HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com
Domingo 7 de marzo de 2010
Queridos hermanos:
La Conversión es la invitación seria que hace el Señor a nuestra vida en este domingo de Cuaresma. Convertirse al Señor implica un cambio de conducta, de comportamiento, de costumbres para dar fruto. No es un fruto de temporada (“es que estamos en cuaresma…”), sino el trabajo de toda una vida. No sirve solamente por fuera, cumpliendo exteriormente unas normas o ritos o formas, supone un cambio de corazón que se expresa en detalles diarios.
La conversión lleva consigo dos elementos fundamentales: el reconocimiento del pecado y la vuelta a la Casa del Padre para vivir en un continuo abrazo.
La conversión, utilizando un simil musical, requiere el descubrimiento de todo lo que desafina en mi vida. Cualquier instrumento no se afina de una vez para siempre. Requiere un continuo afinar para que el sonido sea agradable. Decía R. Tagore: “Cuando estén afinadas, Maestro mío, todas las cuerdas de mi vida, cada vez que Tú las toques cantarán amor.”
San Francisco de Borja fue educado en la matemática y en la música, tenía un gran sentido musical y utilizará imágenes musicales aplicadas a la vida espiritual. Así pedirá al Señor: “que temple el instrumento espiritual y corporal para su gloria” (Diario Espiritual 24 dic. 1567). Por medio de la oración, del estar con Jesús y tratar de amistad con Él, se va poco a poco afinando el instrumento de nuestra vida. Dirá él: “De una manera o de otra, hacer siempre su voluntad, como instrumento tocado o tañido de su mano” (Diario Espiritual 18 mayo 1566). Así pondrá la imagen de un órgano, en la que el músico, es decir el Señor, hace callar a unas teclas que salen con el afecto desordenado (Diario Espiritual 5 mayo 1566) y toca otras para que resuene una hermosa melodía de alabanza y de caridad.
De la música a la agricultura podemos decir que la conversión requiere el abono necesario para que nuestra vida dé los frutos que el Señor espera. Intercedamos unos por otros, como hizo el viñador al amo de la viña y de la higuera, para que demos fruto.
Jesús, vuestro párroco
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 13, 1-9
En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: — «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.»
Y les dijo esta parábola: — «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.
Dijo entonces al viñador: “Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?”
Pero el viñador contestó: “Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas”.»
Palabra del Señor.
IV LA PENITENCIA INTERIOR
1430 Como ya en los profetas, la llamada de Jesús a la conversión y a la penitencia no mira, en primer lugar, a las obras exteriores "el saco y la ceniza", los ayunos y las mortificaciones, sino a la conversión del corazón, la penitencia interior. Sin ella, las obras de penitencia permanecen estériles y engañosas; por el contrario, la conversión interior impulsa a la expresión de esta actitud por medio de signos visibles, gestos y obras de penitencia (cf Jl 2,12-13; Is 1,16-17; Mt 6,1-6. 16-18).
1431 La penitencia interior es una reorientación radical de toda la vida, un retorno, una conversión a Dios con todo nuestro corazón, una ruptura con el pecado, una aversión del mal, con repugnancia hacia las malas acciones que hemos cometido. Al mismo tiempo, comprende el deseo y la resolución de cambiar de vida con la esperanza de la misericordia divina y la confianza en la ayuda de su gracia. Esta conversión del corazón va acompañada de dolor y tristeza saludables que los Padres llamaron "animi cruciatus" (aflicción del espíritu), "compunctio cordis" (arrepentimiento del corazón) (cf Cc. de Trento: DS 1676-1678; 1705; Catech. R. 2, 5, 4).
1432 El corazón del hombre es rudo y endurecido. Es preciso que Dios dé al hombre un corazón nuevo (cf Ez 36,26-27). La conversión es primeramente una obra de la gracia de Dios que hace volver a él nuestros corazones: "Conviértenos, Señor, y nos convertiremos" (Lc 5,21). Dios es quien nos da la fuerza para comenzar de nuevo. Al descubrir la grandeza del amor de Dios, nuestro corazón se estremece ante el horror y el peso del pecado y comienza a temer ofender a Dios por el pecado y verse separado de él. El corazón humano se convierte mirando al que nuestros pecados traspasaron (cf Jn 19,37; Za 12,10).
