“Jesús de Nazaret, ungido por Dios
con la fuerza del Espíritu Santo” (Hch 10,38).
Queridos
hermanos:
Este fragmento
de los Hechos de los apóstoles forma parte de la predicación de San Pedro en
casa de un centurión romano llamado Cornelio. Han mandado llamar a Pedro y éste
les ha predicado y durante la predicación reciben el Espíritu Santo. Y los allí
presentes se ponen a hablar en lenguas y a glorificar a Dios, a proclamar la
grandeza de Dios (cf. Hch 10, 46). Con lo cual dijo San Pedro: “«¿Se puede
negar el agua del bautismo a los que han recibido el Espíritu Santo igual que
nosotros?». Y mandó bautizarlos en el nombre de Jesucristo” (Hch 10,47-48). Es
lo que se llama el “Pentecostés de los gentiles”. Y este domingo de la Fiesta
del Bautismo del Señor leemos un fragmento de esta predicación de san Pedro en
la segunda lectura.
Esta escena es
realmente interesante. Porque lo que derrama el Señor con abundancia es el
Espíritu Santo. Jesús es el ungido. El aceite perfumado que consagraba a los
reyes y sacerdotes era una figura del gran don que se nos da, que es el
Espíritu Santo. Se nos da en nuestro bautismo.
Jesús es el
nuevo Noé. Trae una Nueva Creación. La paloma que Noé soltó, y al atardecer
regresó, llevaba una hoja verde de olivo en el pico (Gn 8,11). Jesús es el
fruto del olivo, aun más, es esa oliva prensada en Getsemaní y unida al
perfume. Es el Ungido con el oleo perfumado del Espíritu Santo. Jesús, al
entrar en las aguas del Jordán y ser bautizado por Juan acepta ser el Ungido
que será prensado en la cruz para derramar el aceite de su Espíritu Santo.
El pasado 7 de
enero, en la homilía de la Misa matutina, el Papa Francisco, a la luz de la
primera lectura del apóstol san Juan, nos invitaba a discernir qué espíritu se
mueve en nuestro corazón cada día. ¿Es el Espíritu de Dios, el don de Dios, el
Espíritu Santo que me lleva siempre al encuentro con el Señor o el espíritu del
mundo que me aleja suave, lentamente del Señor? El Papa nos decía que el
espíritu mundano lleva a la inconsciencia de no distinguir el pecado, el
espíritu del mundo te lleva a la corrupción, hasta el punto de que no sabes lo
que es bueno y lo que es malo: todo es lo mismo, todo es igual.
Pidamos
discernir qué espíritu mueve nuestro corazón. No sea que vivamos una vida que
cada vez nos aleje más del Señor. Pidamos el Espíritu Santo. El Espíritu Santo
que se nos infunde es fuego, tiene deseos ardientes, es celoso y humilde fuego
de amor. Dice San Pablo: “los que son de Cristo Jesús han crucificado la
carne con las pasiones y los deseos. Si vivimos por el Espíritu, marchemos tras
el Espíritu” (Ga 5,24-25). Pidamos, pues, el Espíritu Santo para seguirle.
Jesús, vuestro párroco
+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 3, 13-17
En aquel tiempo, vino Jesús desde Galilea al Jordán y se presenta a Juan para que lo bautice.
Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole:
«Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?».
Jesús le contestó:
«Déjalo ahora. Conviene que así cumplamos toda justicia».
Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía:
«Este es mi Hijo amado, en quien me complazco».
Palabra del Señor.
El Bautismo de Jesús
444 Los Evangelios narran en dos momentos solemnes, el bautismo y la transfiguración de Cristo, que la voz del Padre lo designa como su "Hijo amado" (Mt 3, 17; 17, 5).
535 El comienzo (cf. Lc 3, 23) de la vida pública de Jesús es su bautismo por Juan en el Jordán (cf. Hch 1, 22). Juan proclamaba "un bautismo de conversión para el perdón de los pecados" (Lc 3, 3). Una multitud de pecadores, publicanos y soldados (cf. Lc 3, 10-14), fariseos y saduceos (cf. Mt 3, 7) y prostitutas (cf. Mt 21, 32) viene a hacerse bautizar por él. "Entonces aparece Jesús". El Bautista duda. Jesús insiste y recibe el bautismo. Entonces el Espíritu Santo, en forma de paloma, viene sobre Jesús, y la voz del cielo proclama que él es "mi Hijo amado" (Mt 3, 13-17). Es la manifestación ("Epifanía") de Jesús como Mesías de Israel e Hijo de Dios.
