25 de enero de 2020

Domingo 26 de enero de 2020. 3 T.O. A.

   
              Queridos hermanos:
Celebramos este domingo una FIESTA NUEVA: “establezco que el III Domingo del Tiempo Ordinario esté dedicado a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios.” (Carta apostólica en forma de «motu proprio» del Santo Padre Francisco Aperuit Illis con la que se instituye el Domingo de la Palabra de Dios). Con estas palabras el Papa Francisco instituía el año pasado esta Fiesta: “Dedicar concretamente un domingo del Año litúrgico a la Palabra de Dios nos permite, sobre todo, hacer que la Iglesia reviva el gesto del Resucitado que abre también para nosotros el tesoro de su Palabra para que podamos anunciar por todo el mundo esta riqueza inagotable.” Con esta intención: “Que el domingo dedicado a la Palabra haga crecer en el pueblo de Dios la familiaridad religiosa y asidua con la Sagrada Escritura”.
Y las lecturas de este domingo no pueden ser más oportunas. Pues la Palabra eterna del Padre se ha hecho carne y ha ido a habitar entre nosotros. ¿En qué situación te encuentras? Allí irá la Palabra de Dios a hablarte. Si estás desanimado, sin esperanza. Si piensas que nadie te comprende…
Cuando escuchamos, leemos, meditamos, oramos, estudiamos, escrutamos la Palabra de Dios el Señor viene a hablarte, aconsejarte, consolarte, iluminarte. Viene a hacerte crecer en la fe, a afianzarte en la confianza, abrir horizontes de esperanza, moverte al perdón, a un amor más grande...
La Palabra de Dios va a habitar al territorio de Zebulón y Neftalí, que era la parte más al norte de Israel, limítrofe a las zonas más paganas. Por eso era llamada esa zona “Galilea de los gentiles”.
Si crees que estás alejado de Dios o que Dios se ha alejado de ti, abre la Palabra. El Señor está cerca de ti y viene a hablarte.  Si crees que no vale la pena seguir viviendo y estás en tinieblas, si la vida no ofrece más que sinsabores o amarguras, una luz viene a brillar en tu vida. Escucha la Palabra de Dios.
Si estás dividido, con desunión en la familia, o vives en el individualismo, “la Biblia es el libro del pueblo del Señor que al escucharlo pasa de la dispersión y la división a la unidad. La Palabra de Dios une a los creyentes y los convierte en un solo pueblo.” Si crees que Dios no cuenta contigo escucha la voz que te llama y te habla por medio de su Palabra. Si crees que eres un inútil que no puede ayudar a nadie, escúchale decirte: «Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Que nunca falte en tu vida esta relación decisiva con la Palabra viva que el Señor nunca se cansa de dirigirte a ti, su Esposa, para que puedas crecer en el amor y en el testimonio de fe. La Palabra de Dios es viva y eficaz, capaz de transformar al que escucha y prender fuego en su corazón.
Jesús, vuestro párroco
+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 4, 12-23

Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaúm, junto al mar, en el territorio de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,
camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles.
El pueblo que habitaba en tinieblas
vio una luz grande;
a los que habitaban en tierra y sombras de muerte,
una luz les brilló».
Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos».
Paseando junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.
Les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Jesús recorría toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
Palabra del Señor.
LA INVITACIÓN A LA CONVERSIÓN
545          Jesús invita a los pecadores al banquete del Reino: "No he venido a llamar a justos sino a pecadores" (Mc 2, 17; cf. 1 Tim 1, 15). Les invita a la conversión, sin la cual no se puede entrar en el Reino, pero les muestra de palabra y con hechos la misericordia sin límites de su Padre hacia ellos (cf. Lc 15, 11-32) y la inmensa "alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta" (Lc 15, 7).

1989         La primera obra de la gracia del Espíritu Santo es la conversión, que obra la justificación según el anuncio de Jesús al comienzo del evangelio: "Convertíos porque el Reino de los Cielos está cerca" (Mt 4,17). Movido por la gracia, el hombre se vuelve a Dios y se aparta del pecado, acogiendo así el perdón y la justicia de lo alto. "La justificación entraña, por tanto, el perdón de los pecados, la santificación y la renovación del hombre interior (Cc. de Trento: DS 1528).

1427 Jesús llama a la conversión. Esta llamada es una parte esencial del anuncio del Reino: "El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva" (Mc 1,15). En la predicación de la Iglesia, esta llamada se dirige primeramente a los que no conocen todavía a Cristo y su Evangelio. Así, el Bautismo es el lugar principal de la conversión primera y fundamental. Por la fe en la Buena Nueva y por el Bautismo (cf. Hch 2,38) se renuncia al mal y se alcanza la salvación, es decir, la remisión de todos los pecados y el don de la vida nueva.
1428 Ahora bien, la llamada de Cristo a la conversión sigue resonando en la vida de los cristianos. Esta segunda conversión es una tarea ininterrumpida para toda la Iglesia que "recibe en su propio seno a los pecadores" y que siendo "santa al mismo tiempo que necesitada de purificación constante, busca sin cesar la penitencia y la renovación" (LG 8). Este esfuerzo de conversión no es sólo una obra humana. Es el movimiento del "corazón contrito" (Sal 51,19), atraído y movido por la gracia (cf Jn 6,44; 12,32) a responder al amor misericordioso de Dios que nos ha amado primero (cf 1 Jn 4,10).
EL EVANGELIO COMENTADO POR EL PAPA

El Evangelio de hoy (cf. Mateo 4, 12-23) narra el inicio de la predicación de Jesús en Galilea. Él deja Nazaret, una aldea de las montañas, y se establece en Cafarnaúm, un centro importante a orillas del lago, habitado en su mayor parte por paganos, punto de cruce entre el Mediterráneo y el interior mesopotámico. Esta elección indica que los destinatarios de su predicación no son sólo sus compatriotas, sino todos los que llegan a la cosmopolita «Galilea de los gentiles» (v 15; cf. Isaías 8, 23): así se llamaba. Vista desde la capital Jerusalén, aquella tierra es geográficamente periférica y religiosamente impura, porque estaba llena de paganos, por la mezcla con quienes no pertenecían a Israel. Ciertamente de Galilea no se esperaban grandes cosas para la historia de la salvación. Y sin embargo, justamente desde allí — justo desde allí— se difunde aquella “luz” sobre la cual hemos meditado los domingos pasados: la luz de Cristo. Se difunde precisamente desde la periferia. El mensaje de Jesús reproduce el del Bautista, proclamando el «Reino de los Cielos» (v. 17). Este Reino no conlleva la instauración de un nuevo poder político, sino el cumplimiento de la alianza entre Dios y su pueblo, que inaugurará un periodo de paz y de justicia. Para estrechar este pacto de alianza con Dios, cada uno está llamado a convertirse, transformando su propio modo de pensar y de vivir. Esto es importante: convertirse no solo es cambiar la manera de vivir, sino también el modo de pensar. Es una transformación del pensamiento. No se trata de cambiar la ropa, ¡sino las costumbres! Lo que diferencia a Jesús de Juan Bautista es el estilo y el método. Jesús elige ser un profeta itinerante. No se queda esperando a la gente, sino que se dirige a su encuentro. ¡Jesús está siempre en la calle! Sus primeras salidas misioneras tienen lugar alrededor del lago de Galilea, en contacto con la muchedumbre, en particular con los pescadores. Allí Jesús no sólo proclama la llegada del Reino de Dios, sino que busca compañeros que se asocien a su misión de salvación. En este mismo lugar encuentra dos parejas de hermanos: Simón y Andrés, Santiago y Juan; les llama diciendo: «Venid conmigo y los haré pescadores de hombres» (v. 19). La llamada les llega en plena actividad de cada día: el Señor se nos revela no de manera extraordinaria o asombrosa, sino en la cotidianidad de nuestra vida. Ahí debemos encontrar al Señor; y ahí Él se revela, hace sentir su amor a nuestro corazón; y ahí —con este diálogo con Él en la cotidianidad de nuestra vida— cambia nuestro corazón. La respuesta de los cuatro pescadores es rápida e inmediata: «al instante, dejando las redes, le siguieron» (v. 20). Sabemos efectivamente que habían sido discípulos del Bautista y que, gracias a su testimonio, ya habían empezado a creer en Jesús como el Mesías (cf. Juan 1, 35-42).
Nosotros, cristianos de hoy en día, tenemos la alegría de proclamar y testimoniar nuestra fe, porque hubo ese primer anuncio, porque existieron esos hombres humildes y valientes que respondieron generosamente a la llamada de Jesús. A orillas del lago, en una tierra impensable, nació la primera comunidad de discípulos de Cristo. Que la conciencia de estos inicios suscite en nosotros el deseo de llevar la palabra, el amor y la ternura de Jesús a todo contexto, incluso a aquel más dificultoso y resistente. ¡Llevar la Palabra a todas las periferias! Todos los espacios del vivir humano son terreno al que arrojar las semillas del Evangelio, para que dé frutos de salvación.
Que la Virgen María nos ayude con su maternal intercesión a responder con alegría a la llamada de Jesús, a ponernos al servicio del Reino de Dios. (Francisco. Ángelus. 22-1-2017).
ORACIÓN POR LA UNIDAD
Y RECONCILIACIÓN DE LOS CRISTIANOS
Dios clemente, sana la memoria herida por los acontecimientos del pasado, que dañaron nuestras Iglesias y aún las mantienen distanciadas. Dios clemente, enséñanos a mantener los ojos puestos en Jesús, la Luz Verdadera.
Dios clemente, fortalece nuestra confianza en tu providencia cuando nos sintamos abrumados por las tempestades de la vida. Dios clemente, transforma nuestras divisiones en armonía y nuestra desconfianza en aceptación mutua.
Dios clemente, danos valor para decir la verdad con justicia y con amor. Dios clemente, rompe las barreras, visibles e invisibles, que nos impiden acoger a nuestros hermanos y hermanas que están en peligro y pasan necesidad.
Dios clemente, cambia nuestros corazones y los corazones de nuestras comunidades cristianas para que seamos instrumentos de tu sanación.

Somos testigos de que Dios no nos ha dejado solos: nos ha amado, curado, perdonado, sanado de tantas enfermedades interiores y exteriores. Te invitamos a estas catequesis. Son los martes y jueves a las 8.30 noche, entrando por la calle Ciudad de Laval 29. Habrá servicio de guardería para los que tengan necesidad.

El domingo 26 de enero la Iglesia celebra la Infancia Misionera, con el lema: “Con Jesús a Egipto. Siempre en marcha”. 

La colecta de la misa con niños del sábado 25 de enero irá destinada a este fin.

Durante este mes de enero les invitamos a colaborar con la infancia misionera del Domund aportando `céntimos rojos´, es decir, monedas de 1, 2 y 5 céntimos. Traedlas en bolsitas. Gracias.

El lunes 27 de enero a las 20.00 h. en la calle Duque
Carlos de Borja 15 habrá un encuentro formativo con el título “Llamados a dar esperanza a los empobrecidos y descartados… ¡Una exigencia del Evangelio!”, a cargo de Montse Escribano, teóloga.

Coste total del 1er ventanal: 880 €.
No se ha recaudado ningún donativo esta semana.
Recaudado hasta hoy 605 €.
Gracias por tu colaboración. Donativos en BANKIA
ES83-2038-6230-7530-0042-0970 
1. El lunes 27 de enero a las 10.15 h. se reunirá el Equipo de Pastoral de la Salud. Comenzará a trabajar el documento de la Conferencia Episcopal «Sembradores de esperanza. Acoger, proteger y acompañar en la etapa final de esta vida».
2. Dos últimas sesiones del curso para profesores, padres, catequistas educadores. Lunes 27 de enero y 3 de febrero a las 20.30 h. en el templo parroquial.
3. El sábado 1 de febrero a las 10.30 h. en la Parroquia de Cristo Rey habrá un encuentro de formación de voluntarios.
4. Cursillos prematrimoniales: El lunes 3 de febrero a las 9.00 noche comenzarán los cursillos prematrimoniales en la parroquia de Cristo Rey de Gandía. Continuarán los lunes y jueves durante diez sesiones.
5. Semana del enfermo: del 9 al 16 de febrero. Habrá una misa por los enfermos, una vigilia de adoración, una película, un testimonio... Ya daremos más información.
Para todos aquellos que quieran colaborar con Cáritas en sus diversos proyectos o en la acogida de Cáritas parroquial, se ofrece el Curso básico de Voluntariado. Será durante 6 sesiones del mes de febrero: 3, 5, 10, 12, 17 y 19 y una sesión de valoración del trabajo realizado en el mes de octubre.
Las sesiones serán de 18.30 a 20.00 h.
Es imprescindible la inscripción previa:
E-mail: caritasinterparroquial.gandia@gmail.com
Teléfonos: 962873364 / 600454258 (whatsapp)
Del 27 al 2 de febrero de 2020
Lunes 27. Santa Ángela de Merici, virgen. 19.30 h.
Martes 28. Santo Tomás de Aquino, pbro. y doctor. 19.30 h.
Miércoles 29. San Valero, obispo. 19.30 h.: En sufragio de: Rosendo Roche; Luis Borrull.
Jueves 30. 19.30 h.: En sufragio de: Víctor Ferragut; José Ramón Ferri Molina. Pidiendo por las intenciones de Pepa Ribes.
Viernes 31. San Juan Bosco, presbítero. 19.30 h.
Sábado 1. Por la tarde:
fiesta de la presentación del señor.
18.00 h.: Con niños. Sin intención. 19.30 h.: Sin intención. 21.00 h.: Sin intención.
Domingo 2. fiesta de la presentación del señor.
10.00 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Ferrer-Puig. 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: En sufragio de: Alberto Belda Serra.
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Puedes descargar la Hoja Parroquial:

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