Una hora de matemáticas y lengua por la mañana, ciencias por la tarde y clases individualizadas de inglés. Salvador y María son sólo un ejemplo de los 500 padres de la Comunitat que han optado por el homeschooling. «Educamos a nuestros siete hijos desde casa», explica este matrimonio de Gandia, que ayer acudió al Primer Congreso Nacional de Homeschooling en Valencia.
Salvador y María, ambos de 35 años y profesores de música, defienden el método de educar ellos mismos a sus niños en lugar de escolarizarlos. «Utilizamos los libros de texto del colegio y el horario suele ser el mismo», explica María, que está embarazada.
Desde casa pueden incidir en las materias que consideran más importantes. «Los mayores, de nueve y ocho años, también aprenden violín y piano», cuentan estos padres. Otra ventaja del homeschooling es que les inculcan unos valores «que a día de hoy no se encuentran en la escuela».
La familia asegura que esta forma de aprendizaje les permite disfrutar más de sus hijos. «Entre llevar y recoger a todos los niños perdíamos más de cuatro horas al día. Ahora ese tiempo lo tenemos para estar juntos», dice Salvador.
Josep y María, otra pareja residente en la comarca de la Ribera, también van a probar a educar a sus dos hijas en casa. «Somos profesores y nos hace ilusión enseñarlas nosotros mismos», aseguran.
Sin embargo, estas personas se enfrentan a un obstáculo: los estudios en el hogar no están reconocidos legalmente. Ayer durante el congreso, el matrimonio Branson-Sánchez quiso darles un mensaje de tranquilidad. Esta familia del País Vasco ganó un juicio en el que la Fiscalía le acusaba de abandono por no llevar a sus hijos a clase. «Entendemos el miedo de los padres pero sólo el 5% de los casos de homeschooling son denunciados. Si llegan hasta el final, acaban dándoles la razón», sentencian.
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