Queridos hermanos:
¿Cuándo
vendrá el Señor? El beato Charles de Foucauld decía: «vivid cada día como si
hoy fueseis a ser mártires», y San Pablo de la Cruz decía: “Pasad cada día como
si fuese el último de vuestra vida.” Y También: “Haced de cuenta que cada día
es el último de vuestra vida para que tal pensamiento os sirva de estímulo para
correr hacia la santa perfección.” Ante la venida del Señor ¿será nuestra
respuesta la desesperación, el miedo, la desconfianza? Nada de eso. Decía San
Agustín: "Se nos ha ocultado esa hora, para que seamos fieles durante
todos los días".
El
Evangelio de hoy nos presenta una visión de la historia desde los ojos de Dios.
Querer plantar la tienda definitiva en este mundo es una necedad. No existen en
este mundo los paraísos definitivos. Cristo ha plantado su tienda entre
nosotros para que nosotros plantemos la nuestra en él: “Levantemos el corazón”
Nuestro corazón, junto a nuestro tesoro: Jesucristo. Por eso no debemos temer
ante nada que pueda pasar en la historia. Lejos de darnos miedo que esta morada
se deshaga, nos da confianza que haya otra que no pasará, que tiene duración
eterna en los cielos. Por eso el Señor nos invita a la confianza, a la
perseverancia, a la paciencia, a la vigilancia, a la esperanza, a la conversión
serena y activa, a ver en la dificultad y la persecución la ocasión para dar
testimonio y manifestar el amor y la fidelidad de Dios. “Jesús nos exhorta a
estar en vela y preparados. Nos invita a la conversión y a la vigilancia
continua. ¡Que vuestra vida se inspire siempre en esta exhortación! Cuando el
camino resulta duro y fatigoso, cuando parece que prevalecen el miedo y la
angustia, entonces, de modo particular, la palabra de Dios debe ser nuestra luz
y nuestro sólido consuelo. De esta manera se consolida la fe, se mantiene viva
la esperanza y se intensifica el ardor del amor divino.” (Juan Pablo II.
Homilía 18-11-2001).
Dice
el catecismo: “En comunión con su Maestro, la oración de los discípulos es un
combate, y velando en la oración es como no se cae en la tentación.” (nº 2612).
Jesús, vuestro
párroco
+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 21, 5-19
En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».
Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».
Él dijo: «Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».
Entonces les decía: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo.
Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.
Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.
La última prueba de la Iglesia
675 Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes (cf. Lc 18, 8; Mt 24, 12). La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra (cf. Lc 21, 12; Jn 15, 19-20) desvelará el "Misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne (cf. 2 Te 2, 4-12; 1Te 5, 2-3;2 Jn 7; 1 Jn 2, 18.22).
676 Esta impostura del Anticristo aparece esbozada ya en el mundo cada vez que se pretende llevar a cabo la esperanza mesiánica en la historia.
677 La Iglesia sólo entrará en la gloria del Reino a través de esta última Pascua en la que seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección (cf. Ap 19, 1-9). El Reino no se realizará, por tanto, mediante un triunfo histórico de la Iglesia (cf. Ap 13, 8) en forma de un proceso creciente, sino por una victoria de Dios sobre el último desencadenamiento del mal (cf. Ap 20, 7-10) que hará descender desde el Cielo a su Esposa (cf. Ap 21, 2-4). El triunfo de Dios sobre la rebelión del mal tomará la forma de Juicio final (cf. Ap 20, 12) después de la última sacudida cósmica de este mundo que pasa (cf. 2 P 3, 12-13).
EL EVANGELIO COMENTADO POR EL PAPA
“El pasaje evangélico de hoy (Lc 21, 5—19) contiene la primera parte del discurso de Jesús sobre los últimos tiempos, en la redacción de san Lucas. Jesús lo pronuncia mientras se encuentra ante el templo de Jerusalén y toma inspiración en las expresiones de admiración de la gente por la belleza del santuario y sus decoraciones (cf v. 5). Entonces Jesús dice: «Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no será derruida» (v. 6). ¡Podemos imaginar el efecto de estas palabras sobre los discípulos de Jesús! Pero Él no quiere ofender al templo, sino hacerles entender, a ellos y también a nosotros hoy, que las construcciones humanas, incluso las más sagradas, son pasajeras y no hay que depositar nuestra seguridad en ellas. En nuestra vida ¡Cuántas presuntas certezas pensábamos que fuesen definitivas y después se revelaron efímeras! Por otra parte, ¡cuántos problemas nos parecían sin salida y luego se superaron!
