HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de San Francesc de Borja
Queridos hermanos:
La semana pasada escuchábamos el evangelio del fariseo, que se tenía por justo, estaba seguro de sí mismo y despreciaba a los demás y el publicano, que pobre y miserable, pedía misericordia. Éste último fue justificado, es decir, fue curado y sanado. En cambio el fariseo permaneció en su enfermedad.
Esta semana escuchamos un evangelio donde se pone nombre a un publicano: “Zaqueo”, y donde la muchedumbre de Jericó se comporta como el fariseo de la semana pasada: murmurando de Zaqueo y de Jesús por ir a hospedarse a casa de un pecador. Y no fue Zaqueo el que le invitó con su palabra, sino con su deseo: quería ver a Jesús. Es Jesús el que autoinvita a casa de un pecador.
El fariseo se cree sano. Dice San Agustín: “Como se trataba de Zaqueo, el jefe de los publicanos y gran pecador, aquella turba, que se creía sana, impedía que Jesús entrase en casa de un pecador, que equivale a reprochar al médico el que entre en casa del enfermo.” Y añade: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa (Lc 19,9). He aquí el motivo de mi entrada: Hoy ha llegado la salvación. Ciertamente, si el Salvador no hubiese entrado no hubiese llegado la salvación a aquella casa. ¿De qué te extrañas, enfermo? Llama también tú a Jesús, no te creas sano. El enfermo que recibe al médico es un enfermo con esperanza.” (Sermón 174, 3.5-6)
Por tanto, hermanos, no desesperemos: “Aunque nuestros pecados fueran negros como la noche, la misericordia divina es más fuerte que nuestra miseria. Sólo hace falta una cosa: que el pecador abra al menos un poco la puerta de su corazón... el resto lo hará Dios...”, (Juan Pablo II, citando a santa Faustina Kowalska). Considerémonos enfermos necesitados de médico. Decía fray Bartolomé de las Casas: «Del más chiquito y del más olvidado tiene Dios la memoria muy reciente y muy viva». Dios nos ama. «Dios nos ama por nada», dice san Tikhon de Zadonsky. El amor es lo único que cambia el mundo y el corazón del hombre. “El amor de ningún modo se puede merecer, comprar, forzar, obtener; lo recibimos como un don, a la manera de un milagro; ahí está el comienzo de la humildad.” (cf. Antoni Bloom) Zaqueo, humilde, acoge el amor que salva su familia.
Jesús, vuestro párroco
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 1-10
En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad.
Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo:
— «Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.» Él bajó en seguida y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo:
— «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.»
Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor:
— «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.»
Jesús le contestó: — «Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.»
Palabra del Señor.
549 Al liberar a algunos hombres de los males terrenos del hambre (cf. Jn 6, 5-15), de la injusticia (cf. Lc 19, 8), de la enfermedad y de la muerte (cf. Mt 11,5), Jesús realizó unos signos mesiánicos; no obstante, no vino para abolir todos los males aquí abajo (cf. LC 12, 13. 14; Jn 18, 36), sino a liberar a los hombres de la esclavitud más grave, la del pecado (cf. Jn 8, 34-36), que es el obstáculo en su vocación de hijos de Dios y causa de todas sus servidumbres humanas.
549 Al liberar a algunos hombres de los males terrenos del hambre (cf. Jn 6, 5-15), de la injusticia (cf. Lc 19, 8), de la enfermedad y de la muerte (cf. Mt 11,5), Jesús realizó unos signos mesiánicos; no obstante, no vino para abolir todos los males aquí abajo (cf. LC 12, 13. 14; Jn 18, 36), sino a liberar a los hombres de la esclavitud más grave, la del pecado (cf. Jn 8, 34-36), que es el obstáculo en su vocación de hijos de Dios y causa de todas sus servidumbres humanas.
550 La venida del Reino de Dios es la derrota del reino de Satanás.
2412 En virtud de la justicia conmutativa, la reparación de la injusticia cometida exige la restitución del bien robado a su propietario:
Jesús bendijo a Zaqueo por su resolución: "si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo" (Lc 19,8). Los que, de manera directa o indirecta, se han apoderado de un bien ajeno, están obligados a restituirlo o a devolver el equivalente en naturaleza o en especie si la cosa ha desaparecido, así como los frutos y beneficios que su propietario hubiera obtenido legítimamente. Están igualmente obligados a restituir, en proporción a su responsabilidad y al beneficio obtenido, todos los que han participado de alguna manera en el robo, o se han aprovechado de él a sabiendas; por ejemplo, quienes lo hayan ordenado o ayudado o encubierto.
