HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Domingo 18 de Diciembre de 2016
ESPERANZA, CERCANÍA, ACOGIDA DEL SALVADOR
Queridos hermanos:
El evangelio de este domingo nos coloca ante la figura de José. Modelo de esperanza, de cercanía, de acogida del Salvador.
1. José, modelo de esperanza: “María esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.” Este hijo hace falta en las entrañas de todo hombre y mujer. Ese hijo es la esperanza. No se puede vivir sin esperanza. San José ha puesto su esperanza en su esposa, en su próximo matrimonio. Estaban desposados, pero todavía no se había realizado la boda. No vivían juntos. Cuando se entera del embarazo de María pierde la esperanza. Y aparece una fuerte crisis, una verdadera noche oscura. Es el lugar donde el Espíritu Santo va a ayudar a José a reorientar su esperanza. Es una sutil y delicada operación quirúrgica del alma. San José descubre que Dios puede venir a nosotros por caminos no sospechados. La grandeza de San José es preferir los planes de Dios a sus propios planes y acoger dócilmente la reorientación de su esperanza. Porque la solución a los problemas del hombre de todas las épocas pasa por un embarazo, pasa por el estado de buena esperanza. San José es un modelo de esperanza.
2. José, modelo de cercanía. La solución a los problemas de la humanidad también pasa por la cercanía: el niño que nacerá se llamará Dios-con-nosotros. Ese “con” indica cercanía, presencia, ternura, bondad, caridad. El Señor está con nosotros. Este mismo será el mandato dado a José: “no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer”. Es decir, estar con ella, acogerla, amarla. Hoy precisamente el problema del padre es “su ausencia, el hecho de no estar presente. El padre está algunas veces tan concentrado en sí mismo y en su trabajo, y a veces en sus propias realizaciones individuales, que olvida incluso a la familia, dedicando cada vez más tiempo a los medios de comunicación y a la tecnología de la distracción. (cf. Francisco. Amoris Laetitiae 176). Dios pone al padre en la familia para que, con las características valiosas de su masculinidad, sea cercano a la esposa y a los hijos y para compartir todo. (cf. Francisco. Amoris Laetitiae 177). San José será cercano a su familia de forma admirable.
3. José, modelo de acogida del Salvador. La solución a los problemas de la humanidad también pasa por acoger al Salvador. El nombre de “Jesús” significa el Señor Salva. José y María, un matrimonio, abiertos a la acción del Espíritu Santo, ayudan a salvar el mundo acogiendo al Salvador. ¿Y de qué nos salvará? De los pecados, con su perdón y misericordia.
San José, esposo de la Virgen, ruega por nosotros.
Jesús, vuestro párroco
Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 18-24
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: - «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta:
«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.
Palabra del Señor.
SAN JOSÉ,
PATRONO DE LA BUENA MUERTE
1014 La Iglesia nos anima a prepararnos para la hora de nuestra muerte ("De la muerte repentina e imprevista, líbranos Señor": antiguas Letanías de los santos), a pedir a la Madre de Dios que interceda por nosotros "en la hora de nuestra muerte" (Ave María), y a confiarnos a San José, Patrono de la buena muerte:
Habrías de ordenarte en toda cosa como si luego hubieses de morir. Si tuvieses buena conciencia no temerías mucho la muerte. Mejor sería huir de los pecados que de la muerte. Si hoy no estás aparejado, ¿cómo lo estarás mañana? (Imitación de Cristo 1, 23, 1).
Y por la hermana muerte, ¡loado mi Señor!
Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!
(San Francisco de Asís, cant.)
1020 El cristiano que une su propia muerte a la de Jesús ve la muerte como una ida hacia El y la entrada en la vida eterna. Cuando la Iglesia dice por última vez las palabras de perdón de la absolución de Cristo sobre el cristiano moribundo, lo sella por última vez con una unción fortificante y le da a Cristo en el viático como alimento para el viaje. Le habla entonces con una dulce seguridad:
Alma cristiana, al salir de este mundo, marcha en el nombre de Dios Padre Todopoderoso, que te creó, en el nombre de Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que murió por ti, en el nombre del Espíritu Santo, que sobre ti descendió. Entra en el lugar de la paz y que tu morada esté junto a Dios en Sión, la ciudad santa, con Santa María Virgen, Madre de Dios, con San José y todos los ángeles y santos. ... Te entrego a Dios, y, como criatura suya, te pongo en sus manos, pues es tu Hacedor, que te formó del polvo de la tierra. Y al dejar esta vida, salgan a tu encuentro la Virgen María y todos los ángeles y santos. ... Que puedas contemplar cara a cara a tu Redentor... (OEx. "Commendatio animae").