536 El bautismo de Jesús es, por su parte, la aceptación y la inauguración de su misión de Siervo doliente. Se deja contar entre los pecadores (cf. Is 53, 12); es ya "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Jn 1, 29); anticipa ya el "bautismo" de su muerte sangrienta (cf Mc 10, 38; Lc 12, 50). Viene ya a "cumplir toda justicia" (Mt 3, 15), es decir, se somete enteramente a la voluntad de su Padre: por amor acepta el bautismo de muerte para la remisión de nuestros pecados (cf. Mt 26, 39). A esta aceptación responde la voz del Padre que pone toda su complacencia en su Hijo (cf. Lc 3, 22; Is 42, 1). El Espíritu que Jesús posee en plenitud desde su concepción viene a "posarse" sobre él (Jn 1, 32-33; cf. Is 11, 2). De él manará este Espíritu para toda la humanidad. En su bautismo, "se abrieron los cielos" (Mt 3, 16) que el pecado de Adán había cerrado; y las aguas fueron santificadas por el descenso de Jesús y del Espíritu como preludio de la nueva creación.
EL EVANGELIO COMENTADO POR EL PAPA
“Hoy, fiesta del Bautismo de Jesús, el Evangelio (Mt 3, 13-17) nos presenta la episodio ocurrido a orillas del río Jordán: en medio de la muchedumbre penitente que avanza hacia Juan Bautista para recibir el Bautismo también se encuentra Jesús —hacía fila—. Juan querría impedírselo diciendo: «Soy yo el que necesita ser bautizado por ti» (Mt 3, 14). En efecto, el Bautista es consciente de la gran distancia que hay entre él y Jesús. Pero Jesús vino precisamente para colmar la distancia entre el hombre y Dios: si Él está completamente de parte de Dios también está completamente de parte del hombre, y reúne aquello que estaba dividido. Por eso pide a Juan que le bautice, para que se cumpla toda justicia (cf. v. 15), es decir, se realice el proyecto del Padre, que pasa a través de la vía de la obediencia y de la solidaridad con el hombre frágil y pecador, la vía de la humildad y de la plena cercanía de Dios a sus hijos. ¡Porque Dios está muy cerca de nosotros, mucho!
En el momento en el que Jesús, bautizado por Juan, sale de las aguas del río Jordán, la voz de Dios Padre se hace oír desde lo alto: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco» (v. 17). Y al mismo tiempo el Espíritu Santo, en forma de paloma, se posa sobre Jesús, que da públicamente inicio a su misión de salvación; misión caracterizada por un estilo, el estilo del siervo humilde y dócil, dotado sólo de la fuerza de la verdad, como había profetizado Isaías: «no vociferará ni alzará el tono, [...] la caña quebrada no partirá, y la mecha mortecina no apagará. Lealmente hará justicia» (42, 2-3). Siervo humilde y manso, he aquí el estilo de Jesús, y también el estilo misionero de los discípulos de Cristo: anunciar el Evangelio con docilidad y firmeza, sin gritar, sin regañar a alguien, sino con docilidad y firmeza, sin arrogancia o imposición. La verdadera misión nunca es proselitismo sino atracción a Cristo. ¿Pero cómo? ¿Cómo se hace esta atracción a Cristo? Con el propio testimonio, a partir de la fuerte unión con Él en la oración, en la adoración y en la caridad concreta, que es servicio a Jesús presente en el más pequeño de los hermanos. Imitando a Jesús, pastor bueno y misericordioso, y animados por su gracia, estamos llamados a hacer de nuestra vida un testimonio alegre que ilumina el camino, que lleva esperanza y amor.
Esta fiesta nos hace redescubrir el don y la belleza de ser un pueblo de bautizados, es decir, de pecadores —todos lo somos— de pecadores salvados por la gracia de Cristo, inseridos realmente, por obra del Espíritu Santo, en la relación filial de Jesús con el Padre, acogidos en el seno de la madre Iglesia, hechos capaces de una fraternidad que no conoce confines ni barreras.
Que la Virgen María nos ayude a todos nosotros cristianos a conservar una conciencia siempre viva y agradecida de nuestro Bautismo y a recorrer con fidelidad el camino inaugurado por este Sacramento de nuestro renacimiento. Y siempre humildad, docilidad y firmeza.” (Francisco. Ángelus. 8-enero-2017).
INVITACIÓN DE DON ANTONIO CAÑIZARES
A REZAR POR ESPAÑA
“Es tiempo de oración. Ni la renovación y fortalecimiento de la Iglesia, ni la renovación y edificación de nuestra España serán posibles si no oramos. Todos debemos orar. Todos necesitamos volver al Señor, encontrarnos con Él, escucharle, tratar con Él, conocerle más y mejor, vivir la experiencia de su amor y de su cercanía, gozar de su gracia. No cesemos de orar. Es preciso, absolutamente necesario, como nos dice Jesús, "orar en todo tiempo y no desfallecer".