1443 Durante su vida pública, Jesús no sólo perdonó los pecados, también manifestó el efecto de este perdón: a los pecadores que son perdonados los vuelve a integrar en la comunidad del pueblo de Dios, de donde el pecado los había alejado o incluso excluido. Un signo manifiesto de ello es el hecho de que Jesús admite a los pecadores a su mesa, más aún, él mismo se sienta a su mesa, gesto que expresa de manera conmovedora, a la vez, el perdón de Dios (cf Lc 15) y el retorno al seno del pueblo de Dios (cf Lc 19,9).
1444 Al hacer partícipes a los apóstoles de su propio poder de perdonar los pecados, el Señor les da también la autoridad de reconciliar a los pecadores con la Iglesia.
“Zaqueo se encuentra sobre el sicómoro; y el Señor lo honra yendo a su casa. Y con razón elige a un jefe de los publicanos, porque ¿quién desesperará de sí cuando éste alcanzó la gracia, siendo así que recaudaba los tributos con engaño? Y en verdad que era rico; para que conozcas que no todos los ricos son avaros. No habiendo sido invitado Jesús por Zaqueo, se invita a sí mismo. Por esto dice: "Y le dijo: Zaqueo, desciende pronto”. Sabía, pues, que su hospitalidad obtendría una gran recompensa, aun cuando no había oído todavía la voz del que le había de convidar; pero ya conocía su deseo.” (San Ambrosio. Tomado de Catena Aurea, Lucas XIX , 1-10 )
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Pero considera la excesiva bondad del Salvador. El inocente trata con los culpables, la fuente de la justicia con la avaricia, que es fundamento de perversidad; cuando ha entrado en la casa del publicano, no sufre ofensa alguna por la nebulosidad de la avaricia; antes al contrario hace desaparecer la avaricia con el brillo de su justicia. (…) Porque no cura el médico si no soporta la hediondez de las llagas de los enfermos, y sigue adelante en su propósito de curarle. Esto mismo sucedió entonces: el publicano se había convertido y se hizo mejor que antes. Prosigue: "Mas Zaqueo, presentándose al Señor, le dijo: Señor, la mitad de cuanto tengo doy a los pobres", etc. Cosa admirable. Todavía no se le hable y ya obedece. Y como el sol no ilumina una casa con palabras, sino con hechos, así el Salvador con los rayos de su justicia hace huir la niebla de le torpeza; porque la luz brilla en las tinieblas. (San Juan Crisóstomo)
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“Hoy la liturgia presenta a nuestra meditación el conocido episodio evangélico del encuentro de Jesús con Zaqueo en la ciudad de Jericó. ¿Quién era Zaqueo? Un hombre rico, que ejercía el oficio de "publicano", es decir, de recaudador de impuestos por cuenta de la autoridad romana, y precisamente por eso era considerado un pecador público. Al saber que Jesús pasaría por Jericó, aquel hombre sintió un gran deseo de verlo, pero, como era bajo de estatura, se subió a un árbol. Jesús se detuvo precisamente bajo ese árbol y se dirigió a él llamándolo por su nombre: "Zaqueo, baja en seguida, porque hoy debo alojarme en tu casa" (Lc 19, 5). ¡Qué mensaje en esta sencilla frase!
"Zaqueo": Jesús llama por su nombre a un hombre despreciado por todos. "Hoy": sí, precisamente ahora ha llegado para él el momento de la salvación. "Tengo que alojarme": ¿por qué "debo"? Porque el Padre, rico en misericordia, quiere que Jesús vaya a "buscar y a salvar lo que estaba perdido" (Lc 19, 10). La gracia de aquel encuentro imprevisible fue tal que cambió completamente la vida de Zaqueo: "Mira —le dijo a Jesús—, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más" (Lc 19, 8). Una vez más el Evangelio nos dice que el amor, partiendo del corazón de Dios y actuando a través del corazón del hombre, es la fuerza que renueva el mundo”. (Benedicto XVI. Ángelus. 4 de noviembre de 2007)
Señor Jesús, como Zaqueo,
te buscamos y queremos que Tú llegues
a nuestra casa, a nuestro corazón,
para que allí nos transformes
y nos vivifiques; te buscamos Señor,
queremos encontrarte, queremos que Tú seas
el sentido y la razón de nuestra vida.
Ven, y cambia nuestra vida, Señor.