Jesús también sabe que siempre hay quien especula sobre la necesidad humana de seguridad. Por eso dice: «no os dejéis engañar» (v. 8), y pone en guardia ante los muchos falsos mesías que se habrían presentado (v. 9). ¡Hoy también los hay! Y añade no dejarse aterrorizar y desorientar por guerras, revoluciones y calamidades, porque esas también forman parte de las realidades de este mundo (cf vv. 10-11). La historia de la Iglesia es rica de ejemplos de personas que han soportado tribulaciones y sufrimientos terribles con serenidad, porque tenían la conciencia de estar seguros en las manos de Dios. Él es un Padre fiel, es un Padre primoroso, que no abandona a sus hijos. ¡Dios no nos abandona nunca! Esta certeza debemos tenerla en el corazón: ¡Dios no nos abandona nunca! Permanecer firmes en el Señor, en la certeza de que Él no nos abandona, caminar en la esperanza, trabajar para construir un mundo mejor, no obstante las dificultades y los acontecimientos tristes que marcan la existencia personal y colectiva, es lo que cuenta de verdad; es lo que la comunidad cristiana está llamada a hacer para salir al encuentro del «día del Señor». Precisamente en esta perspectiva queremos situar el compromiso que surge de estos meses en los cuales hemos vivido con fe el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que hoy se concluye en las Diócesis de todo el mundo con el cierre de las Puertas Santas en las iglesias catedrales. El Año Santo nos ha exigido, por una parte, tener la mirada fija hacia el cumplimiento del Reino de Dios, y por otra, a construir el futuro sobre esta tierra, trabajando para evangelizar el presente, y así hacerlo un tiempo de salvación para todos.
Jesús en el Evangelio nos exhorta a tener fija en la mente y en el corazón la certeza de que Dios guía nuestra historia y conoce el fin último de las cosas y de los eventos. Bajo la mirada misericordiosa del Señor se descubre la historia en su fluir incierto y en su entramado de bien y de mal. Pero todo aquello que sucede está conservado en Él; nuestra vida no se puede perder porque está en sus manos. Recemos a la Virgen María para que nos ayude a través de los acontecimientos felices y tristes de este mundo, a mantener firme la esperanza de la eternidad y del Reino de Dios. Recemos a la Virgen María, para que nos ayude a entender profundamente esta verdad: ¡Dios nunca abandona a sus hijos!” (Francisco. Ángelus. 13-11-2016).
EL EJEMPLO DE
SANTA TERESA DE JESÚS (II)
“Necesitamos seguir los pasos de la Santa Andariega de Ávila, Teresa de Jesús, para descubrir al "Jesús de Teresa", del que tan necesitados estamos todos los hombres, porque Él es nuestro Redentor, el único que tiene palabras de vida eterna, el único nombre en el que los hombres podemos hallar perdón y misericordia, reconciliación y paz, felicidad y medicina para nuestras heridas y palabra de comprensión para nuestra fragilidad pecadora. Nuestra Santa universal, Doctora y Maestra de toda la Iglesia, no tuvo otro vivir que Cristo, porque supo apropiarse la riqueza de la Iglesia, la única que la Iglesia tiene, que no es otra que Jesucristo, y a ella entregó su vida. Sigamos los pasos de esta mujer santa y no nos dejemos engañar por nadie que trate de mostrarnos otro camino distinto al que ella siguió, otro camino distinto que el del conocimiento y el de la experiencia de Jesucristo, que únicamente se adquiere dentro de la Iglesia: en el trato y amistad con El en la oración; en la Eucaristía donde Él se nos entrega con una confianza ilimitada y nos hace participar en su misma vida; en la Penitencia donde Él se nos entrega como perdón y gracia reconciliadora; y en la escucha de su palabra, recogida en las Escrituras transmitidas y leídas en la Iglesia.” (De la Homilía de D. Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia, en la misa inicio Sínodo).
Señor Jesús, el que eras, el que eres y el que viene, concédenos no dejarnos engañar por los falsos mesías y no dejarnos paralizar por el miedo, de tal forma que vivamos el tiempo de la espera de tu venida como tiempo del testimonio y de la perseverancia. Fortalece en nosotros la virtud de la esperanza dichosa siendo signos de tu misericordia. Ante el odio danos caridad, ante el adversario danos sabiduría, concédenos perseverar en la fe, en la esperanza y en la caridad, la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.
EL EJEMPLO DE
SANTA TERESA DE JESÚS (II)
“Necesitamos seguir los pasos de la Santa Andariega de Ávila, Teresa de Jesús, para descubrir al "Jesús de Teresa", del que tan necesitados estamos todos los hombres, porque Él es nuestro Redentor, el único que tiene palabras de vida eterna, el único nombre en el que los hombres podemos hallar perdón y misericordia, reconciliación y paz, felicidad y medicina para nuestras heridas y palabra de comprensión para nuestra fragilidad pecadora. Nuestra Santa universal, Doctora y Maestra de toda la Iglesia, no tuvo otro vivir que Cristo, porque supo apropiarse la riqueza de la Iglesia, la única que la Iglesia tiene, que no es otra que Jesucristo, y a ella entregó su vida. Sigamos los pasos de esta mujer santa y no nos dejemos engañar por nadie que trate de mostrarnos otro camino distinto al que ella siguió, otro camino distinto que el del conocimiento y el de la experiencia de Jesucristo, que únicamente se adquiere dentro de la Iglesia: en el trato y amistad con El en la oración; en la Eucaristía donde Él se nos entrega con una confianza ilimitada y nos hace participar en su misma vida; en la Penitencia donde Él se nos entrega como perdón y gracia reconciliadora; y en la escucha de su palabra, recogida en las Escrituras transmitidas y leídas en la Iglesia.” (De la Homilía de D. Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia, en la misa inicio Sínodo).
JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES «La esperanza de los pobres nunca se frustrará». El mensaje proviene del Salmo 9 y constituye el tema central de esta III Jornada Mundial de los Pobres. Es una mirada llena de esperanza, dirigida a aquellos que saben captar en las condiciones de vida más dispares la certeza de la intervención del Señor.
En el Mensaje para esta Jornada, el Papa Francisco ofrece a través de las palabras del Salmista, que presentan una impresionante actualidad con nuestros tiempos a pesar de la distancia temporal, una hermosa definición del pobre: “es el hombre de la confianza” (n. 3). Él es aquel que “confía en el Señor” porque lo conoce; es decir, tiene una “relación personal de afecto y amor” con Dios. La esperanza de los pobres no queda defraudada y Dios interviene a su favor para devolverle la dignidad perdida y liberarlo de la esclavitud de la precariedad de la marginación.
De ahí nace la reflexión sobre el compromiso concreto que todos estamos llamados a expresar “en la vida ordinaria de cada día”. Un compromiso que “no consiste sólo en iniciativas de asistencia que, si bien son encomiables y necesarias, deben tender a incrementar en cada uno la plena atención que le es debida a cada persona que se encuentra en dificultad” (n. 7). El Papa Francisco vuelve a un tema que le es particularmente querido: “Los pobres tienen necesidad de Dios, de su amor hecho visible gracias a personas santas que viven junto a ellos, las que en la sencillez de su vida expresan y ponen de manifiesto la fuerza del amor cristiano. Dios se vale de muchos caminos y de instrumentos infinitos para llegar al corazón de las personas. Por supuesto, los pobres se acercan a nosotros también porque les distribuimos comida, pero lo que realmente necesitan va más allá del plato caliente o del bocadillo que les ofrecemos. Los pobres necesitan nuestras manos para reincorporarse, nuestros corazones para sentir de nuevo el calor del afecto, nuestra presencia para superar la soledad. Sencillamente, ellos necesitan amor”. (n. 8). Un desafío, por lo tanto, para saber ver lo esencial y para vivir las palabras de Jesús “cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mt 25:40).
Con 95 personas ya apuntadas, te animamos a este curso para profesores, padres y catequistas.
Comienza el lunes 18 de noviembre a las 20.15 h. en el templo parroquial. Puede apuntarse en sacristía o despacho o llamando al 608286822.
1. El miércoles 20 de noviembre a las 17.30 h. habrá formación con el Equipo de Cáritas. El mismo equipo de Cáritas está preparando la rifa de un jamón para recaudar fondos para los más necesitados.
2. El jueves 21 a las 19.00 h. se rezará el Rosario por la Vida y tras la Eucaristía habrá una Vigilia de adoración por la vida.
3. INFORME CÁRITAS: Cáritas diocesana atendió a lo largo de 2018 a 656 personas en situación de exclusión severa, que padecen pobreza económica y además quedan fuera de todos los espacios de integración. Dentro del colectivo se incluyen, por ejemplo, no solo las personas que duermen en la calle sino también las que viven en albergues, viviendas ocupadas y precarias.
Del 18 al 24 de noviembre de 2019
Lunes 18. Dedicación de las Basílicas de los apóstoles san Pedro y san Pablo. 19.30 h.: En sufragio de: Agustín Martínez García.
Martes 19. 19.30 h.: Pidiendo por una intención.
Miércoles 20. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Espí-Sanchis.
Jueves 21. Presentación de la Santísima Virgen María. 19.30 h.: En sufragio de: José y Nicomedes Peiró Bolta.
Viernes 22. Santa Cecilia. 19.30 h.: En acción de gracias.
Sábado 23. SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO. 18.00 h.: Con niños. En sufragio de: José y Nicomedes Peiró Bolta. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Montblanch-Jimenez; José Antonio Cabanilles. 21.00 h.: Sin intención.
Domingo 24. SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO. 10.00 h.: En sufragio de: En acción de gracias. 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: En sufragio de: José y Nicomedes Peiró Bolta.
A lo largo del año, en todas las misas, se reza por todos los difuntos. Algunas celebraciones incluyen una intención particular por algún difunto o por alguna necesidad. En muchas de las ocasiones se acompaña de una ofrenda para el sacerdote llamada estipendio. Les invitamos a solicitar en el despacho la celebración de intenciones particulares o misas en sufragio.
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