HOJA
PARROQUIAL
Parroquia de Sant Francesc de Borja
Email de la parroquia: sfb500@gmail.com
Domingo 19 de enero de 2013.
Queridos hermanos:
En este ciclo C, al escuchar el Evangelio de las bodas de Caná, celebramos la tercera de las Fiestas de la Epifanía: la primera Epifanía es el nacimiento del Salvador, que alumbra a Israel en los pastores, presentado ante todos los pueblos, en los tres reyes que acuden a adorarlo. La segunda es el Bautismo del Señor que celebrábamos la semana pasada, con la invitación a adentrarnos en las aguas del bautismo. Las tres celebraciones vistas en su conjunto, nos hace ver que la Epifanía es, en realidad, un misterio nupcial. Los Magos de Oriente llevan los regalos a la boda. En el bautismo del Señor, Juan, amigo del novio, prepara a la esposa con un bautismo de conversión y el Padre, presenta al esposo ante todos los pueblos: “Tú eres mi Hijo”. Y en las Bodas de Caná, por intercesión de María, comienza sus signos y manifiesta su gloria. En una boda. Tienen también en común estos evangelios que el evangelio manifestado es siempre acogido por los pobres, pequeños y humildes, como dice el Catecismo: “los humildes son siempre los primeros en recibirle: los pastores, los magos, Simeón y Ana, los esposos de Caná y los primeros discípulos” (725).
La conjunción de estas tres fiestas es vista con claridad por la liturgia. Por ejemplo, en la Solemnidad de la Epifanía, la antífona del Benedictus de Laudes dice así: “Hoy la Iglesia se ha unido a su celestial Esposo, porque, en el Jordán, Cristo ha lavado los pecados de ella, los magos acuden con regalos a las bodas del Rey y los invitados se alegran por el agua convertida en vino”. Y en las II Vísperas, en la antífona del Magnificat, dice así: “Veneramos este día santo, honrado con tres prodigios: hoy la estrella condujo a los magos al pesebre; hoy el agua se convirtió en vino en las bodas de Caná; hoy Cristo fue bautizado por Juan en el Jordán, para salvarnos”.
Ciertamente en una boda hay regalos. Los que la novia ofrece a su novio: la confesión de fe que actúa por la caridad: Tu eres Dios, Rey, Sumo Sacerdote, que darás tu vida por nosotros: oro, incienso y mirra. Y los que el novio da a la novia: el Espíritu Santo y la sobreabundancia de carismas para el bien de la Iglesia y de la sociedad, (véase 2ª lectura de este domingo, la misma que se lee en Pentecostés), en el excesivo vino nuevo para una fiesta privada: en torno a 600 litros de vino.
Os invitamos a ir a la 'escuela' de María para leer a Cristo, nuestro esposo, para penetrar sus secretos, para entender su mensaje. Ella nos consigue abundantes dones del Espíritu Santo y nos propone la «peregrinación de la fe», que nos adentra en la intimidad con su Hijo, que ella recorrió primero. (cf. Bto. Juan Pablo II. Carta sobre el rosario 14)
Jesús, vuestro párroco
+ Lectura del santo evangelio según san Juan 2, 1-11
En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: — «No les queda vino.» Jesús le contestó: — «Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora.» Su madre dijo a los sirvientes: — «Haced lo que él diga.»
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dijo: — «Llenad las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba. Entonces les mandó: — «Sacad ahora y llevádselo al mayordomo.» Ellos se lo llevaron.
El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes silo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: — «Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora.» Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él.
Palabra del Señor
Misión de María
721 María, la Santísima Madre de Dios, la siempre Virgen, es la obra maestra de la Misión del Hijo y del Espíritu Santo en la Plenitud de los tiempos. (…) En ella comienzan a manifestarse las "maravillas de Dios", que el Espíritu va a realizar en Cristo y en la Iglesia.
722 El Espíritu Santo preparó a María con su gracia .
725 Por medio de María, el Espíritu Santo comienza a poner en Comunión con Cristo a los hombres "objeto del amor benevolente de Dios" (cf. Lc 2, 14), y los humildes son siempre los primeros en recibirle: los pastores, los magos, Simeón y Ana, los esposos de Caná y los primeros discípulos.
726 Al término de esta Misión del Espíritu, María se convierte en la "Mujer", nueva Eva "madre de los vivientes", Madre del "Cristo total" (cf. Jn 19, 25-27).
2618 El Evangelio nos revela cómo María ora e intercede en la fe: en Caná (cf Jn 2, 1-12) la madre de Jesús ruega a su hijo por las necesidades de un banquete de bodas, signo de otro banquete, el de las bodas del Cordero que da su Cuerpo y su Sangre a petición de la Iglesia, su Esposa.
Las Bodas de Caná y la Eucaristía
1335 Los milagros de la multiplicación de los panes, cuando el Señor dijo la bendición, partió y distribuyó los panes por medio de sus discípulos para alimentar la multitud, prefiguran la sobreabundancia de este único pan de su Eucaristía (cf. Mt 14,13-21; 15, 32-29). El signo del agua convertida en vino en Caná (cf Jn 2,11) anuncia ya la Hora de la glorificación de Jesús. Manifiesta el cumplimiento del banquete de las bodas en el Reino del Padre, donde los fieles beberán el vino nuevo (cf Mc 14,25) convertido en Sangre de Cristo.
Las Bodas de Caná y el matrimonio
1613 En el umbral de su vida pública, Jesús realiza su primer signo -a petición de su Madre- con ocasión de un banquete de boda (cf Jn 2,1-11). La Iglesia concede una gran importancia a la presencia de Jesús en las bodas de Caná. Ve en ella la confirmación de la bondad del matrimonio y el anuncio de que en adelante el matrimonio será un signo eficaz de la presencia de Cristo.
“Había allí colocadas seis tinajas de piedra, de unos cien litros cada una”
“Según los datos que nos da el evangelista, quedaron convertidos en vino de 480 a 700 litros de agua, cosa increible en una fiesta privada. (…) La sobreabundancia es el signo peculiar de Dios en la creación, porque, como decían los Padres, Dios “da sin medida”. La sobreabundancia es también el auténtico fundamento y la forma de la historia de la salvación que, a fin de cuentas, no es sino el acontecimiento sensacional por el que Dios, en su liberalidad incomprensible, no sólo da el universo, sino que se da a sí mismo para salvar esa mota de polvo que es el hombre. Digámoslo una vez más: la sobreabundancia es la mejor definición de la historia de la salvación”. (Joseph Ratzinger. Introducción al cristianismo)
Todavía no ha llegado mi hora
“Jesús dice a María, su madre, que todavía no le ha llegado su «hora». Eso significa, en primer lugar, que Él no actúa ni decide simplemente por iniciativa suya, sino en consonancia con la voluntad del Padre, siempre a partir del designio del Padre. De modo más preciso, la «hora» (...) comienza en el momento de la cruz y tiene su exacta localización histórica: cuando los corderos de la Pascua son sacrificados, Jesús derrama su sangre como el verdadero Cordero. (...) Cuando en aquel instante Jesús habla a María de su hora, está relacionando precisamente ese momento con el del misterio de la cruz concebido como su glorificación. Esa hora no había llegado todavía. (...) El milagro de Caná se caracteriza como una anticipación de la hora y está interiormente relacionado con ella. ¿Cómo podríamos olvidar que este conmovedor misterio de la anticipación de la hora se sigue produciendo todavía? Así como Jesús, ante el ruego de su madre, anticipa simbólicamente su hora y, al mismo tiempo, se remite a ella, lo mismo ocurre siempre de nuevo en la Eucaristía: ante la oración de la Iglesia, el Señor anticipa en ella su segunda venida, viene ya, celebra ahora la boda con nosotros, nos hace salir de nuestro tiempo lanzándonos hacia aquella «hora». De esta manera comenzamos a entender lo sucedido en Caná. (Benedicto XVI. Jesús de Nazaret).
“No tienen vino” . La intercesión de María.
“No tienen vino” (Jn 2,3). Esta frase expresa el juicio de María sobre la situación de los esposos de Caná. Es la mirada atenta de una Madre que sabe ver más allá de las apariencias festivas y descubrir la verdadera necesidad que tenía ese matrimonio. Cuando falta la alegría verdadera, surge el desconcierto. El momento de la prueba, aunque sea entrevisto antes, no se entiende en verdad hasta que se vive. (…) Reconocer la realidad en sus defectos, es el modo de sanar la situación. No sirve para nada tapar la enfermedad si sigue creciendo. Pero, como en el caso de María, nuestra mirada cristiana es un juicio con esperanza. La esperanza nace de la presencia de María y de Jesucristo en esa boda. En el hecho de que es el mismo Jesucristo el Esposo que quiere hacerse presente por medio de su “hora” (cfr. Jn 2,4) a la humanidad, que quiere llenar con su presencia todos los hogares cristianos. La esperanza nace también de la oración. La Madre intercede ante su Hijo para que socorra la penuria de los esposos de Caná y de todos los matrimonios y las familias. A esa oración de misericordia se une la voz de la Iglesia”. (Conferencia Episcopal Española. La familia, santuario de la vida y esperanza de la sociedad 27.IV.2001. nºs 179-181).
Santísima Virgen María, que en los esposos de Caná has advertido la carencia de nuestra vida, mostrando tu solicitud por todos los hombres, yendo a su encuentro en todas sus necesidades; Mediadora de todas las gracias, que has hablado de nosotros a Jesús “no les queda vino”, procurando anticipar en tu Hijo la hora de la efusión sobreabundante de la gracia; Madre de Dios, discípula de tu hijo, que te has fiado totalmente de Él, contribuyendo al comienzo de sus señales que revelan que es el Mesías; Madre de la Iglesia, que con ojos de esperanza has intervenido guiada por la gracia proponiendo el remedio, que es tu Hijo; Generosa colaboradora del Redentor, que has sido puesta por Dios entre tu Hijo y nosotros como intercesora, enséñanos a amar a tu Hijo como tú y a servir a los demás, como tú; María, que te presentas como portavoz de tu hijo diciendo a los criados: “Haced lo que Él os diga”, orienta nuestra vida hacia tu Hijo, fuente del amor renovado, impúlsanos a ser siervos humildes que hacen sólo lo que Jesús le dice de tal forma que Jesús obre maravillas, surja el vino nuevo del amor, y crezca la fe de los discípulos de Jesús que le siguen en la peregrinación de la intimidad con tu Hijo, que tú recorriste primero. (Oración inspirada en la encíclica Redemptoris Mater del Bto. Juan Pablo II nº 21 y la instrucción de la Conferencia Episcopal Española La familia, santuario de la vida y esperanza de la sociedad. nºs 179-181).
“Los que por la fe y el Bautismo pertenecen a Cristo deben confesar su fe bautismal delante de los hombres (cf. Mt 10,32; Rom 10,9)”, dice el Catecismo nº 14. Por ello os proponemos, a partir del domingo que viene, confesar la fe en las misas.
¿Cómo hacerlo? Muy sencillo:
- Primero decídete a presentarte voluntario. “Que nadie se vuelva perezoso en la fe”, nos dice el Papa. (Porta Fidei 15).
- Luego elige una misa de un fin de semana de los turnos que están en la sacristía.
- Contesta por escrito de forma sencilla y sin pasar de un folio, las cuatro preguntas que están al final de este escrito. Si quieres, los sacerdotes de la parroquia te podemos ayudar.
- Invita a todos tus familiares y amigos a asistir ese día a la misa en que darás testimonio público de tu fe.
- En esa misa, después de la homilía y antes del Credo, el sacerdote te llamará para dar el testimonio.
A todos nos cuesta hablar en público, pero tu fe saldrá fortalecida, todos nos beneficiamos de los testimonios de los demás, y tras el testimonio experimentarás una paz interior única.
¡Ánimo! ¡No esperes a ser el último!
Preguntas para el testimonio personal de fe:
1.- ¿Por qué Creo en Dios?
2.- ¿En qué cosas concretas de tu vida puedes decir como San Pablo: “Para mi la vida es Cristo?
3.- ¿Por qué estoy en la Iglesia católica?
4.- ¿Cuál es la experiencia de fe más importante de mi vida?
“Se te ha hecho conocer lo que está bien, lo que el Señor exige de ti, ser mortal: tan sólo respetar el derecho, practicar con amor la misericordia y caminar humildemente con tu Dios”. (Miqueas 6, 6-8) Partiendo de este texto nos invita la Iglesia a orar por la unidad de los cristianos. Coloca la justicia y la paz en el marco de la relación entre Dios y la humanidad pero insiste en que esta historia necesita y requiere una fuerte referencia ética. La verdadera fe en Dios no se puede separar de la santidad personal ni de la búsqueda de la justicia social. Los cristianos de todo el mundo no deben aceptar las divisiones entre ellos. “¿Es que Cristo está dividido?” (1 Co 1,13). Por esta razón oramos por esa unidad que Cristo quiere para su Iglesia, y estamos llamados a echar abajo esos muros de división entre nosotros y en medio de nosotros.
1. Catequesis para jóvenes y adultos. A las 9.30 de la noche en los locales parroquiales. Continuarán los martes y viernes de los meses de enero y febrero. Os invitamos a rezar para que sean muchos los cristianos que se adentren en las aguas bautismales y descubran el misterio nupcial del cristianismo.
2. Peregrinación a la Catedral con motivo del Año de la Fe el sábado 26 de enero a las 11.00 h. Se invita a todos los feligreses a asistir al encuentro con Nuestro Sr. Arzobispo, celebrar la Eucaristía con Él y confesar nuestra fe en la Madre de las Iglesias de nuestra Diócesis: la Catedral de Valencia. Habrá un autobús a su disposición. Contacte con los sacerdotes.
3. El lunes 21 reunión del grupo de oración a las 20.30 h.
4. El martes 22 reunión del grupo Descanso a las 20.15 h.
5. El miércoles 23 reunión de formación con el Equipo de Cáritas a las 17.30 h.
6. El sábado 26 en la misa de las 6 de la tarde será la entrega del Decálogo a los niños de 3º de comunión.
7. El domingo 27 en el día de la Infancia misionera. Invitamos a los niños a aportar un pequeño donativo para los niños necesitados de las misiones.
8. El domingo 27 a las 6.30 tarde habrá un encuentro de oración con los catequistas del arciprestazgo con motivo de la memoria de San Enrique de Ossó, patrono de los catequistas españoles.
Del 21 al 27 de enero de 2013
Lunes 21. Beata Josefa Naval de Santa Ines. 19.30 h.: sin intención.
Martes 22. S. VICENTE, DIÁCONO Y MÁRTIR. 19.30 h.: sin intención.
Miércoles 23. S. Ildefonso, Obispo. 19.30 h.: En sufragio de José Antonio Cabanilles.
Jueves 24. S. Francisco de Sales. 19.30 h.: sin intención.
Viernes 25. LA CONVERSIÓN DE S. PABLO. 19.30 h.: En sufragio del P. José Paricio, escolapio.
Sábado 26. III T.O. 18.00 h.: Con niños. sin intención. 19.30 h.: sin intención. 21.00 h.: sin intención.
Domingo 27. III T.O. 12.00 h. Pro Pópulo
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