Y, cuando nos veas trepado en algún árbol
Llámanos para que sintamos tu llamada
Llámanos para que no te perdamos
Llámanos para que sea posible nuestra salvación
Llámanos y, dinos, en qué debemos cambiar
Llámanos y, si quieres, tendrás sitio en nuestra casa
Llámanos para que, viendo el horizonte que nos espera,
vivamos como Tú, amemos como Tú, demos la vida como Tú, amando y sirviendo, como lo hiciste Tú.
Hoy una gran multitud de seres humanos débiles e indefensos, como son, concretamente, los niños aún no nacidos, está siendo aplastada en su derecho fundamental a la vida. (...)
La presente Encíclica, fruto de la colaboración del Episcopado de todos los Países del mundo, quiere ser pues una confirmación precisa y firme del valor de la vida humana y de su carácter inviolable, y, al mismo tiempo, una acuciante llamada a todos y a cada uno, en nombre de Dios: ¡respeta, defiende, ama y sirve a la vida, a toda vida humana! ¡Sólo siguiendo este camino encontrarás justicia, desarrollo, libertad verdadera, paz y felicidad!
¡Que estas palabras lleguen a todos los hijos e hijas de la Iglesia! ¡Que lleguen a todas las personas de buena voluntad, interesadas por el bien de cada hombre y mujer y por el destino de toda la sociedad!
(Juan Pablo II. Carta a todos los Obispos de la Iglesia sobre la intangibilidad de la vida humana inocente de 19 mayo de 1991, citado en Evangelium Vitae nº 5)
1. La solemnidad de Todos los Santos cae en lunes. Para facilitar la asistencia a la eucaristía habrá misa el domingo 31 a las 7.30 tarde y el lunes a las 12.00 h. Asímismo, la Conmemoración de los fieles difuntos la celebraremos a las 9.30 h. de la mañana y a las 7.30 tarde.
2. El jueves 4 de noviembre, primer jueves de mes, a las 20.30 h. habrá una hora de Adoración del Santísimo Sacramento.
3. El viernes 5 de noviembre a partir de las 10 de la mañana, será la visita a enfermos.
4. El Sábado 6 de noviembre será la excursión de los jóvenes de confirmación a Ayelo de Rugat.
5. El mismo sábado en la misa de las 6 de la tarde tendrá lugar el rito de acogida de los niños de 1º de comunión.
6. El lunes 8 de noviembre a las 20.30 h. habrá una sesión de formación de la Catequesis del Buen Pastor para niños de 3, 4 y 5 años.
7. Del 12 al 14 de noviembre habrá un Curso de iniciación al Oratorio de Niños pequeños en Torrent. Interesados ponerse en contacto con D. Arturo.
8. Colecta diaria del 11 al 15 de octubre: 43 €.
9. Colecta fin semana 16-17 octubre: 185 €.
Tras la autorización del Arzobispado para la obra y para el préstamo de 149.000 €, ya se ha presentado el proyecto en el Ayuntamiento para la licencia de obras. Se están ultimando detalles de cara a la memoria de calidad. Esperamos pronto comenzar las obras. Agradecemos los donativos recibidos esta semana tras una larga sequía.
Donativos recibidos para los nuevos locales en la calle Ciudad de Laval: Ingresados hasta el 22-10-10: 35.545,79 €.
+ 280 €.
35.825,79 €.
Colabore en la cuenta que la parroquia tiene en
Caixa Ontinyent, c. Madrid 38:
2045-6028-12-0000095170
Del 1 al 7 de noviembre de 2010
Domingo 31. Solemnidad de Todos los santos. 19.30 h.: Sin intención.
Lunes 1. Solemnidad de Todos los santos. 12.00 h.: Pro Pópulo.
Martes 2. Conmemoración de los fieles difuntos. 9.30 h.: Sin intención. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Ferrer-Puig.
Miércoles 3. San Martín de Porres. 19.30 h.: En sufragio de: Rogelio Roselló.
Jueves 4. San Carlos Borromeo. 19.30 h.: En sufragio de: Clemente Jesús Serrano.
Viernes 5. 19.30 h.: En sufragio de: Benditas almas del purgatorio; Dif. Fam. Castelló-Ferrairó.
Sábado 6. XXXII del T.O.
18.00 h.: Con niños. Sin intención.
19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. García-Estruch
21.00 h.: Sin intención
Domingo 7. XXXII del T.O. 12.00 h. Pro Pópulo.
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