

y jueves ................ 18:00—19:00 h.

 Cáritas Parroquial

Atención los miércoles de 18 a 19 h. en los locales de Ciudad de Laval, 30.

El ejemplo de los Santos
10 de Mayo: San Juan de Ávila

Nacido en Almodóvar del Campo, Ciudad Real, el 6 de enero de 1499 ó 1500. El año 1513 fue a estudiar leyes a Salamanca. Regresó a casa después de cuatro años y, aconsejado por un franciscano, estudió filosofía y teología. Al poco tiempo murieron sus padres. Fue ordenado sacerdote el año 1526. El año 1535, llamado por el obispo, marchó a Córdoba donde conoció a fray Luis de Granada. Allí organizó predicaciones por los pueblos obteniendo muchas conversiones de personas importantes.


Dedicó también mucho tiempo al clero. Al año siguiente, se desplazó a Granada a donde fue llamado para ayudar al arzobispo Gaspar de Ávalos en la fundación de la universidad. En esa ciudad tuvo lugar la conversión de san Juan de Dios, quien después de haber escuchado la predicación del padre Juan de Ávila decidió dedicar su vida a los pobres y enfermos. El grupo sacerdotal de Juan de Ávila se formó en Granada hacia el año 1537. Los sacerdotes operarios se dedicaban a la predicación. Desde 1551 comenzó a sentirse enfermo. Las molestias de su enfermedad le obligaron a residir en Montilla hasta su muerte. Estuvo relacionado con grandes santos del siglo de oro español: Juan de Dios, Ignacio de Loyola, Francisco de Borja, Teresa de Jesús. Esta última le dio a examinar el libro de su vida.

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