24 de marzo de 2018

Domingo 25 de marzo de 2018. 6 DOM RAMOS B

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com



Domingo 25 de Marzo de 2018

                  Queridos hermanos:
Celebramos este domingo el inicio de la Semana Santa con la Liturgia de bendición de Palmas y Ramos y con la lectura del Evangelio de la entrada de Jesús en Jerusalén como Mesías humilde. Es recibido “por los niños y por los humildes de corazón” (Catecismo 570). La salvación no se ofrece nunca a nuestro orgullo, sino a nuestra alma de niño (cf. M.D, Molinie. El coraje de tener miedo. Ed Paulinas. Pág. 120). Para que podamos acoger al Salvador y la salvación que ofrece es necesaria la humildad. Y para ello ha de morir todo nuestro orgullo. Relata el autor anteriormente citado una parábola:
Nuestra situación es comparable a la de un país infestado de bandidos. Los bandidos son nuestro pecados, nuestros vicios, nuestro orgullo y suficiencia, que convive con nuestras virtudes y bondades. Este orgullo siempre quiere ser algo. A causa de los bandidos el país tiene muchas dificultades para vivir: falta de comunicación, aislamiento, falta de amor, violencia, rigideces, búsqueda del propio interés, instrumentalización del prójimo… Pero el país ha sabido que más allá de sus fronteras reina un Rey justo, compasivo, dotado de una armada poderosa. En su desesperación llaman al Rey, que entra en la ciudad con su armada poderosa, niños, pobres, discípulos desarmados. Apenas aparece el Rey, los bandidos van a ocultarse en lo más profundo de los bosques y de las grutas. El país respira, la vida se abre camino, vuelve la alegría y la paz.
Y el Rey, que ha ido ocupando ciudad tras ciudad, dice un día: “¿Cuándo vine no había bandidos en el país? ¿Qué ha sido de ellos?” Y le responden: “Señor, están escondidos, están adormecidos, neutralizados…” Y dice el rey: “Esto no puede seguir así. Hay que acabar con ellos. Voy a perseguirlos y exterminarlos.” “Pero Señor, le responden, vais a despertarlos, tendremos de nuevo guerra…” Y dice el Rey: “No he venido a traer la paz, la paz de este mundo. He venido a traer espada para aniquilar todo aquello que amenaza mi paz. Hay que aniquilar todo lo que amenace la circulación de la caridad.” Y comienza una batalla muy difícil, pues el mismo rey despierta a los bandidos escondidos para exterminarlos.
Quizá nosotros quisiéramos una convivencia pacífica con el hombre viejo, con nuestro orgullo. Lo que nos propone Jesús no es evitar que el hombre viejo haga de las suyas. Jesús viene a darle muerte. No puede coexistir el corazón de piedra con el corazón de carne, el orgullo y la humildad. Es verdad que hemos creído la propaganda de nuestro orgullo: “no es tan grave nuestra situación”, “no hace falta tanto”, “sin exagerar”, y otras muletillas tóxicas. Acojamos a Jesús, acojamos el camino de la humildad, como medicina para la muerte del orgullo para que Él sea el Único Rey.
Jesús, vuestro párroco
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 11, 1-10

Cuando se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al monte de los Olivos, mandó a dos de sus discípulos, diciéndoles:
«Id a la aldea de enfrente y, en cuanto entréis, encontraréis un pollino atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta por qué lo hacéis, contestadle: "El Señor lo necesita, y lo devolverá pronto"».
Fueron y encontraron el pollino en la calle, atado a una puerta; y lo soltaron. Algunos de los presentes les preguntaron:
«¿Qué hacéis desatando el pollino?».
Ellos les contestaron como había dicho Jesús; y se lo permitieron.
Llevaron el pollino, le echaron encima los mantos, y Jesús se montó. Muchos alfombraron el camino con sus mantos, otros con ramas cortadas en el campo. Los que iban delante y detrás gritaban:
«¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!».
Palabra del Señor.
La entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén

559           ¿Cómo va a acoger Jerusalén a su Mesías? Jesús rehuyó siempre las tentativas populares de hacerle rey (cf. Jn 6, 15), pero elige el momento y prepara los detalles de su entrada mesiánica en la ciudad de "David, su Padre" (Lc 1,32; cf. Mt 21, 1-11). Es aclamado como hijo de David, el que trae la salvación ("Hosanna" quiere decir "¡sálvanos!", "Danos la salvación!"). Pues bien, el "Rey de la Gloria" (Sal 24, 7-10) entra en su ciudad "montado en un asno" (Za 9, 9): no conquista a la hija de Sión, figura de su Iglesia, ni por la astucia ni por la violencia, sino por la humildad que da testimonio de la Verdad (cf. Jn 18, 37). Por eso los súbditos de su Reino, aquel día fueron los niños (cf. Mt 21, 15-16; Sal 8, 3) y los "pobres de Dios", que le aclamaban como los ángeles lo anunciaron a los pastores (cf. Lc 19, 38; 2, 14). Su aclamación "Bendito el que viene en el nombre del Señor" (Sal 118, 26), ha sido recogida por la Iglesia en el "Sanctus" de la liturgia eucarística para introducir al memorial de la Pascua del Señor.

560 La entrada de Jesús en Jerusalén manifiesta la venida del Reino que el Rey-Mesías llevará a cabo mediante la Pascua de su Muerte y de su Resurrección. Con su celebración, el domingo de Ramos, la liturgia de la Iglesia abre la Semana Santa.

569 Jesús ha subido voluntariamente a Jerusalén sabiendo perfectamente que allí moriría de muerte violenta a causa de la contradicción de los pecadores (cf. Hb 12,3).

570 La entrada de Jesús en Jerusalén manifiesta la venida del Reino que el Rey-Mesías, recibido en su ciudad por los niños y por los humildes de corazón, va a llevar a cabo por la Pascua de su Muerte y de su Resurrección.
DOMINGO DE RAMOS CON EL PAPA

“En el centro de esta celebración, que se presenta tan festiva, está la palabra que hemos escuchado en el himno de la Carta a los Filipenses: «Se humilló a sí mismo» (2,8). La humillación de Jesús.
Esta palabra nos desvela el estilo de Dios y, en consecuencia, aquel que debe ser el del cristiano: la humildad. Un estilo que nunca dejará de sorprendernos y ponernos en crisis: nunca nos acostumbraremos a un Dios humilde.
Humillarse es ante todo el estilo de Dios: Dios se humilla para caminar con su pueblo, para soportar sus infidelidades. Esto se aprecia bien leyendo la historia del Éxodo: ¡Qué humillación para el Señor oír todas aquellas murmuraciones, aquellas quejas! Estaban dirigidas contra Moisés, pero, en el fondo, iban contra él, contra su Padre, que los había sacado de la esclavitud y los guiaba en el camino por el desierto hasta la tierra de la libertad.
En esta semana, la Semana Santa, que nos conduce a la Pascua, seguiremos este camino de la humillación de Jesús. Y sólo así será «santa» también para nosotros.
Veremos el desprecio de los jefes del pueblo y sus engaños para acabar con él. Asistiremos a la traición de Judas, uno de los Doce, que lo venderá por treinta monedas. Veremos al Señor apresado y tratado como un malhechor; abandonado por sus discípulos; llevado ante el Sanedrín, condenado a muerte, azotado y ultrajado. Escucharemos cómo Pedro, la «roca» de los discípulos, lo negará tres veces. Oiremos los gritos de la muchedumbre, soliviantada por los jefes, pidiendo que Barrabás quede libre y que a él lo crucifiquen. Veremos cómo los soldados se burlarán de él, vestido con un manto color púrpura y coronado de espinas. Y después, a lo largo de la vía dolorosa y a los pies de la cruz, sentiremos los insultos de la gente y de los jefes, que se ríen de su condición de Rey e Hijo de Dios.
Esta es la vía de Dios, el camino de la humildad. Es el camino de Jesús, no hay otro. Y no hay humildad sin humillación.
Al recorrer hasta el final este camino, el Hijo de Dios tomó la «condición de siervo» (Flp 2,7). En efecto, la humildad quiere decir también servicio, significa dejar espacio a Dios negándose a uno mismo, «despojándose», como dice la Escritura (v. 7). Este «despojarse» es la humillación más grande.
Hay otra vía, contraria al camino de Cristo: la mundanidad. La mundanidad nos ofrece el camino de la vanidad, del orgullo, del éxito... Es la otra vía. El maligno se la propuso también a Jesús durante cuarenta días en el desierto. Pero Jesús la rechazó sin dudarlo. Y, con él, solamente con su gracia y con su ayuda, también nosotros podemos vencer esta tentación de la vanidad, de la mundanidad, no sólo en las grandes ocasiones, sino también en las circunstancias ordinarias de la vida.
En esto, nos ayuda y nos conforta el ejemplo de muchos hombres y mujeres que, en silencio y sin hacerse ver, renuncian cada día a sí mismos para servir a los demás: un familiar enfermo, un anciano solo, una persona con discapacidad, una persona sin techo...
Pensemos también en la humillación de los que, por mantenerse fieles al Evangelio, son discriminados y sufren las consecuencias en su propia carne. Y pensemos en nuestros hermanos y hermanas perseguidos por ser cristianos, los mártires de hoy —que son muchos—: no reniegan de Jesús y soportan con dignidad insultos y ultrajes. Lo siguen por su camino. Podemos hablar, verdaderamente, de “una nube de testigos”: los mártires de hoy (cf. Hb 12,1).
Durante esta semana, emprendamos también nosotros con decisión este camino de la humildad, movidos por el amor a nuestro Señor y Salvador. El amor nos guiará y nos dará fuerza. Y, donde está él, estaremos también nosotros (cf. Jn 12,26). (Francisco. Homilía Domingo de Ramos. 29-3-2015).

