HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Domingo 11 de Diciembre de 2016
JESÚS VIENE A CURAR ENFERMEDADES ESPIRITUALES
Queridos hermanos:
Jesús realiza su mesianismo conforme anunciaron los profetas. Véase Isaías 35, 5-6: “Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará.” Juan el bautista lo esperaba de otro modo y por eso envía a dos discípulos a preguntar si el Mesías es Él o hay que esperar a otro.
Jesús realiza su mesianismo curando, (devolviendo la vista a los ciegos, el andar a los inválidos y paralíticos, el oído a los sordos), limpiando leprosos, resucitando muertos, evangelizando a los pobres.
Todas estas acciones van precedidas por estas palabras de Jesús a los discípulos de Juan: “Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo.” La acción de Jesús se realiza en la cercanía a la persona, en el contacto con el necesitado. Hoy Jesús sigue actuando. Sobre todo curando las enfermedades del corazón (cegueras, parálisis, sorderas, lepras, muertes). Son los pobres los que se benefician de esta acción continua de Jesucristo: “mi Padre trabaja hasta ahora y yo también trabajo” (Jn 5, 17). Cuando nos separamos de la acción cercana y continua de nuestro Dios y de Jesucristo vamos enfermando espiritualmente. Decía el Papa Francisco que no podemos vivir “sin tener una relación vital, personal, auténtica y sólida con Cristo”… sin él, no podemos hacer nada” (cf. Jn 15,5). Y hablaba en aquella ocasión de algunas enfermedades espirituales: El mal de sentirse «inmortal», «inmune», e incluso «indispensable». El mal de «martalismo» (que viene de Marta), de la excesiva laboriosidad, aquellos enfrascados en el trabajo, dejando de lado, inevitablemente, «la mejor parte»: el estar sentados a los pies de Jesús. El mal de la «petrificación» mental y espiritual, porque su corazón, con el paso del tiempo, se endurece y se hace incapaz de amar incondicionalmente al Padre y al prójimo perdiendo la sensibilidad humana necesaria para hacernos llorar con los que lloran y alegrarnos con quienes se alegran. La enfermedad del «Alzheimer espiritual» en los que han perdido el recuerdo de su encuentro con el Señor. El mal de la rivalidad y la vanagloria. El mal de la esquizofrenia existencial, enfermedad de quien tiene una doble vida. El mal de la cháchara, de la murmuración y del cotilleo. El mal de la indiferencia hacia los demás, El mal de acumular. El mal de los círculos cerrados, donde la pertenencia al grupo se hace más fuerte que la pertenencia al Cuerpo y, en algunas situaciones, a Cristo mismo. (cf. Francisco. Discurso. 22-12-2014). Y muchas más enfermedades que pasan desapercibidas para los mismos enfermos. Dejemos que Jesús nos cure con la fuerza del Espíritu Santo. Acudamos al Sacramento del Perdón.
Jesús, vuestro párroco
Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 2-11
En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos: - “¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?”
Jesús les respondió: “Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!”
Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:
“¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta? Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito: "Yo envío mi mensajero delante de ti, para que prepare el camino ante ti."
Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.»
Palabra del Señor.
EL PAPA COMENTA LA LITURGIA
DEL DOMINGO
Hoy es el tercer domingo de Adviento, llamado también domingo de Gaudete, es decir, domingo de la alegría. En la liturgia resuena repetidas veces la invitación a gozar, a alegrarse. ¿Por qué? Porque el Señor está cerca. La Navidad está cercana. El mensaje cristiano se llama «Evangelio», es decir, «buena noticia», un anuncio de alegría para todo el pueblo; la Iglesia no es un refugio para gente triste, la Iglesia es la casa de la alegría. Y quienes están tristes encuentran en ella la alegría, encuentran en ella la verdadera alegría.
Pero la alegría del Evangelio no es una alegría cualquiera. Encuentra su razón de ser en el saberse acogidos y amados por Dios. Como nos recuerda hoy el profeta Isaías (cf. 35, 1-6a.8a.10), Dios es Aquél que viene a salvarnos, y socorre especialmente a los extraviados de corazón. Su venida en medio de nosotros fortalece, da firmeza, dona valor, hace exultar y florecer el desierto y la estepa, es decir, nuestra vida, cuando se vuelve árida. ¿Cuándo llega a ser árida nuestra vida? Cuando no tiene el agua de la Palabra de Dios y de su Espíritu de amor. Por más grandes que sean nuestros límites y nuestros extravíos, no se nos permite ser débiles y vacilantes ante las dificultades y ante nuestras debilidades mismas. Al contrario, estamos invitados a robustecer las manos, a fortalecer las rodillas, a tener valor y a no temer, porque nuestro Dios nos muestra siempre la grandeza de su misericordia. Él nos da la fuerza para seguir adelante. Él está siempre con nosotros para ayudarnos a seguir adelante. Es un Dios que nos quiere mucho, nos ama y por ello está con nosotros, para ayudarnos, para robustecernos y seguir adelante. ¡Ánimo! ¡Siempre adelante! Gracias a su ayuda podemos siempre recomenzar de nuevo. ¿Cómo? ¿Recomenzar desde el inicio? Alguien puede decirme: «No, Padre, yo he hecho muchas cosas... Soy un gran pecador, una gran pecadora... No puedo recomenzar desde el inicio». ¡Te equivocas! Tú puedes recomenzar de nuevo. ¿Por qué? Porque Él te espera, Él está cerca de ti, Él te ama, Él es misericordioso, Él te perdona, Él te da la fuerza para recomenzar de nuevo. ¡A todos! Entonces somos capaces de volver a abrir los ojos, de superar tristeza y llanto y entonar un canto nuevo. Esta alegría verdadera permanece también en la prueba, incluso en el sufrimiento, porque no es una alegría superficial, sino que desciende en lo profundo de la persona que se fía de Dios y confía en Él.
La alegría cristiana, al igual que la esperanza, tiene su fundamento en la fidelidad de Dios, en la certeza de que Él mantiene siempre sus promesas. El profeta Isaías exhorta a quienes se equivocaron de camino y están desalentados a confiar en la fidelidad del Señor, porque su salvación no tardará en irrumpir en su vida. Quienes han encontrado a Jesús a lo largo del camino, experimentan en el corazón una serenidad y una alegría de la que nada ni nadie puede privarles. Nuestra alegría es Jesucristo, su amor fiel e inagotable. Por ello, cuando un cristiano llega a estar triste, quiere decir que se ha alejado de Jesús. Entonces, no hay que dejarle solo. Debemos rezar por él, y hacerle sentir el calor de la comunidad.
Que la Virgen María nos ayude a apresurar el paso hacia Belén, para encontrar al Niño que nació por nosotros, por la salvación y la alegría de todos los hombres. A ella le dice el Ángel: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» (Lc 1, 28). Que ella nos conceda vivir la alegría del Evangelio en la familia, en el trabajo, en la parroquia y en cada ambiente. Una alegría íntima, hecha de asombro y ternura. La alegría que experimenta la mamá cuando contempla a su niño recién nacido, y siente que es un don de Dios, un milagro por el cual sólo se puede agradecer. (Francisco. Ángelus. 15-12-2013).
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“san Agustín nos dice: «Mientras cualquier miembro permanece unido al cuerpo, queda la esperanza de salvarle; una vez amputado, no hay remedio que lo sane». (Sermón 137, 1). … Corresponde solamente al Espíritu Santo… curar toda enfermedad. Es el Espíritu Santo el que sostiene todo esfuerzo sincero de purificación y toda buena voluntad de conversión. Es él quien nos hace comprender que cada miembro participa en la santificación del cuerpo y también en su decaimiento.” Francisco. Discurso. 22-12-2014).
DEJARSE CURAR POR EL SEÑOR
1421 El Señor Jesucristo, médico de nuestras almas y de nuestros cuerpos, que perdonó los pecados al paralítico y le devolvió la salud del cuerpo (cf Mc 2,1-12), quiso que su Iglesia continuase, en la fuerza del Espíritu Santo, su obra de curación y de salvación, incluso en sus propios miembros. Este es finalidad de los dos sacramentos de curación: del sacramento de la Penitencia y de la Unción de los enfermos.
1464 Los sacerdotes deben alentar a los fieles a acceder al sacramento de la penitencia y deben mostrarse disponibles a celebrar este sacramento cada vez que los cristianos lo pidan de manera razonable
1465 Cuando celebra el sacramento de la Penitencia, el sacerdote ejerce el ministerio del Buen Pastor que busca la oveja perdida, el del Buen Samaritano que cura las heridas, del Padre que espera al Hijo pródigo y lo acoge a su vuelta, del justo Juez que no hace acepción de personas y cuyo juicio es a la vez justo y misericordioso. En una palabra, el sacerdote es el signo y el instrumento del amor misericordioso de Dios con el pecador.
1466 El confesor no es dueño, sino el servidor del perdón de Dios. El ministro de este sacramento debe unirse a la intención y a la caridad de Cristo. Debe tener un conocimiento probado del comportamiento cristiano, experiencia de las cosas humanas, respeto y delicadeza con el que ha caído; debe amar la verdad, ser fiel al magisterio de la Iglesia y conducir al penitente con paciencia hacia su curación y su plena madurez. Debe orar y hacer penitencia por él confiándolo a la misericordia del Señor.
1484 Cristo actúa en cada uno de los sacramentos. Se dirige personalmente a cada uno de los pecadores: "Hijo, tus pecados están perdonados" (Mc 2,5); es el médico que se inclina sobre cada uno de los enfermos que tienen necesidad de él (cf Mc 2,17) para curarlos; los restaura y los devuelve a la comunión fraterna. Por tanto, la confesión personal es la forma más significativa de la reconciliación con Dios y con la Iglesia.
1496 Los efectos espirituales del sacramento de la Penitencia son: la reconciliación con Dios por la que el penitente recupera la gracia; la reconciliación con la Iglesia; la remisión de la pena eterna contraída por los pecados mortales; la remisión, al menos en parte, de las penas temporales, consecuencia del pecado; la paz y la serenidad de la conciencia, y el consuelo espiritual; el acrecentamiento de las fuerzas espirituales para el combate cristiano.