“Contemplando al Crucificado con los ojos de la fe, podemos comprender en profundidad qué es el pecado, cuán trágica es su gravedad y, al mismo tiempo, cuán inconmensurable es la fuerza del perdón y de la misericordia del Señor. Durante estos días de Cuaresma no apartemos el corazón de este misterio de profunda humanidad y de alta espiritualidad. Contemplando a Cristo, sintámonos al mismo tiempo contemplados por él. Aquel a quien nosotros mismos hemos atravesado con nuestras culpas no se cansa de derramar en el mundo un torrente inagotable de amor misericordioso. Ojalá que la humanidad comprenda que solamente de esta fuente es posible sacar la energía espiritual indispensable para construir la paz y la felicidad que todo ser humano busca sin cesar.” (Benedicto XVI. Ángelus. 25 de febrero de 2007).
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“La página del evangelio de san Lucas, que se proclama en este tercer domingo de Cuaresma, refiere el comentario de Jesús sobre dos hechos de crónica. El primero: la revuelta de algunos galileos, que Pilato reprimió de modo sangriento; el segundo, el desplome de una torre en Jerusalén, que causó dieciocho víctimas. Dos acontecimientos trágicos muy diversos: uno, causado por el hombre; el otro, accidental. Según la mentalidad del tiempo, la gente tendía a pensar que la desgracia se había abatido sobre las víctimas a causa de alguna culpa grave que habían cometido. (...) En ambos casos, concluye: "No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo" (Lc 13, 3.5).
Por tanto, el mensaje que Jesús quiere transmitir a sus oyentes es la necesidad de la conversión. No la propone en términos moralistas, sino realistas, como la única respuesta adecuada a acontecimientos que ponen en crisis las certezas humanas. Ante ciertas desgracias —advierte— no se ha de atribuir la culpa a las víctimas. La verdadera sabiduría es, más bien, dejarse interpelar por la precariedad de la existencia y asumir una actitud de responsabilidad: hacer penitencia y mejorar nuestra vida. Esta es sabiduría, esta es la respuesta más eficaz al mal, en cualquier nivel, interpersonal, social e internacional. Cristo invita a responder al mal, ante todo, con un serio examen de conciencia y con el compromiso de purificar la propia vida. De lo contrario —dice— pereceremos, pereceremos todos del mismo modo. En efecto, las personas y las sociedades que viven sin cuestionarse jamás tienen como único destino final la ruina. En cambio, la conversión, aunque no libra de los problemas y de las desgracias, permite afrontarlos de "modo" diverso. Ante todo, ayuda a prevenir el mal, desactivando algunas de sus amenazas. Y, en todo caso, permite vencer el mal con el bien, si no siempre en el plano de los hechos —que a veces son independientes de nuestra voluntad—, ciertamente en el espiritual. En síntesis: la conversión vence el mal en su raíz, que es el pecado, aunque no siempre puede evitar sus consecuencias.
Pidamos a María santísima, que nos acompaña y nos sostiene en el itinerario cuaresmal, que ayude a todos los cristianos a redescubrir la grandeza, yo diría, la belleza de la conversión. Que nos ayude a comprender que hacer penitencia y corregir la propia conducta no es simple moralismo, sino el camino más eficaz para mejorarse a sí mismo y mejorar la sociedad. Lo expresa muy bien una feliz sentencia: Es mejor encender una cerilla que maldecir la oscuridad.” (Benedicto XVI. Ángelus. Domingo 11 de marzo de 2007).
“El Cura de Ars consiguió en su tiempo cambiar el corazón y la vida de muchas personas, porque fue capaz de hacerles sentir el amor misericordioso del Señor. Urge también en nuestro tiempo un anuncio y un testimonio similar de la verdad del Amor: Deus caritas est (1 Jn 4, 8).”
(De la carta del Papa Benedicto XVI para la convocación de un año sacerdotal con ocasión del 150 aniversario del dies natalis del santo cura de Ars)
Noche y día, bendecid al Señor
“Los tiempos de la prosperidad y adversidad se comparan a las noches y a los días. Porque, así como en la prosperidad parece todo claro, así en la adversidad parece todo escuro, para salir del peligro de impaciencia que hay en esta noche y de la ingratitud y soberbia que hay en este día. Verdaderamente, alma mía, no hallarás tal remedio como bendecir a tu Señor con el santo Job, por lo que da y por lo que quita. Y de esta manera se cumplirá en ti lo que se dice en el salmo: en el día, que es en la prosperidad, no te quemará el sol, ni la luna en la noche.” (San Francisco de Borja. Tratado 6º sobre el Cántico de los tres jóvenes).