“¿Cómo ejerce José esta custodia? Con discreción, con humildad, en silencio, pero con una presencia constante y una fidelidad y total, aun cuando no comprende. Desde su matrimonio con María hasta el episodio de Jesús en el Templo de Jerusalén a los doce años, acompaña en todo momento con esmero y amor. Está junto a María, su esposa, tanto en los momentos serenos de la vida como los difíciles, en el viaje a Belén para el censo y en las horas temblorosas y gozosas del parto; en el momento dramático de la huida a Egipto y en la afanosa búsqueda de su hijo en el Templo; y después en la vida cotidiana en la casa de Nazaret, en el taller donde enseñó el oficio a Jesús. ¿Cómo vive José su vocación como custodio de María, de Jesús, de la Iglesia? Con la atención constante a Dios, abierto a sus signos, disponible a su proyecto, y no tanto al propio. (…) José es “custodio” porque sabe escuchar a Dios, se deja guiar por su voluntad, y precisamente por eso es más sensible aún a las personas que se le han confiado, sabe cómo leer con realismo los acontecimientos, está atento a lo que le rodea, y sabe tomar las decisiones más sensatas. (…) el preocuparse, el custodiar, requiere bondad, pide ser vivido con ternura. En los Evangelios, san José aparece como un hombre fuerte y valiente, trabajador, pero en su alma se percibe una gran ternura, que no es la virtud de los débiles, sino más bien todo lo contrario: denota fortaleza de ánimo y capacidad de atención, de compasión, de verdadera apertura al otro, de amor. No debemos tener miedo de la bondad, de la ternura.” (Francisco. Homilía en la Misa inaugural de su pontificado. 19-3-2013).
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“En este cuarto domingo de Adviento, el Evangelio nos relata los hechos que precedieron el nacimiento de Jesús, y el evangelista Mateo los presenta desde el punto de vista de san José, el prometido esposo de la Virgen María.
José y María vivían en Nazaret; aún no vivían juntos, porque el matrimonio no se había realizado todavía. Mientras tanto, María, después de acoger el anuncio del Ángel, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. Cuando José se dio cuenta del hecho, quedó desconcertado. El Evangelio no explica cuáles fueron sus pensamientos, pero nos dice lo esencial: él busca cumplir la voluntad de Dios y está preparado para la renuncia más radical. En lugar de defenderse y hacer valer sus derechos, José elige una solución que para él representa un enorme sacrificio. Y el Evangelio dice: «Como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado» (1, 19).
Esta breve frase resume un verdadero drama interior, si pensamos en el amor que José tenía por María. Pero también en esa circunstancia José quiere hacer la voluntad de Dios y decide, seguramente con gran dolor, repudiar a María en privado. Hay que meditar estas palabras para comprender cuál fue la prueba que José tuvo que afrontar los días anteriores al nacimiento de Jesús. Una prueba semejante a la del sacrificio de Abrahán, cuando Dios le pidió el hijo Isaac (cf. Gn 22): renunciar a lo más precioso, a la persona más amada.
Pero, como en el caso de Abrahán, el Señor interviene: encontró la fe que buscaba y abre una vía diversa, una vía de amor y de felicidad: «José —le dice— no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo» (Mt 1, 20).
Este Evangelio nos muestra toda la grandeza del alma de san José. Él estaba siguiendo un buen proyecto de vida, pero Dios reservaba para él otro designio, una misión más grande. José era un hombre que siempre dejaba espacio para escuchar la voz de Dios, profundamente sensible a su secreto querer, un hombre atento a los mensajes que le llegaban desde lo profundo del corazón y desde lo alto. No se obstinó en seguir su proyecto de vida, no permitió que el rencor le envenenase el alma, sino que estuvo disponible para ponerse a disposición de la novedad que se le presentaba de modo desconcertante. Y así, era un hombre bueno. No odiaba, y no permitió que el rencor le envenenase el alma. ¡Cuántas veces a nosotros el odio, la antipatía, el rencor nos envenenan el alma! Y esto hace mal. No permitirlo jamás: él es un ejemplo de esto. Y así, José llegó a ser aún más libre y grande. Aceptándose según el designio del Señor, José se encuentra plenamente a sí mismo, más allá de sí mismo. Esta libertad de renunciar a lo que es suyo, a la posesión de la propia existencia, y esta plena disponibilidad interior a la voluntad de Dios, nos interpelan y nos muestran el camino.
Nos disponemos entonces a celebrar la Navidad contemplando a María y a José: María, la mujer llena de gracia que tuvo la valentía de fiarse totalmente de la Palabra de Dios; José, el hombre fiel y justo que prefirió creer al Señor en lugar de escuchar las voces de la duda y del orgullo humano. Con ellos, caminamos juntos hacia Belén.” (Francisco. Ángelus. 22-12-2013).
Señor Jesús, que elegiste a San José para que reflejara a tu Padre en la paternidad terrena y fuera fiel custodio tuyo y de María, de la familia. Concede a nuestras familias la fortaleza y la valentía para defender la vida, la mansedumbre y docilidad para estar disponibles a tus planes, la sensibilidad y vigilancia para estar atento a lo que nos rodea y tomar las decisiones más sensatas, la bondad y la ternura para acercarnos a los demás y vivir la caridad, la apertura del alma que no le importa que le molesten en el otro, en el cónyuge, en el hijo, en el padre, en el abuelo, y mantenga la esperanza como familia en estado de esperanza.
