HOJA PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Queridos
hermanos:
Al comenzar
este Año litúrgico con este tiempo de Adviento el Evangelio de este domingo nos
da unos sabios consejos para avivar nuestra esperanza: “tened cuidado de
vosotros”, “estad despiertos”, “en todo tiempo pidiendo”, “manteneros en pie”.
En primer lugar “TENED
CUIDADO DE VOSOTROS”. Jesús nos invita a la vigilancia y al combate
espiritual. Nos da las razones de la pérdida de la vigilancia que llevan al
descuido de uno mismo: “juergas, borracheras y las inquietudes de la vida”.
Todo esto “embota el corazón”. Nuestro corazón puede perder los sentidos
espirituales del gusto por las cosas de Dios, del olfato espiritual, y como
ocurre con la higiene, descuidarnos y no oler al buen olor de Cristo.
En segundo
lugar, “ESTAD DESPIERTOS”. Vivimos en una sociedad dormidera.
Son muchos los cristianos que están pegados a la pantalla, que puede atontar la
conciencia. Dice el catecismo: “Los
medios de comunicación social... pueden engendrar cierta pasividad en los
usuarios, haciendo de estos consumidores poco vigilantes de mensajes o de
espectáculos.” (nº 2496). Ciertamente, somos poco vigilantes.
Y necesitamos despertar para combatir contra el yo posesivo y dominador (cf. Catecismo nº 2730). La
concupiscencia sigue su inercia al mal. Sin combate uno es arrastrado (cf. Idem nº 978). Nadie es lo
suficientemente valiente y vigilante para evitar toda herida del pecado. (cf. Idem nº 979). Por eso
conviene dedicar tiempo a la oración, sin la cual no podemos nada.
En tercer
lugar, “EN TODO TIEMPO PIDIENDO”. Dice el catecismo: “En la oración, el discípulo espera atento a aquél que
"es y que viene", en el recuerdo de su primera venida en la humildad
de la carne, y en la esperanza de su segundo advenimiento en la gloria. En
comunión con su Maestro, la oración de los discípulos es un combate, y velando
en la oración es como no se cae en la tentación.” (nº 2612). Invitamos a retrasar el sueño, no por el visionado de una película, sino
por dedicarle tiempo a la oración. Recomendamos levantarse pronto para dedicar
tiempo a la oración, de forma que, las ocupaciones del día a día no se coman el
tiempo que requiere el trato con el Señor. Sugerimos incluso el romper la noche
para orar, avivando así el deseo del encuentro con el Señor y de su
venida. “El esposo viene en mitad de la noche; la
luz que no debe apagarse es la de la fe: "Dice de ti mi corazón: busca su
rostro" (Sal 27, 8). (Catecismo nº 2730).
En cuarto
lugar, “MANTENEROS EN PIE”. No
es posible mantenerse en pie dando por supuesto que estamos de pie y no
tumbados por el enemigo, por la mediocridad, la indiferencia, y alguna forma de
entender el cristianismo que lleve a vivir a mínimos. Es fácil que, en estas
circunstancias, lo que hagamos es mantenernos tumbados. ¡En pie! El Sacramento
del Perdón nos ayudará a levantarnos de nuestra soberbia o comodidad para
mantenernos en pie ante la venida del Señor.
Jesús, vuestro párroco
+ Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 25-28. 34-36
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».
Palabra del Señor.
EL TIEMPO DE ADVIENTO
524 Al celebrar anualmente la liturgia de Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida (cf. Ap 22, 17). Celebrando la natividad y el martirio del Precursor, la Iglesia se une al deseo de éste: "Es preciso que El crezca y que yo disminuya" (Jn 3, 30).
672 Cristo afirmó antes de su Ascensión que aún no era la hora del establecimiento glorioso del Reino mesiánico esperado por Israel (cf. Hch 1, 6-7) que, según los profetas (cf. Is 11, 1-9), debía traer a todos los hombres el orden definitivo de la justicia, del amor y de la paz. El tiempo presente, según el Señor, es el tiempo del Espíritu y del testimonio (cf Hch 1, 8), pero es también un tiempo marcado todavía por la "tristeza" (1 Co 7, 26) y la prueba del mal (cf. Ef 5, 16) que afecta también a la Iglesia (cf. 1 P 4, 17) e inaugura los combates de los últimos días (1 Jn 2, 18; 4, 3; 1 Tm 4, 1). Es un tiempo de espera y de vigilia (cf. Mt 25, 1-13; Mc 13, 33-37).
673 Desde la Ascensión, el advenimiento de Cristo en la gloria es inminente (cf Ap 22, 20) (…) Este advenimiento escatológico se puede cumplir en cualquier momento (cf. Mt 24, 44: 1 Te 5, 2), aunque tal acontecimiento y la prueba final que le ha de preceder estén "retenidos" en las manos de Dios (cf. 2 Te 2, 3-12).
EL EVANGELIO COMENTADO POR EL PAPA
En este primer Domingo de Adviento, tiempo litúrgico de la espera del Salvador y símbolo de la esperanza cristiana… En los textos litúrgicos de este domingo, descubrimos algunas características de esta salvación que Dios anuncia, y que se presentan como otros puntos de referencia para guiarnos en nuestra misión. Ante todo, la felicidad prometida por Dios se anuncia en términos de justicia. El Adviento es el tiempo para preparar nuestros corazones a recibir al Salvador, es decir el único Justo y el único Juez que puede dar a cada uno la suerte que merece. Aquí, como en otras partes, muchos hombres y mujeres tienen sed de respeto, de justicia, de equidad, y no ven en el horizonte señales positivas. A ellos, Él viene a traerles el don de su justicia (cf. Jr 33,15). Viene a hacer fecundas nuestras historias personales y colectivas, nuestras esperanzas frustradas y nuestros deseos estériles. Y nos manda a anunciar, sobre todo a los oprimidos por los poderosos de este mundo, y también a los que sucumben bajo el peso de sus pecados: «En aquellos días se salvará Judá, y en Jerusalén vivirán tranquilos, y la llamarán así: “El Señor es nuestra justicia”» (Jr 33,16). Sí, Dios es Justicia. Por eso nosotros, cristianos, estamos llamados a ser en el mundo los artífices de una paz fundada en la justicia.
La salvación que se espera de Dios tiene también el sabor del amor. En efecto, preparándonos a la Navidad, hacemos nuestro de nuevo el camino del pueblo de Dios para acoger al Hijo que ha venido a revelarnos que Dios no es sólo Justicia sino también y sobre todo Amor (cf. 1 Jn 4,8). Por todas partes, y sobre todo allí donde reina la violencia, el odio, la injusticia y la persecución, los cristianos estamos llamados a ser testigos de este Dios que es Amor. (…) Por eso rezo haciendo mías las palabras de san Pablo: «Que el Señor los colme y los haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos» (1 Ts 3,12). En este sentido, lo que decían los paganos sobre los cristianos de la Iglesia primitiva ha de estar presente en nuestro horizonte como un faro: «Miren cómo se aman, se aman de verdad» (Tertuliano, Apologetico, 39, 7).
Por último, la salvación de Dios proclamada tiene el carácter de un poder invencible que vencerá sobre todo. De hecho, después de haber anunciado a sus discípulos las terribles señales que precederán su venida, Jesús concluye: «Cuando empiece a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza; se acerca su liberación» (Lc 21,28). Y, si san Pablo habla de un amor «que crece y rebosa», es porque el testimonio cristiano debe reflejar esta fuerza irresistible que narra el Evangelio. Jesús, también en medio de una agitación sin precedentes, quiere mostrar su gran poder, su gloria incomparable (cf. Lc 21,27), y el poder del amor que no retrocede ante nada, ni frente al cielo en convulsión, ni frente a la tierra en llamas, ni frente al mar embravecido. Dios es más fuerte que cualquier otra cosa. Esta convicción da al creyente serenidad, valor y fuerza para perseverar en el bien frente a las peores adversidades. Incluso cuando se desatan las fuerzas del mal, los cristianos han de responder al llamado de frente, listos para aguantar en esta batalla en la que Dios tendrá la última palabra. Y será una palabra de amor. (Francisco. Homilía. 29-11-2015)
LA MONTAÑA Y LA CUEVA
QUE HAY EN SU INTERIOR
Señor Jesús, que has querido nacer en una cueva en el interior de una montaña escarpada, rocosa y agrietada, austera. Tú, el paraíso, has venido a un lugar duro e inhóspito, un lugar en el que cuesta sobrevivir, un lugar alejado del Jardín del Edén, del paraíso. Tú has querido hacer de este lugar duro, sin apenas vegetación ni vida, el lugar del encuentro, de esta montaña has querido hacer un monte santo. Tú nos invitas a subir la montaña, salir a tu encuentro, como hizo Moisés o Elías. Esta montaña se convertirá en lugar de tu presencia, y las dos cimas que tiene serán la visibilización de tus dos naturalezas, la humana y la divina, asumidas al hacerte carne en el seno de María. Y esta montaña, como dice Isaías, será el lugar al que acudan todas las naciones: “Al final de los tiempos estará firme el monte de la casa del Señor, descollando entre los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán las naciones” (Isaías 2,2). Así, no habrá monte seco y árido que no hable de ti. No habrá persona, por más falta de virtudes, en la que no puedas habitar.
Señor Jesús, que has querido nacer en el interior de una montaña, en una cueva oscura, llena de las tinieblas, que muestra las entrañas de la montaña. Esa cueva oscura es el símbolo de esta humanidad que habita y camina en las tinieblas que ciegan los ojos. Nosotros somos esa montaña seca y endurecida cuyo interior está rodeado de oscuridad por la falta de fe, por el miedo, la falta de esperanza… Cuantas veces Señor, nos refugiamos en la cueva de nuestra vida, en nuestros rincones, huyendo de la realidad que nos hace daño. Pero esta cueva está abierta, espera sin saberlo tu venida. Espera que no entren más viandantes, jabalíes o alimañas. Espera que vengas.
