25 de noviembre de 2016

Domingo 27 de noviembre de 2016. 1 ADV A

HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com


Domingo 27 de Noviembre de 2016

               Queridos hermanos:
El Señor viene. No sabemos cuando vendrá. Por ello el tiempo de Adviento es una llamada a la vigilancia. El evangelio de este domingo hace una llamada a estar preparado, como lo estaríamos ante determinadas venidas: el diluvio, en el día a día de la vida ordinaria (el ejemplo de estar en el campo o moliendo) o la visita de un ladrón.
La imagen del diluvio en tiempos de Noé es estremecedora. Pues no se dieron cuenta del tiempo que vivían. Seguían haciendo lo mismo: “la gente comía y bebía y se casaba”. Todo como si no fuera a pasar nada. ¿Es que no se dieron cuenta de la construcción del arca?
En la vida ordinaria, en el trabajo de cada día, ocurre lo mismo. Pone Jesús ejemplos del trabajo. Dos hombres en el campo. Dos mujeres moliendo. Un trabajo sin vigilancia. El Señor puede venir en cualquier momento.
La última imagen, la del ladrón, es muy sugerente. Por un lado, dice Jesús que nuestra vigilancia ha de ser para evitar que el ladrón abra un boquete y robe. Por otro lado, Jesús se coloca como ese ladrón que puede llegar en cualquier hora.
Santa Teresa del Niño Jesús, en el mes de junio de 1997, tres meses antes de su muerte, habla del Señor como un ladrón al que espera. Curiosa imagen. En el cuaderno amarillo, que recoge sus últimas conversaciones, redactadas por la Madre Inés, dice así: “Se dice en el Evangelio que Dios vendrá como un ladrón. A mí vendrá a robarme con gran delicadeza. ¡Cómo me gustaría ayudar al Ladrón!” (9 de junio. 9.6.1). Y un poco más adelante dice: “No tengo miedo al Ladrón... Lo veo a lo lejos y me guardo muy bien de gritar: ¡Al ladrón! Al contrario, lo llamo diciéndole: ¡Por aquí, por aquí!” (9 de junio. 9.6.4)
No es muy común hablar de Jesús como el Buen Ladrón. Es más fácil decirle Buen Samaritano, Buen Pastor. ¿Pero llamarle ladrón? Hasta en veinte ocasiones usa Santa Teresita esta imagen. Ya le habían dicho que la enfermedad que sufría era grave. Ya hacía un año que había sufrido hemoptisis, vómitos de sangre. Ve cercana su muerte. Así decía en mayo de ese año: “No es «la muerte» quien vendrá a buscarme, será Dios. La muerte no es un fantasma ni un espectro horrible, como se la representa en las estampas. En el catecismo se dice que la «la muerte es la separación del alma y el cuerpo», ¡no es más que eso!”. (1 mayo. 1.5.1).
Podemos vivir la vida distraídos. Y entender la muerte, de un ser querido o la propia, como un robo. ¡Al ladrón! ¿Pero acaso no le pertenecemos? ¿No sería mejor nuestra actitud la del que le dice: ¡Ven! ¡Por aquí, por aquí!? Aprendiendo de Santa Teresita abrámosle un boquete. Ayudemos al Buen Ladrón para que entre en la casa, su casa, como su Dueño y Señor.
Jesús, vuestro párroco
Lectura del santo evangelio según san Mateo        24, 37-44

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre:
Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»
Palabra del Señor.
DEJÉMONOS ENCONTRAR POR JESÚS
“Dejémonos encontrar por Jesús «con la guardia baja, abiertos», para que Él pueda renovarnos desde lo profundo de nuestra alma. (…)
El camino que comenzamos en estos días, exhortó, es «un nuevo camino de Iglesia, un camino del pueblo de Dios, hacia la Navidad. Y caminamos al encuentro del Señor». La Navidad es, en efecto, un encuentro: no sólo «una celebración temporal o bien —indicó el Pontífice— un recuerdo de algo bonito. La Navidad es algo más. Nosotros vamos por este camino para encontrar al Señor». Por lo tanto, en el período de Adviento «caminamos para encontrarlo. Encontrarlo con el corazón, con la vida; encontrarlo vivo, como Él es; encontrarlo con fe». (…)  Cuando sólo nos limitamos a encontrar al Señor, subrayó, «somos nosotros —pero esto digámoslo entre comillas— los “dueños” de este encuentro». Cuando, en cambio, «nos dejamos encontrar por Él, es Él quien entra dentro de nosotros» y nos renueva completamente. «Esto es lo que significa que venga Cristo: rehacer todo de nuevo, rehacer el corazón, el alma, la vida, la esperanza, el camino».
En este período del año litúrgico, por lo tanto, estamos en camino para encontrar al Señor, pero también y sobre todo «para dejarnos encontrar por Él». Y debemos hacerlo con corazón abierto, «para que Él me encuentre, me diga lo que quiere decirme, que no es siempre lo que quiero que Él me diga». No olvidemos entonces que «Él es el Señor y me dirá lo que tiene para mí», para cada uno de nosotros, porque «el Señor no nos mira en conjunto, como a una masa: ¡no, no! Él nos mira uno por uno, a la cara, a los ojos, porque el amor no es un amor abstracto, sino un amor concreto. Persona por persona. El Señor, persona, me mira a mí, persona». He aquí por qué dejarnos encontrar por el Señor significa, en definitiva, «dejarse amar por el Señor».
(…) al inicio de la misa hemos pedido la gracia de hacer este camino con algunas actitudes que nos ayuden. La perseverancia en la oración: rezar más. La laboriosidad en la caridad fraterna: acercarnos un poco más a quienes tienen necesidad. Y la alegría en la alabanza al Señor». Por lo tanto, «comenzamos este camino con la oración, la caridad y la alabanza, a corazón abierto, para que el Señor nos encuentre». Pero «por favor, que nos encuentre con la guardia baja, abiertos». (Francisco. Lunes 2 de diciembre de 2013)
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“Hoy, hermanos, celebramos el comienzo del Adviento. Este apelativo, como el de casi todas las solemnidades, es familiar y conocido en todos los lugares. Sin embargo, no siempre se capta su sentido, pues los desgraciados hijos de Adán se despreocupan de los auténticos y saludables compromisos y van a la zaga de lo caduco y transitorio. ¿A quiénes se parecen los hombres de esta generación? ¿Con quiénes los compararemos, viendo que son incapaces de arrancarse de los consuelos terrenos y sensibles? Se parecen a los náufragos que zozobran en el mar. Fíjate cómo se agarran a lo poco que tienen. No sueltan por nada del mundo lo primero que llega a sus manos, sea lo que sea, aunque no sirva para nada. Son como raíces de grama o algo por el estilo. Si alguien se acerca a ellos para ayudarles, lo atenazan de tal modo que no pueden ni ofrecerles sus auxilios sin menoscabo de su salvación. Así se anegan en este inmenso mar; y perecen, miserables, afanándose en lo caduco y relegando los apoyos firmes, únicos remedios para salir a flote y salvarse. Se dice a propósito de la verdad, no de la vanidad: La conoceréis y os librará. Hermanos, a vosotros, como a los niños, Dios revela lo que ha ocultado a sabios y entendidos: los auténticos caminos de la salvación. Recapacitad en ellos con suma atención. Enfrascaos en el sentido de este adviento. Y, sobre todo, fijaos quién es el que viene, de dónde viene y a dónde viene; para qué, cuándo y por dónde viene. Tal curiosidad es encomiable y sana. La Iglesia universal no celebraría con tanta devoción este Adviento si no contuviera algún gran misterio.” (San Bernardo. Sermón I sobre el Adviento) 
El glorioso advenimiento de Cristo,
esperanza de Israel

673           Desde la Ascensión, el advenimiento de Cristo en la gloria es inminente (cf Ap 22, 20) aun cuando a nosotros no nos "toca conocer el tiempo y el momento que ha fijado el Padre con su autoridad" (Hch 1, 7; cf. Mc 13, 32). Este advenimiento escatológico se puede cumplir en cualquier momento (cf. Mt 24, 44: 1 Te 5, 2), aunque tal acontecimiento y la prueba final que le ha de preceder estén "retenidos" en las manos de Dios (cf. 2 Te 2, 3-12).

674           La Venida del Mesías glorioso, en un momento determinad o de la historia se vincula al reconocimiento del Mesías por "todo Israel" (Rm 11, 26; Mt 23, 39) del que "una parte está endurecida" (Rm 11, 25) en "la incredulidad" respecto a Jesús (Rm 11, 20). (...)  La entrada de "la plenitud de los judíos" (Rm 11, 12) en la salvación  mesiánica, a continuación de "la plenitud de los gentiles (Rm 11, 25; cf. Lc 21, 24), hará al Pueblo de Dios "llegar a la plenitud de Cristo" (Ef 4, 13) en la cual "Dios será todo en nosotros" (1 Co 15, 28).
La última prueba de la Iglesia

675  Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes (cf. Lc 18, 8; Mt 24, 12). La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra (cf. Lc 21, 12; Jn 15, 19-20) desvelará el "Misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne (cf. 2 Te 2, 4-12; 1Te 5, 2-3;2 Jn 7; 1  Jn 2, 18.22).

676  Esta impostura del Anticristo aparece esbozada ya en el mundo cada vez que se pretende llevar a cabo la esperanza mesiánica en la historia.

677  La Iglesia sólo entrará en la gloria del Reino a través de esta última Pascua en la que seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección (cf. Ap 19, 1-9). El Reino no se realizará, por tanto, mediante un triunfo histórico de la Iglesia (cf. Ap 13, 8) en forma de un proceso creciente, sino por una victoria de Dios sobre el último desencadenamiento del mal (cf. Ap 20, 7-10) que hará descender desde el Cielo a su Esposa (cf. Ap 21, 2-4). El triunfo de Dios sobre la rebelión del mal tomará la forma de Juicio final (cf. Ap 20, 12) después de la última sacudida cósmica de este mundo que pasa (cf. 2 P 3, 12-13).
Señor, Jesús, al comenzar este tiempo de Adviento, ponemos en ti nuestra confianza.

