Durante los últimos domingos venimos escuchando evangelios que nos hablan de Dios y de su obra en medio de nosotros por medio de Jesús: agua, luz y en este domingo, vida. Las tres realidades son imagen de quién es Dios y lo que realiza. El agua que ofrece Jesús sacia, introduce dentro del corazón un surtidor que no para de brotar. Jesús es la Luz que ilumina para poder caminar hacia la meta de nuestra existencia: dar culto al único Dios verdadero, servirle a Él, postrarse ante Él, por medio del amor a Dios y al prójimo. Jesús es la Vida verdadera que vivifica, rejuvenece, renueva. Las tres realidades (agua, luz, vida) no se pueden atrapar con las manos. Se nos escapan. Solamente podemos recibirlas. En relación a esta última, la vida, el Evangelio de este domingo introduce dentro de nosotros la esperanza de la Vida que es Jesús. Ya había Jesús resucitado a una muchacha que estaba en su casa, a un joven que iba camino del cementerio. Y en esta ocasión resucita a Lázaro que ya estaba en el sepulcro, llevaba cuatro días y olía mal. Dice el catecismo de la Iglesia católica que Jesús realizó muchos signos y curaciones. Pero la enfermedad más grave, por la que quedamos secos, sin agua, quedamos sin luz y perdemos la vida, es el pecado: “Jesús realizó unos signos mesiánicos; no obstante, no vino para abolir todos los males aquí abajo, sino a liberar a los hombres de la esclavitud más grave, la del pecado”. (nº 549). San Agustín comenta la muerte de Lázaro y los cuatro días que lleva en el sepulcro aplicándola al pecado: “De Lázaro se dijo que llevaba cuatro días muerto. En efecto, el alma llega a esta costumbre de que estoy hablando como en cuatro etapas. La primera consiste en la seducción del placer en el corazón. La segunda en el consentimiento. La tercera es ya la realización y la cuarta la costumbre. Hay quienes rechazan tan radicalmente con sus mismos pensamientos las cosas ilícitas que ni siquiera se deleitan en ellas. Hay quienes se deleitan, pero no consienten; habría que decir que la muerte no es plena, pero que en cierto modo se ha iniciado ya. Si el consentimiento sigue a la delectación, ahí está la condenación. Tras el consentimiento se procede al hecho y el hecho conduce a la costumbre, provocando una cierta pérdida de esperanza, por lo cual se dice: Lleva cuatro días, ya hiede.” (Sermón 98,4-7). Por tanto, no desesperemos. Aunque el pecado haya arraigado en la costumbre, en el vicio, y nos haya atado de pies y manos a nuestro entendimiento y a nuestra voluntad, dejemos que Jesús nos resucite. Que primero mande quitar la piedra que tapa nuestra podredumbre, que luego ore Jesús al Padre por nosotros y finalmente dé la orden: «¡Lázaro, sal fuera!» y «Desatadlo y dejadlo andar.»
Lectura del santo evangelio según san Juan 11, 3‑7. 17. 20‑27. 33b‑45
Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo, se quedó todavía dos días en donde estaba. Sólo entonces dice a sus discípulos: ‑«Vamos otra vez a Judea.»
Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado.
Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús: ‑ «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.» Jesús le dijo: ‑ «Tu hermano resucitará.» Marta respondió: ‑ «Sé que resucitará en la resurrección del último día.» Jesús le dice: ‑ «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?» Ella le contestó: ‑ «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.»
Jesús sollozó y, muy conmovido, preguntó: ‑ «¿Dónde lo habéis enterrado?» Le contestaron: ‑ «Señor, ven a verlo.»
Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban: ‑ «¡Cómo lo quería!» Pero algunos dijeron: ‑ «Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que muriera éste?» Jesús, sollozando de nuevo, llega al sepulcro. Era una cavidad cubierta con una losa.
Dice Jesús: ‑ «Quitad la losa.» Marta, la hermana del muerto, le dice: ‑ «Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días.»
Jesús le dice: ‑ «¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?» Entonces quitaron la losa. Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo: ‑ «Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado.» Y dicho esto, gritó con voz potente: ‑ «Lázaro, ven afuera.» El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: ‑ «Desatadlo y dejadlo andar.» Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él
994 Jesús liga la fe en la resurrección a la fe en su propia persona: "Yo soy la resurrección y la vida" (Jn 11, 25).
2603 Los evangelistas han conservado dos oraciones más explícitas de Cristo durante su ministerio. Cada una de el las comienza precisamente con la acción de gracias. En la primera (cf Mt 11, 25-27 y Lc 10, 21-23), Jesús confiesa al Padre, le da gracias y lo bendice porque ha escondido los misterios del Reino a los que se creen doctos y los ha revelado a los "pequeños" (los pobres de las Bienaventuranzas).