En medio de la noche sin estrellas, en la cueva de nuestra desesperación, Señor Jesús, “sé nuestra luz”, ven como el “Sol de la Verdad y la Justicia”, entra en nuestra historia. Desciende a la oscuridad de nuestros infiernos y así brille la Luz en las tinieblas, como el primer día de la creación, como si de una Nueva Creación se tratara. Que la Luz de tu misericordia venga sobre nosotros como lo esperamos de Ti.
Será el 15-16 de diciembre.
Prepare una buena aportación para los más necesitados.
LIMOSNA PENITENCIAL
Durante el tiempo de adviento las limosnas
y donativos penitenciales
(fruto de la conversión y el Sacramento del Perdón),
irán destinadas a Cáritas parroquial.
CAMPAÑA DEL BOTE O DEL KILO
En todas las misas del tiempo de Adviento,
antes o después de la misa, se podrán ofrecer
botes o kilos de alimentos no perecederos
para el Economato Interparroquial
que serán depositados en una cesta en el templo.
BIENHECHORES DE CARIDAD
Aportación de una pequeña cantidad mensual (5 €)
en suscripción bancaria a la cuenta de Bankia:
ES62-2038-6230-7160-00004245
1. Ha comenzado su andadura la revista parroquial “Callejeros de la Fe”, con multitud de secciones para llegar a diversas edades e inquietudes. Les invitamos a acogerla con cariño y ayudar a su difusión.
2. COMIENZA EL ADVIENTO. El sábado 1 de diciembre, con las primeras vísperas, comienza el Tiempo de Adviento. Se realizará la ORACIÓN COMUNITARIA de lunes a viernes, a las 6.30 de la mañana. Si hubiera suficiente número de personas también se realizaría entre 9.30 y 10.00 de la mañana.
3. Ya está a la venta el Calendario 2019. Ayúdenos a difundirlo. Recuerde que la parroquia debe todavía 197.376 €.
4. YA ESTÁ A SU DISPOSICIÓN EL EVANGELIO 2019 Y LIBRETAS PARA APUNTES.
5. Tiene a su disposición Turrón solidario para ayudar a la Ciudad de la Esperanza.
6. El próximo 6 de diciembre el grupo parroquial “Paso a Paso” realizará la primera excursión. La salida será a las 7.30 h. de la mañana desde el aparcamiento de los Juzgados de Gandía.
7. Rifa de un móvil. Con la venta de cada papeleta se colabora con dos euros. El sorteo será el 21 de diciembre.
8. El lunes 3 de diciembre a las 17.30 h. y a las 20.15 h. en los locales de la parroquia habrá una sesión de formación para catequistas sobre los dones y frutos del Espíritu Santo y los sentidos espirituales con el título “GUSTAD Y VED QUÉ BUENO ES EL SEÑOR”. Esta formación es abierta a todos los miembros de la parroquia que lo deseen.
9. El viernes 7 de diciembre será la Vigilia de la Inmaculada. Se celebrará a nivel arciprestal a las 21.30 h. en el Convento de las Clarisas. El Sábado 8 de diciembre es la Solemnidad de la Inmaculada Concepción. A las 5 de la tarde tendrá lugar una procesión por las calles del barrio Los niños sacarán a hombros (en andas) la imagen de la Inmaculada Concepción. Al finalizar realizaremos una pequeña oración a la Virgen María y una merienda.
Del 3 al 9 de diciembre de 2018
TIEMPO DE ADVIENTO.
Lunes 3. San Francisco Javier, presbítero. 19.30 h.: En sufragio de: Joaquín Grau y María Sala.
Martes 4. San Juan Damasceno, presbítero y doctor. Beato Francisco Gálvez, presbítero y mártir. 19.30 h.: Sin intención. Miércoles 5. 19.30 h.: En sufragio de: Casimiro Domínguez Buendía.
Jueves 6. San Pedro Pascual, obispo y mártir. San Nicolás, obispo. 19.30 h.: Sin intención.
Viernes 7. San Ambrosio, obispo y doctor. Por la tarde: SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA. 18.00 h.: Con niños. En sufragio de: Dif. Fam. García—Estruch. 19.30 h.: Sin intención. 21.00 h.: Sin intención.
Sábado 8. Por la mañana: SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA. 10.00 h.: Sin intención. 11.30 h.: Pro Pópulo.
Por la tarde: SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO. Se suprime la Misa de 6 tarde por la procesión de la Inmaculada con los niños. 19.30 h.: En sufragio de: Antonio Casanova. Dif. Fam. Burguera García y Catalá Esteve.
Domingo 9. SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO. 10.00 h.: Sin intención. 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: Sin intención.
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