Señor Jesús, paciente y misericordioso Salvador, acudimos a Ti, presurosos, ansiando tu venida.
Concédenos la gracia de no desalentarnos, superando todo tipo de adversidades, con la certeza de que Tú, Señor, no tardarás en venir.
Al reconocernos humildes, pobres y necesitados de tu ayuda, como los cojos, ciegos, sordos y mudos, te pedimos la alegría de esperar con paciencia y vigilancia tu próxima venida sabiendo que viniste en el silencio, en la humildad y en la pobreza del pesebre, y que a quien te abra el corazón le traerás tu alegría.
Concédenos hacer nuestros los sentimientos de María, que esperó en oración y en silencio tu venida redentora y preparó con cuidado tu nacimiento en Belén. (Oración inspirada en el Ángelus de San Juan Pablo II. Domingo 16 de diciembre de 2001).
ORACIÓN COMUNITARIA
- Oración de la mañana: De lunes a viernes, a las 6.30 de la mañana; y a las 9.30 de la mañana con Exposición del Santísimo Sacramento.
CELEBRACIÓN DEL PERDÓN
- Media hora antes de las misas.
- Celebración comunitaria del Perdón: la semana antes de la Navidad.
LIMOSNA PENITENCIAL
Durante el tiempo de adviento las limosnas y donativos penitenciales (fruto de la conversión y el Sacramento del Perdón), irán destinadas a Cáritas parroquial.
CAMPAÑA DEL BOTE O DEL KILO
En todas las misas del tiempo de Adviento, antes o después de la misa, se podrán ofrecer botes o kilos de alimentos no perecederos para el Economato Interparroquial que serán depositados en una cesta en el templo.
Colecta del segundo domingo de mes
Será el 10-11 de diciembre. Prepare una buena aportación para los más necesitados.
BIENHECHORES DE CARIDAD
Aportación de una pequeña cantidad mensual (5 €) en suscripción bancaria a la cuenta de Bankia:
2038-6230-71-6000004245
1. Agradecemos la inicial ayuda prestada a Cáritas parroquial que había quedado sin recursos económicos. Se han aportado a la cuenta bancaria de Cáritas 170 €. Ahora hay 208 €, tras aportar los 200 € a Cáritas interparroquial. La suscripción bancaria mensual puede ayudar a mantener las ayudas que realiza Cáritas. También agradecer la inicial aportación de alimentos no perecederos para ayudar al Economato interparroquial. Muchas gracias. Hemos de seguir trabajando para que estas ayudas no falten a los más necesitados.
2. El lunes 12 a las 20.30 h. se reunirá el Consejo de pastoral parroquial para preparar las próximas fiestas de Navidad.
3. El martes 13 de diciembre a las 20.30 h. se reunirá el Equipo de Pastoral de la Salud.
4. El miércoles 14 de diciembre a las 18.00 h. se reunirá el Equipo de Cáritas a seguir trabajando el plan estratégico diocesano.
5. LIMPIEZA GENERAL DEL TEMPLO. El sábado 17 por la mañana (desde las 10.00 h.) y el lunes 21 por la tarde (desde las 15.30 h.) será la limpieza general. Rogamos su participación.
6. El sábado 17 de diciembre a las 11.00 h. será la celebración de la Siembra de Estrellas y el envío misionero de los niños para llevar la Buena Noticia del Nacimiento del Salvador por las calles del Barrio y en la misa de 6 tarde entrega del Avemaría a los niños de 2º curso de Jesús es el Señor
6. El sábado 17 de diciembre a las 11.00 h. será la celebración de la Siembra de Estrellas y el envío misionero de los niños para llevar la Buena Noticia del Nacimiento del Salvador por las calles del Barrio y en la misa de 6 tarde entrega del Avemaría a los niños de 2º curso de Jesús es el Señor
7. El sábado 17 de diciembre a las 11.00 h. en el Colegio Suarez de Calderón del Grau de Gandía se hará la reunión de presentación del Plan Diocesano de Pastoral a todos los miembros de los consejos pastorales parroquiales de toda la Vicaría 8 y miembros del IDE. Vendrá el obispo auxiliar D. Javier Salinas.
Del 12 al 18 de diciembre de 2016
Lunes 12. Ntra. Sra. de Guadalupe. 19.30 h.: En sufragio de: Dolores Puig Matoses; Jesús Antonio Sánchez López.
Martes 13. Santa Lucía, Vg y Mr. 19.30 h.: Sin intención.
Miércoles 14. San Juan de la Cruz pbro. y Dr. 19.30 h.: Sin intención.
Jueves 15. 19.30 h.: En sufragio de: Jesús Serrano Serrano y Alfonso Serrano.
Viernes 16. 19.30 h.: En sufragio de: Estanislao Estrugo.
Sábado 17. Por la tarde: DOMINGO IV DE ADVIENTO. 18.00 h.: Con niños. Sin intención. 19.30 h.: Sin intención. 21.00 h.: Sin intención.
Domingo 18. DOMINGO IV DE ADVIENTO. 10.00 h.: Sin intención. 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: Sin intención.
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