Despiértanos de nuestras perezas e indiferencias, de nuestra vida quejumbrosa y nuestras pasividades, no nos dejes ceder al espíritu mundano. Concédenos tus dones y consérvalos en nosotros.
Concédenos perseverar y preservar los dones que el Espíritu Santo nos ha dado, la vida nueva en el Espíritu que Tú nos das. Custodia en nosotros esta «savia» saludable de nuestra vida, de forma que todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, se conserve irreprensible e intachable. Porque somos débiles, nuestra naturaleza humana es frágil y tus dones de Dios están en vasijas de barro.
Ayúdanos a perseverar hasta el final, hasta el encuentro definitivo contigo. Pues tú eres fiel. Haznos fuertes en nuestra debilidad. Una debilidad que confía en Ti, nuestra Esperanza.
ORACIÓN COMUNITARIA
- Oración de la mañana: De lunes a viernes, a las 6.30 de la mañana y a las 9.30 de la mañana con Exposición del Santísimo Sacramento.
CELEBRACIÓN DEL PERDÓN
- Horario confesiones durante el tiempo de Adviento: Media hora antes de las misas.
- Celebración comunitaria del Perdón: la semana antes de la Navidad.
LIMOSNA PENITENCIAL
Durante el tiempo de adviento las limosnas y donativos penitenciales (fruto de la conversión y el Sacramento del Perdón), irán destinadas a Cáritas parroquial.

CAMPAÑA DEL BOTE O DEL KILO
En todas las misas del tiempo de Adviento, antes o después de la misa, se podrán ofrecer botes o kilos de alimentos no perecederos para el Economato Interparroquial
que serán depositados en una cesta en el templo.

Colecta del segundo domingo de mes
Será el 10-11 de diciembre. Prepare una buena aportación para los más necesitados.

BIENHECHORES DE CARIDAD
Aportación de una pequeña cantidad mensual (5 €) en suscripción bancaria a la cuenta de Bankia:
2038-6230-71-6000004245
El lunes 8 de diciembre es la Solemnidad de la Inmaculada Concepción. Para celebrar dignamente esta gran fiesta os invitamos a participar en estos dos actos:
- El jueves 8 de diciembre a las 5 de la tarde tendrá lugar una procesión por las calles del barrio Al finalizar la procesión realizaremos una pequeña oración a la Virgen María y una merienda. 
- El miércoles 7 de diciembre a las 21.00 h. se realizará la Vigilia arciprestal de la Inmaculada con jóvenes.
GASTOS RESTAURACIÓN VIVIENDA PARROQUIAL
5.623,32 €
Donativo de 70,90 €:
Se recaudaron:  1.145,90 €
Falta pagar:     4.477,42 €
Donativos en BANKIA (Paseo Germanías 82)
2038-6230-75-3000420970

1. El lunes 28 de noviembre a las 20.30 h. se reunirá el grupo de oración para rezar Vísperas. A la misma hora se reunirá la comisión arciprestal de catequistas en los locales nuevos.
2. El jueves 1 de diciembre (primer jueves de mes) en la Capilla de la Comunión habrá Adoración Eucarística después de la misa de 19.30 h.
3. El 2 de diciembre será la visita ordinaria de enfermos. A las 6 de la tarde habrá celebración del Perdón con los niños de Anatolé. Y comenzará la convivencia de los jóvenes que se confirman el próximo 11 de diciembre. Estos jóvenes serán presentados en la parroquia el próximo domingo 4 de diciembre en la misa de 11.30 h.
4. EXCURSIÓN CON LAS FAMILIAS. El martes 6 de diciembre tendrá lugar la excursión de los niños de la catequesis, de Anatolé y de sus padres y los que lo deseen al Santuario de la Virgen de Agres.
Del 28 de noviembre al 4 de diciembre de 2016
Lunes 28.  19.30 h.: Sin intención. 
Martes 29. 19.30 h.: En sufragio de: Rosendo Roche; Alberta Martínez Pocoví. 
Miércoles 30. Fiesta de San Andrés, apóstol. 19.30 h.: En sufragio de: Víctor Ferragut. 
Jueves 1. 19.30 h.: En sufragio de: Petra Martínez e Isabel Terrades. 
Viernes 2. 19.30 h.: En sufragio de: Dif. Fam. Ferrer-Puig. 
Sábado 3. Por la mañana: San Francisco Javier, pbro. Por la tarde: Segundo Domingo de Adviento. 18.00 h.: Con niños. Sin intención. 19.30 h.: Sin intención. 21.00 h.: En sufragio de: Sagrario Domenech. 
Domingo 4. Segundo Domingo de Adviento. 10.00 h.: Sin intención. 11.30 h.: Pro Pópulo. 19.30 h.: Sin intención.
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