2604 La segunda oración es narrada por San Juan (cf Jn 11, 41-42) en el pasaje de la resurrección de Lázaro. La acción de gracias precede al acontecimiento: "Padre, yo te doy gracias por haberme escuchado", lo que implica que el Padre escucha siempre su súplica; y Jesús añade a continuación: "Yo sabía bien que tú siempre me escuchas", lo que implica que Jesús, por su parte, pide de una manera constante. Así, apoyada en la acción de gracias, la oración de Jesús nos revela cómo pedir: antes de que la petición sea otorgada, Jesús se adhiere a Aquél que da y que se da en sus dones. El Dador es más precioso que el don otorgado, es el "tesoro", y en El está el corazón de su Hijo; el don se otorga como "por añadidura" (cf Mt 6, 21. 33).
Señor Jesús, que a través de la Eucaristía entramos en comunión con tu cuerpo resucitado, entramos en el espacio de la vida ya resucitada, de la vida eterna;
Concédenos vivir realmente de la Eucaristía para poder ser transformados en la comunión del amor. Tú que has dicho: "Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia" (Jn 10, 10), sé para nosotros medicina de inmortalidad por medio de la Eucaristía. Concédenos entrar en comunión con tu verdadera vida, con tu amor infinito, con la abundancia de tu vida y conviértenos en portadores de tu vida también para los demás. (cf. Benedicto XVI. 9-3-2008).
“Pasemos ahora al evangelio de este día, dedicado a un tema importante y fundamental: ¿qué es la vida?, ¿qué es la muerte?, ¿cómo vivir?, ¿cómo morir? Con el fin de ayudarnos a comprender mejor este misterio de la vida y la respuesta de Jesús, san Juan usa para esta única realidad de la vida dos palabras diferentes, indicando las diversas dimensiones de la realidad llamada "vida": la palabra bíos y la palabra zoé. Bíos, como se comprende fácilmente, significa este gran biocosmos, esta biosfera, que va desde las células primitivas hasta los organismos más organizados, más desarrollados, este gran árbol de la vida, en el que se han desarrollado todas las posibilidades de la realidad bíos. A este árbol de la vida pertenece el hombre; forma parte de este cosmos de la vida que comienza con un milagro: en la materia inerte se desarrolla un centro vital; la realidad que llamamos organismo.
Pero el hombre, aun formando parte de este gran biocosmos, lo trasciende, porque también forma parte de la realidad que san Juan llama zoé. Es un nuevo nivel de la vida, en el que el ser se abre al conocimiento. Ciertamente, el hombre es siempre hombre con toda su dignidad, incluso en estado de coma o en la fase de embrión, pero si sólo vive biológicamente no se realizan ni desarrollan todas las potencialidades de su ser. El hombre está llamado a abrirse a nuevas dimensiones. Es un ser que conoce. Desde luego, también los animales conocen, pero sólo las cosas que les interesan para su vida biológica. El conocimiento del hombre va más allá; quiere conocerlo todo, toda la realidad, la realidad en su totalidad; quiere saber qué es su ser y qué es el mundo. Tiene sed de conocimiento del infinito; quiere llegar a la fuente de la vida; quiere beber de esta fuente, encontrar la vida misma. Así hemos tocado una segunda dimensión: el hombre no es sólo un ser que conoce; también vive en relación de amistad, de amor. Además de la dimensión del conocimiento de la verdad y del ser, existe, inseparable de esta, la dimensión de la relación, del amor. Y aquí el hombre se acerca más a la fuente de la vida, de la que quiere beber para tener la vida en abundancia, para tener la vida misma.
Podríamos decir que toda la ciencia es una gran lucha por la vida; lo es, sobre todo, la medicina. En definitiva, la medicina es un esfuerzo por oponerse a la muerte, es búsqueda de inmortalidad. Pero, ¿podemos encontrar una medicina que nos asegure la inmortalidad? Esta es precisamente la cuestión del evangelio de hoy. Tratemos de imaginar que la medicina llegue a encontrar la receta contra la muerte, la receta de la inmortalidad. Incluso en ese caso, se trataría de una medicina que se situaría dentro de la biosfera, una medicina ciertamente útil también para nuestra vida espiritual y humana, pero de por sí una medicina confinada dentro de la biosfera.
Es fácil imaginar lo que sucedería si la vida biológica del hombre no tuviera fin, si fuera inmortal: nos encontraríamos en un mundo envejecido, en un mundo lleno de viejos, en un mundo que no dejaría espacio a los jóvenes, un mundo en el que no se renovaría la vida. Así comprendemos que este no puede ser el tipo de inmortalidad al que aspiramos; esta no es la posibilidad de beber en la fuente de la vida, que todos deseamos.
Precisamente en este punto, en el que, por una parte, comprendemos que no podemos esperar una prolongación infinita de la vida biológica y sin embargo, por otra, deseamos beber en la fuente de la vida para gozar de una vida sin fin, precisamente en este punto interviene el Señor y nos habla en el evangelio diciendo: "Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás" (Jn 11, 25-26). (Benedicto XVI. 9-3-2008)
“Cada vez que por amor de Dios compartimos nuestros bienes con el prójimo necesitado experimentamos que la plenitud de vida viene del amor y lo recuperamos todo como bendición en forma de paz, de satisfacción interior y de alegría. El Padre celestial recompensa nuestras limosnas con su alegría.” (Del Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la Cuaresma 2008).
................................
A lo largo de la semana se han recaudado 170 € en donativos y limosnas penitenciales para Cáritas. Muchísimas gracias.
................................
El próximo sábado 16 abril, Caritas interparroquial estará en la calle en diversos puntos de las ciudad para concienciar a la población de las necesidades de nuestros hermanos más desfavorecidos.
Además, durante esta semana que viene, recogeremos alimentos no perecederos para el Economato interparroquial. En estos momentos sufrimos una escasez de alimentos importante y todas las donaciones serán bien recibidas.
Por último invitarles a colaborar como socios en Cáritas para que a los que sufren necesidad no les falte la ayuda adecuada. Muchas gracias.
1. Del lunes 11 al viernes 15 de abril, a las 6.30 h. de la mañana rezo de Laudes y a las 9.30 h. Oración de la mañana con Exposición del Santísimo Sacramento.
2. El lunes 11 de abril a las 21.30 h. realizaremos un Vía Crucis nocturno por las calles del Barrio.
3. El miércoles 13 de abril a las 18.00 h. y a las 20.30 h. habrá reunión con los padres de 3º de comunión para ultimar detalles de cara a las comuniones.
4. El jueves 14 de abril a las 20.30 h. habrá reunión del Equipo de Liturgia.
5. El viernes 15 de abril a las 7 de la tarde será el Ejercicio del Vía Crucis .
6. El sábado 16 de abril de 11.00 a 12.30 h. D. Arturo hará un Retiro Espiritual de Cuaresma en la Parroquia. El mismo día a las 10 de la noche haremos en el Templo una Oración ante la Cruz.
7 El Domingo de Ramos a las 11.00 h. de la mañana en el templo de las esclavas, tendrá lugar la bendición de palmas y ramos, la procesión de Domingo de Ramos y al llegar al Templo se celebrará la Eucaristía. A las 6 de la tarde pasaremos un documental sobre la Sábana Santa.
8. Peregrinación parroquial a Tierra Ignaciana del 19 al 24 de julio. Visitaremos el territorio en el cual transcurrió parte de la niñez y juventud de San Ignacio de Loyola. así como los lugares en los que San Francisco de Borja vivió, ya sacerdote, entre el 6 de abril de 1551 y el 29 de marzo de 1553. Se visitará Zaragoza y la Basílica del Pilar, Oñati, el Santuario de Loyola, la Ermita de la Magdalena, el Santuario de Ntra Sra. de Arantzazu, Bilbao, la Basílica de Begoña, Bergara, Ermita de Santa Ana, donde celebró su primera misa el 15 de noviembre de 1551, Ariznoa. Zumarraga, San Sebastián, Daroca. El Precio: 350 euros. Niños menores de 12 años: 250 €. Inscripción: Hasta fin de mes dando una entrada de 100 euros.
9. Del 29 junio al 3 julio peregrinación diocesana a Lourdes 2011 con enfermos y discapacitados en autocar, tren o avión presidida por nuestro Arzobispo don Carlos. Información e inscripción: Elena Navarro.
10. Del 12 al 16 de julio tendrá lugar el Campamento interparroquial en Orea (Guadalajara) para niños entre 6 años (1º Primaria) y sobre los 12 años. Pueden inscribirse en su Parroquia.
Terminada la fase de derribo pasamos a la fase de colocar el autonivelante. Agradecemos el lento goteo de donativos que nos permite pagar cada mes la cuota de préstamo en el Banco. Muchas gracias.
Donativos recibidos para los nuevos locales en la calle Ciudad de Laval:
Ingresados hasta el 1-4-2011: 43.606,66 €. + 350
Ingresados hasta el 8-4-2011: 43.956,66 €.
Lunes 11. 19.30 h.: En sufragio de: Martín Escrivá y Joaquín Escrivá.
Martes 12. 19.30 h.: En sufragio de: Consuelo Canet Simó.
Miércoles 13. 19.30 h.: Sin intención.
Jueves 14. 19.30 h.: Sin intención.
Viernes 15. 19.30 h.: En sufragio de: Manolo Bertó.
Sábado 16. de Ramos. 18.00 h.: Con niños. Sin intención. 19.30 h.: Sin intención.
Domingo 17. Domingo de Ramos 12.00 h. Pro Pópulo
No hay comentarios:
Publicar un comentario