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Queridos hermanos:
“Como
vuestro Padre”. Así hemos de amar. “Como vuestro Padre”. “Como Jesús”. Este es
el punto de diferencia. El amor al enemigo. «A vosotros los que me escucháis os
digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a
los que os maldicen, orad por los que os calumnian.
¿Cómo es
posible amar a los enemigos?
En primer
lugar: MIRAR AL PADRE. Dice el Papa Francisco: «Jesús nos dice dos cosas:
primero, mirar al Padre. Nuestro Padre es Dios: hace salir el sol sobre malos y
buenos; hace llover sobre justos e injustos. Su amor es para todos. Y Jesús
concluye con este consejo: “Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre
celestial”». Por lo tanto, la indicación de Jesús consiste en imitar al Padre
en «la perfección del amor. Él perdona a sus enemigos. Hace todo por
perdonarles.” (Meditaciones matutinas. Martes 18 de junio de 2013).
En segundo
lugar: pedir al Señor ilumine nuestra vida para que descubramos que nosotros
somos enemigos de Jesús en tantas ocasiones de nuestra vida y Jesús nos ha amado
y el Padre nos ha esperado y el Espíritu santo nos ha perdonado setenta veces
siete.
En tercer
lugar: ORAR UNIDOS A JESÚS. Sin estar unidos a Jesús, como el sarmiento en
la Vid, no podemos dar este fruto. La mirada al Padre, la unión íntima con
Jesús, nos hace tener en nosotros la misma savia que corre por las venas de
Jesús, por las venas de los mártires y santos de toda la Historia de la Iglesia
que han sido perseguidos y humillados desde fuera o desde dentro de la Iglesia.
En cuarto
lugar: ORAR POR LOS ENEMIGOS.
Y otra cosa que podemos hacer para vivir en este amor es orar. “Jesús nos dice:
rezad, rezad por vuestros enemigos». La oración hace milagros; y esto vale no
sólo cuando tenemos enemigos; sino también cuando percibimos alguna antipatía,
«alguna pequeña enemistad.” (Idem).
En quinto
lugar: imitar a tantos hermanos nuestros que han pasado por la gran tribulación
y han blanqueado sus vestiduras en la sangre del cordero. «Pensemos en el
siglo pasado, los pobres cristianos rusos que por el simple hecho de ser
cristianos eran mandados a Siberia a morir de frío… «Pensemos en Auschwitz y en
otros campos de concentración: ellos debían rezar por ese dictador que quería
la raza pura y mataba sin escrúpulo y rezar para que Dios les bendijera, ¡a
todos estos! Y muchos lo hicieron». De ahí la invitación que sacude las
conciencias: «Rezar por aquel que está a punto de matarte, que busca matarte,
destruirte...». (Francisco. Meditaciones matutinas. Martes 19 de
junio de 2018).
Pidamos esta
gracia para ser en verdad hijos de Dios Padre.
Jesús, vuestro párroco
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 6, 27-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian.
Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien solo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo.
Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.
Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos.
Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».
1825 Cristo murió por amor a nosotros cuando éramos todavía enemigos (cf Rm 5,10). El Señor nos pide que amemos como él hasta nuestros enemigos (cf Mt 5,44), que nos hagamos prójimos del más lejano (cf Lc 10,27-37), que amemos a los niños (cf Mc 9,37) y a los pobres como a él mismo (cf Mt 25,40.45).
1932 El deber de hacerse prójimo de otro y de servirle activamente se hace más acuciante todavía cuando éste está más necesitado en cualquier sector de la vida humana. "Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis" (Mt 25,40).
1933 Este deber se extiende a los que no piensan ni actúan como nosotros. La enseñanza de Cristo exige incluso el perdón de las ofensas. Extiende el mandamiento del amor que es el de la nueva ley a todos los enemigos (cf Mt 5,43-44). La liberación en el espíritu del evangelio es incompatible con el odio al enemigo en cuanto persona, pero no con el odio al mal que hace en cuanto enemigo.
2262 En el Sermón de la Montaña, el Señor recuerda el precepto: "No matarás" (Mt 5,21), y añade el rechazo absoluto de la ira, del odio y de la venganza. Más aún, Cristo exige a sus discípulos presentar la otra mejilla (cf Mt 5,22-39), amar a los enemigos (cf Mt 5,44). El mismo no se defendió y dijo a Pedro que guardase la espada en la vaina (cf Mt 26,52).
EL EVANGELIO COMENTADO POR EL PAPA
Amar a nuestros enemigos, a quienes nos persiguen y nos hacen sufrir, es difícil; ni siquiera es un «buen negocio». Sin embargo es el camino indicado y recorrido por Jesús para nuestra salvación. (…) «También nosotros, todos nosotros, tenemos enemigos, todos. Algunos enemigos débiles, algunos fuertes. También nosotros muchas veces nos convertimos en enemigos de otros; no les queremos. Jesús nos dice que debemos amar a los enemigos».
«Jesús nos dice dos cosas: primero, mirar al Padre. Nuestro Padre es Dios: hace salir el sol sobre malos y buenos; hace llover sobre justos e injustos. Su amor es para todos. Y Jesús concluye con este consejo: “Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial”». Por lo tanto, la indicación de Jesús consiste en imitar al Padre en «la perfección del amor. Él perdona a sus enemigos. Hace todo por perdonarles. Pensemos en la ternura con la que Jesús recibe a Judas en el huerto de los Olivos», cuando entre los discípulos se pensaba en la venganza.
«Jesús nos pide amar a los enemigos. ¿Cómo se puede hacer? Jesús nos dice: rezad, rezad por vuestros enemigos». La oración hace milagros; y esto vale no sólo cuando tenemos enemigos; sino también cuando percibimos alguna antipatía, «alguna pequeña enemistad».
Es cierto: «el amor a los enemigos nos empobrece, nos hace pobres, como Jesús, quien, cuando vino, se abajó hasta hacerse pobre». Tal vez no es un «buen negocio», o al menos no lo es según la lógica del mundo. Sin embargo «es el camino que recorrió Dios, el camino que recorrió Jesús» hasta conquistarnos la gracia que nos ha hecho ricos. (Francisco. Meditaciones matutinas. Martes 18 de junio de 2013).
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El siglo pasado, ¿cuántos cristianos, enviados a los gulag rusos o a los campos de concentración nazis rezaron por quien quería asesinarlos? «Muchos lo hicieron». Y se trata de ejemplos muy altos que tocan las conciencias de cada uno, porque llegar a «amar» a los propios enemigos, a quien quiere destruirte es, de todos modos, «difícil de entender»: solamente «la palabra de Jesús» puede explicarlo.
«Cuando, esta mañana rezaba sobre este texto, no encontraba el camino para hacer la prédica. Y pensé: “Pero Jesús tiene ideas que nosotros no podemos entender y no podemos recibir”».
El Papa intentó así descifrar el razonamiento que, humanamente, sería espontáneo e inmediato llevar adelante: «Es cierto, nosotros debemos perdonar a los enemigos: esto lo entendemos, el perdón, porque lo decimos todo los días en el Padre Nuestro; pedimos perdón como nosotros perdonamos: es una condición... Y nosotros perdonamos también para ser perdonados». Es una condición «no fácil» sino, incluso «con un poco de dificultad», practicable: «tragamos el orgullo y avanzamos».
Una fatiga que consideramos poder afrontar incluso considerando el paso sucesivo: «rezar por los demás: rezar por aquellos que nos dan dificultad, que tienen un modo de ser agresivo en familia. Y rezar por aquellos que nos ponen a prueba: también esto es difícil, pero lo hacemos. O al menos, muchas veces conseguimos hacerlo». Pero es el nivel superior el que parece incomprensible: «rezar por aquellos que quieren destruirme, los enemigos, para que Dios los bendiga: esto es verdaderamente difícil de entender».
Difícil, pero no imposible: «Pensemos en el siglo pasado, los pobres cristianos rusos que por el simple hecho de ser cristianos eran mandados a Siberia a morir de frío: y ¿ellos debían rezar por el gobernante verdugo que los mandaba allí? ¿Por qué? Y muchos lo hicieron: rezaron». Y de nuevo: «Pensemos en Auschwitz y en otros campos de concentración: ellos debían rezar por ese dictador que quería la raza pura y mataba sin escrúpulo y rezar para que Dios les bendijera, ¡a todos estos! Y muchos lo hicieron». De ahí la invitación que sacude las conciencias: «Rezar por aquel que está a punto de matarte, que busca matarte, destruirte...».
«Hay dos oraciones que nos hacen entrar en esta lógica difícil de Jesús: la oración de Jesús por aquellos que lo mataban —“perdónales, padre”— y también los justifica: “No saben lo que hacen”. Perdón: pide perdón para ellos». Después está Esteban (Hch 7, 60) que «hace lo mismo en el momento del martirio: “Perdónales”». (…) Y después de esto, otro consejo: «Nos hará bien, hoy, pensar en un enemigo —creo que todos nosotros tenemos alguno— uno que nos ha hecho mal o que nos quiere hacer mal o que intenta hacer el mal». Después de ello, «recemos por él. Pidamos al Señor que nos dé la gracia de amarlo». Porque si «la oración “mafiosa” es: “Me las pagarás”», la oración cristiana es: «Señor, dales tu bendición y enséñame a amarlo». (Francisco. Meditaciones matutinas. Martes 19 de junio de 2018).
Señor Jesús, que nos amaste cuando éramos tus enemigos, que pediste al Padre en la cruz: “Perdónales, porque no saben lo que hacen”, concédenos la conversión del corazón para acoger tu amor, el Espíritu Santo, que perdone nuestros pecados y nos mueva a amar a nuestros enemigos, a hacer el bien a los que nos odian, a bendecir a los que nos maldicen, a orar por los que nos calumnian, a amar más al prójimo que nuestra fama o que la ofensa que nos haga, a amar más al prójimo que nuestros bienes, a amar más al prójimo que nuestro tiempo, a ser misericordiosos, a no juzgar, a no condenar, a perdonar, a dar, como tu Padre, como tú.