ALGUNOS PENSAMIENTOS DE SAN JOSE MARÍA
ESCRIVÁ DE BALAGUER SOBRE LA HUMILDAD

Mira qué humilde es nuestro Jesús: ¡un borrico fue su trono en Jerusalén!... (Camino 606).
La humildad es otro buen camino para llegar a la paz interior. "El" lo ha dicho: "Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón... y encontraréis paz para vuestras almas". (607)
No es falta de humildad que conozcas el adelanto de tu alma. Así lo puedes agradecer a Dios. Pero no olvides que eres un pobrecito, que viste un buen traje... prestado. (608)
El propio conocimiento nos lleva como de la mano a la humildad. (609)
Ya puedes desechar esos pensamientos de orgullo: eres lo que el pincel en manos del artista. Y nada más. Dime para qué sirve un pincel, si no deja hacer al pintor. (612)
Señor Jesús, que de muchos modos has anunciado a tus discípulos que debías sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días, que también les decías que cuando destruyeran el templo (de tu cuerpo) en tres días lo levantarías, que tenías que ser levantado como medicina igual que fue levantada la serpiente de bronce en el desierto, que de esa forma, al ser levantado, atraerías a todos hacia ti, que eras como el grano de trigo que si muere da mucho fruto;
Concédenos aprender el camino de humildad para que muera el hombre viejo. Que no lo dejemos solamente huido o escapado por un tiempo. Que aprendamos el camino de siervo humilde y lleno de humillaciones que nos has mostrado para servirte por amor a Ti y a nuestros hermanos, amando como tú a nuestros enemigos.






Lunes 26 de marzo. Lunes Santo. 19.30 h.: En sufragio de:
Martes 27 de marzo. Martes Santo. 19.30 h.: En sufragio de: Juanita Saez.
20.30 H.: CELEBRACIÓN COMUNITARIA DEL PERDÓN.
Miércoles 28 de marzo. Miércoles Santo. 19.30 h.: En sufragio de: Rosendo Roche; Víctor Ferragut.
TRIDUO PASCUAL
Con la celebración del Triduo Pascual, Triduo del crucificado, sepultado y resucitado, se hace presente y se realiza el misterio de Pascua, es decir, el tránsito del Señor de este mundo al Padre.

Según la antigua tradición de la Iglesia primitiva, es sagrado el ayuno pascual. El viernes santo de la Pasión del Señor hay que observar en todas partes el ayuno y la abstinencia y se recomienda que se observe también durante el Sábado Santo, a fin de que la Iglesia pueda llegar con espíritu ligero y abierto a la alegría del Domingo de Resurrección.