ORACIÓN POR LAS VOCACIONES
“Escuchemos lo que dice el señor a los predicadores: La mies es mucha, pero los operarios son pocos; rogad pues, al Señor de la mies que envíe trabajadores a su mies. Por tanto, para una mies abundante son pocos los trabajadores; al escuchar esto, no podemos dejar de sentir una gran tristeza, por que hay que reconocer que, si bien hay personas que desean escuchar cosas buenas, faltan, en cambio, quienes se dediquen a anunciarlas.” (San Gregorio Magno. Hom. 17 sobre los evangelios).
Jesús que sientes compasión al ver la multitud
que está como ovejas sin pastor, suscita, en nuestra Iglesia, una nueva primavera de vocaciones. Te pedimos
que envíes: Sacerdotes según tu corazón que nos alimenten con el Pan de Tu Palabra y en la mesa de Tu Cuerpo y de Tu Sangre;
Consagrados que, por su santidad, sean testigos de Tu Reino;
Laicos que, en medio del mundo,
den testimonio de ti con su vida y su palabra.
Buen Pastor, fortalece a los que elegiste;
y ayúdalos a crecer en el amor y santidad
para que respondan plenamente a tu llamada.
María, Madre de las vocaciones, ruega por nosotros. Amén.
1. Convocatoria: El domingo 7 de marzo a las 12 del mediodía, en la Plaza de la Virgen de Valencia tendrá lugar la Concentración por la Vida con el lema: “España Vida Sí”. Entre los motivos de la concentración está dejar bien claro que en Democracia, se escucha al pueblo. Que lo escuchen los políticos que han votado una ley injusta y no querida por los españoles, la ley del aborto. El segundo es celebrar lo conseguido en el último año: la inmensa mayoría de españoles dice alto y claro Sí a la Vida. El tercero es que nos gusta la Vida y queremos celebrarla con una gran fiesta en las calles cada año, en marzo, coincidiendo con la Jornada Mundial de la Vida.
2. Reuniones parroquiales:
· Equipo de Pastoral de la Salud: lunes 8 de marzo a las 10.30 h.
· Equipo de Cáritas: lunes 8 de marzo a las 17.00 h. Oración mensual el miércoles a las 5.30 tarde.
· Equipo de catequistas de 1º de comunión: martes 9 de marzo a las 20.15 h.
3. Encuentro de profesores de religión: el miércoles 10 de marzo a las 6 de la tarde en los locales de la Parroquia de S. Nicolás del Grau.
4. El jueves 11 de marzo habrá un retiro para señoras en la Capilla de la comunión de 10.30 a 12.30 h.
5. El jueves 11 de marzo a las 8.30 noche será la Asamblea parroquial para presentar el proyecto de construcción de los locales parroquiales. Os invitamos a todos en una obra tan importante para la comunidad parroquial.
6. El sábado 13 de marzo a las 11.00 de la mañana en el Seminario de Moncada será la ordenación de Diáconos. Os invitamos a rezar por estos que serán próximamente nuevos sacerdotes de nuestra Diócesis.
7. Actos cuaresmales:
Oración de Laudes a las 6.30 de la mañana de lunes a viernes.
Vía Crucis: el viernes a las 7 de la tarde.
De no esperar que los difuntos resucitarían, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos; mas si consideraba que una magníficarecompensa está reservada a los que duermen piadosamente, era unpensamiento santo y piadoso.
2 Macabeos 12, 44-45
Del 8 al 14 de marzo de 2010
Del 8 al 14 de marzo de 2010
Lunes 8. 19.30 h.: En sufragio de: Antonio Casanova.
Martes 9. 19.30 h.: En sufragio de: Amparo Buendía Mena y dif. fam.
Miércoles 10. 19.30 h.: En sufragio de: José Nadal Faus.
Jueves 11. 19.30 h.: Sin intención.
Viernes 12. 19.30 h.: Sin intención.
Sábado 13. IV de Cuaresma.
18.00 h.: Con niños. Sin intención.
19.30 h.: Sin intención.
21.00 h.: Sin intención
Domingo 14. IV de Cuaresma. 12.00 h. Pro Pópulo.
Les invitamos a solicitar en el despacho la celebración de intenciones particulares o misas en sufragio.
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