ORACIÓN COMUNITARIA
- Oración de la mañana: De lunes a viernes, a las 6.30 de la mañana; y a las 9.30 de la mañana con Exposición del Santísimo Sacramento.
CELEBRACIÓN DEL PERDÓN
- Media hora antes de las misas.
- Celebración comunitaria del Perdón: Miércoles 21 de diciembre a las 20.30 h.
LIMOSNA PENITENCIAL
Durante el tiempo de adviento las limosnas y donativos penitenciales (fruto de la conversión y el Sacramento del Perdón), irán destinadas a Cáritas parroquial.
CAMPAÑA DEL BOTE O DEL KILO
En todas las misas del tiempo de Adviento, antes o después de la misa, se podrán ofrecer botes o kilos de alimentos no perecederos para el Economato Interparroquial que serán depositados en una cesta en el templo.
Colecta del segundo domingo de mes
Se han recaudado 381,43 €.
BIENHECHORES DE CARIDAD
Aportación de una pequeña cantidad mensual (5 €) en suscripción bancaria a la cuenta de Bankia:
Durante el tiempo de adviento las limosnas y donativos penitenciales (fruto de la conversión y el Sacramento del Perdón), irán destinadas a Cáritas parroquial.
CAMPAÑA DEL BOTE O DEL KILO
En todas las misas del tiempo de Adviento, antes o después de la misa, se podrán ofrecer botes o kilos de alimentos no perecederos para el Economato Interparroquial que serán depositados en una cesta en el templo.
Colecta del segundo domingo de mes
Se han recaudado 381,43 €.
BIENHECHORES DE CARIDAD
Aportación de una pequeña cantidad mensual (5 €) en suscripción bancaria a la cuenta de Bankia:
ES62 2038-6230-71-6000004245
GASTOS RESTAURACIÓN VIVIENDA PARROQUIAL
5.623,32 €
Donativo de 25 €:
Se recaudaron: 1.250,90 €
Falta pagar: 4.372,42 €
Donativos en BANKIA
ES57-2038-6230-75-3000420970
1. LIMPIEZA GENERAL DEL TEMPLO. El sábado 17 desde las 10.00 h. y el lunes 19 desde las 15.30 h. será la limpieza general. Rogamos su participación.
2. FESTIVAL DE VILLANCICOS. Domingo 18 de diciembre a las 17.00 h. Al finalizar el festival habrá merienda en los locales.
3. Reunión del Equipo de liturgia y de aquellos que quieran para preparar las celebraciones de Navidad y la Misa del Gallo. Lunes 19 a partir de las 20.15 h. en que rezaremos Vísperas y luego será la preparación.
4. CELEBRACIONES COMUNITARIAS DEL PERDÓN:
- El Miércoles 21 de diciembre a las 19.30 h. en la parroquia de la Sagrada Familia y a las 20.30 h. en la parroquia de San Francisco de Borja de Gandía.
- El jueves 22 de diciembre a las 19.30 h. en la parroquia de San Nicolás y a las 20.30 h. en la parroquia de Cristo Rey de Gandía.
5. El miércoles 21 a las 17.30 h. habrá reunión del Equipo de Cáritas parroquial.
6. En el despacho parroquial podrán adquirir el evangelio 2017 y calendario parroquial 2017.
Del 19 al 25 de diciembre de 2016
Lunes 19. 19.30 h.: En sufragio de: Rvdo. D. Joaquín Sendra Solbes.
Martes 20. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Espí– Sanchis.
Miércoles 21. 19.30 h.: Sin intención.
Jueves 22. 19.30 h.: En sufragio de: Petra Martínez e Isabel Terrades.
Viernes 23. 19.30 h.: En sufragio de: José Antonio Cabanilles.
Sábado 24. POR LA TARDE: NATIVIDAD DEL SEÑOR. 18.00 h.: Misa de la Vigilia. Con niños. Sin intención. 19.30 h.: Misa de la Vigilia. En sufragio de: Dif. Fam. Sos-Llácer. 24.00 h.: MISA DE MEDIANOCHE.
Domingo 25. NATIVIDAD DEL SEÑOR. 10.00 h.: Misa de la Aurora. Sin intención. 11.30 h.: Misa del día. Pro Pópulo. 19.30 h.: Sin intención.
A lo largo del año, en todas las misas, se reza por todos los difuntos. Algunas celebraciones incluyen una intención particular por algún difunto o por alguna necesidad. En muchas de las ocasiones se acompaña de una ofrenda para el sacerdote llamada estipendio. Les invitamos a solicitar en el despacho la celebración de intenciones particulares o misas en sufragio. Tengan en cuenta que somos tres sacerdotes a su servicio en la parroquia.
Puedes descargar la Hoja Parroquial:
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