Se encarece vivamente la celebración en común del Oficio de Lectura y Laudes del Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo.

Jueves 29 de marzo. JUEVES SANTO.
Con la Misa que tiene lugar en las horas vespertinas del jueves santo la Iglesia comienza el Triduo Pascual y evoca aquella cena en la cual el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Ofreció a Dios Padre su Cuerpo y su Sangre bajo las especies de pan y de vino, y los entregó a los apóstoles para que los sumiesen, mandándoles que ellos y sus sucesores en el sacerdocio también lo ofreciesen.

Toda la atención debe centrarse en los misterios que se recuerdan en la Misa: la institución de la Eucaristía, la institución del Orden sacerdotal y el Mandamiento del Señor sobre la caridad fraterna. El Lavatorio de pies significa el servicio y el amor de Cristo, que ha venido “no para ser servido, sino para servir” (Mt 20,28). Los donativos para los pobres, recogidos durante la Cuaresma como fruto de la penitencia pueden ser presentados en la procesión de ofrendas.

11.00 h.: ORACIÓN DE LAUDES. A la misma hora, actividades para los niños de 3 a 12 años por parte de los catequistas.

19.30 h.: MISA DE LA CENA DEL SEÑOR.  La colecta será para Cáritas interparroquial.
Viernes 30 de marzo. VIERNES SANTO.
En este día, en que “ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo” (1 Co 5,7), la Iglesia, meditando sobre la Pasión de su Señor y Esposo y adorando la Cruz, conmemora su nacimiento del costado de Cristo dormido en la Cruz e intercede por la salvación de todo el mundo. La Iglesia, según una antiquísima tradición, en este día no celebra la Eucaristía.

8.00 h.: VÍA CRUCIS
11.00 h.: ORACIÓN DE LAUDES. A la misma hora, actividades para los niños de 3 a 12 años por parte de los catequistas.

16.30 h.: CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR. La colecta será para  los cristianos de Tierra Santa.

Sábado 31 de marzo. SÁBADO SANTO
Durante el Sábado Santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor meditando su pasión y muerte, su descenso a los infiernos y esperando su resurrección mediante la oración y el ayuno.

11.00 h.: ORACIÓN DE LAUDES. A la misma hora, actividades para los niños de 3 a 12 años por parte de los catequistas.

22.00 h.: SOLEMNE VIGILIA PASCUAL.
Según una antiquísima tradición, ésta es una noche de vela en honor del Señor. La Vigilia de esta noche conmemora la noche santa en la que el Señor resucitó. Esta Vigilia es la “madre de todas las santas Vigilias”. Durante la Vigilia, la Iglesia espera la resurrección del Señor con la celebración de los Sacramentos de la Iniciación cristiana, mientras espera la venida escatológica o definitiva del Señor. Toda la celebración de la Vigilia Pascual ha de hacerse durante la noche. La Vigilia Pascual debe ser una celebración vigiliar prolongada.

Domingo 1 de abril. DOMINGO DE PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR.
10.00 h.; 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.
  
1. Limpieza general del Templo: El lunes santo desde las 16.00 h. y el sábado santo al acabar los Laudes.
2. Celebraciones del Perdón en nuestro arciprestazgo.

  •  Lunes 26 de marzo a las 20:00 h: Simat
  •  Lunes 26 de marzo a las 20:30 h: Cristo Rey
  •  Martes 27 de marzo a las 20:00 h: Benifairó
  •  Martes 27 de marzo a las 20:00 h: Santa María Magdalena de Gandia
  •  Martes 27 de marzo a las 20:30 h: San Francisco de Borja
  •  Miércoles 28 de marzo a las 20:00 h: San José de Tavernes
  •  Miércoles 28 de marzo a las 20:00 h: Sagrada Familia
  •  Jueves Santo confesiones en nuestra parroquia de 9 a 11 h.
3. En la madrugada del sábado 24 de marzo al domingo 25 se adelanta el reloj una hora de las 02:00 a las 03:00.

4. Lleven pequeñas campanitas para los niños para el canto del “Gloria” tanto el Jueves Santo como en la Vigilia Pascual.
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