DOMINGO 4º DE PACUA. CICLO B
Pero, ¿qué nos dice a nosotros estas afirmaciones? La primera pregunta que salta es: ¿seremos dignos de tan grande amor? ¿Realmente Cristo es nuestro Pastor? ¿Qué voces escuchamos más seguido en nuestro caminar como cristianos? ¿Será la voz de Cristo? Todos nos hemos sentido perdidos alguna vez en nuestras vidas: perdidos en nuestro caminar como hijos, como hermanos, como parejas, como estudiantes, como profesionales, como cristianos, etc. ¿a quién recurrimos para encontrar el camino? Hay muchos falsos pastores que nos quisieran mostrar el camino fácil: la pereza, la música que crea un ambiente evasivo de la realidad, el trabajo excesivo, el miedo a profundizar en los problemas personales, la falta de responsabilidad, el placer, la sexualidad irresponsable, etc. Tantos caminos por los que nos invitan a caminar hacia una falsa felicidad; pero la realidad es que nadie nos conoce tan bien como Jesús, nadie estaría dispuesto a entregar su vida por tu felicidad como lo hizo El. ¡¿Qué otra prueba de amor necesitamos para creer en Él, para confiar en Él, para seguirlo a Él?! Jesús es nuestro Pastor, no porque él lo diga, sino porque Él nos conoce en profundidad y ha dado la vida por nosotros.
+ Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 11-18.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. En cambio el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de la ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas.
Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.
El Padre me ama porque doy mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita; yo la doy porque quiero. Tengo poder para darla y lo tengo también para volverla a tomar. Este es el mandato recibido de mi Padre”.
Formación en la fe
Celebrar la resurrección
Todo el misterio de la redención.
La conmemoración litúrgica de la resurrección está en el corazón del tiempo pascual. Sin embargo, ésta no agota todo el contenido de este período. Pertenecen también a este tiempo los gloriosos misterios de la ascensión y pentecostés. Sin ellos, la celebración del misterio pascual quedaría incompleta.
Parece ser que en los primeros tiempos cristianos, antes de que el año litúrgico comenzara a adquirir forma en el siglo IV, la ascensión y pentecostés no se celebraban como fiestas aparte. Pero estaban incluidas en la comprensión global de la pascua que tenía la Iglesia entonces. Se conmemoraban implícitamente dentro de los cincuenta días y eran tratadas como partes integrantes de la solemnidad pascual. Por eso no es extraño que se refiriesen a todo el período pascual como "la solemnidad del Espíritu".
El padre Robert Cabié, en un estudio exhaustivo de pentecostés en los primeros siglos, observa que la Iglesia primitiva, en su celebración de lo que ahora llamamos tiempo pascual, conmemoraba todo el misterio de la redención. Esto incluía la resurrección, las manifestaciones del Señor resucitado, su ascensión a los cielos, la venida del Espíritu Santo, la presencia de Cristo en su Iglesia y la expectación de su vuelta gloriosa.
A la luz de lo que sabemos de la cristiandad primitiva, el período de pentecostés celebraba el misterio cristiano en su totalidad, de la misma forma que el domingo, día del Señor, celebraba todo el misterio pascual. El domingo semanal y el "gran domingo" introducen ambos al cuerpo de Cristo en la gloria adquirida por la cabeza.
¿POR QUÉ ORAR?
FORMAS DE ORACIÓN
1. COMUNITARIA
a. Litúrgica:
. Santa Misa: es la oración más importante.
. Oficio Divino o Liturgia de las Horas.
b. No litúrgica:
. Oración Comunitaria o en Grupos.
2. PERSONAL
La oración personal puede tener muy variadas formas, y aunque hay oraciones más elevadas que otras, cualquier tipo de oración agrada al Señor, y la oración que utilice cada persona depende mucho de su personalidad, de la llamada que Dios le haga y de las gracias que Dios le otorgue. Depende de cada uno -es cierto- responder lo mejor posible a esa llamada y a esas gracias que vienen del Señor.
ERRORES EN LA ORACION
Es bueno ver lo que nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica (#2726) sobre algunos conceptos erróneos que pueden haber en torno a la oración personal:
. Considerar la oración como un monólogo y no un diálogo: Es cierto que la oración es conversar con Dios, pero la conversación implica diálogo: no puedo hablar sólo yo. Orar no es tanto hablar nosotros a Dios, ni mucho menos hacerle exigencias, sino más bien guardar silencio ante Él, tratando de descubrir Su Voluntad, cuáles son Sus Planes para nuestra vida. Ya Jesucristo nos aconsejó así: "Al orar no multipliquéis las palabras ... pensando que por mucho hablar seréis atendidos" (Mt.6, 7).
. Creer que la oración es sólo un esfuerzo personal: Si bien es cierto que hay que desear orar y que hay que proponerse orar con toda la asiduidad que nos sea posible y "sin desfallecer" como nos dice el mismo Jesucristo. El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice que "la oración viene también del Espíritu Santo". En realidad, es el Espíritu Santo quien hace la oración en nosotros, o mejor: es la oración en nosotros (cfr. Isabel de la Trinidad, Carmelita Descalza).
Actividades parroquiales
De lunes a sábado.. 19:30 h.
Domingos .............. 10:00—11:30 h
Rezo del Santo Rosario
De lunes a sábado .. 19:00 h.
Exposición del Santísimo
Jueves .................... 18:30—19:30 h.
Domingos .............. 10:30—11:30 h.
Confesiones
Media hora antes a cada Misa
Cuando alguien lo solicite
Despacho Parroquial
Martes, miércoles
y jueves ................ 18:00—19:00 h.
Atención los miércoles de 18 a 19 h. en los locales de Ciudad de Laval, 30.
Consejo de Pastoral
El lunes 22 a las 20:30 h. reunión del Consejo de Pastoral Parroquial.
Lectio Divina
Iniciación a la oración con la lectio divina, un camino para aprender a orar desde la palabra de Dios.
Quincenalmente los lunes después de la Santa Misa, a las 20:30 h.
Lunes próximo, día 29 de abril.
26 de abril: San Isidoro de Sevilla
(Cartagena, hacia 556 - Sevilla, 636) Obispo, teólogo y erudito de la España visigoda, elevado a la santidad por la Iglesia Católica. Se formó con lecturas de Agustín de Hipona y San Gregorio Magno; estudió en la escuela Catedralicia de Sevilla, donde aprendió latín, griego y hebreo. Al morir su hermano Leandro, arzobispo de Sevilla, lo sucedió en el gobierno de la diócesis, y su episcopado duró 37 años (599-636). Vivió en una época de transición entre la decadencia de la Edad Antigua y del mundo romano, y el nacimiento de la Edad Media y de las nuevas nacionalidades de influencias germanas. Isidoro de Sevilla fue un escritor muy prolífico y un infatigable compilador y recopilador. Compuso numerosos trabajos históricos y litúrgicos.
Su obra más conocida es Etimología (hacia 634), monumental enciclopedia que refleja la evolución del conocimiento desde la antigüedad pagana y cristiana hasta el siglo VII. Casi un siglo después de su muerte fue declarado Doctor de la Iglesia por el papa Inocencio XIII.
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