Por eso pido encarecidamente y me pongo de rodillas ante todos, que a partir de hoy, y en los días sucesivos mientras no se aclare el futuro incierto que vivimos ahora en España, que en todas las Iglesias se ore por España, que se eleven oraciones especiales por España, que en todas las Misas se ore por España, en los conventos de vida contemplativa se ore intensamente por España. La situación urge y apremia. Para Dios nada hay imposible. Oremos con confianza a Dios. Oremos también en los hogares. Oremos con fe profunda y sencilla el Padre Nuestro donde se contiene todo lo que en estos momentos necesitamos. No me cansaré de recordar y renovar, una y otra vez mi invitación a orar. Es la invitación más importante que os puedo hacer, el mensaje más esencial, máxime en estos tiempos de secularización y de eclipse de Dios. El olvido de la oración es olvido de Dios; y el olvido de Dios es olvido del hombre. Necesitamos orar para acercarnos al hombre, a todo hombre, a la persona humana y encontrar el bien común, conforme a la voluntad de Dios. Es la oración la garantía de humanización de nuestro mundo, de nuestra España porque es la garantía de la recuperación de lo humano y del bien común que sólo en Dios encuentra su fundamento y su verdad.” (D. Antonio Cañizares Llovera.. 3 de enero de 2020).
Oremos para que en estos tiempos de secularización y de eclipse de Dios volvamos al Señor, nos encontremos con Él, le escuchemos, tratemos con Él, le conozcamos más y mejor, vivamos la experiencia de su amor y de su cercanía, gocemos de su gracia por medio de la oración para la renovación y fortalecimiento de la Iglesia, y la renovación y edificación de nuestra España.
Señor Jesús, abiertos a la oración confesamos que sin ti nada podemos hacer, que todas nuestras empresas nos las realizas Tú y que nada verdaderamente digno podríamos llevar a cabo si no contamos con tu amor y tu gracia.
Te pedimos que todo comience en Ti cómo en su fuente y que todo conduzca a Ti como a su fin, que todo nos lleve a realizar tu designio en favor de los hombres: designio de paz y no de aflicción, designio de amor y de felicidad, designio de luz y de verdad para todo hombre que viene a este mundo. Invocamos tu santo Nombre y te rogamos que nos alcances tu copiosa bendición. (cf. D. Antonio Cañizares Llovera. 3 de enero de 2020).
“Dios no nos deja solos, sino que se hace presente para responder a las preguntas decisivas sobre el sentido de nuestra existencia: ¿Quién soy yo? ¿De dónde vengo? ¿Por qué nací en este momento? ¿Por qué amo? ¿Por qué sufro? ¿Por qué moriré? Para responder a estas preguntas, Dios se hizo hombre. Su cercanía trae luz donde hay oscuridad e ilumina a cuantos atraviesan las tinieblas del sufrimiento.” (Papas Francisco. Carta sobre el significado y el valor del Belén).
Somos testigos de que Dios no nos ha dejado solos: nos ha amado, curado, perdonado, sanado de tantas enfermedades interiores y exteriores. Te invitamos a estas catequesis. Serán los martes y jueves a las 8.30 noche, entrando por la calle Ciudad de Laval 29 a partir del martes 14 de enero. Habrá servicio de guardería para los que tengan necesidad.
El domingo 26 de enero la Iglesia celebra la Infancia Misionera, con el lema: “Con Jesús a Egipto. Siempre en marcha”.
El domingo 26 de enero la Iglesia celebra la Infancia Misionera, con el lema: “Con Jesús a Egipto. Siempre en marcha”.
Jesús está creciendo en brazos de José y María, ahora es un “refugiado” en Egipto. Viajaremos con la Sagrada Familia de Belén a Egipto para descubrir el sentido misionero de este tiempo de huida y persecución.
Más información en http://www.infanciamisionera.es/
1. Tiene a su disposición el Calendario 2020. También puede adquirir el EVANGELIO 2020 para ayuda en la oración personal.
2. Excursión del grupo Paso a Paso a la Cova dels Emboscats: sábado 18 de enero a las 7.30 h. desde el parking de Juzgados.
3. Reunión del Equipo de Pastoral de la Salud: lunes 13 de enero a las 10.15 h. Trabajaremos una reflexión sobre la soledad a la luz de la soledad de Jesucristo.
4. Charla en la parroquia de Cristo Rey sobre los dones del Espíritu Santo en el matrimonio: viernes 17 de enero a las 21.30 h.
Del 13 al 19 de enero de 2020
Lunes 13. San Hilario , Obispo y doctor. 19.30 h.: En sufragio de: José.
Martes 14. Fiesta de San Juan de Ribera, obispo. 19.30 h.: En acción de gracias.
Miércoles 15. 19.30 h.: por las intenciones de Pepa Ribes.
Jueves 16. 19.30 h.: por las intenciones de Pepa Ribes.
Viernes 17. San Antonio, Abad. 19.30 h.: Sin intención.
Sábado 18. Por la tarde: DOMINGO 2º DEL TIEMPO ORDINARIO. 18.00 h.: Con niños. Sin intención. 19.30 h.: En sufragio de: Rvdo. D. Juan Fernández Mora. 21.00 h.: Sin intención.
Domingo 19. DOMINGO 2º DEL TIEMPO ORDINARIO.
10.00 h.: Sin intención.
11.30 h.: Pro Pópulo.
19.30 h.: En acción de gracias.
Invitamos al inicio de este año a solicitar con tiempo la intención a rezar por algún difunto o por alguna necesidad. Les invitamos a solicitar en el despacho la celebración de intenciones particulares o misas en sufragio por sus familiares.
-----------------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario