ASCENSIÓN DEL SEÑOR. CICLO B
Que Cristo haya retornado victorioso a la casa de su Padre ¿qué nos dice a nosotros? Antes que nada, nos marca el camino que nosotros hemos de andar en la actualidad. Es decir, en un mundo donde existen tantas opciones, tantos caminos que seguir para lograr nuestra realización plena como seres humanos; me parece importantísimo que los cristianos tengamos claro hacia dónde vamos, es decir, hacia la casa de nuestro Padre, tal como lo hizo Jesús. A todos nosotros nos toca tomar muchas decisiones, unas trascendentes y otras no tanto, pero cada una de esas decisiones tomadas nos van guiando hacia una meta, hacia un destino. ¿Cuál es el camino por el que nuestras decisiones nos están llevando? ¿Nos van guiando hacia la casa del Padre? La manera de comportarte en el trabajo, tus principios en tus relaciones, la manera en la que tratamos a nuestros hijos, cómo llevo mi relación con mi novia, la carrera que he elegido, etc. Todas y cada una de estas decisiones me van marcando un camino. Dejemos que Cristo guíe nuestro caminar; no nos quedemos contemplando el cielo esperando ver a Jesús y pongámonos manos a la obra para encontrarnos con él. La ascensión no es un acontecimiento que podamos celebrar pasivamente; ya los ángeles se lo dijeron a los apóstoles “¿Qué hacéis ahí parados, mirando al cielo?” Pongámonos a trabajar, necesitamos poner todo de nuestra parte para que nuestra vida sea un verdadero esfuerzo por construir el Reino de Dios, por alcanzar la cima que alcanzó Cristo mismo, la gloria del Padre.
Esta semana, “deja de mirar el cielo”; es decir, lleva tu oración a la práctica. Ayuda al necesitado, perdona a quien lo necesita, transforma tu ambiente de trabajo. Recuerda: es a nosotros a quien nos corresponde dar testimonio de que Cristo sigue entre nosotros, de que Él está vivo y se manifiesta a través de nosotros.
+ Lectura del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-20.
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos”.
El Señor Jesús, después de hablarles, subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación con los milagros que hacían.
Formación en la fe
Celebrar la resurrección
Una pregustación de la gloria eterna.
Cristo es el buen pastor que conduce su rebaño a los pastos eternos; por eso pedimos al Padre: "Concédenos la alegría del reino de tus elegidos, para que así el débil rebaño de tu Hijo tenga parte en la admirable victoria de su pastor".
El gozo pascual se experimenta con particular intensidad en la celebración eucarística, tanto en la ofrenda de los dones como en la comunión. Así se expresa la oración sobre las ofrendas para el domingo de pascua:
"Rebosantes de gozo pascual, celebramos, Señor, estos sacramentos en los que tan maravillosamente ha renacido y se alimenta tu Iglesia".
Semejante a ésta es la del lunes de la segunda semana:
"Recibe, Señor, las ofrendas de tu Iglesia, exultante de gozo, y pues en la resurrección de tu Hijo nos diste motivo de tanta alegría, concédenos participar también del gozo eterno".
Tenemos ahora las primeras flores; ¡esperamos los frutos maduros! El tema constante es: del gozo presente a la plenitud futura.
Recibe, Señor, en tu bondad las ofrendas de tu pueblo, para que, renovados por la fe y el bautismo, consigamos la eterna bienaventuranza.
Y también:
Concede a estos hijos tuyos que han recibido la gracia incomparable del bautismo poder gozar un día de la felicidad eterna.
La eucaristía nos conduce a la meta, que es la "gloria de la resurrección". Esto refleja la enseñanza de Cristo. "El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día" (Jn 6,54). La liturgia romana refleja la persuasión del estrecho vínculo que existe entre la comunión sacramental y la resurrección de los cuerpos, como se desprende de las siguientes oraciones:
Que la participación en los sacramentos de nuestra redención nos sostenga durante la vida presente y nos dé las alegrías eternas.
Concédenos, Señor, que la celebración de estos misterios pascuales nos llene siempre de alegría, y que la actualización repetida de nuestra redención sea para nosotros fuente de gozo incesante.
Ya poseemos la vida eterna, por lo menos de manera parcial o inicial. De ello nos alegramos, aunque nuestro gozo sea limitado de varias maneras por nuestra condición humana; por dolores, como en la pérdida de los seres queridos; pruebas interiores y exteriores, y por nuestra lucha constante contra el pecado. Esto nos lleva a hablar de la cruz.
Rincón de oraciónHay varios TIPOS de ORACION VOCAL:
Arrepentimiento:
Es el comienzo de una oración justa y pura, pues nos coloca en nuestra realidad de pecadores que somos y desde esta realidad clamamos perdón a quien hemos ofendido. Es la oración del publicano, que se reconoce ante Dios como es: un pobre pecador necesitado de su misericordia.
Reparación:
Oración de desagravio por pecados propios, de otros, o de la humanidad. Ejemplos: el Acto de Desagravio al Santísimo Sacramento. La Cruzada Permanente de Oración por los errores y herejías de la "Nueva Era" contiene un acto de desagravio, referido a todos estos errores que van contra la divinidad de Nuestro Señor y pretenden destruir la fe de su Iglesia.
Acción de gracias:
Todo acontecimiento y toda gracia del Señor pueden traducirse en un acto de acción de gracias. Es propio del cristiano tener un corazón agradecido. "En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios en Cristo Jesús quiere de vosotros" (1ª Tes.5, 18).
Alabanza:
Es la forma de orar que reconoce de la manera más directa que Dios es Dios. El orante le canta por Él mismo, le da gloria no por lo que hace, sino por lo que Él es. De entre las formas de oración vocal, la de alabanza es la más elevada. (cfr. CIC #2639)
Oración en lenguas:
Aquella en que no sabiendo nosotros orar como conviene, "el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables" (Rom.8, 36). Es el Espíritu Santo orando en nosotros sin saber nosotros qué decimos. Es una gracia especial del Espíritu Santo, que san Pablo cita en la lista entre los carismas.
Actividades parroquiales
De lunes a sábado.. 19:30 h.
Domingos .............. 10:00—11:30 h
Rezo del Santo Rosario
De lunes a sábado .. 19:00 h.
Exposición del Santísimo
Jueves .................... 18:30—19:30 h.
Domingos .............. 10:30—11:30 h.
Confesiones
Media hora antes a cada Misa
Cuando alguien lo solicite
Despacho Parroquial
Martes, miércoles
y jueves ................ 18:00—19:00 h.
Atención los miércoles de 18 a 19 h. en los locales de Ciudad de Laval, 30.
Pascua del Enfermo
El lunes 13 de Mayo, memoria de la Virgen de Fátima, testimonio del padre José Marín con el lema “Dar esperanza en la tristeza”.
Ese mismo día en la Eucaristía de las 19:30 h. se administrará el sacramento de la unción de enfermos.
Lectio Divina
La próxima sesión será el día 20 de Mayo a las 20:30 h.
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