MEMORIA DE CÁRITAS PARROQUIAL
El Equipo de Cáritas parroquial está formado por 18 voluntarios, 9 hombres y 9 mujeres, 8 de ellos tienen más de 66 años. Tres de ellos incorporados este mismo curso 2018-2019.
A lo largo del año 2018 Cáritas de la parroquia de San Francisco de Borja atendió 32 familias, de las cuales 12 eran extranjeras, siendo los beneficiarios totales de la atención de Cáritas parroquial 81 personas, de ellas 28 menores de edad. 13 de estas personas atendidas habían venido por vez primera a Cáritas parroquial.
40 de esas personas eran menores de 30 años. Es decir, la mitad.
Las necesidades más demandadas son alimentación, gastos sanitarios, facilitación de empleo, ropa y calzado, así como ayudas para la vivienda, alquileres, suministros.
Entre las personas atendidas hay inmigrantes en situación irregular, personas que viven solas, parejas jóvenes con hijos, ancianos que han acogido a sus hijos y requieren una ayuda extra, personas con viviendas precarias y mujeres solas con hijos.
A lo largo del año 2018 se han recaudado 240 € por cuotas de socios, 2.189,47 € en concepto de Colectas mensuales del Segundo Domingo, 682,03 € de la colecta del Día de Caridad que fue destinada a Caritas Diocesana, 562,33 € de la colecta de Jueves Santo que fue destinada a Caritas interparroquial que este año está celebrando su 50 aniversario desde su fundación, 1.593,53 € en donativos diversos y unos 550 € en especie, en alimentos no perecederos, recogidos en las diversas campañas del bote o del kilo que organiza Cáritas parroquial a lo largo del año.
Estos ingresos han servido para ayudar en las necesidades antes expuestas con una cantidad de 5.596,51 €.
Agradecer a tantas personas su humilde colaboración. Animar a seguir esta noble tarea en el servicio de la caridad a los más necesitados. Pueden ayudarnos la palabras del papa Francisco a animar a colaborar sin miedo ofreciendo dinero, alimentos, o tiempo en la atención a los necesitados:
“Quien de verdad quiera dar gloria a Dios con su vida, quien realmente anhele santificarse para que su existencia glorifique al Santo, está llamado a obsesionarse, desgastarse y cansarse intentando vivir las obras de misericordia. Es lo que había comprendido muy bien santa Teresa de Calcuta: «Sí, tengo muchas debilidades humanas, muchas miserias humanas. […] Pero él baja y nos usa, a usted y a mí, para ser su amor y su compasión en el mundo, a pesar de nuestros pecados, a pesar de nuestras miserias y defectos. Él depende de nosotros para amar al mundo y demostrarle lo mucho que lo ama. Si nos ocupamos demasiado de nosotros mismos, no nos quedará tiempo para los demás»” (Francisco. Gaudete et Exultate 107).
- El Equipo de Pastoral de la Salud se reunirá el lunes 25 de febrero a las 10.15 h.
- Catequesis para jóvenes y adultos: Martes y jueves a las 8.30 noche, entrando en los locales nuevos por la calle Ciudad de Laval 30.
- Curso de formación sobre el despertar religioso: PARA PADRES, PROFESORES, CATEQUISTAS. Lunes 25 de febrero a las 20.15 h. en los locales nuevos de la parroquia de san Francisco de Borja de Gandía.
- El sábado 23 de febrero en la misa de 18.00 h. se hará la entrega de las Bienaventuranzas a los niños de segundo de Jesús es el Señor.
- Ya tiene a su disposición en la sacristía o el despacho el segundo número de la Revista “Callejeros de la Fe”.
Del 25 de febrero al 3 de marzo de 2019
Lunes 25. 19.30 h.: Sin intención.
Martes 26. 19.30 h.: Sin intención.
Miércoles 27. 19.30 h.: Sin intención.
Jueves 28. 19.30 h.: En sufragio de: Luis Borrull.
Viernes 1. 19.30 h.: En sufragio de: Rosendo Roche.
Sábado 2. Por la tarde: DOMINGO OCTAVO DEL TIEMPO ORDINARIO.
18.00 h.: Con niños. Sin intención.
19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Ferrer-Puig; Dif. Fam. Vidal –Escrivá.
21.00 h.: En sufragio de: Alberto Belda Serra.
Domingo 3. DOMINGO OCTAVO DEL TIEMPO ORDINARIO.
10.00 h.: Sin intención.
11.30 h.: Pro Pópulo.
- 19.30 h.: Sin intención.
A lo largo del año, en todas las misas, se reza por todos los difuntos. Algunas celebraciones incluyen una intención particular por algún difunto o por alguna necesidad. En muchas de las ocasiones se acompaña de una ofrenda para el sacerdote llamada estipendio. Les invitamos a solicitar en el despacho la celebración de intenciones particulares o misas en sufragio.
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